✖╎Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 07╎✖

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Dedicado a: moom_blue21

ᴛᴜ́ ʏ ʏᴏ ɴᴏ ᴘᴏᴅᴇᴍᴏs sᴇʀ ᴀᴍɪɢᴏs.

[◆◈◇]

K. Young Soo

     Una semana había pasado desde aquel brutal ataque que sufrió Jung Kook, él decidió no denunciar a Jimin o eso decían mis amigos, supongo que era porque Jeon tendría problemas aún más grandes si le hacía eso al gran Park.

     Ese animal que solo le gustaba ver sufrir a las personas.

     Estaba contenta porque por fin volvería a verlo. Terminé de cepillarme los dientes y tomé el bolso esperando a que mis hermanos movieran esas piernas o llegaríamos tarde a nuestra primera clase, aunque no sería mala idea hacerlo, la profesora que no era de anatomía me aburría y no porque sus clases lo fueran, era porque Jung Kook no estaba en ella.

     —¿Por qué esa sonrisa? —Colin se tocó el mentón y asintió afirmando lo que tenía en su cabeza—. Su apellido es Jeon y su nombre es Jung Kook, lo verás hoy, ¿No es así?

     Sonreí inconscientemente.

     —Definitivamente le gusta —afirmó Nam llegando en su silla de ruedas, trayendome nuevamente al planeta tierra.

     —No, claro que no me gusta, solo quiero ser su amiga.

     Ambos castaños rieron al mismo tiempo.

     —Sí, claro y yo camino, Soo —habló Nam entre carcajadas.

     —Buena esa hermano —los veía furiosa y Colin no me apoyaba en la situación—. Si fuera cierto, no tendrías esa sonrisa de tonta en el rostro.

     Giré los ojos, ya no los aguantaba.

     —Si siguen viendo cosas en donde no las hay, a tí —señalé a Nam— voy a esconderte la silla de ruedas. Y a ti —señalé esta vez a Colin— voy a publicar el vídeo que te hicieron, mientras te masturbabas en el baño de hombres, pensando en vete tu a saber quién —ambos me miraron atónitos.

     —¿Tú-Tú cómo sabes eso? —lo miré tragar saliva nervioso, no creo que quiera que nuestros padres se enteren de aquello.

     Deberías temerme, Colin.

     —No puedo decirte, pero si haces mis labores del hogar por una semana, te lo diré.

     Negó con los labios entre abiertos, aún no podía creerlo.

     —Ni de coña, Soo —dijo tomando su bolso de la mesa.

     —Entonces, no te diré.

[◆◈◇]

     Era la hora del almuerzo y no encontraba a Jung Kook por ningún lado y estaba comenzado a preocuparme, ¿No habrá venido hoy?, Pero escuché muy bien al doctor, dijo que en una semana podría volver a la universidad y haciendo memoria, él nunca faltaba a una clase. Frustrada, me detuve a pensar en dónde lo había visto por primera vez fuera del salón, pensando y pensando, llegó a mi mente aquel lugar.

     Campo de fútbol americano.

     Me adentré por aquel pasillo que me llevaba al campo y pude divisarlo desde la entrada, estaba leyendo un libro o eso parecía desde esta distancia. Caminé a paso apresurado hasta dar con su ubicación, le sonreí, pero él ni siquiera me miró, estaba molesto y podía notarlo, no hacía falta que hablara o hiciera algún gesto.

     Se le notaba.

     —Jung Kook —llamé su atención sentándome a su lado, pero solo me dió la espalda—, lo lamento, en serio lo hago, no quería que pasara aquello —escuché como sorbió por su nariz, no necesitaba que nadie me dijera que estaba pasando, porque sabía que estaba llorando—. Jung Kook, te juro que no sabía que eso podría pasar —intenté explicar, pero él no me prestó atención.

