Capítulo 30

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—Sabes Yoongi, creo que hay algo extraño contigo.

El aludido enarcó una ceja, finalmente desviando la mirada hacia Jungkook, quien ya se encontraba observándole con recelo.

—¿Por qué lo dices?

Jungkook frunció los labios, reteniendo un suspiro.

—Últimamente has estado actuando... raro, Joohyun dijo que ayer estuviste alterado por algo.

«Esa mujer...» pensó el azabache, acariciando el puente de su nariz.

—Me surgieron algunos problemas, no fue la gran cosa. No deberías prestarle tanta atención a Bae, suele ser algo paranoica.

Jungkook se acercó, lo más que le permitió aquel sofá y el lenguaje corporal del mayor.

—No es solo por lo que dijo Joohyun, es por todo. Estás diferente.

Min reprimió una sonrisa irónica.

—¿Eso es algo malo?

El menor entrecerró los ojos.

—No necesariamente, pero considerando los hechos recientes... puede que sí lo sea. Vi las fotos, Yoongi, ¿qué demonios fue lo que sucedió?

El cuerpo Yoongi se tensó bajo la atenta mirada de Jeon.

—¿Por qué siquiera te importa? —cuestionó, sonando indiferente pese a la irritación en su mirar—. No eres... mi psicólogo o algo parecido. Deberías dejar de ser tan entrometido.

—¡Soy tu amigo! —exclamó, un poco molesto—. ¡Tan solo escúchate! Has estado a la defensiva desde hace unas semanas. Es válido que me preocupe, quiero saber si puedo-

—¿Amigo? —escupió aquella palabra como si fuese extraña para él—. Mh, no sabía que los amigos se apuñalan por la espalda.

El rostro de Jungkook palideció.

—¿Qué quieres decir? ¿Alguien te dijo algo?

Yoongi alzó los hombros, desviando su atención hacia el enorme ventanal.

—La escuela es relativamente pequeña y las paredes son delgadas. No se necesitan chismosos.

Le tomaron unos segundos al menor comprender de qué hablaba su (aparente) ex amigo.

—¿Qué fue lo que te dijo?

—¿Por qué no tratas de averiguarlo? —respondió con una enorme sonrisa sardónica—. Después de todo, nunca ha sido un verdadero problema para ti enterarte de lo que no te corresponde.

Jungkook pensó en responder, sin embargo, una puerta se abrió.

—Min y Jeon... —voceó una mujer—. Por favor pasen, el director les espera en su oficina.


[...]


Había algo extraño con el profesor Min.

Empezando por el hecho de que se encontraban de camino a quién sabe donde, Yoongi no se molestó en informarle algo al respecto.

De hecho, después del extraño comportamiento que tuvo en la cama durante esta mañana, el mayor simplemente se dirigió al baño para ducharse y, posteriormente, cambiarse de atuendo. Por supuesto, todo en silencio.

Jimin le imitó, también sin decir ninguna palabra.

La última vez que le escuchó hablar en lo que va del día fue cuando se encontraban en el ascensor, Yoongi dijo algo como "¿tienes hambre?" Y al recibir una negativa por parte de Jimin, volvió a guardar silencio.

El menor se removió en el asiento del copiloto, algo incómodo. La tensión era tal, que incluso comenzaba a pesarle en los hombros. Como si eso fuera posible.

Jimin le dio un vistazo rápido a través del rabillo del ojo y pudo percibir cómo el rostro de su profesor se mostraba relajado, libre de incomodidad.

Él era completamente lo contrario. A este punto solo esperaba que no fuese tan notorio.

El auto dio un pequeño giro, a Jimin le tomó unos segundos percatarse de que habían llegado a un centro comercial.

¿Por qué habrían de ir a un lugar así?

Después de dar una vuelta al rededor del estacionamiento, su profesor encontró un lugar libre.

—Llegamos —finalmente habló, llamando la atención de Jimin.

—¿Por qué hemos...?

Antes de que pudiera preguntar correctamente, Yoongi bajó del vehículo. Jimin hizo un puchero, ¿le estaba ignorando a propósito? En fin, se apresuró en bajar, escuchando a sus espaldas el característico sonido de la alarma puesta con el control remoto de las llaves.

—Vine a comprar unas cosas —le dijo a Jimin cuando este finalmente lo alcanzó—. De igual forma si hay algo que necesites, solo pídemelo.

