Jimin se encontraba en la biblioteca, era la hora del almuerzo y como no tenía amigos en el lugar y no le gustaba estar en la cafetería ya que solo era un foco de burlas, decidió ir almorzar solo a la biblioteca, así mismo aprovechaba para estudiar un poco.

Se adentro en sus pensamientos como normalmente lo hacia, cuestionando su aburrida vida.

El solo se dedicaba a estudiar las 24 horas del día, sin importarle mucho su aspecto físico o preocuparse por conseguir una vida social.

A los largo de sus cortos 19 años siempre estuvo solo, nunca tuvo muchos amigos y mucho menos pareja, pues nadie querría si quiera dirigirle la mirada, todos sentían asco hacia su persona ¿La razón? Ni el mismo la sabe.

Al principio aquello no le preocupo, pero al entrar a la universidad todo se vino hacia abajo, pues las burlas eran de todos los días, en especial de grupo de los populares.

Las chicas y chicos constantemente se burlaban de él, le repetían lo aburrido y asqueroso que era. Y no les juzgaba, pues desde hace un tiempo comenzo a considerarse terriblemente feo.

Las únicas personas de ese grupo que nunca lo insultó fue Min Yoongi,  el chico más popular y deseado del instituto. Sabia de antemano que Yoongi no era precisamente la persona más perfecta del mundo, pues a menudo escuchaba los rumores de los apóstoles que tenía en distintas partes del plantel educativo o fuera de este, también el como dejaba a personas con el corazón roto al hacerles falsas ilusiones, sus muchas peleas que terminaban con un estudiante en el hospital y sus excelentes calificaciones que al parecer eran compradas. Paro eso no fue impedimento para que su corazón se sintiera cálido al ver como Yoongi en ciertas ocasiones impedía que lo molestaran o se burlaran de él, aparte, el no juzgaba lo que el pelinegro hacía con su vida, al fin y al cabo no lo conocía y tampoco tenía planeado hacerlo.

Nunca habían cruzado palabra alguna, habían conectado miradas una que otra vez, pero nada más allá de eso.

El sonido de unos pasos acercándose lo saci de sus pensamientos, haciéndolo levantar su mirada y encontrarse con la de Yoongi, quien venía caminando hacia el.

Pero solo fue una coincidencia, pues yoongi aparto la mirada rápidamente, se sento a unas cuantas mesas alejado de él y se dispuso a leer un libro. Jimin bajo submirada, se acomodo su lentes y paso su lengua por sus labios, le resultaba algo raro tener que compartir espacio con otra persona.

Fue ahí cuando su mente hizo un click, ¿Que rayos hacia Yoongi en la biblioteca a esta hora? Según el, al pelinegro no le importaba mucho las calificaciones, pues se rumoreaba que el padre del chico pagaba una buena cantidad de dinero a cambio de que la universidad le pusiera buenas notas sin ningún tipo de esfuerzo. Entonces ¿Por qué estaba en ese lugar? Sus pensamientos sólo lo hacían ponerse aún más nervioso.

Observo de reojo al chico, se encontraba muy "concentrado" leyendo el libro. Jimin se dijo que no tenía más cosas que pensar, probablemente a yoongi solo le dieron ganas de estudiar, nada más, así que tratando de relajarse, volvió a concentrarse en su libro, al mismo tiempo que le daba un tímido mordisco a su sándwich, llenando su boquita del delicioso aperitivo.

— Eres demasiado hermoso.

Aquella voz lo hizo tensarse, levantó la mirada con demasiados nervios hacia la única persona que se encontraba en el lugar junto a él, y encontro con la mirada penetrante de yoongi en su persona. El pelinegro le sonrió, le causaba mucha ternura las mejillas llenas de comida y la expresión asustada y sorprendida del chico.

— Eres perfecto.

Y después de decir aquello yoongi tomo su mochila, y se fue alejando del lugar sin decir palabra alguna, dejando a Jimin muy sorprendido, asustado, nervioso y muchísimas sentimientos más.

Hola espero y estén bien.

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