CAPÍTULO 27: FELICIDAD AJENA

YoonGi tardó al rededor de treinta minutos de llanto en aceptar la realidad y se regañó por reaccionar así a causa de alguien menor; su orgullo era más importante y estaba muy lejos de aceptar que eso le aceptó, pese a que visiblemente lo haya hecho. No era muy Slytherin de su parte estar triste por una tontería así... Aunque no era una tontería para él.

Había llegado a la conclusión de que su enamoramiento se iría tan fácil como llegó y que no valía la pena insistirle realmente a SeokJin, más allá de las bromas pesadas que solían tener; así que tomó lo único que el muchacho le ofrecía: su amistad. Eso era mejor que nada y, a decir verdad, no quería dejar de hablarle porque le gustaba mucho ser su amigo también.

Al comienzo, quizá el primer y segundo día, le pareció algo tenso el ambiente entre sus conversaciones por privado; pero poco a poco todo se tornó como antes. Eso le hacía feliz, además de que una conversación con BamBam le hizo pensar en que, en un futuro, a lo mejor todo podría cambiar.

—Creo que no quiere correr el riesgo de enamorarse de alguien por Internet, como estábamos YoungJae y yo al comienzo, ¿sabes? No sé si sean cosas de la edad o algo así —decía en uno de sus audios—. Si me lo preguntas a mí, a lo mejor siente al menos un poco de interés en ti pero le da miedo echarlo a perder y que dejen de ser amigos también. Eso también me pasaba por la cabeza cuando no sabía si confesarme.

—Yo no creo que sienta algo por mí —rio, nervioso, pese a que no hubiese nadie más en su habitación—. A lo mejor es de ese tipo de personas que creen estar mejor solteras y eso está bien. El tiempo hará que veamos.

O eso creía.

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Exámenes finales del penúltimo semestre.

Había sido una llamada de teléfono por parte de TaeHyung la que lo desconcentró de su supuesta sesión de estudio para su último examen del semestre (en realidad, no estudiaba nada para ese debido a lo tonta que era la materia).

No quería contestar porque Tae hablaba hasta por los codos durante las últimas semanas debido a que había iniciado a ser más cercano a su crush. Con ese pensamiento y a regañadientes, contestó la llamada y la puso en altavoz; por lo menos podría escucharlo de buen humor y eso a su vez lo ponía de buenas. Se sentía importante porque le confiaba muchos momentos con la muchacha, pese a no ser muy cercano a ella.

—¡YoonGi! —Rio por su voz—. Necesito comunicarte mi felicidad, ¿de acuerdo? ¿Te estoy interrumpiendo? ¿Puedo tomar unos minutos de tu tiempo, por favor? —A veces hablaba como un señor mayor para fingir ser serio, lo cual estaba muy lejano de ser.

—Estaba estudiando, pero échalo —cerró el aburrido libro tras haberse convencido que con la última revisión que le dio fue suficiente y tomó su celular entre sus manos. Le gustaba caminar por su pequeña habitación mientras hablaba por teléfono o grababa audios porque se ponía menos ansioso—. ¿Qué ha pasado algo?

—Iré por partes —comenzó y se oyó cómo su perro ladraba del otro lado de la llamada—. ¿Ya ves que tuve una cita con Rosé hoy, no? Te dije hace unos días que no sabía ni qué ponerme —emitió un sonido afirmativo y se mordió la uña de su dedo pulgar—. Mientras estábamos comiendo, le habló el tóxico para intentar que regresaran —Suga carcajeó por la escena mental que se formó.

—Baboso —pensó en voz alta.

—Yo diría "imbécil," pero también es eso. Todos los insultos feos son equivalentes a ese tipo —se lo imaginó negando con la cabeza, haciendo que su cabello (ahora un poco largo por no haber ido a cortárselo desde hace meses) volara de un lado a otro—. Intentó chantajearla con cosas que hicieron en su relación y no sé qué tanta cosa, ¡pero le dijo que estaba conmigo y le colgó! O seaaa, ¿ubicas ese momento feliz que viví? Aunque también pensé que pudo haberlo dicho de venganza, ¡pero igual tengo una respuesta a eso!

—Bro —intentó calmarlo cuando la llamada pudo oírse hasta afuera de las delgadas paredes de su recámara—, vamos por partes, como dijiste. ¿Ella está bien? Por lo del tipo y todo eso...

