9 | Mentiras de omisión

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Querías hablar?—Preguntó Liam mientras entraba a mi habitación.

—Sí. Sobre ti y yo.

Liam suspiró y se dirigió a mi ventana. —Se trata de que estás celosa de Hayden, ¿no?

—No. Esto es sobre ti y yo.

Él suspiró. —Ajá.

—Realmente estoy luchando por controlar mis visiones y controlar el ser una mujer lobo. Todavía estás tratando de controlarte a ti mismo también. Creo que tal vez los dos necesitamos un poco de tiempo separados para pensar las cosas—dije.

Se dio la vuelta para mirarme. —¿Así que quieres terminar?

—No, nunca dije eso...

—Lo insinúas.

—Liam no hagas esto más difícil de lo que ya es—suspiré. —Creo que solo necesitamos tomarnos un descanso para resolver las cosas. Y tal vez tú también puedas descubrir cuáles son tus sentimientos por Hayden.

—Lo sabía—dijo con dureza. —Todo esto se trata de Hayden.

—No, no lo es—me defendí. —Claramente, no has notado que he estado luchando.

—He estado ocupado.

—Me di cuenta.

—¿Por que estas tan enojada?

—¡Porque estoy harta de sentirme con el corazón roto todo el tiempo! ¡Estoy harta de ser la segunda después de Hayden todo el maldito tiempo!

—¡No es mi culpa que no confíes en mí! No he hecho nada malo

—¡Liam, sí confío en ti!—Yo recordé.

—¡Entonces por qué no puedes ver que no he hecho nada malo!

Fruncí el ceño, escuchando los latidos de su corazón saltar un poco.

—Repítelo.

—¿Qué?

—Dilo. Dime que no has hecho nada malo.

Me miró con expresión confusa. —¿No he hecho nada malo?—Dijo inseguro.

Su frecuencia cardíaca se aceleró brevemente.

—Mentiroso.

—¿Perdón?

—¡Algo pasó entre ustedes dos!—Exclamé.

—No ha pasado nada—argumentó.

—¡Deja de mentirme, Liam!

—¡Bien vale!—Él chasqueó. —Nos besamos.

Negué con la cabeza, alejándome de él. —¡Confié en ti cuando nadie más lo hizo! ¡Creí en ti cuando nadie más lo hizo!—Grité. —Te amaba, Liam Dunbar. ¡Estuve allí para ti en cada maldito paso del camino! Y mira a dónde me llevó.

—Bec no...—agarró la muñeca.

—No. No me toques. Ya terminé con esto.

—Por favor, Becca.

—¿Quién estuvo ahí para ti en tu primera luna llena? ¿Quién fue la que corrió hacia esos malditos bosques después de ti, incluso cuando su hermano le dijo que no lo hiciera?—Pregunté, acercándome a Liam. —¿Quién te defendió cuando tu vieja escuela jugó con nosotros en esa pelea?

—Rebecca...

Lo interrumpí de nuevo. —¿Quién logró calmarte cada vez? ¡Está bien, sin olvidar las muchas veces que salvé tu maldito trasero!

—Está bien, lo entiendo...

—No, Liam. No, no. ¿Recuerdas nuestro primer beso? ¿Nuestra primera cita? ¿Nuestro lugar secreto? Fuiste mi primer todo, Liam. Te amé. No, todavía te amo. Y odio el hecho de que lo haga.

—¿Estás rompiendo conmigo?—Su voz se quebró levemente y vi lágrimas brillar en sus ojos.

—No lo sé, Liam—dije con un suspiro. —Quizás sea lo mejor.

—Rebecca, te amo.

—Entonces tal vez deberías haber pensado en eso antes de romper mi corazón.

Sacudió la cabeza. —Esto es ridículo.

—Sí, es ridículo que tenga que pasar por esto—Las lágrimas de rabia se estaban formando en mis ojos, amenazando con desbordarse.

Tomó mi brazo de nuevo y vi sus garras extendidas.

—¿De verdad me estás culpando de todo esto?—Preguntó. —¡Cuando tú eres la que me aleja!

—¿Alejar?—Me burlé. —¿Desde cuándo te he estado alejando?—Su agarre en mi brazo se apretó y estaba empezando a doler. —Suéltame—espeté.

