twenty seven ──── aureo's weakness

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─────────── CHAPTER TWENTY SEVEN,

AUREO'S WEAKNESS  ───────────



La mañana siguiente fue un desafío para Sahily, apenas había cerrado los ojos cuándo la alarma sonó, recordándole que tenía que seguir fingiendo ser humana aun cuando solo durmió unas cuantas horas, pensando cómo toda esa misión la estaba agobiando, pero dándole lo que más quería.

Se vistió con lo que usualmente se ponía, un simple vestido largo junto a un par de botas. Al llegar a la universidad, escapó de todos los áureos, observando a Raisa caminar sola por el pasillo.

Apenas estaba a unos cuántos pasos detrás de la humana cuando una mano la agarró del brazo, deteniéndola.

──── Tenemos que hablar ──── Nirelle dijo, apretando los libros que cargaba en sus brazos ──── En un lugar dónde nadie oiga.

Sahily miró a Raisa por última vez, pensando en que estaría bien y fue detrás de la áurea, caminando en silencio. Ambas entraron a un pasillo que estaba cerrado por mantenimiento.

──── ¿Qué sucede? ──── Sahily preguntó, apoyándose en una de las paredes.

──── Victoria, la chica que se cree una cazadora, está siendo demasiado molesta ──── contó Nirelle ──── No deja de acosarme en clases y está dejando notas por todos lados.

Sahily frunció sus cejas ──── Entonces, ¿qué quieres que haga? ──── preguntó, ladeando su rostro ──── Te niegas a que actué así que eso se convierte en tu problema.

──── No quiero que le hagas algún daño, por eso no quería decirte. Solo piensas en herir a los humanos ──── le reprochó.

──── ¿Herirlos? ──── repitió la áurea, sin creer en sus palabras ──── Creo que tenemos diferentes puntos de vista. Yo trato de asustarlos para que no interfieran en la misión como lo están haciendo en este momento.

──── Le dije a Ezer sobre ella ──── confesó, bajando su mirada ──── Dijo que no era posible que hubiera una familia que supiera sobre nosotros.

──── ¿Este es el momento dónde te recuerdo que dije lo mismo? Victoria es un problema, entonces asustémosla hasta que otros áureos puedan verificarla.

──── Supongo que debes de sentirte tan feliz por tener la razón ──── replicó Nirelle, observándola con sus grandes ojos azules ──── Siempre quieres imponer tus órdenes sin darle opciones a los demás.

Sahily frunció sus cejas, negando ──── No entiendo lo que quieres decir. Te estoy ayudando en el problema en que tú te implicaste, no yo.

Nirelle alzó su mentón, no queriendo ceder ante sus palabras y finalmente poder enfrentarla para que pudiera verse tal como era.

──── Siempre quieres ser la principal en todo, en las misiones, en Áureos...

──── Detente de una vez ──── Sahily interrumpió, queriendo evitar un problema ──── No sé de dónde salió todo eso, pero no es mi culpa querer involucrarme en la misión que puede cambiar todo el destino de Áureos.

Sahily dio un paso adelante, siendo interceptado por Nirelle. La áurea sentía la valentía correr por todas sus venas y decirle como todas sus acciones se veían afectada en ella.

──── ¡Vives controlando a todos! ──── se quejó, respirando agitadamente.

Sahily la miró, entrecerrando sus ojos con molestia ──── ¿A todos? ¿Quiénes son todos?

──── Ithiel ──── murmuró Nirelle, sintiendo su pecho apretarse con solo la mención de aquel áureo de ojos grises ──── Tu hermano está tan preocupado por esa profecía que no puede hacer lo que más desea sin pensar en ti.

──── ¿Y crees que yo soy feliz viviendo de esa manera? ──── replicó Sahily con voz gélida ──── ¡No lo soy! He sacrificado lo mismo que él.

──── Tú pudiste morir hace años y ahorrarle ese destino a Ithiel.

Todo el cuerpo de Sahily se quedó paralizado, oyendo solo los retumbidos de su corazón mientras sus pensamientos le recordaban ese momento dónde estuvo a punto de morir hasta que fue salvada por los seres más pequeños y valientes.