—¿Era necesario hacerlo justo ahora? —dijo, con timidez. En realidad Jimin estaba siendo un poco cauteloso, la reciente actitud de su profesor le dejaba en qué pensar.

—¿Te molesta? —cuestionó, mirándole fijamente con esos ojos grises.

Jimin se encontró sonrojándose.

—N-no —respondió de forma inmediata, haciendo ademanes raros con las manos—. S-solo me pareció un poco extraño.

Los labios de Min se crisparon.

—Pude haberte dejado en el hotel, sin embargo —dijo, metiendo sus manos en las bolsas de su abrigo—. En lugar de eso preferí pasar más tiempo contigo.

El alivio recorrió cada célula del menor, expandiéndose en su pecho como un sentimiento cálido. Bueno, ahora podía decir que no se encontraba molesto con él.

—Y... ¿qué cosas necesita comprar?

—Mh, lo sabrás cuando lo veas.

Los ojos de Jimin se abrieron en demasía cuando finalmente ingresaron al centro comercial. Era inmenso, no recordaba cuándo fue la última vez que pudo "ir de compras" en un lugar así.

—Oh Dios... —aquella expresión escapó de sus labios involuntariamente, se avergonzó un poco después de eso, no quería sonar tan ignorante.

—Sígueme —ordenó el mayor, quien ya había comenzado a caminar—. Trata de no apartarte de mí, este lugar es inmenso. Podrían secuestrarte con facilidad.

Jimin quiso reír ante ese comentario, por supuesto, no lo hizo. La verdad es que le provocó una sensación desagradable el solo imaginarse en esa situación.

Después de unos minutos caminando en silencio donde el único ruido parecían ser sus pisadas y la bulla de la gente a su alrededor, entraron a una tienda algo... peculiar. Min se había ido por su lado, pero no había problema: la tienda era pequeña y podrían reencontrarse fácilmente.

Mientras tanto Jimin se entretuvo con unas velas aromáticas. Habían de olores muy variados: lavanda, cereza, vainilla... todas olían delicioso. Tal vez, en otra ocasión, podría comprarle alguna a Taehyung, pues sabe que su amigo es un gran fan de estas.

Y justo cuando iba a tomar una vela, su mano chocó contra la de alguien más.

—Oh, perdón... —Jimin se disculpó inmediatamente, retirando su mano a la brevedad.

Escuchó una pequeña risa suave.

—No, perdóname tú a mí —le respondió el chico, tomando la vela para entregársela—. Toma, yo agarraré la que está atrás.

Jimin sonrió, aceptando la vela.

—¿Huele bien? —preguntó el chico con curiosidad, Jimin asintió—. Mh, nunca he sido fan de la manzana con canela.

—Yo tampoco... —confesó, ganándose la atención del extraño mientras olía la vela—. A-a veces me resulta molesto el aroma... pero esta huele bien.

El chico asintió, completamente de acuerdo.

—Tienes buen gusto, realmente no le tenía fe.

Jimin se sonrojó, inevitablemente.

—Gracias...

—Oh, que maleducado soy —se rió, ganándose una mirada confundida por parte de Jimin—. Mi nombre es Hyunjin, ¿cuál es el tuyo?

—Eh...

¿Estaba bien darle su nombre a un extraño? Bueno, ya no era un extraño al cien por ciento pero...

—¿Park?

Ambos chicos voltearon, la figura de Min se encontraba justo detrás de ellos y Jimin no pudo evitar notar esa mirada molesta...

—Tengo que irme —fue lo único que le respondió a "Hyunjin", saliendo inmediatamente detrás de su profesor sin molestarse en escuchar lo que el chico le dijo.

—No es bueno que hables con extraños —exclamó Yoongi, por su repentino tono Jimin pudo decir que estaba algo... irritado.

—S-solo hablamos un poco —respondió, jugando con sus pulgares—. Además, se miraba de mi edad...

—De todas formas —Min cerró los ojos durante unos segundos, sí, estaba irritado—. No sabes qué tipo de persona es, a este punto deberías saber que no todos son lo que parecen.

—Agradezco que se preocupe por mí...

Min detuvo sus pasos, Jimin igualmente lo hizo.

—Lo hago, no sabes cuánto —confesó el mayor, mirándole por encima del hombro.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del rubio.


[...]


Jimin no está seguro de por cuánto tiempo han estado caminando, pero sus pies dolían. Resultó que "ir de compras" era más cansado de lo que parecía.