—Sí. Dijo que son cosas sacadas de contexto que no le importan y que, al final de cuentas, la gente que realmente quiere conocerla se interesará por la verdad; yo le veo sentido a eso también. ¡Ella es muy linda! —TaeHyung estaba enamoradísimo y le apenaba no poder compartir su desilusión amorosa con él, en especial porque no quería amargar el momento—. La ves con su ropa negra, botas enormes y todo eso, ¡pero es adorable! Si la vieras cuando me recibe en su casa en fachas. Dan ganas de abrazarla por horas.

—Joder, eres muy cursi —se burló, pese a que él también quería imaginarse a Jin así. A veces se preguntaba qué se sentiría tenerlo cara a cara y poder abrazarlo; tenía la firme idea de que lo apartaría a empujones y eso le causaba risa, porque él volvería a intentarlo hasta que se dejara de una vez y le devolviera el gesto—. Nunca creí llegar a verte así.

—¿Qué te puedo decir? El amor cambia a todos y ella en especial me tiene de su perro —no lo negó y eso pareció ofenderle un poco porque lo oyó quejarse antes de reír fuertemente, contagiándole la emoción—. Bueno, ¡déjame continuar! ¡Necesito hacerlo! No interrumpas, ¿bien?

—Bien, bien.

—Cuando la fui a dejar a su casa, tenía la idea que te dije en la cabeza, ¿sabes? Que lo dijo por resentimiento o una mierda así y no te voy a mentir, sí me agüité un poquito —sonrió con lástima y deseó poder golpear suavemente su espalda, pero sabía que estaba bien. TaeHyung siempre lo estaba—; pero me mandó un mensaje hace como una hora y estuvimos escribiéndonos un rato antes de que ella tuviera que bajar a cenar con su mamá... Aquí es donde preguntas qué decía el mensaje.

—¿Qué decía el mensaje? —Suspiró por lo contradictorio que era el moreno, pero no dijo nada, como siempre.

—Dijo que quería hablar conmigo sobre lo nuestro antes de que su ex le llamara. Ella se sinceró y me confesó que no está lista para tener una pareja ahora por todo lo que el idiota le hizo —hasta donde sabía, era una relación tóxica por lo chantajista que era el tipo; le decía que se iba a hacer daño, si no le prestaba atención y cosas por el estilo—; yo estoy bien con eso, ¿sabes? Tampoco sé si quiero una novia o novio en este momento de mi vida porque quiero recuperar mis calificaciones el próximo semestre, ¡este me ha ido de la mierda!

—Porque no haces las cosas a tiempo...

—No tenía ánimos, ¿bien? —Lloriqueó y no lo contradijo ni intentó justificar a favor de la escuela porque él igual se sentía decaído algunas veces. Solo hacía las cosas que le pedían sin saber qué diablos escribía, ni qué temas explicaban en clases—. En fin, también está el tema de la universidad y todo eso, así que llegamos a la conclusión de que seremos todo y seremos nada.

—¿Serán folla-amigos o una mierda así? Puta madre, TaeHyung, no te metas con esas mierdas porque...

—¡No, YoonGi! ¿Por qué piensas que haría eso? Yo soy el primero en encularme y querer bonito —se quejó, a lo cual decidió creerle a ciegas. Nunca lo había visto enamorado—. No seremos pareja oficial aún, es a lo que me refiero, pero seremos honestos por cómo nos sentimos... O sea, le gusto y ella me gusta, pero apenas nos estamos conociendo y formamos parte del mismo grupo social de Jackson, ¿sabes? No quiero que se sienta incómoda o presionada. Quiero hacer las cosas bien.

—¿Tú estarás bien con eso, entonces? También piensa en tu felicidad.

—Estoy bien —se oyó seguro y eso le calmó porque TaeHyung tenía la fama de ser algo inconsciente con sus decisiones—. Ahora... ¿Qué más te iba a contar...? Uh...

Fácilmente estuvieron hablando más de una hora de todo y de nada (más bien, TaeHyung hablaba de todo y de nada porque YoonGi solo oía todo y opinaba de vez en cuando). En su mayoría fueron quejas de la escuela y echarle flores a la guapa muchacha.