Su rostro perdió toda expresión, sorprendiendo a Nirelle de cómo sus ojos grises se podían poner tan fríos como la nieve.

──── Es mejor que me vaya antes que olvide quién soy ──── murmuró la áurea, alejándose de Nirelle.

──── ¡No, no, no! ──── una tercera voz llamó la atención de las áureas, girándose al mismo tiempo ──── Los ángeles no deben de pelearse o su alma se llenará de esa oscuridad que tratan de salvar.

Las cejas claras de Sahily se fruncieron, confundida de esa voz hasta que miró a Victoria, la pequeña humana que estaba involucrándose en un asunto demasiado peligroso para ella.

──── Solo son problemas entre familia ──── Sahily dijo, aun manteniendo su voz con molestia ──── Si no te molesta, queremos privacidad.

──── ¿Familia? ──── replicó aquella chica ──── No veo el parecido, ni siquiera con Zadkiel.

Por instinto, la áurea dio varios pasos adelante, tal como hacía cada vez que nombraban a Zadkiel. Ladeó su rostro, evaluando a esa humana.

──── Uno tenía que llevarse toda la genética, ¿no?

La sensación de un polvo en su rostro hizo que Sahily diera un paso atrás, cerrando sus ojos cuándo sintió el picor, convirtiéndose en algo tan caliente.

No pudo esconder su grito de sorpresa, cayendo al suelo cuando sintió como su cuerpo se estaba quemando por dentro.

──── ¿Qué está sucediendo? ──── oyó a Nirelle preguntar.

Intentó detenerla, pero el dolor era tan fuerte que cada movimiento era una tortura. No pasó ni unos segundos cuando oyó a Nirelle gritar, tan fuerte que fue como un eco por los pasillos.

Sahily pasó sus manos por su rostro, sintiendo ese polvo que la estaba consumiendo. Su respiración se volvió acelerada en un intento de eliminar esa presión en su pecho que no dejaba que el aire llegara.

──── El azufre es doloroso para los ángeles, quemándose por dentro y dejándolos en un estado tan vulnerable que ayuda a ser capturados ──── explicó Victoria, observando a las áureas agonizar en el suelo.

Entre las dos, Victoria reconoció quién era la más fuerte cuando Sahily pudo levantarse y la observó fijamente, mostrándole lo enojada que se encontraba.

──── Te acabas de meter con los ángeles equivocados ──── ella masculló.

Victoria dio un paso atrás, negando ──── Los ángeles no pueden matar, es un mandamiento ──── le recordó, sintiendo los nervios en su cuerpo ──── Mis padres capturaron a cientos de ustedes y jamás fueron agredidos.

──── Entonces seremos los primeros ángeles en que te mostrará lo equivocada que estás.

Sahily se lanzó directo a Victoria, golpeándola en su rostro lo suficiente fuerte para que cayera al suelo, sosteniendo su nariz quebrada.

Sin resistir el dolor en su interior, la áurea cayó al suelo, viendo cómo su alrededor empezó a oscurecerse.

──── No tengas miedo ──── Victoria pidió desde el suelo ──── Pronto todo acabara.

Sahily apenas podía mantenerse consciente, su alrededor estaba perdiendo poco a poco su color y esa sensación de querer dejarse llevar por la inconsciencia apareció.

Observó como Nirelle dejó de gritar, solo estaba en el suelo, sin hacer ningún movimiento.

──── Te castigarán ──── susurró la áurea ──── Serás... un mal para todos los ángeles.

──── No, el señor es bondadoso, me perdonará por mis pecados.

Los brazos de Sahily cedieron, haciendo que cayera por completo al suelo. El frío empezó a colarse por su cuerpo y su mirada estaba oscureciendo hasta que terminó por cerrar sus ojos, perdiendo la poca fuerza de voluntad.

──── Puedes ser perdonada, pero serás juzgadas por todas tus acciones ──── musitó en voz baja, sintiendo cómo iba introduciéndose en esa inconsciencia ──── Tu corazón siempre estará manchado.

Antes de ceder por completo, oyó una voz familiar, una tan suave que supo que las ayudaría.

Ava no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, las dos áureas inconscientes en el suelo y una humana que intentaba retener el flujo de sangre que salía de su nariz.

