Capítulo 47

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—¿No piensas decirme qué sucedió?

Jimin no respondió, absorto en sus pensamientos mientras contemplaba el paisaje nocturno a través de la ventana del auto de Min. Por el rabillo del ojo pudo apreciar cómo el ceño del mayor se fruncía levemente, tal vez debido a su falta de respuesta.

—No es bueno guardarse los problemas, ángel —Yoongi lo intentó nuevamente, su tono denotaba algo de impaciencia.

Jimin suspiró.

—Tuve una discusión con Taehyung —el menor finalmente confesó, cerrando los ojos.

Las comisuras de los labios de Yoongi se curvearon con lentitud, como si una sonrisa estuviera a punto de romper la quietud de su rostro estoico.

—¿Puedo saber por qué?

El menor hizo una mueca, incómodo.

¿Cómo se suponía que iba a contarle que todo había comenzado por un estúpido juego de adolescentes? Siendo más específico, por un reto ridículo.

Y lo peor de todo: que ese reto implicaba besar a alguien que, sin duda, le caía mal a Min.

Alguien con quien Jimin había tenido contacto a sus espaldas...

—¿Ángel?

Jimin se sobresaltó en su asiento, se había perdido en sus pensamientos nuevamente.

De pronto, el auto se detuvo cuando la luz roja de un semáforo se encendió; y por primera vez desde que había tomado el volante, Yoongi desvió su mirada del parabrisas, girándose levemente en su asiento para encarar a Jimin.

¿No piensas decirme?

El menor tragó saliva con dificultad, sintiendo la garganta repentinamente seca. Los ojos grises de Yoongi lo atravesaron con una intensidad que le robó el aliento, acelerando su corazón de una manera –casi– preocupante.

Tomó una profunda respiración.

—Todo comenzó cuando alguien propuso que jugáramos el juego de la botella —la boca de Jimin comenzó a soltar todo sin que pudiera evitarlo—. Al principio no quise jugar, pero eventualmente terminé aceptando junto a todos los invitados.

Los dedos de Yoongi comenzaron a golpear rítmicamente el cuero del volante.

—Pensé que el joven Kim tenía pareja.

—La tiene —Jimin se apresuró a decir—. Ambos jugaron con la condición de que nadie les propusiera hacer algo... "indebido" con alguien más.

Jimin se tomó su tiempo para seguir con el relato, apenas consciente de que el auto comenzó a moverse nuevamente.

—La noche estaba yendo bien, en teoría. Yo solo era un espectador más, no pensé que me meterían en algún reto... —el joven rubio hizo una pausa, con la voz tensa. Yoongi permanecía en silencio, esperando—. Después, a Taehyung le tocó darle el reto a alguien... que estaba justo a mi lado.

El aire en el auto se sentía más denso con cada palabra dicha. Jimin, de reojo, observó al profesor, cuyo rostro permanecía estoico, siendo iluminado de vez en cuando por los faroles de las calles que bañaban el interior del vehículo.

—Nuestra discusión sucedió porque Taehyung quiso que ese... chico me diera un beso en los labios —confesó, con la voz temblorosa.

El silencio que siguió fue sofocante. Yoongi no se movió ni dijo una palabra, pero el peso de su mirada parecía hundir a Jimin en el asiento. El latido de su corazón resonaba en sus oídos, cada vez más rápido, esperando una reacción que no llegaba.

—¿Lo hiciste?

—¿Eh?

—¿Dejaste que te besara?

Jimin pestañeó.

—No.

Yoongi apretó el volante.

—Bien.

El menor intentó seguir hablando, pero su lengua se sentía pesada, atrapada debido a la creciente ansiedad por lo que sucedería después.


[...]


Nada.

Ni una reacción.

El trayecto hacia el departamento de Min fue brutalmente silencioso. Lo peor de todo era que el mayor ni siquiera se dignaba a mirarlo.

Cada vez que Jimin intentaba decir algo, cualquier cosa, Yoongi lo ignoraba por completo, apenas respondiendo con monosílabos que fácilmente podían significar un: "cierra la boca".

