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Yoongi 15 años
Jimin 14 años

Sus ojos se abrieron, parpadeando por unos segundos para acostumbrarse a la luz.

No estaba en su cuarto, recordó que fue a ver a Yoongi y arreglar las cosas, terminando así con un beso y una siesta. Sus mejillas se tornaron rojas, ocultando su carita con sus manos.

—Te despertaste. ¿Cómo dormiste, bebé? —Se sobresaltó al escuchar esa voz, sacó sus manos y miró a su costado. Ahí estaba Yoongi con sus anteojos (que por cierto le quedaban hermosos), sentando en un puff mientras leía algo.

¡Esperen!

¡¿Acaba de decirle "bebé"?! Oh dios, creo que se hizo pipí de los nervios y la vergüenza.

—¿Jimin? ¿Todo bien? —La mano del rubio tocó la frente del menor para verificar que no estuviera enfermo ya que tenía la cara toda roja mientras miraba un punto fijo en el lugar.

Reaccionó cuando sintió pequeñas palmadas en su mejilla, miró al frente, teniendo al mayor cerca, devuelta se puso nervioso.

Yoongi soltó una risa al ver que su acercamiento lo puso nervioso.

—Tranquilo, no voy a morderte, o tal vez sí. —Se echo a reír de vuelta al ver la cara de pánico del castaño.

—No bromees con eso, hyung. —Y ahí estaba ese famoso puchero, puchero el cual Yoongi no tuvo autocontrol y besó, Jimin tampoco se resistió mucho.

Se separaron cuando les faltaba el aire, se miraron por un segundo y, como si sus movimientos estuviesen de acuerdo, juntaron devuelta sus labios, pero este beso era un poquito más subido de tono, juntando sus lenguas.

Yoongi recostó delicadamente a Jimin en la cama, quedando él arriba del menor, haciendo apoyo en sus brazos para no caer.

Todo momento se interrumpió por la voz de su madre.

—¡Jimin, Yoongi! ¡Ya está la comida! —Cuando se separaron, no pudieron evitar soltar unas cuantas risas por esa escena—. ¡¿Me escucharon?!

—¡Te escuchamos! —gritó Yoongi, recibiendo un "okey" de su madre. Su vista devuelta se fijó en Jimin—. Me gustaría repetir esto devuelta. —Le sonrió coqueto y recibió un golpe en el pecho, cortesía de Jimin.

—Será mejor que bajemos, no quiero que tu mamá se enoje. —Yoongi aceptó a regañadientes, bajaron encontrándose con Sunhee y Namjoon.

—Gracias por la comida —dijeron todos, empezando a comer en silencio hasta que la única mujer habló.

—Tu madre dijo que sí podías quedarte a dormir, Jimin. —El menor se atragantó con la comida, siendo golpeado en la espalda para calmar su tos.

—¿Quedarme a dormir? —pregunto incrédulo.

—Creo que por el sueño se te olvidó, pero le dijiste a Yoongi que querías quedarte a dormir y, justo cuando tu madre quería hablar contigo, estabas durmiendo. —Miró al rubio y éste le dio una sonrisa demasiado inocente para que no se enojara—. Y también te doy las gracias por sacar a Yoongi de su cuarto y que coma algo. —Esta vez no pudo no sonreír ante las palabras de la mujer.

—No es nada, pero hay un problema. —Sunhee miró atenta al castaño—. No traje ropa y tampoco mis cosas de higiene personal.

—Oh, dulzura, no te preocupes, Yoongi puede presentarte una de sus prendas. —El aludido sonrió, dando a entender que estaba de acuerdo a las palabras de su progenitora—. Además, podemos sacar un cepillo dental extra para ti. —Okey, la mujer era astuta.

—Perfecto. —Volvió a sonreír.

Ya todo listo para ir a dormir, Jimin soltó las palabras que quería decir.

—Planteaste todo esto, ¿verdad? —Se cruzó de brazos, y no es que estaba enojado, sólo... ¿nervioso? Sí, tal vez eso.

—Sí, pero no te enojes, es que quería volver a sentir cómo era estar de vuelta en un pijama contigo. —Y Jimin no puedo persuadirse al ver ese labio inferior abultado.

—Bien, pero para la próxima sólo consúltame, ¿okey? —El rubio asintió feliz.

Jimin se acostó en la cama del mayor, dejándole espacio. Cuando éste se acostó, acomodó a Jimin en su pecho, y de paso también subir una pierna en los muslos del menor.

Los minutos se pasaron en silencio.

—¿Yoongi? —La voz armoniosa del menor se escuchó, el aludido hizo un sonido de que lo escuchaba, así que prosiguió—. ¿Qué somos realmente ahora? —pregunto tímido, realmente temía por la respuesta.

—Mmh, Jimin. —Esta vez fue Jimin quien emitió un sonido—. ¿Quieres ser mi novio? —El menor levantó la mirada, conectándola con la del mayor.

Asintió eufóricamente con una sonrisa. Y se besaron, algo que sus cuerpos estuvieron esperando desde hace unas horas.

Entre besos y varios "te amo", se fueron a dormir con las sonrisas de bobos enamorados y pensando en el contrario.

Nota:

¡El próximo capítulo es el epílogo de esta historia, y por último hay un extra! Falta poquito para terminarla¡!

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