Gruñó y vi que sus ojos cambiaban de color. Su pulso estaba fuera de control. Lo reconocí como rabia. Y yo era el que estaba en la línea de fuego.

—Tal vez nos apresuramos a hacer las cosas demasiado rápido. Ambos, todavía estamos aprendiendo—dije con calma. —Liam por favor déjalo ir.

Sentí que algo cálido se deslizaba por mi brazo. Sangre.

—¡Liam suéltame!—Grité. —¡Liam!—Usé todas mis fuerzas y aparté su mano de mi brazo.

Mientras me tambaleaba hacia atrás, agarrando mi brazo herido, pareció salir de su rabia.

—Lo siento mucho—dio un paso hacia mí, pero me alejé de él.

—¡Vete!

—Bec...

—¡No me llames así!—Rompí. —¡Solo vete!

—Lo siento mucho.

—¡Déjame en paz! ¡Necesito espacio, Liam!—grité. —Necesito averiguar qué me está pasando y cómo puedo controlarlo. Tienes que entender tus sentimientos por Hayden antes de volver a herirme. ¡Tanto emocional como físicamente ahora!

—Bueno, está bien. Tal vez no quiero aguantarte a ti a y tu mierda.

—¿Sabes qué? Quería terminar con esto en términos de amistad mutua, pero parece que no. Hemos terminado, Liam. Para siempre. Espero que estés feliz.

—Espera Becca...

—Por favor, sal de mi habitación.

—Rebecca por favor.

—¡Sal de mi maldita habitación!—Me acerqué a la puerta y la abrí.

Entró y suspiró, dándose la vuelta en la puerta para mirarme. Los dos nos miramos el uno al otro por un momento antes de que Liam hablara.

—Nunca dejaré de amarte.

Le cerré la puerta en la cara.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Escuché gritos desde abajo poco después de haber echado a Liam de mi habitación.

Salí de mi habitación y me paré en el tope de las escaleras.

Scott estaba cerrando con fuerza la puerta principal detrás de alguien. Suspiró cuando me vio.

—¿Ese era Liam?—Yo pregunté.

Scott asintió con tristeza. Suspiré y me dirigí al pie de las escaleras.

—Ven aquí—Scott me abrazó en un abrazo.

Toda la rabia que había sentido. Todo el dolor. Salió de mí en ese momento. Scott y yo estuvimos abrazados durante años. Ninguno de los dos habló, solo lloré. Y lloré. Hasta que me calmé y él se apartó, secándome las lágrimas.

—Bex déjame decirte algo que ningún adolescente cree, ni siquiera yo, pero te prometo que es la verdad completa—dijo Scott. —Te enamoras más de una vez. Sucederá de nuevo y será tan asombroso y perfecto como la primera vez.

—¿Será igual de doloroso?—Yo pregunté.

Scott sonrió un poco. —Probablemente. Pero volverá a suceder, lo prometo.

—Solo... quiero a Liam. No sé qué se supone que debo hacer sin él. Él siempre me mantuvo con los pies en la tierra y ahora...

—Me tienes a mí. Tienes a Stiles, Lydia, Malia, Kira, Mason—dijo. —Siempre estaré a tu lado. No importa qué.

Exhalé lentamente. —No puedo creer que me hiciera eso.

—Tal vez solo está confundido acerca de lo que quiere. Es mejor que lo averigüe en lugar de lastimarte aún más. Reduce las posibilidades de que lo mate.

Me reí un poco. —Oye, ¿quieres pedir pizza y ver una película? Solo tú y yo. ¿Pasar tiempo de calidad con los hermanos?

Scott sonrió. —Solo si podemos ver Shaun of the Dead.

—Por supuesto. Siempre soy una bottom para los zombies.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Suspiré, saqué mi espejo de bolsillo y me apliqué otra capa de lápiz labial.

—¿Por qué estás aquí?—Mi hermano me frunció el ceño mientras caminaba por el pasillo vacío de la escuela.

—Me enviaron fuera de clase—me encogí de hombros.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Llegué tarde—No era una mentira, pero no era toda la verdad.

Él suspiró. —¿Le hablaste a la maestra?

—Ella se equivocó—me defendí. —Solo la estaba poniendo en su lugar.