     Estaba inmóvil, leyendo el libro que apuesto estaba más interesante que mis disculpas, sin previo aviso se giró, como si hubiese meditado antes lo que me diría. Su rostro aún tenía las cortadas, pero eran diminutas, si estabas a cierta distancia lejos de él, de seguro que no se notan. Él estaba desanimado y con ambas mejillas rosadas, se veía más tierno que de costumbre, pero me rompía el corazón que no quisiera hablar conmigo.

     Sacó una hoja de su bolso junto a un marcador, escribiendo algo en el, en eso recordé que Jimin no cumplió lo de antes, no me había traído el teléfono nuevo que le había pedido para Jung Kook.

“Tu y yo no podemos ser amigos, ni estar juntos”.

     Leí aquel papel una y otra vez, podía ser que mis ojos me estuviesen fallando, pero cada vez que enfocaba más mi vista hacia la hoja, más dolía.

     —¿No quieres que seamos amigos? —pregunté con cierto temor a su respuesta.

     Negó rotundamente.

     —Jung Kook, pero... —no pude terminar mi oración, él me dedicó una última mirada y se perdió por las gradas del campo, dejándome sola y confundida.

     Sentía como si me hubiesen dado una puñalada por la espalda, creí que estaba haciendo lo correcto, ofrecerle mi cariño, respeto y confianza sin nada a cambio, pero le tendí el efecto contrario. Me levanté de donde estaba sentada y salí de allí, no quería estar sola ni sumergida en mis pensamientos, hechandome la culpa de todo, no, necesitaba a mis amigos.

     Ví a Jackson sentado comiendo ramen de la manera más fina posible, aunque su vida no fue nada sencilla, siempre tenía una sonrisa como yo, le veíamos el lado positivo a la vida.

     YoonGi estaba tomando una siesta recostando su cabeza encima de sus brazos, como era costumbre, siempre era tan dormilón; si lo despertabas tenías dos opciones, rezarle a todos los Dioses para que te protejan o hacerte el muerto, no tenías más escapatoria. Algunas veces lo acompañaba cuando mi dorama favorito me mantenía despierta toda la noche, pero era eventual.

     Luego tenemos a Taehyung, jamás creí que fuera cierto lo de “Los hombres comen como cerdos”, Tae Tae era un gran ejemplo de ello. Él se robaba las miradas de las chicas, ¿Y cómo no iba a hacerlo?, Era terriblemente guapo de todas formas.

     —¡Felicity, mi vida! —llamó Jackson mi atención con su perfecta sonrisa, ¿Por qué era tan magistral?

     Felicity. Fue el apodo que me dió Jackson apenas me conoció, según él, yo era su felicidad, hasta que conoció a una chica, su nombre era Lee Sweet, eran una pareja envidiable y perfecta, hasta que ella consiguió un partido más alto, dejando a mi pobre Wang solo, con el corazón destrozado y el ánimo por los suelos.

     Me senté en frente de YoonGi, ese era el puesto que me dejaban estos hermosos caballeros.

     —¿Pasa algo, Felicity? —preguntó Wang al no saludarlo como siempre.

     —Jung Kook no quiere hablarme, no quiere que seamos amigos y pretende ignorarme hasta que sea una abuela muy arrugada —dramaticé acomodandome en el asiento.

     —¿Y eso por qué? —preguntó Taehyung, aunque la respuesta era obvia.

     El peliazul se ganó unas miradas con la ceja levantada. Juro que cuando lo conocí hace unos años él no era así de despistado, pero las cosas se oxidan con el tiempo.

     —¿En serio preguntas? —Wang se tocó el rostro canalizando lo despistado que era el peliazul—. Jimin, por eso Jung Kook no quiere hablarle, supongo que le tiene miedo a morir.

     Taehyung asintió.

     Admiraba la paciencia de Jackson.

     —Yo también tuviera miedo de morir bajo las garras de ese enano... Pero tengo una pregunta, ¿Es cierto que te gusta el mudo? —Taehyung preguntó con la curiosidad a flor de piel.

     Abrí los ojos como platos, ¿Tan malo era ser amiga de la persona que nadie quiere?