La peor parte era, que no sabía qué rayos había estado comprando su profesor. Min se había vuelto demasiado quisquilloso, ocultándole esa información al punto de que dejó las bolsas en la cajuela del coche, imposibilitándole saber qué había dentro de estas.

Porque sí, aunque estuvieron juntos la mayor parte del tiempo, Yoongi se las ingeniaba para desaparecer y aparecerse con compras recién hechas.

Aquello solo aumentaba la curiosidad en Jimin.

—Esto es para ti —la voz del mayor lo sacó de sus pensamientos, Yoongi tenía en sus manos una charola de comida rápida que compró por sugerencia del menor.

—Gracias —exclamó con sinceridad, recibiendo la hamburguesa con una sonrisa en el rostro—. ¿Usted no pidió nada?

Min negó suavemente con la cabeza.

—No es de mi agrado la comida que ofrecen estos *food court —alzó los hombros, indiferente—. Solamente pedí una botella de agua.

Jimin frunció el ceño.

—Pero no ha comido nada en todo el día —alegó, desenvolviendo con cuidado su hamburguesa—. Creo que hay un lugar que vende ensaladas...

Al decir eso su rostro ardió en vergüenza.

¿Por qué no se le ocurrió pedir una ensalada en lugar de una estúpida hamburguesa? Probablemente su profesor ahora pensaba que era un cerdo o algo parecido.

—Sé lo que estás pensando —exclamó el mayor, de forma repentina—. No te sientas culpable, ángel. Come tranquilo, no estoy para juzgarte.

Por más simples que fueran esas palabras, estas lograron darle confort.

—Me sentiré extraño si solamente me ve comer —dijo, partiendo un trozo de su comida—. Tome, pruébela.

Min hizo una mueca.

—¿Realmente me vas a hacer-?

—Diga "ah"...

Suspirando, el mayor hizo caso. Separó sus labios, permitiendo que el menor depositara ahí el trozo de la hamburguesa. Pero no pudo evitar ser un poco travieso, antes de que Jimin retirara su mano, la lengua de Yoongi acarició sus dedos de forma lasciva mientras le sostenía la mirada, provocándole un sonrojo muy notable al chico.

El corazón de Jimin latió desbocado, era una suerte que se encontraran detrás de un muro y en una mesa alejada de las demás. Se sentiría extraño si alguien los hubiese visto.

—¿Q-qué tal s-sabe? —preguntó a duras penas, intentando controlar su nerviosismo.

Cuando Yoongi terminó de masticar, un brillo apareció en sus ojos.

—¿A dónde va? —las cejas de Jimin se elevaron, su profesor se había levantado abruptamente de la mesa.

—Tengo un poco de hambre.

Jimin no pudo evitar reírse, eso claramente significaba que sí le había gustado.

Envolvió nuevamente su hamburguesa, dispuesto a esperar al mayor para comer con él. Para no aburrirse decidió sacar su celular, probablemente su chat grupal estaba lleno de mensajes y él no se ha reportado desde ayer.

Y al abrir la aplicación, supo que no se equivocó.

┌────◦ Ryujin y sus amigays. ◦────┐

Tae-Tae 💕
Borra ese nombre, es ridículo.

Ryu 🐈
No.
El nombre se queda.

Hoseok ☀️
Creo que es divertido.
Que se quede. 🔥

Ryu 🐈
A tu novio le gusta.

Tae-Tae 💕
@Jimin ¿dónde estás?
No me dejes solo con estos lunáticos.

└───────────────────────┘

Jimin se carcajeó, cada mensaje era más divertido que el anterior. Justo cuando iba a responder, una voz conocida le hizo apartar su mirada del celular.

—¿Alguien alguna vez te ha dicho que tu sonrisa es encantadora?

—Eres tú...

Ese chico, "Hyunjin", se encontraba justo frente a él con una gran sonrisa.

—Lamento molestarte, chico de las velas, pero fue inevitable no acercarme cuando te encontré.

—N-no me molestas... yo... espera, ¿m-me llamaste "chico de las velas"? —frunció el ceño, confundido.

La sonrisa de Hyunjin se ensanchó, provocando que sus ojos se escondieran.

—No me dijiste tu nombre porque tu hermano llegó, entonces decidí apodarte como "el chico de las velas".

Las mejillas de Jimin estallaron en rojo.

—No era mi hermano...