Scott negó con la cabeza. —Sé que esto es difícil para ti, pero no puedes tomar lo que estás sintiendo con otras personas. Ya dejé pasar que estás vestida como Erica Reyes 2.0 pero...

—¿Me acabas de comparar con Erica?

—Sí, lo hice—dijo, ganándose una mirada de mi parte. —Mira la luna llena es mañana y sé que ya estás empezando a sentirla.

—No sabes una mierda—espeté.

Sonó la campana y un mar de gente empezó a inundar fuera de clase.

—Rebecca, detente. Eres mejor que esto—gritó Scott por encima del ruido.

—¡Solo déjame en paz, Scott!

—Solo quiero ayudarte.

—¡Bueno, no! ¡No eres papá, así que deja de intentar decirme qué hacer!—grité.

Sabía que estábamos atrayendo la atención porque la gente empezó a mirarnos.

—No voy a hacer esto aquí—siseó Scott.

—Lo que sea.

—¡Rebecca no te alejes de mí!

Ignoré a mi hermano y continué por el pasillo. El chasquido de mis tacones me hizo sentir invencible y me pregunté si así de poderosa se sentía Lydia todo el tiempo.

—¡Rebecca!—Escuché a Scott llamar.

Doblé la esquina pero esta vez una voz diferente gritó mi nombre.

—¡Hey Bex, espera!—Me detuve en seco con un suspiro, volviéndome hacia Mason. —¿Qué pasa contigo?

—Oh, entonces no has hablado con Liam.

—No, lo he hecho. Yo sólo- está no eres tú. No actúas así, ni te vistes así, no hablas con tu hermano así.

—No te ofendas Mase, pero esto no es asunto tuyo—Me di la vuelta y comencé a alejarme, pero él me agarró del brazo.

—Sí, lo es. Este es mi problema. Eres una de mis mejores amigas Bex y no puedo permitir que me alejes. No te veré alejar a tus amigos ni a tu hermano.

—Solo mantente al margen, ¿de acuerdo?

No me detuvo cuando salí furiosa esta vez.

Sabía que estaba actuando como una perra, pero no podía parar. Me hizo sentir más fuerte saber que había levantado un nuevo muro que nadie podía derribar.

Preferiría ser así que la chica que llora constantemente todo el tiempo solo porque su novio rompió con ella.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—Escuché sirenas, ¿qué está pasando?—Le pregunté a Mason cuando lo alcancé.

Cuando se volvió para mirarme, vi sangre y mercurio por toda su camisa.

—Ay Dios mío.

Noté que Scott y Theo se abrían paso entre la multitud para encontrarnos.

—Empezó a sangrar por todas partes—dijo Mason en estado de shock.

Todos miramos simultáneamente a Corey siendo llevado en la camilla.

—No dejes que lo hagan—Corey se atragantó. —¡No dejes que me maten!

—Scott, tenemos que seguirlos. Tenemos que protegerlo bien—dijo Theo. —Scott, vamos. ¡Scott!—Él instó. —¡Scott, esto es lo que haces!

Mi hermano asintió y los dos regresaron al interior con la multitud.

—Oye, todo va a estar bien—le dije a Mason. —Siento lo de antes. Confía en mí cuando digo que Scott lo salvará.

Mason me miró con miedo escrito en todo su rostro. —¿Y si ... y si vienen los doctores?

—Scott lo protegerá, lo prometo.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Mason y extendí la mano, tomando la mano de mi amigo.

—Te abrazaría pero, ya sabes—corté, señalando el mercurio y la sangre que cubría su camisa. Mason sonrió un poco ante eso. —Vamos, vamos a llevarte a casa y limpiar.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—Cuéntamelo todo.

—En pocas palabras, Liam es un idiota.

Mason se rió. —No. Cuéntame la historia completa.

Sacó una camisa de sus cajones y se la puso, sentándose en la cama a mi lado.

—Las cosas habían ido muy bien. Estábamos más cerca que, bueno, nunca. Y luego volvimos a la escuela y todo parecía ir mal. Descubrimos que tengo estos nuevos poderes que podrían ser la razón por la que tengo los ojos verdes. Sigo viendo visiones de eventos futuros. Pero solo tienen que ver con la manada y parecen ocurrir cuando mis emociones se intensifican .

—Nunca me dijiste esto.

