✖╎Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 08╎✖

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ʏ ᴇʀᴇs ᴜɴ ɪᴅɪᴏᴛᴀ, ʏᴏ ɴᴏ ᴛᴇ ᴄʀɪᴇ́ ᴀsɪ́.

[◆◈◇]

K. Young Soo

     —Quita esa cara, hace cinco minutos que pasó eso.

     Jackson todavía tenía el ceño fruncido.

     —Me da rabia, Soo, ella no sabe nada y lo suelta como si fuera ganado la batalla —suspiró desviando su mirada de mis ojos.

     —Lo importante es que no me afectó, ¿No crees? —no obtuve ese su parte.

     Segundos después puse el bolso en la mesa y saqué unas frituras que había comprado con anterioridad, quería compartirlas con Jeon. Doritos, eran mis frituras favoritas y la de los chicos también.

     —Algo huele muy bien —dijo YoonGi alzando la cabeza de se gran almohada, llamada brazos.

     Sus ojos brillaban y eso que solo había destapado la bolsa de la fritura. Al mirar a los otros chicos su vista estaba en la fritura, ¿Por qué deben ser tan obvios?

     Y tan comelones.

     —Ahí si obtengo su atención —giré los ojos—. Mejor miren hacia otro lado, porque no les daré —dije sacando un perfecto triángulo del interior de la envoltura para meterlo a mi boca.

     Sabía glorioso.

     —Vamos, Soo, no seas mala con tu YoonGi —hizo un puchero más que adorable.

   No pude aguantarme, le extendí la bolsa y él introdujo su mano dentro de la misma, sacando unos cuantos Doritos. Los metió a su boca, escuchando desde mi puesto el sonido crujiente junto a su cara de placer.

     —No puede ser que, a la edad que tienes aún hagas puchero —Jackson habló con cierto desacuerdo.

     Miss perfecto, también era Miss puchero, pero no le digan que les dije.

     —Y bien que funciona —YoonGi tenía una sonrisa en su rostro, nada que unas frituras que te gusten no pueda arreglar.

[◆◈◇]

     Al llegar a casa mis padres estaban terminando de servir la cena, era extraño que estuvieran en casa y más a esta hora. Olía muy bien, no podía negar que mi mamá cocinaba nivel Chef con 21 estrellas Michelin, incluso pensaba que un día ella abriría un restaurante con sus increíbles recetas, pero no, ahora se dedicaba a las cuentas de la cadena de hoteles que eran de mi padre, bueno, de nuestra familia.

     —Llegan temprano, hijos —mamá terminó de poner la milanesa enrollada rellena de chocolate en los platos, manteniendo una hermosa presentación.

     —Nam y Colin salieron temprano, ellos tuvieron que esperarme —expliqué lavandome las manos en el fregadero.

     —¿Por qué salieron temprano? —preguntó papá llegando con una botella de vino blanco entre sus manos.

     Solo disfrutaba de la escena, realmente sacaron a mis hermanos de clases, ¿Razón?, Los amigos que tienen en común les hicieron una gran broma, le enviaron un archivo que ellos como tontos descargaron y era un audio, lo reprodujeron, pero al no escuchar nada le subieron el volúmen al máximo, resonando en el salón un chico que gritaba “¡SEXO ANAL!” y de fondo había una chica gimiendo como una loca, ¿Linda broma, no?

     Nam miraba a Colin y viceversa sin saber que rayos contestar. Papá los miraba fijamente esperando una buena respuesta.

     —Porque la profesora de matemáticas salió por un problema personal, ya sabes que ella le da unas clases a Nam por su buen rendimiento —ayudé a mis pobres hermanos.

     Papá convencido por mi respuesta destapó el vino blanco, ¿Qué íbamos a brindar?, Aún no lo sabía, pero sólo sacaba el vino en ocasiones especiales y ésta era una de ellas. Ellos me miraron agradecidos y negué, dándoles a entender que mi acción saldría muy cara.

    —Es hora de sentarse en la mesa —dijo mamá trayendo la ensalada y asentimos a su orden.

     Bendecimos los alimentos como siempre lo hacíamos, debíamos darle las gracias a Dios siempre por algo, tanto por las cosas buenas como por las cosas malas, total, uno nunca sabe que podría pasar si no. Comenzamos a comer de la deliciosa comida que mi madre había tardado tanto en cocinar, se podía ver el esfuerzo en cada bocado.

     —Tengo un gran anuncio que darles —papá llamó nuestra atención, yo desvié la mía de mi plato para mirarlo—. Como saben, hemos hecho otros socios y llegamos a la conclusión de que queríamos empezar un nuevo proyecto, así que abrimos un restaurante muy lujoso —lo miramos sorprendidos, ¿Por fin se cumpliría el sueño de mamá?

     —¿Mamá será la chef? —preguntó Colin leyendo mi mente.

     Definitivamente, ese era mi hermano.

     —No, pero en el menú estarán todas mis recetas, bueno, no tan literal, hemos hecho un menú para cada día de la semana, ¡Será increíble! —en sus ojos irradiaba felicidad y eso me encantaba.

     —Y no hemos llegado a la mejor parte.

     Nam Joon interrumpió a papá.

     —¿Hay más?

     Papá asintió a su pregunta.

     —Ustedes trabajaran en el —y todo se fue por un precipicio, seré radióloga, no mesera profesional—. Colin estará tras la caja, Soo atenderá las mesas y Nam Joon será el encargado de llevar las cuentas.

     No me veía atendiendo las mesas.

     —¡¿Qué?! —preguntó un Colin alterado.

     —Sí, jovencito, se acabaron tus tardes de videojuegos —dijo papá con una sonrisa, ya sabía que significaba, el día de inauguración no estaba lejos.

     —¿Yo trabajaré desde casa o debo ir al restaurante también? —mis padres se quedaron pensativos ante su pregunta, supongo que no se lo habían planteado antes.

     Mis padres nos miraron por unos segundos, buscando algo de lógica a lo que pensaban, hasta que finalmente mi padre soltó lo que tanto queríamos escuchar.

     —Tú también tendrás que estar en el restaurante hasta que cierren, eres mi hijo mayor y deberás estar pendiente de todo.

     Él sólo bufó.

     Sus noches de follar a la almohada habían terminado al igual que las de Colin.

     —¿Eso quiere decir que seré mesera? —pregunté ganandome sus miradas llenas de ilusión.

     Era la única que no habían hablado desde que nos sentamos en la mesa. Tampoco tenía tantas cosas que decir.

     —Sí, hija, podrás ganar tu propio dinero y hacer con el lo que quieras, al igual que ustedes chicos —respondió mamá tomando de la copa de vino.

     Pensándolo mejor, no era mala idea.

     Jung Kook necesitaba el teléfono que Jimin le había dañado sin explicación alguna, si trabajaba horas extras los primeros días, quizás con lo que me vayan a pagar podría comprarle el teléfono a Jeon y así por fin podré liberarme de todo este cargo de conciencia.

     —Acepto —quizás debí pensarlo un poco más.

◆◈◇ ══ ◆◈◇ ══ ◆◈◇

J. Jung Kook

     Jugaba con mi cabello frente al espejo de mi habitación, quería cambiar algo de mí, quizás así notarían mi existencia y no mis defectos, que estaba consciente que sólo se enfocaban en uno y no en todas las habilidades que poseía. Soy bueno en casi todos los deportes, incluyendo el fútbol y la natación, tenía gran talento para la danza mixta e incluso para cocinar, mi nana me enseñó desde pequeño, mientras mis padres trabajaban duro para traer muchos más lujos a la casa.

     Tres toques se hicieron presentes en mi puerta, me dí la vuelta para ver a mi nana quien traía una bandeja con un ensalada se frutas y un jugo, algo rico antes de acostarme.

     —¿Cómo te fue?, ¿Viste a la niña linda y sexy? —arqueé una ceja confundido, ¿Acaso le agradaba Soo?—. No te hagas, sabes que hablo de la linda chica que te defendió —rodé los ojos dándole la espalda un momento para buscar encima del escritorio que tenía en la habitación, un marcador y un cuaderno.

     Escribí la respuesta que tanto ella anhelaba y se lo mostré.

“Y por su culpa me golpearon brutalmente”

     Nana no estuvo muy contenta con mi respuesta, puesto que puso la bandeja en una mesita de noche y se acercó a mí con los brazos extendidos sólo para que la abrazara.

     —Tú sabes muy en el fondo que no es su culpa, Kook, tú lo sabes —acariciaba mi cabello con sumo cuidado, una y otra vez, cerraba los ojos disfrutando aquel maravilloso tacto.

     Era relajante.

     Al separarnos, tomé nuevamente el cuaderno junto al marcador y le respondí aquello.

“Aunque yo sepa que no fue su culpa, si soy su amigo corro peligro, su ex-pareja siempre intentará matarme”.

     Nana negó no muy convencida ante lo que había escrito, encontrando una gran solución, podía deducirlo por el brillo en sus ojos.

     —¿Y por qué no te defiendes?, No eres inválido y menos padeces de aquella enfermedad que te deja los huesos frágiles —negué, una y otra vez—. Deja de hacerte el pacífico o la víctima, ya no sé realmente que eres.

     Tomé el cuaderno y escribí en el, era más fácil si lo hacía con el teléfono, ¡Pero vaya sorpresa!, El estúpido de Park lo destrozó y para colmo no podía decirle a mis padres que me compraran otro o tendría que decirle la verdad sobre lo que pasó aquel día y apuesto a que papá me dejaría en las mismas condiciones con tan sólo abrir mi boca .

     Nana me había excusado ese día, diciéndoles que me había quedado en casa de un amigo para hacer un trabajo que debía entregar la semana que viene, por suerte le creyeron y no preguntaron luego al respecto.

“Le dije que ya no quería ser su amigo”.

     —Y eres un idiota, yo no te crié así, Jeon Jung Kook.

¿Qué día les gustaría que actualizara ésta historia?

GRACIAS por LEER💕

Corregido: 05/06/2024

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