Los labios de Hyunjin formaron una "o". Rascó su nuca, nervioso.

—Oh, lo siento, es solo que pensé... bueno... ¿no estás secuestrado o algo así, verdad?

Jimin contuvo una carcajada.

—¡Claro que no! —dijo, riéndose al notar el semblante aliviado del contrario.

—Es un alivio —sin pedir permiso, tomó asiento en uno de los espacios libres, justo a lado del rubio—. ¿Y bien? ¿Me dirás tu nombre o debo seguir llamándote "chico de las velas"?

—Por favor no —dijo, aún riendo—. M-mi nombre es Jimin.

Jimin... —repitió, en voz baja—. Es un lindo nombre, te queda.

—Gracias...

—¿Te importaría darme tu número? —dijo, dejando desconcertado a Jimin—. No tienes que hacerlo si no quieres, es solo... que quisiera conocerte mejor, Jimin.

—No sé si sea una buena idea —respondió, de pronto sintiéndose incómodo.

—¿Qué tal si te doy el mío, hm? Así tú podrás decidir si quieres hablar conmigo.

Antes de que pudiera negarse, ya se encontraba guardando el contacto se Hyunjin. Se sentía extraño, nunca antes alguien le había pedido su número solo con haber charlado durante unos minutos.

Hyunjin se fue, despidiéndose con una sonrisa.

Veo que ahora ya no eres tan tímido.

Jimin se quedó estático en su lugar, la voz de Min se había vuelto más grave de lo normal.

—P-profesor... yo...

Yoongi se sentó en silencio, justo frente a él. Desenvolvió su hamburguesa, dispuesto a comer.

—No, está bien —dijo, pero el tono neutro en su voz solo aumentaba la ansiedad de Jimin—. Después de todo es inevitable que se te acerquen, supongo que es normal que quieras hablar con más jóvenes de tu edad.

El sentimiento de culpa no tardó en aparecer.

—S-solo me dio su número, realmente no planeo-

—No tienes que darme explicaciones —le interrumpió—. Lo que hagas con tu vida... —se mordió la lengua—. Simplemente no lo hagas.

Entonces, el menor tuvo una revelación.

—¿Está celoso? —cuestionó, tratando de esconder su felicidad ante esa simple idea.

Yoongi dejó de lado lo que estaba haciendo y finalmente encaró a Jimin.

—¿Debería?

—Por supuesto que no.

—Entonces no lo estoy.

¿Realmente no lo estaba? Jimin dudaba de eso por alguna razón.

Una media hora transcurrió, ambos terminaron de comer y Jimin estuvo sorprendido por el hecho de que su hamburguesa no se enfrió demasiado durante el tiempo que estuvo esperando al mayor. Era una suerte.

—¿Ahora qué hacemos? —cuestionó Jimin, caminando a la par de su profesor.

—Terminé con mis compras, así que ahora iremos por algo para ti —respondió con simpleza—. ¿Hay algo en especial que desees ver?

—Realmente no... estoy bien. A-además me sentiría mal por hacerle gastar tanto.

Min frunció los labios.

—Pero te estoy invitando, ¿no sería descortés rechazarlo?

Jimin lo meditó en silencio, tal vez era cierto pero...

—¿Profesor?

El menor frunció el entrecejo, Yoongi se había detenido repentinamente.

—Lo siento, tengo que ir al baño —dijo, mirando hacia algún punto—. Espérame en esa banca de allá, no tardo. Cuando salga, iremos a una tienda para ti.

Aunque extrañado, Jimin acató la orden.

¿Por qué sentía que acaban de mentirle?

***

*Food court: agrupación de restaurantes en los que existe un espacio común para sentarse y disfrutar de la comida.

Vieron, les dije que este hiatus sería cortito.

Algunos maestros se pusieron generosos y no tuve tantos exámenes como pensaba en esta ocasión. Aunque aún tengo unos cuantos esta semana, los capítulos ya se encuentran listos para ser publicados, solo es de corregir lo que se deba.☝🏻

Y la verdad no pude esperarme más, algo dentro de mí decía: "debes publicarlos ya, no les hagas esperar".

Pero bueno, nuestro pequeño maratón será de cuatro capítulos y se publicarán en el transcurso de la semana. Puede sonar poco, lo sé, pero prometo que no se aburrirán 🙏🏻. (O al menos, trataré de que no lo hagan, je).

— Cherry. 🍒

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