—Liam era el único que sabía. Simplemente no quería que todos se preocuparan por mí. Ahora no estoy tan segura de haber tomado la decisión correcta. Necesito gente ahora mismo—admití.

—Oye, me tienes—puso su brazo alrededor de mi hombro.

—Lo sé. Pero primero eras amigo de Liam. Está bien que sigan siendo amigos. Tampoco cambia las cosas entre tú y yo. Y entiendo que estarás más con él.

—Bex, no te haré eso. Liam también ha estado distante de mí. Dijiste que eso hizo que Scott y Stiles estuvieran más cerca...—negó con la cabeza. —Ha estado con Hayden todo este tiempo. Quiero decir, sabía que él la protegía, pero...—cortó. —Perdón.

—Está bien.

—No, no está bien . Lo siento

—Está bien. Yo sólo...es difícil. Ojalá no hubiéramos terminado así. Quería que lo termináramos en términos más amistosos—suspiré. —No que él me engañe.

—Todavía tengo la esperanza, ya sabes. Que ustedes dos resolverán las cosas. Ustedes son Bex y Liam. Fueron la pareja poderosa de Beacon Hills, está bien. La forma en que ustedes dos estaban juntos, fue amor real. Creo que él va para darse cuenta del error que cometió.

—Incluso si lo hace. Digamos que regresa arrastrándose hacia mí, no creo que nunca pueda superar lo que hizo—dije con sinceridad. —No creo que pueda estar con alguien a quien ya no respeto.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

No hacía mucho que regresaba a casa cuando alguien llamó a la puerta.

La abrí y gemí al ver a la única persona a la que realmente no quería ver.

—¿Qué quieres?—Rompí.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo antes de volver a mirarme. —Lindo atuendo. ¿Puedo entrar?

Fue a entrar pero yo comencé a cerrar la puerta.

—Becca...

—No me importa, Brett.

—Espera, espera, espera.

Suspiré. —¿Qué?

—Solo quiero hablar—dijo.

—Bueno, yo no—comencé a cerrar la puerta de nuevo.

—Sé lo que pasó entre tú y Liam.

Hice una pausa. —Mason te lo dijo, ¿no?

—Obviamente—Brett puso los ojos en blanco y entró en mi casa.

Sabía que era una idea estúpida pero, sinceramente, estaba cansada de las discusiones.

—Entonces, ¿estás aquí para consolarme o decirme lo idiota que es Liam?—Pregunté, dejándome caer en el sofá.

—Quizás ambos—dijo, sentándose a mi lado.

Tuve la necesidad de darle un puñetazo y borrar esa sonrisa molesta de su rostro.

—¿Así que te abandonó por Hayden?

—No me abandonó—le corregí. —Lo dejé yo.

—Bastante justo. ¿Así que ahora estás, vistiéndote así para llamar la atención de otros chicos? ¿Para ponerlo celoso? Eso es bajo Becky.

—Número uno, no. Número dos, no es de tu incumbencia. Número tres, nunca me vuelvas a llamar Becky o te mataré.

—Entonces dime cómo es—se inclinó hacia delante. —Dime por qué estás vestida así. Por qué estás actuando aún más perra que de costumbre. Dime por qué estás alejando a todos tus amigos.

—¡Porque duele!—grité. —Y no sé cómo quitarme el dolor. No sé cómo lidiar con él.

—¿Sabes lo preocupados que han estado todos?

—¿Por qué te importa? ¿Por qué estás aquí, Brett?

—¡Me importa!—El exclamó. "Más de lo que crees.

Me burlé. —¿Que se supone que significa eso?

—Que Liam es un idiota por dejarte ir.

Me levanté del sofá, negando con la cabeza. —No haré esto ahora mismo.

Irrumpí en la puerta principal y la abrí.

Brett volvió a cerrarla de golpe.

—¡Sólo vete!

—Escúchame Becca.

—¡Vete!

—No. No voy a ir a ningún lado.

—Lo juro por Dios, Brett...—Me acerqué a la puerta de nuevo, pero él me empujó contra ella. —¿Qué demonios estás haciendo?—Yo pregunté.

Su rostro estaba a centímetros del mío, y sus ojos miraban los míos intensamente. Ambos estábamos respirando con dificultad.

—Me gustas Becca.

—¿Por qué estás haciendo esto?—Prácticamente susurré.

