✖╎Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 01╎✖

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ᴜɴ ᴄʜɪᴄᴏ ʀᴀʀᴏ, ᴜɴ ᴘᴀʀᴀᴘʟᴇ́ᴊɪᴄᴏ ʏ ᴜɴᴀ ᴠɪʀɢᴇɴ.

[◆◈◇]

K. Young Soo

     Un hermoso día, una razón más para sonreír por las mañanas, además de agradecer por amanecer viva, por poder sonreír y sobre todo, por la vida que llevaba, era más que maravillosa. Me senté en la cama, estirando mis brazos y piernas al mismo tiempo, mientras veía hacia la ventana, entraban unos pequeños rayos de luz era muy temprano y por eso no iluminaba aún más mi habitación.

     Sonreí al ver a mi perro llamado Trey alías “El jefazo”, era un golden retriever, de raza pura, con pelaje dorado y bastante frondoso, en dos patas era mucho más alto que yo. Mis padres me regalaron a Trey en navidad, pero jamás pensé que en pocos meses crecería tanto como para sobrepasarme parado en dos patas.

     Me niego a aceptar que soy enana.

     —Hola, hermoso —acaricié su cabeza, él disfrutaba cada una de mis caricias y más en su cabeza o pancita, lo podía ver en sus enormes ojos.

     Un pequeño ladrido salió de su parte, sabía que me estaba devolviendo el saludo, mi perro era muy educado y receptivo, así que solo le sonreí para ponerme en marcha, debía ir a la universidad, tenía una gran clase de anatomía y fisiología humana a la que por nada del mundo podía faltar.

     No quería faltar.

     Ingresé al baño e hice todas mis necesidades, incluyendo bañarme. Estaba detenidamente mirándome en el espejo, analizando que maquillaje bastante natural llevaría hoy, quería que combinara con mi vestimenta: unos jeans negros rasgados, pero ajustados en todos los sitios que debería, una blusa de tirantes blanca que resaltaría mi gran pecho y unas zapatillas negras con anclas blancas regadas por todo el zapato, ¿Lindo atuendo, no?

     Normalmente las chicas que asisten a la universidad visten de forma provocativa, vestidos cortos, faldas, shores e incluso llevan tacones, ¿Saben lo doloroso que debía ser?, Porque yo jamás quisiera sufrir aquello y eso que solo estuve tres horas con unas tacones altos de aguja en un fiesta familiar, no me quisiera imaginar sus pies, las compadezco.

     Sequé mi cabello un poco, lo tenía bastante largo y un poco ondulado, lo dejé caer por encima de mis hombros, fácilmente podría cubrirme todo el pecho sin problema alguno y dejé que secara de forma natural.

     Esa era mi rutina diaria.

     Salí de mi habitación, topandome con el ser más inepto del planeta tierra, vestido con lo primero que encontró en su armario, sinónimo de horrible, pero era mi hermanito y decirle que se veía indeseable, inapropiado o desaliñado con esa camisa blanca, además de habérsela puesto al revés, con una bermuda de estampado de patitas de perro naranja y unas botas verde militar, no sería adecuado.

     Todo un fashionista del fracaso de la moda masculina.

     —No me digas —me guiñó un ojo—. Me veo terriblemente guapo —reí por sus palabras—. No te rías, Soo —se cruzó de brazos esperando alguna respuesta de mi parte.

     —No lo voy a negar, te ves terrible, pero jamás guapo —besé su mejilla—. Hoy me toca conducir —avisé con felicidad.

     —Gracias, pero tienes envidia de mi gran sentido de la moda, no como los noviecitos tuyos que piensan que el negro o el blanco son los únicos colores que hay en la paleta —me miró divertido.

     Tomó mi mano y nos apresuramos en llegar a la cocina, mi madre se encontraba de espaldas a nosotros haciendo el desayuno con una sonrisa, pude notarlo cuando giró levemente su cabeza. Ella amaba hacerlo y solo despertaba temprano para disfrutarlo al máximo.

     —Buenos días, mamá —dijo Colin sentándose frente a la mesa del desayunador.

     —Hola, mami —dije detrás de Colin.

     —Hola, hijos, buenos días —saludó con aquella actitud positiva y cariñosa. Me acerqué a ella y besé su mejilla. Ella llevaba un hermoso vestido ceñido a su cuerpo. De seguro tendría una junta en la empresa— ¿Anoche estabas viendo pornografía, Colin? Podía escuchar los gemidos hasta mi habitación.

     Miré divertida a mi hermano.

     De lo que uno se entera a tales horas de la mañana.

     —N-No —dijo negando con nerviosismo.

     —¿Seguro? —mi madre dejó de vigilar los panqueques solo para ver al menor de sus hijos.

     —S-Sí —las mejillas de mi hermano estaban coloradas, él mismo se delata.

     —Por lo menos, admite que estuvo bueno —reí sentándome a su lado. También podía escuchar la risa de nuestra madre.

     —Yo mataría por un poco de diversión —entró Nam Joon en su silla de ruedas, sonriendo como siempre, marcando sus hermosos hoyuelos.

     Mis padres habían comprado una inmensa casa de una sola planta, para que le sea mucho más fácil a mi hermano andar por ella, porque jamás podría bajar por las escaleras o subirlas, por lo menos, no tan fácilmente o por su cuenta.