Tan rápido que Victoria apenas pudo parpadear, Ava la agarró por su cuello, estampándola contra la pared con demasiada fuerza que sintió como un líquido caliente recorrió su cuello.

──── ¿Qué fue lo que hiciste? ──── demandó Ava, presionando sus dedos.

Victoria sonrió, llenando sus dientes de sangre ──── Ellas serán mi premio.

Ava tiró a la chica como si se tratara de una simple muñeca. Iba a hacerle todo el daño necesario cuando una mano la detuvo, la mirada de Ezer le dio una advertencia que hizo que diera un paso atrás.

No se dio cuenta cuando su líder llegó. Miró como Ithiel también estaba ahí, revisando a las dos áureas que estaban tan pálidas que Ava solo pudo pensar lo peor.

──── Es azufre, extraído del infierno ──── musitó Ithiel con pánico ──── Está matándolas por dentro.

Zadkiel fue el último en llegar y solo Ava se dio cuenta cómo reaccionó, corriendo a la áurea que tanto quería. Alejó el cabello rubio de su frente sudada, mirándola con tanto temor que solo pudo pensar en todas las situaciones dónde haría pagar a quién le hizo daño.

──── Sahily ──── él llamó en voz baja, sin tener respuesta. Alzó su rostro, enfocándose en Ava ──── ¿Quién lo hizo? ──── demandó con dureza, levantándose.

Ava tuvo que detener a Zadkiel cuando iba a acercarse a la única persona que no parecía encajar en su grupo. Agarró su brazo, sintiendo como temblaba de enojo.

──── No hagas nada que vayas a arrepentirte ──── le pidió, dejándolo ir.

Victoria supo que aquel chico no era un ángel cuándo se vio reflejada en sus ojos oscuros, llenos de maldad que supo que se trataba de un demonio. Retrocedió, sintiendo los escalofríos viajar por su cuerpo y el temor.

──── ¿Quién eres? ──── preguntó Ezer tan frío que la humana supo que cometió un error ──── ¡Habla!

──── Yo solo... solo quería que mis padres estuvieran orgullosos ──── explicó Victoria, dejándose caer sobre sus rodillas ──── Por favor, tengan piedad de mí.

Zadkiel alzó su mentón, respirando con fuerza ──── ¿Qué significa eso? ¿Tienen más ángeles?

Victoria no dijo ni una palabra, pidiendo disculpas a Ezer. Zadkiel dio un paso adelante, tomando el brazo de la humana para alzarla y que pudiera callarse de una vez.

──── Zadkiel ──── Ava lo llamó duramente tal como lo hacía Sahily para tranquilizarlo ──── Ella hablara.

Victoria asintió, temerosa de lo que podían hacerle ──── Lo lamento, nunca quise hacerlo.

Sin poder aguantar sus lloriqueos, Ava le propinó un puñetazo, dejándola inconsciente. Ahora podía ver la faceta de los humanos que muchos áureos no le agradaban.

──── Deberíamos de llevarlas a casa ──── Ithiel dijo, sintiendo como sus manos empezaban a picar ──── Hay que limpiarlas por completo.

Antes que diera un paso, Ava detuvo a Zadkiel, sujetándolo por su brazo y negó, sabiendo lo que quería hacer.

Ithiel levantó a su hermana con facilidad, acostumbrado a su peso mientras Ezer se encargó de Nirelle, asegurándose que estuviera segura.

──── Mandaré a áureos para la humana ──── Ezer dijo, tratando de mantener la calma ──── Los veré en casa.

Zadkiel esperó que los dos áureos salieran para mirar a Ava ──── Lo sabes.

Ella sonrió, soltando un suspiro ──── Siempre lo supe. Sus bocas lo callaron por mucho tiempo, pero sus miradas no.



Ezer no pudo apartar su mirada de Sahily, postrada en esa cama tan inmóvil que era extraño, ella nunca resultaba herida en las misiones. No podía quitar esas imágenes de su cabeza, llena de azufre por una humana que ignoró al creer que no habría más cazadores.

La misión no iba como supuso, estaba tomando tantos caminos erróneos que ponía en peligro a los áureos solo por darle un poco más de tiempo a Raisa para que disfrutara de su humanidad antes de enfrentarse a una realidad dónde debería pelear por mantenerse con vida.