—Realmente quiero que funcione. Me hace mucha ilusión y me hace sentir bien, ¿sabes?

—¿Como si fuera lo correcto? —Se había terminado acostando con el móvil pegado a la oreja.

—Sí, como si lo fuera.

—Entonces lo es.

—¿Lo crees?

—Lo creo.

Y lo hacía porque él también pensaba que querer a Jin era lo correcto, pese a no ser correspondido; porque los amores marcaban un antes y un después. Él estaba feliz con su "después" de conocerlo.

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—Pues yo no creo que sea una buena idea, la verdad... —Jackson dijo en una llamada grupal con NamJoon y Suga, a lo cual el castaño se limitó a entornar los ojos. Era una de sus mejores amigas, ¿qué tenía de malo que tuviera algo con Tae?—. Solo estoy seguro de que jugará con los sentimientos de Kim y eso no estará bien, ¿sabes? Siempre hace eso. Lo hizo con su ex.

—¿Tú crees? TaeTae está muy menso, de seguro está bien enculado ahora —se lamentó Namu. Ellos solo sabían la noticia por encima porque el moreno les contó, pero no estaban tan informados como el muchacho restante; eso le molestaba porque quería defender como era debido a la pareja y no podía.

—Su ex estaba celoso porque hablaba con otros tipos mientras estaban juntos, ¿sabes? ¡Y hace poco me bloqueó sin razón! —Eso era mentira. Rosé lo bloqueó porque había estado metiendo cizaña a su relación con TaeHyung, metiéndoles mierda en la cabeza del otro; pero ninguno les hizo caso y se dieron la oportunidad de conocerse... Y el ex, en efecto, era un tóxico asqueroso—. Lo juro. De la nada se salió de los grupos en donde estábamos juntos y toda la cosa...

—En fin, no creo que debamos de preocuparnos, ¿saben? Ya están lo suficientemente grandes para saber qué hacen y la forma con la cual lo expresa Tae me hace sentir seguro —intentó intervenir, pero solo oyó la risa sarcástica de Wang del otro lado de la llamada. En ese momento recordó la razón por la cual antes no hablaban tanto, más allá de que no se sentía parte de su mundo: temía ser criticado a sus espaldas, como les estaba pasando a su amigo y a Roseanne—. No quiero hacer un juicio de alguien que no conozco. Solo me he juntado con ella unas dos o tres veces en toda mi vida, ¡y eso que la conozco desde secundaria!

—Va, ¡dímelo a mí! Era mi mejor amiga desde entonces. Sé lo que te digo —pero Tae decía lo contrario. Rosé aseguraba que nadie más le había hecho sentir tan segura, como él lo hacía, ni siquiera sus (ahora antiguas) amistades—. No le conviene.

—Tranquilo. Lil meow meow tiene razón. Le debemos de dar el beneficio de la duda —Nam concordó tras pensarlo unos segundos—. Mejor hablemos de la otra cosa que nos estabas contando, ¿qué era? ¿Algo de tu pijamada con un amigo...?

—Covid-iotas —pensó en voz alta y algo burlón Min, haciendo suspirar al implicado, molesto de que lo llamara de esa forma.

—Ah, sí —carcajeó de pronto, como si hubiera recordado el punto en donde se quedó de la conversación—. Les decía que mi le hicimos una broma a mi mamá diciendo que éramos pareja y casi le da el infarto.

—Qué cagado —rio el más alto de los tres, pero Yoon guardó silencio unos segundos para poder procesar lo que acababa de pasar. Algo estaba mal y no lograba identificarlo.

—Ya saben, quiere a los gais y toda esa gente, como a Mimi, Kookie o Yoonie, pero no quiere que ninguno de mis hermanos y yo lo seamos —y pese a que los otros dos carcajearon, fue la risa incómoda de NamJoon lo que le hizo darse cuenta de lo que estaba mal: la mentalidad de la familia Wang.

—Creo que debo de irme. Llevaré a Nina al veterinario —se despidió antes de colgar y entrecerrar los ojos hacia la pantalla del celular. 

¿Era eso una advertencia del universo de que tuviera cuidado con esa familia, pese a que lo trataron tan bien esos últimos meses? No le gustaba esa ideología y tampoco que Jack-Jack criticara de esa forma la relación de sus amigos; parecían celosos de la felicidad ajena.