✦Yoongi 15 años
✦Jimin 14 años

Tres días pasaron desde que Yoongi se encerró en su cuarto, no contestaba las llamadas y tampoco a los toques de la puerta de su cuarto.

Habían venido su otro "grupo de amigos" a saber por qué no había ido a clases, no contestó, ni siquiera abrió la puerta. Ninguno era Jimin, así que no veía la necesidad de abrir.

En esos tres días Namjoon le estuvo contando, siempre era lo mismo, y Jimin se preocupó; así que, ese mismo día, decidió ir a la casa para hablar con él.

Y justo ahí se encontraba, frente a la puerta de esa casa, donde pasó cumpleaños y cumpleaños de Yoongi, unos bonitos recuerdos. Estuvo por tocar la puerta cuando ésta fue abierta por una señora.

—Hola Sunhee, ¿puedo pasar? —Y, aunque pasarán los años, aún seguía pidiendo permiso para todo.

—Claro dulzura, pasa. —Entró a la casa y olfateó el aroma que venía de la cocina.

—¿Galletas? —La mujer asintió.

—Tienen chispas de chocolate, las favoritas de Yoongi. —Esas palabras le sacó una sonrisa, recordaba como Yoongi esperaba pacientemente en la sala para tener sus preciadas galletas con chispas de chocolate.

—¿Puedo ir? —Se dio la vuelta viendo al castaño, asintió sonriente, tal vez Jimin podía sacarlo de ahí.

Fue caminando por las escaleras hasta llegar al cuarto del rubio, tocó tres veces.

Silencio

Eso es lo que había en el cuarto, así que decidió hablar.

—¿Yoongi? —Algo se apoyó en el piso—. Soy yo Jimin, ¿me dejas entrar? —habló con tanta dulzura que ni siquiera Jungkook se resistiría a eso.

Estuvo por rendirse, pero la puerta fue abierta y cerrada, pero esta vez él estaba adentro del cuarto, se escuchó que pusieron llave. Se dio la vuelta para hablar, pero sus palabras se callaron, y no fue por un abrazo, sino por un beso. Uno que le estaba dando Yoongi, y logró corresponder.

Cuando se separaron, sus ojos se conectaron.

—Lo siento. —Fue lo primero que dijo Yoongi—. Actué como un idiota, no te sientas culpable de nada y tampoco debes pedir disculpas. El que estuvo mal fui yo, en serio lo siento, nunca te mentiría ni tampoco te dejaría plantado.

—¿Entonces por qué me escribiste la carta? —Yoongi lo miró confuso.

—¿Una carta? Yo no te hice ninguna carta, sabes que digo las cosas en frente y no por mensajes o cartas, aunque esa vez en tu cumpleaños número catorce sí te hice una carta porque no pude ir, pero es otro tema. —Oh, había olvidado ese pequeño detalle en Yoongi, él es demasiado directo.

—¿Estás seguro?

—Más que seguro, ¿tienes la carta ahí? Quisiera verla. —Jimin accedió, le entrego la carta y éste comenzó a leerla para luego fruncir su ceño—. Ésta no es mi letra.

—¿Qué? Pensé que era tuya.

—Además, sabes que yo siempre termino con un "te amo". —Las mejillas de Jimin obtuvieron un pequeño color carmín al recordar esa palabra en la primera carta que le dio el mayor.

—Entonces, ¿de quién podría ser?

—Tengo a alguien en mente —tiró la carta al cesto de basura que tenía en su cuarto—, pero no tengo ganas de hablar de eso ahora. —Su cuerpo fue tirado a la cama y apresado por el del mayor, y entendió que quería dormir. No se resistió a dar cariños en la cabeza de Yoongi, teniendo un pelo tan sedoso y uno tiene que aprovechar las oportunidades que la vida le da.

—Descansa Yoonie —susurró mientras se iba durmiendo, puedo tranquilizarse al oler el rico olor de cerezas en el cabello del rubio. Y así cayó a los brazos de Morfeo junto al rubio.

Nota:

¿Ustedes son directos al decir las cosas? Yo mayormente.