La puerta de la habitación se abrió, haciendo que saliera de sus pensamientos. Ithiel entró, cargando dos tazas humeantes.

──── ¿Quieres un café? ──── propuso, extendiendo una de las tazas ──── Lo necesitarás si quieres seguir despierto.

Ezer asintió, agarrándolo. Volvió a su silencio, pensando sobre todo lo sucedido en ese cortó tiempo.

──── Es mi culpa que ellas estén así ──── dijo después de un tiempo, apretando sus manos en la taza ──── No puedo cuidar de todos. No pude mantener a mi hermana fuera de peligro.

──── No nos estás poniendo en peligro, Ezer, jamás lo harías ──── Ithiel lo tranquilizó, tomando asiento en uno de los sillones ──── Nosotros sabíamos lo que podría pasar cuando aceptamos, no es tu responsabilidad mantenernos lejos de los accidentes.

──── Yo solo... pude hacerlo mejor ──── murmuró. Agarró la mano de Sahily, pasando su pulgar por encima del dorso ──── Su temperatura está volviendo. Los áureos ayudaron.

──── Lo hicieron y fue gracias a ti. Los has ayudado con las fronteras así que ellos te devolvieron el agradecimiento ──── Ithiel comentó, queriendo que su hermano supiera como todas sus acciones traían algo positivo ──── Si no hubieras hecho esas amistades, hubiéramos sido peor.

──── La misión es demasiado para nosotros. Tengo miedo de estropearlo y creo que... esto va más allá de mis límites ──── confesó Ezer, cerrando sus ojos por unos segundos ──── ¿Por qué me eligió a mí? Solo voy a decepcionarlos.

──── El líder vio algo en ti para otorgarte esta misión, solo necesitas creer que puedes hacerlo ──── dijo el áureo ──── Todos confiamos en ti o no estaríamos aquí.

──── ¿Crees que están por mí? ──── replicó, frunciendo sus cejas ──── A veces creo que los áureos aceptaron por ustedes. No tengo amistades que se enfrentarían a cualquier cosa por mí.

──── No los necesitas, nos tienes a nosotros. Somos hermanos, ¿no? Nunca nos damos la espalda, sin importar que tan malo sea.

Ezer no pudo contener la alegría que sintió en ese momento. Tenía a los gemelos a su lado y era lo que necesitaba, seguridad en que podría hacer esa misión y llevar a Raisa a Áureos antes que fuera demasiado tarde.

Siempre necesito de sus hermanos y esa no era la excepción. Eran un grupo que raramente se conformó y que ahora habían sido uno de los mejores.

──── Estoy pensando en enviar al resto de los Áureos y quedarnos solo nosotros tres ──── musitó Ezer, apretando sus labios por unos segundos ──── No quiero que resulten heridos.

Ithiel se recostó en la silla, pasando su mano bajo su mentón, pensando en esa posibilidad. Sería justo enviar a todos por igual, sin dejar a uno atrás.

──── Si crees que eso es lo mejor, voy a aceptarlo. ¿Qué pasará con los cazadores?

──── Serán castigados. Los áureos van a tomar el caso ──── explicó ──── Investigaran cómo se dieron cuenta y si han atrapado más ángeles.

──── ¿Encontraron a áureos en esa casa? ──── preguntó.

Ezer soltó un suspiro, asintiendo ──── Ninguno con vida.



Los días pasaron rápido para Sahily, teniendo que quedarse en cama hasta que el azufre saliera de su cuerpo. Fue un tormento poder respirar sin sentir que su interior se quemaba o moverse sin que su cuerpo protestara por el dolor así que decidió sanarse a sí misma.

Cada noche, Zadkiel la cuidaba, dándole parte de su energía para que pudiera curarse a sí misma. Al ser parte de un demonio, no poseía ese don.

Al cuarto día, Sahily pudo levantarse de la cama, completamente recuperada. Zadkiel se sorprendió de observarla y no contuvo su alegría, acercándose para acariciar sus mejillas suaves.

──── Eres la áurea más fuerte que conozco ──── le susurró, depositándole un suave beso ──── La próxima vez que alguien intente hacerte daño, golpéalo, no importa quién sea.