—Porque necesito que entiendas lo que vales—dijo, su voz baja y tranquila. —Lo que significas para mí.

—¿Cómo te atreves?—Lo empujé hacia atrás. —¿Qué en tu sano juicio te hizo pensar que esto era una buena idea?

—Yo no...

—¿Pensaste? No, porque los chicos nunca piensan con la cabeza. Es todo 'Ya sé, vamos a consolar a la chica claramente vulnerable que acaba de romper con su novio'.

—No, no es así lo juro.

—¿Cómo es entonces?

Se pasó la mano por el pelo. —Está bien, tienes razón. Yo estaba equivocado. Soy un idiota.

—Eres más que un idiota.

—Llámame todos los nombres bajo el sol, lo que sea. No cambiará cómo me siento.

—Te odio—dije con los dientes apretados.

Mi atención se centró en su boca, mientras luchaba por evitar sentirme tan atraída por él.

Es el uniforme de la escuela, lo juro.

—Te odié primero—siseó.

Nuestras miradas se encuentran y antes de que me diera cuenta, se lanzó hacia adelante, sus manos agarrando mi cara.

Me empujaron contra la puerta de nuevo mientras profundizaba el beso. Respondí besándolo aún más fuerte.

Mis manos pronto encontraron el camino hacia la corbata.

Hace cinco minutos lo habría estrangulado felizmente con eso, pero ahora la estaba aflojando.

Con la corbata ahora en el suelo, comencé a desabrocharle los botones de la camisa.

Sabía que esto estaba mal.

Tan mal.

Pero cuando sus labios se encontraron pegados a mi cuello, ni siquiera pude controlarme.

Terminamos en el sofá, mis dedos trazaron las líneas de músculos que recorrían su estómago y pecho. Su mano se deslizaba lentamente por mi muslo y la desesperación de nuestros besos se volvió más salvaje.

Se sentía como si toda la energía reprimida y la frustración del día finalmente se derramara, haciendo que nuestros besos se volvieran más profundos.

Quería detenerme, necesitaba detenerme.

Pero besar a Brett fue diferente. Era peligroso, era estúpido pero se sentía bien.

Nunca había experimentado un sentimiento como este. Era como si estuviera dejando ir todas y cada una de las emociones. Me hizo sentir que podía olvidarme de todo.

Sus manos estaban en mi cintura mientras lentamente comenzaba a deslizar mi camisa hacia arriba. Enredé mis dedos en su cabello.

Fue sólo cuando murmuró mi nombre contra mis labios que mi conciencia entró en acción; que finalmente me di cuenta de lo que estaba haciendo.

Volví a la realidad, separándome de él y moviéndome al otro extremo del sofá para poder tratar de procesar lo que acababa de pasar.

Brett no dijo una palabra, simplemente se volvió a poner la camisa con una carrera frenética.

—Yo-um. Eso no debería haber...—Me quedé sin palabras. Todavía no podía entender lo que acababa de pasar.

Si mi conciencia no hubiera entrado en acción, ¿hubiéramos ido más lejos?

—Lo siento Becca—dijo, dirigiéndose a la puerta.

—Sí, eh-um. Olvidemos que sucedió, está bien.

Vi una mirada de decepción destellar en sus ojos y no pude evitar recordar lo que dijo antes.

—Oh, Brett...—comencé.

Sacudió la cabeza, su voz llena de dolor. —Está bien, sé que siempre seré el segundo.

No supe que decir.

Porque sabía que Brett tenía razón.

En todo caso, esta terrible experiencia solo me hizo darme cuenta de cuánto extrañaba a Liam.

Cuánto extrañaba el sabor de sus labios sobre los míos, la sensación de sus manos en mi piel, la forma en que nuestros labios se movían en sincronía.

Con Brett fue diferente. Fue una liberación de emociones. Pero lo que sentía con Brett, fuera lo que fuera, no se acercaba a cómo me sentía cuando estaba con Liam.

—Lo siento—fue todo lo que pude ahogar.

—Yo sé eso.

Observé mientras se dirigía por el camino, desapareciendo finalmente en la distancia.

Me dejé caer contra la puerta mientras la cerraba.

Llevé mis rodillas a mi pecho y cerré los ojos.

Esta vez no lloré.

Aunque quería hacerlo. Quería llorar el dolor.