     —No, Tae Tae. Por cierto, se llama Jung Kook y no mudo —hice una pausa intentando no molestarme—. Si vuelves a decirle de esa manera, te arrancaré la lengua, Kim Taehyung —de un minuto a otro podía ser bastante ruda.

     —¿Por qué eres así?, ¿Qué he hecho yo? —dramatizó quitándose con la mano derecha sus lágrimas imaginarias—. A veces me das miedo.

     —Es que eres un despistado —respondió Wang con obviedad.

     —Diez puntos para mi sexy Wang —aplaudí como foca retrasada en acción.

     —Ustedes son igualitos —dijo Tae Tae volviendo a su comida.

     —Tranquila, mi bebé, de seguro se le pasará, no es culpa tuya y él debería saberlo, incluso lo estabas defendiendo y recibiste una gran bofetada por eso, dale solo unos días para pensar —tomó ambas de mis manos y las acarició, debo tener las manos súper suaves, todos los que conozco aman hacer eso.

     —No lo sé, Jacky, quizás no debí hablarle, debiste verlo, parecía roto —recordé su hermosa carita con los moretones y cortadas.

     —Realmente lo está, Jimin lo dejó echo nada —el peliazul se ganó una mirada asesina de mi parte, no estaba para bromas.

     —Taehyung, quiero que sigas viviendo, así que mantente callado, te ves más bonito así —habló Jackson tranquilamente—. Y Felicity —lo miré a los ojos, él me transmitía mucha paz—, tú no eres culpable de nada, quiero que lo entiendas, ¿Está bien?

     Asentí.

     Jackson soltó mis manos para seguir comiendo de su ramen, que apuesto a que ya estaba muy frío.

     —Y claro que es su culpa —una cuarta voz se escuchó detrás de mí, no la pude reconocer—. Si tan solo hubieses sido suficiente para Jimin, no te hubiese engañado conmigo. —todos miramos a la enana de cerca, llevaba un vestido que no dejaba nada a la imaginación—. Te estoy haciendo un favor, porque no eres suficiente para nadie.

     La miré furiosa, pero no iba a golpearla.

     Quizás ella tenía razón.

     —¿Y crees que por qué tú me lo digas me va afectar? —solté una carcajada fingida—. No tengo tiempo para mocosas como tú —le dí la espalda, pero mi sexy Wang se puso en alerta, no sabía lo que tramaba la chica.

     —Te arrepentirás —soltó amenazante, pero no le tenía miedo.

     —Si no te vas, olvidaré que eres una chica y te daré la peor paliza de tu vida —amenazó Jackson poniéndose de pie.

     —Jacky, no es necesario que hagas un escándalo por eso, esa niña no lo vale —dije tomando su mano, estaba a mi lado enfrentando con la mirada a la chica cuyo nombre desconocía.

     —¡Jimin! —chilló ella llamando la atención de todos en la cafetería.

     Jimin llegó a su lado muy rápido, como si de Superman estuviéramos hablando, se posicionó al lado de la pelinegra con una expresión de sorpresa.

     —¿Qué pasa aquí? —preguntó confundido.

     —Si no alejas a tu perra, juro por Dios que la haré trizas —solté dándole la espalda a Jimin.

     —Y la ayudaré a enterrar el cadáver, debe aprender que nadie se mete con mi bebé, ¿Entendiste? —Jackson habló después de mí.

     Jimin alzó los brazos pacífico o eso podía ver de reojo.

     Jackson siempre me apoyaba en todo.

     —Prometo que no volverá a molestarte, Soo —Jimin la tomó del brazo y se la llevó, arrastrandola.

     —Vaya, vaya, Wang se puso en modo defensivo —se burló Taehyung, él siempre era tan risueño, pero elegía los peores momentos para hacerlo.

     —Taehyung, no es momento para bromas, Soo iba a matar a esa cualquiera y necesitaría manos extras para enterrarla en el jardín de mi casa  —Jackson se sentó de nuevo en su asiento con el ceño fruncido.

     Siempre tan protector.

GRACIAS POR LEER💕

Corregido: 05/06/2024

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