Ella rio por el consejo ──── Está bien. No me contendré de los humanos ──── negó.

Zadkiel junto sus labios por segunda vez, calmando esa angustia de haberla visto postrada en una cama sin poder ayudarla.

Después de unos minutos, ella salió de la habitación, necesitando estirar sus piernas y recordarle a su cuerpo que el descanso termino. Oyó una fuerte tos que provino de la habitación de Nirelle y la suave voz de Ava diciéndole que lo estaba haciendo bastante bien.

──── El azufre llegó a sus pulmones ──── Zadkiel informó, apartando el cabello rubio de los hombros de la áurea ──── Ha estado mejorando, pero... en ocasiones no se oye muy bien.

──── ¿Dónde están mis hermanos?

No necesito respuesta cuando escucho las dos voces de sus hermanos, peleando en la parte de abajo. Dejó salir un suspiró y decidió bajar antes que pudiera suceder algo peor

Ithiel le gritaba a Ezer, un comportamiento que Sahily no había visto en su hermano y eso ocasionó una molestia, preguntándose por quién estaba peleando de esa manera.

──── Si quieren discutir, deberían de tener una intermediaria para que no se lo tomen personal ──── dijo la áurea, cruzándose de brazos ──── ¿Qué sucede?

Las mejillas usualmente pálidas de Ithiel estaban sonrojadas, permitiéndole ver lo enojado que se encontraba. Se separó de Ezer, dejando espacio entre los áureos.

──── Enviaré a Nirelle y Ava devuelta a Áureos ──── Ezer informó, alzando su mentón para mostrar su seguridad ──── Necesito crear un nuevo plan. Los tres siempre hemos trabajado bien y el mestizo tiene que quedarse por las dudas.

Zadkiel no dijo nada por la forma en que se refirio, por lo menos podría servir en esa misión.

──── ¿Por qué enviarlas? Pensé que el líder aceptó el grupo ──── Sahily murmuró, confundida.

──── Somos demasiados y los demonios ya traspasaron el norte de Kartalago, no quiero más heridos ──── informó, observando a su hermano ──── Nirelle sigue muy enferma y Ava la tendrá que acompañará a Áureos. He fijado una fecha para hablar con Raisa y los áureos están hablando sobre una forma que ayudaría a que las alas de Raisa salgan sin lastimarla.

──── ¿Por qué tengo que volver? ──── Ava interrogó, bajando junto a una pálida Nirelle a su lado ──── He ayudado a esta misión, te dije sobre los áureos que estaban custodiando las fronteras.

Sahily frunció sus cejas, observando a su hermano. No le habían compartido esa información, pensó que fue Ezer quién los había encontrado.

──── No debes de moverte ──── Ithiel regañó a la áurea, tomando su brazo para ayudarla a bajar ──── Apenas estás recuperándote.

Nirelle apretó sus labios, dando un paso adelante hacia Ezer ──── Estoy sanando, no tengo el don de curación rápido, pero lo haré y seguiré ayudando. No puedes devolverme a mitad de misión. ¡Sería una vergüenza!

──── No tomes decisiones tan precipitadas ──── Zadkiel habló, apoyándose en la pared ──── Hay que darle tiempo. Estoy seguro que cada uno tiene una razón para estar aquí.

Ezer negó, deteniéndolo ──── Ya hablé con el consejo, lo decidieron. Por favor, deben de entender mi punto de vista ──── murmuró. Observó a Sahily, mirándola directo a sus ojos para que pudiera saber que no lo hacía por un mal ──── Los demonios vienen por nosotros.

──── Tal vez sea lo mejor ──── asintió la áurea, bajando su mirada ──── El pueblo debe permanecer a salvo, ¿no?

──── ¡Esa no es tu decisión! ──── Nirelle chilló, respirando agitadamente ──── No puedes decir lo que es bueno para los demás.

Sahily la ignoró, acostumbrada a esos arrebatos cuándo los áureos se sentían ofendidos de no ser elegidos para morir en las misiones mientras otros lo deseaban.

──── Es mi decisión y eso es lo que haremos ──── Ezer intervino con dureza.