Solo necesitaba algo para quitarme el dolor de pecho.

Y aunque Brett parecía una buena opción en ese momento, ahora me doy cuenta de que probablemente he hecho de esto un lío aún mayor.

No quería a Brett. No quería los discursos de motivación de Scott. No quería los abrazos de mamá. No quería el consejo de Lydia. No quería que Malia me dijera que todo iba a estar bien. Ciertamente no quería que Stiles cumpliera con sus amenazas de matar a Liam, aunque eran tentadoras.

Pero lo que sí quería, lo que ansiaba, no era Liam. Fue el sentimiento que me dio.

La sensación de que nunca volveré a tener.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Después de lo de Brett, me senté en el sofá y me puse a pensar.

Brett y yo nos odiamos. Mi odio fue una auténtica aversión. Pero ahora estoy empezando a pensar que el de Brett no lo era. Y me hizo reconsiderar mis sentimientos reales por él.

Decir que estaba confundida era quedarse corto.

¿Y Liam? Todavía no lo había superado. Todavía lo extrañaba.

No había estado sentada allí ahogándome en pensamientos y sentimientos por mucho tiempo cuando recibí un mensaje de Liam.

Puse los ojos en blanco, preguntándome por qué demonios me estaba enviando mensajes de texto.

Su texto era breve y leído; En sinema con Scott. Necesito tu ayuda.

Ahora estuve tentado a ignorar el mensaje. Pero si Scott estaba en problemas, tenía que hacer algo.

Así que no tardé en llegar al club.

—¡Liam!—grité. —¡Liam!

—¡Por aquí, Becca!

Me dejé caer al suelo y escuché el sonido de algo que pasaba a mi lado.

Cuando me di la vuelta, uno de los doctores del pavor estaba parado encima de mí.

Miró hacia atrás y yo hice lo mismo, notando que era donde estaba parada Hayden.

¿Entonces estábamos protegiendo a Hayden ahora?

Me levanté rápidamente, retrocediendo y empujándola detrás de mí.

Quería dejarla morir. De acuerdo, quizás no morir, eso es un poco extremo. Pero quería que tal vez estuviera herida de muerte. Sin embargo, naturalmente, como McCall, tenía una maldita conciencia.

—¡Corre ahora!—Le grité.

¿Dónde diablos estaba Scott?

El doctor empezó a dirigirse hacia nosotros y traté de empujarlo hacia atrás. No tuvo ningún impacto en él.

Se están volviendo más fuertes.

Liam corrió hacia él, tratando de derribarlo, pero tampoco tuvo éxito.

—Me dijiste que Scott estaba aquí—le grité mientras los dos nos alejábamos del doctor.

—Necesitaba tu ayuda, lo siento.

—¿Me mentiste? ¿¡Otra vez!?

—Lo siento.

—Vete a la mierda Liam Dunbar—levanté la pierna y golpeé al doctor. Me agarró de los brazos y me hizo girar, arrojándome contra la pared.

Escuché un rugido y Scott entró, atacando al temible doctor.

Su tiempo será siempre acertado y siempre estaré agradecida.

Scott fue derribado al suelo y corrí hacia  doctor lanzándole puñetazos. Bloqueó a cada uno de ellos y me agarró de los brazos, levantándome y tirándome al suelo.

Gemí de dolor, viendo como Liam iba a atacarlo.

Escuché el golpe de alguien cayendo al suelo y traté de sentarme.

El doctor comenzó a dirigirse hacia mi hermano y yo ignoré el dolor y me levanté. Grité mientras corría hacia el médico, no porque pensara que era rudo sino porque estaba absolutamente aterrorizado de atacarlo.

Agarré el cuello del doctor y tiré de él hacia atrás. Sin embargo, esto solo me hizo tropezar hacia atrás porque esa cosa pesaba una tonelada.

Se dio la vuelta y conectó su puño con mi cara. El impacto fue tan fuerte que caí al suelo.

Decidida a seguir luchando, me levanté y agarré al médico por detrás antes de que pudiera golpear a Scott.

Mientras lo giraba, el doctor me agarró de la muñeca y la torció.

Grité de dolor, soltándome y chocando contra la pared.

Miré mi muñeca, que estaba prácticamente roja de dolor, y me di cuenta de que se había roto.