     —Nam Joon —reprendió mi madre sirviendo las panqueques en sus respectivos platos.

     —Pero mamá, aún me funciona esa parte del cuerpo —Nam Joon se acercó a su mesa especial para poder comer a gusto.

     —¡Nam Joon! —reprendió nuevamente mi madre, pero con una sonrisa en su rostro.

     Era gracioso, mi hermano era uno de esos hombres más afortunados, ya que su hombría estaba intacta y era más que funcional, todo él era funcional a excepción de sus piernas.

     —Quisiera ser como tú cuando tenías mi edad, te follabas a cualquiera —comentó Colin comiendo sus panqueques.

     Sí, así eran todas nuestras mañanas, mis hermanos hablaban de sexo, mientras yo solo escuchaba y reía por sus ocurrencias.

     —¡Oigan, sigo aquí! —chillé—. Mamá, los chicos siguen hablando de sexo —me quejé con mi madre que nos miraba divertida nuevamente—. No sé cómo pueden comer delante de los pobres —comenté con cierto disgusto.

     Era todavía vírgen, aunque haya estado con el más popular de la universidad, jamás se presentó la oportunidad para hacerlo o si quiera intentarlo, pensaba que no le gustaba lo suficiente como para hacerlo conmigo, pero luego descubrí que mi hermano lo tenía amenazado por algo que él había hecho, luego de un tiempo me di cuenta que la relación no iba bien y decidí terminarle.

     Han pasado cinco meses de ello.

     —Chicos, respeten a las damas presentes, por favor —me sirvió un poco de jugo de naranja y me lo extendió.

     —Gracias, mami.

     —Ese tal Jung Kook está disponible —se burló Colin ganándose una mirada asesina de mi parte. Ni me dejó disfrutar del jugo que iba a beber—. Es mudo, pero eso no quiere decir que no pueda proporcionarte un rico oral —comentó alzando las cejas una y otra vez, insinuando que Jung Kook me comerá en algún momento.

     Lo miré asqueada, ¿Cómo se le ocurre decir tal cosa?

     —¡Por eso te odio! —dije terminando mis panqueques, quería salir corriendo de allí.

     Por eso JAMÁS DEBES CONTARLE ESAS COSAS A TUS HERMANOS.

     —Pero no te enojes, solo es una broma —Colin me dió un beso en la mejilla.

     —Lo que ustedes no saben es que tengo a todos amenazados, hasta a ese tal Jung Kook, si tocan a mi hermana, los golpearé —comentó Nam Joon seguro de sus palabras.

     Los presentes en la cocina reímos al unísodo, por lo que Nam Joon había dicho.

     —¿Cómo se supone que los golpearás? —preguntó Colin burlón— Si te paras de esa silla me dará un infarto de la rabia, he hecho muchas cosas por tí —dijo ahora más serio, ganándose todas nuestras miradas— que lo volvería a hacer una y otra vez, hermano —éramos una familia muy unida, más de lo que todos se imaginaban.

     Un chico raro, un parapléjico y una virgen, solo éramos los tres contra el mundo con el apoyo de nuestros padres.

     —Conmovedora charla, pero deben irse o llegarán tarde —avisó mamá dándole un beso en la mejilla a Nam Joon, uno a Colin y un beso en la frente a mí.

     —Gracias, mami —me puse de pie, corriendo en dirección al baño principal.

     Cepillé mis dientes rápidamente, tomé el cepillo de Nam y le puse un poco de pasta dental, agarré un envase con agua y otro vacío. Salí del baño y caminé de vuelta a la cocina, Nam Joon había terminado de comer y se dirigía a donde había ido hace un instante, pero fui más rápida que él.

     —¿Soo, cuántas veces debo decirte que puedo hacerlo solo?

     Alcé una ceja entregándole el cepillo de dientes.

     —Nam, no necesito encontrarte de nuevo tirado en el piso por no haber sido capaz de agarrar el cepillo de dientes —suspiré—. Sabes que no me cuesta nada, eres mi hermano y te amo —besé su mejilla y le dí los envases para que enjuagara sus dientes.

     —No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí —me entregó lo que yo le había dado—. Realmente la sangre no te hace familia, el corazón lo hace —me dedicó una sonrisa.

     Ellos se encargaban a diario en hacerme sentir como su hermana sanguínea, pero no era necesario, ellos eran mi familia, mis hermanos, esos sentimientos y pensamientos jamás se extinguirían porque yo así lo siento. Ni sé para qué se esfuerzan tanto por hacerme sentir cómoda con el tema de la adopción, estaba feliz por ello.

     —Nam, sabes que no me afecta ser adoptada, ustedes siempre serán mi familia —besé nuevamente su mejilla y él acarició una de mis manos.

     Él no era el ser más cariñoso del mundo porque el accidente cambió muchas cosas en su persona, pero cuando quería serlo y más de corazón, mi mundo solo mejoraba, estremecía y llenaba mi alma.

Cuando esté primer capítulo alcance las 5⭐️, publicaré el segundo capítulo💕

Espero y les guste, estoy muy emocionada❤️

GRACIAS POR LEER💕

Corregido: 25/03/2021.
Corregido: 06/10/2023.
Corregido: 02/06/2024.

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