──── Ellas deberían de quedarse ──── contradijo Ithiel, sorprendiendo a sus hermanos ──── Si quieren pelear, déjalas, así aprenderán.

──── ¿Qué sucede si mueren? ──── Sahily replicó, observando los ojos grises tan familiares ──── ¿Le dirás a sus familias que por lo menos aprendieron que los demonios no son tan tontos como todos suponen?

──── Por si se te olvida, estoy defendiendo a tu amiga para que se quede ──── se quejó su hermano, cruzándose de brazos.

──── Y yo la estoy salvando de una muerte que será dolorosa ──── murmuró con la misma molestia ──── Tú también deberías de volver a Áureos si has olvidado lo terrible que es perder a tu familia.

──── ¡Esto no se trata sobre eso! ──── Nirelle se quejó, sin creer en sus palabras ──── No soy tu familia ni una áurea débil. Si fuera otra estarías defendiéndome, no votando para que vuelva a Áureos.

──── No lo tomes personal ──── masculló la áurea rubia, sin cambiar su expresión aburrida.

──── Lo hago cuándo tú fuiste la razón por la que cancelaron mi misión de rescate a los humanos ──── murmuró con enojo. Sus ojos azules se oscurecieron, recordando ese momento ──── La adiestradora me lo dijo.

Sahily la observó, ladeando su rostro con curiosidad ──── Gracias por habérmelo dicho. Estoy segura que esa adiestradora y yo tendremos una conversación muy animada sobre cómo cerrar la boca.

──── Sahily, para ──── Ezer la detuvo.

La áurea solo tragó saliva, manteniendo sus sentimientos. Las adiestradoras tenían que proteger las decisiones de otras y que la hubieran traicionado de esa forma, solo la hizo darse cuenta que incluso Áureos tenía sus errores.

──── Vamos, Ezer, piénsalo ──── replicó Ithiel, acercándose a su hermano ──── Solo cuatro áureos será una misión suicida con tantos demonios.

──── ¿Cuatro? ──── replicó Ezer, negando ──── Traeré más áureos capacitados que no serán del pueblo.

──── Estás perdiendo la cabeza ──── Ithiel susurró con sus dientes apretados.

Él dio un paso más cerca al mismo tiempo que Sahily, deteniéndolo antes que llegara a Ezer. Su mirada era salvaje y eso no le agradó a la áurea.

──── ¿Qué estás haciendo? ──── replicó en voz baja, su tono tan frío que la sala quedó en silencio ──── ¿Por qué te importa tanto que se queden?

Ithiel no dio un paso atrás, en cambio, se enfrentó a su hermana como nunca lo había hecho.

──── ¿Por qué a ti no? Somos un grupo, estamos luchando por la misma misión.

──── ¿Nosotros? ──── interrogó, sin creer lo que dijo ──── Nosotros no estamos luchando por la misma misión cuándo yo estoy vigilando a la criatura todo el día y salí lastimada porque una áurea no pudo con una simple humana.

──── Tú ibas a hacerlo del modo incorrecto ──── dijo con dureza ──── Ibas a utilizar tu don para el mal.

──── ¿Ahora recriminas mis acciones? Tú tampoco haces las cosas tan limpias ──── susurró, creando una sonrisa que carecía de diversión ──── No hables si no eres tan puro.

──── Apártate, Ithiel. Tu comportamiento es realmente decepcionante, no hay que involucrar sentimientos ──── Ezer lo regañó, empujando a ambos áureos.

La pelea entre Ithiel y Ezer siguió, poniendo los nervios de los áureos a flotes. Nunca habían visto que ese trío peleara, ni en sus misiones fallidas.

Sahily intentó ignorarlos a todos, cerrando su mente por todos esos comentarios que podían quedarse y aparecer en los peores momentos, un defecto de su memoria, pero no duró mucho cuando oyó la voz de Nirelle, abriéndole todos los recuerdos que trató de dejar atrás.

──── No soy como mi hermano menor. Sé defenderme para no morir por una áurea que no pudo proteger a su pueblo ──── recriminó.

Y esas palabras fueran las necesarias para que su enojo explotará, teniendo como objetivo a una sola áurea.




la decisión de crear problemas entre el trio esta fríamente calculada o tal vez no, solo sucedió en el momento xd



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