Liam se arrastró hacia mí y me preguntó si estaba bien.

—Esto va a doler—dijo, colocando sus manos sobre mi muñeca.

—Excelente.

Lo retorció y dejé escapar un gemido de dolor.

—Está bien, está bien. Está hecho. ¿Estás bien?

—Mejor que nunca.

—Hey—Theo se inclinó a nuestro lado.

¿Desde cuándo llegó aquí?

—Fuera de aquí—dijo.

Liam me miró.

—Ve—dije. —Me quedaré y ayudaré.

Él asintió con la cabeza y llamó a Hayden.

Me dirigí hacia mi hermano que estaba tendido en el suelo con dolor.

—Scott—lo sacudí. —Scott.

Las luces se encendieron y Scott pareció despertar.

—¿Dónde está Hayden?

—Vi la aguja entrar—dijo Liam. —Sus ojos simplemente se llenaron de Mercurio. Se volvieron completamente plateados

—Bueno, ella se ve bien—señalé, con los brazos cruzados mientras la miraba.

—Tal vez ella se cure—agregó Theo.

—O tal vez no lo hará—dijo Scott.

—¿Y si algo le pasa por dentro?—Preguntó Liam.

Mi hermano miró a Theo.—Llévalos a la Clínica Animal. Nos vemos allí.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Cuando uno tiene que elegir entre sentarse en el asiento del pasajero junto a Theo pedazo de mierda Raeken o sentarse en el asiento trasero junto a la nueva pareja de Beacon Hills, uno siempre elige a Theo Raeken.

—Mantenla despierta—instruyó Theo mientras conducía. —No creo que sea una buena idea que se duerma.

—¿Hayden? Hayden, tienes que mantenerte despierta.

—Estoy tan cansada.

—Sí, lo sé, pero no puedes dormir.

Puse los ojos en blanco y apoyé la cabeza contra la ventana.

—¿Cómo la ayudamos?—Preguntó Liam.

—No lo sé—admitió Theo. —Cuando es envenenamiento por lobo, lo quemas. Pero no sé nada sobre el mercurio. Especialmente un tipo que probablemente haya sido alterado por ellos.

—¿Se va a curar?—Preguntó.

—El problema es que ella no es como nosotros Liam—dijo Theo. —Ninguno de ellos lo es. Son más como imitaciones baratas.

Traté de no reírme.

—Puede que no sea tan fuerte como nosotros.

—O sanar como nosotros—agregué.

Theo asintió. —Ella no es un verdadero hombre lobo.

—¿Y si la convertimos en una?—Sugirió Liam.

—Buena idea—dije con sarcasmo. —Excepto que no podemos hacer eso.

—Pero Scott puede.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—¿Por qué Scott no le cree?—Me pregunté en voz alta, escuchando la discusión afuera entre mi hermano y Stiles.

—No lo sé—respondió Theo. —Quizás simplemente no se lo está tomando bien.

—Pero debería creerle. Fue un accidente. En defensa propia. Su corazón estaba estable cuando me lo dijo—dije con el ceño fruncido.

—No lo sé—Theo se encogió de hombros.

Suspiré, apoyándome contra la pared, sin dejar de comer mis patatas fritas.

Liam me miró con desaprobación.

—¿Qué? ¿No tengo permitido comer?

—¿En un momento como este?—Preguntó.

—Lo que sea—murmuré, ofreciéndole uno a Theo, quien se negó.

Oí que se abría la puerta de la clínica de animales y Scott entró.

—Está empeorando, creo que se está muriendo—exclamó Liam, todavía sosteniendo a Hayden en sus brazos.

Puse los ojos en blanco y me metí otra papita en la boca.

Ella se pondrá bien. Lo sé. Scott seguramente dirá que sí a morderla.

—Tiene que ser una especie de envenenamiento por mercurio—dijo Theo.

—Scott, recuerda lo que me prometiste—recordó Liam. —Dijiste que harías todo lo que pudieras para salvarla—Hayden gimió de dolor. —Si es un hombre lobo de verdad, podemos salvarla—dijo Liam. —Tienes que darle el mordisco.

Miré a Scott expectante.

—No.

Crují la papita en mi boca mientras los demás miraban a Scott en estado de shock.

—Bueno—hablé, mirando a Liam. —El karma es una perra, ¿verdad?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro