"Jungkook lo enfrenta."

El castaño suspiró por quinta vez en el trayecto a casa de sus abuelos, el rubio no había dejado de seguirlo mientras iba derrochando felicidad y cantando canciones infantiles.

Jungkook giró en sus talones mirándolo con el ceño fruncido. Jimin chocó con su pecho y al separarse se rio divertido. Jungkook bufó cansado.

—Basta, deja de seguirme —habló duro.

—No te estaba siguiendo, tontito —se rio divertido.

—¿De verdad? ¿Y a dónde se supone que te diriges? —colocó sus brazos a sus costados.

—No te estoy siguiendo a ti, ya te dije —volvió a repetir divertido.

—¿Entonces a quién? ¿Ves a alguien más? No, solo soy yo.

—Estoy siguiendo a tu sombra, relájate Jungkookie —soltó una pequeña carcajada.

Jungkook negó desesperado. Suspiró y se dio la vuelta para seguir su camino a casa, otra vez volvió a escuchar su hermosa voz. No les había prestado atención a las primeras tres canciones, pero a esta sí, Jungkook la conocía al derecho y al revés, su madre se la cantaba cuando tenía miedo. Suspiró, sintiendo su pecho oprimirse. Jimin seguía cantando alegremente, llevando perfectamente el ritmo de la canción.

El castaño paró y se giró. Tomó a Jimin de los hombros y lo miró con lágrimas en los ojos. El rubio se alarmó, mirándolo confuso y preocupado.

—Deja de seguirme, Jimin —habló entrecortado.

Jimin lo miró con pena, pero no se movió, al contrario, elevó una mano hasta el rostro del chico para limpiar una de las lágrimas que había bajado sin Jungkook darse cuenta. El castaño reaccionó y soltó al rubio para seguir caminando más rápido mientras apartaba las lágrimas agresivamente de sus ojos.

Jimin corrió un poco hasta tomarlo de su brazo. Jungkook frenó al sentirse sujetado de este. Lo miró furioso. Jimin lo miró a los ojos antes de correr y abrazarlo. Jungkook se quedó helado con los ojos un poco más abiertos de lo normal ¿Por qué se sentía tan bien? Sus lágrimas empañaron su vista y se dejó abrazar por el rubio. Su abrazo era tan cálido y cómodo que sintió como si estuviera abrazando a su madre. Sus brazos reaccionaron por instinto y se aferraron al delgado cuerpo de Jimin, apretándolo a su cuerpo sin dejarlo escapar. Jungkook juró sentir el perfume de su madre mientras unas suaves manos acariciaban su cabello tan lentamente. Después de un momento sintió a su padre, su perfume tan varonil y cálido, sonrió al recordar todos los momentos que pasaron juntos al jugar cochecitos o fingir ser corredores de autos profesionales. No se dio cuenta en qué momento el recuerdo de sus padres había desaparecido para sentir una dulce fragancia; fresas y rosas, junto con unas manos tan pequeñas y suaves. Al comprender lo que sucedía se separó del rubio mirándolo con ojos más abiertos de lo normal.

Jimin le sonrió débil, pero con un gran brillo en sus ojos. Jungkook retrocedió un poco, hacía mucho tiempo que no recordaba cómo era el recuerdo de sus padres. El rubio dio dos pasos adelante y tomó sus manos. Jungkook trató de separarse de él, pero no pudo al escucharlo hablar.

—Ellos están bien, te siguen amando tanto como la primera vez —Jimin lo miró directo a los ojos haciendo que Jungkook se sintiera tan malditamente feliz.

El castaño no pudo con tanto, se soltó del agarre del rubio y giró en sus talones para correr lo que le quedaba de camino a casa. Jimin se quedó ahí parado mirándolo correr con una sonrisa. El rubio se sintió bien, pero todavía no sabía que había pasado, solo recordaba abrazarlo y luego ya no estaba hasta que Jungkook lo soltó. Era como si se hubiera desconectado por unos segundos ¿Qué había sido eso?

¡Hola!

Espero que les guste❤

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¡Adiós!