En teoría, Jimin debería sentirse aliviado por no haberse metido en problemas con Yoongi. Sin embargo, una frustración persistente lo atormentaba. Estaba inquieto porque la reacción del mayor, si es que se podía llamar así, había sido completamente pasiva.

—Voy a darme una ducha —Yoongi exclamó por fin, rompiendo el largo silencio con esa única oración. Y la forma tan casual en que la dijo solo aumentó la irritación de Jimin.

¿Por qué no se enojaba? ¿Por qué actuaba tan tranquilo?

¿Por qué su corazón dolía al pensar en la posibilidad de que, tal vez, la razón era porque no le importaba una mierda?

Tal vez si lo presionaba un poco...

—¿N-no piensa decirme nada con respecto a lo que le conté?

Yoongi detuvo sus pasos, pero no se giró para verlo.

—No tengo nada más que decir —alzó los hombros, aún dándole la espalda—. Me basta con lo que me contaste.

—Pero...

—Voy a darme una ducha —Min volvió a decir, caminando hacia las escaleras.

Jimin frunció el ceño.

Solo un poco más.

—Pero... dígame, si yo lo hubiera besado... tampoco habría problema, ¿verdad?

Yoongi se detuvo justo antes de pisar el primer escalón. Jimin se acercó a él, lentamente.

Antes de llamar a Min para que fuera a buscarlo –a unas calles lejos de la fiesta–, había tenido una fuerte discusión con Taehyung.

« —¡Porque ya estoy saliendo con alguien!

Taehyung parpadeó lentamente, atónito.

—¿Qué?

—Sí... he estado saliendo con alguien desde hace un tiempo.

Taehyung jadeó, frunciendo el ceño.

—¿Desde... desde cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué no me habías contado nada?

Jimin se ruborizó, apartando la mirada.

—Yo solo... tenía miedo de tu reacción —exclamó, incapaz de sostenerle la mirada al mayor—. S-sé que no tiene sentido, pero-

—No, definitivamente no lo tiene —Taehyung frunció el ceño, acercándose al menor—. ¿Cómo te atreves a decirme esa ridícula excusa, cuando soy yo quien más te ha apoyado? ¿Qué carajos, Jimin?

—¡No creas que no lo sé! —gritó, frustrado—. Es solo... que a veces puedes ser muy... irritante, yo solo-

Jimin se ruborizó nuevamente al darse cuenta de lo que había dicho sin pensar.

—¿Irritante? ¿Eso es lo que en verdad piensas de mí? —exclamó el castaño, ofendido.

—¡No! ¡Eso no es lo que yo quise-!

Justo en ese momento, Ryujin apareció detrás de ellos.

—¿Ya se lo dijiste? —cuestionó la chica, arrepintiéndose al ver la expresión en el rostro de Taehyung.

El castaño estalló en una risa irónica.

—¿Se lo contaste a Ryujin pero no a mí? —susurró, herido—. Pensé que era tu mejor amigo. »

Recordar lo que sucedió después de eso hacía que el corazón de Jimin se retorciera de dolor. Pero esa no era la cuestión principal.

Si se ponía objetivo, él y Min no estaban realmente saliendo. Al menos, no de manera formal.

Y tal vez podría usar eso a su favor, al menos por esta noche.

¿Qué quieres decir con eso? —Min respondió, usando el mismo tono monótono y formal de casi siempre.

Jimin contuvo un suspiro.

—U-usted y yo... no somos nada, ¿verdad? —exclamó el menor, su voz temblando ligeramente—. Si yo hubiera decidido besar a ese chico... no tendría nada de malo, ¿no?

Un latido pasó.

Y Yoongi giró lentamente hacia él, con su mirada fija e implacable.

Jimin, sintiendo una creciente ansiedad, retrocedió con cada paso que Yoongi daba, hasta que sus piernas finalmente chocaron contra alguna pared. No pasó mucho tiempo hasta que quedó atrapado entre la fría superficie y el imponente cuerpo del mayor.

Sus miradas se encontraron, y Park no pudo evitar jadear al verse reflejado en la intensidad de los ojos de Yoongi. La cercanía de su rostro, la frialdad en su mirar, todo parecía amplificar la tensión entre ambos.

«Pierde el control, di que estás celoso...» fueron los primeros pensamientos de Jimin, quien no pudo evitar avergonzarse un poco al darse cuenta de lo que realmente deseaba.

¿Cuándo fue que comenzó a cambiar tanto? ¿Qué era esta extraña necesidad?

—Tienes razón.

«¿Qué...?»

Yoongi se apartó con lentitud, permitiéndole respirar.

—No tenemos alguna relación —dijo, su voz firme, gélida—. Puedes hacer lo que desees.

El ceño de Jimin se frunció.

—¿Cómo dice?

Esto no era lo que esperaba.

—Puedes hacer lo que quieras —exclamó Yoongi, alzando los hombros—. ¿Querías besar a ese chico? Entonces debiste haberlo hecho.

—No está hablando en serio... —Jimin intentó sonreír, pero solo pudo hacer una mueca incómoda.

—Oh, pero lo hago, ángel —alzó ambas cejas—. Debiste decirme que deseabas experimentar con gente... más adecuada a ti.

El menor mordió su mejilla por dentro, ¿acaso lo había arruinado todo?

—Eso no-

—Tal vez yo también deba hacerlo —Yoongi le interrumpió, su tono de voz sonaba tan indiferente a las palabras que se encajaban como dagas en el menor—. Tal vez es lo mejor para ambos.

Cuando Yoongi se alejó de Jimin, un sentimiento de pánico se instaló en él. ¿Yoongi saliendo con otras personas? No, definitivamente no iba a soportarlo.

—No... —Jimin exclamó, casi sin aliento.

—¿"No" qué? —Yoongi enarcó una ceja—. Estoy dándote la razón en algo que tú mismo insinuaste. Si para ti es fácil reemplazarme, créeme que para mí lo es aún más —caminó de nuevo hacia el menor, quien lo observaba atónito. Se inclinó un poco, haciendo que sus labios rozaran los de Jimin y susurró:—. Tal vez quiera buscar a otra persona que guste calentar mi cama esta noche.

Jimin apretó los puños.

Y antes de tener tiempo para pensarlo dos veces, el menor agarró el cuello de la camisa de Yoongi y tiró de el, forzando a sus labios a encontrarse en un beso desordenado.

El mayor le correspondió de inmediato, usando una de sus manos para tirar con fuerza de la cabellera del menor, decidido a manejar el beso como mejor le pareciera. Ninguno fue amable, no tenían la cabeza para ello. Yoongi comenzó a morder los labios de Jinin con ferocidad, provocando que la sangre brotara para luego lamerla y succionarla con avidez, como si realmente lo necesitara para vivir.

Jimin gimió entre el apasionado ósculo, provocando que Yoongi quisiera invadir su interior bucal con su lengua, permitiéndole al más joven probar su propio fluido de sabor metálico.

—Mh... —el menor jadeó cuando sintió un descansabrazos del sillón encajársele en su nuca. No tiene la menor idea de cómo llegaron hasta aquel mueble, pero tampoco es que le importara mucho.

Yoongi se acomodó entre sus piernas, dirigiendo sus labios hacia el oído de Jimin, haciéndole capaz de escuchar su respiración agitada.

—Tú... puto niño mimado —gruñó, susurrando aquellas palabras—. ¿Creíste que no adiviné cuál era tu juego? —rió con ironía, sacudiendo la cabeza—. Eres tan jodidamente obvio.

Jimin frunció el ceño.

—¿D-de qué juego habla?

—Cállate —bramó, volviendo a sujetar los rizos desordenados de Jimin, tirando de ellos para dejar su cuello expuesto, provocándole un gemido lastimero—. ¿Qué? ¿Ahora vas a fingir que el chico del que hablabas antes no era el imbécil que te coqueteó en aquel centro comercial?

Los ojos de Jimin se abrieron en demasía, y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Poco a poco comenzó a sentir que el aire se le hacía cada vez más escaso...

No había manera de que lo supiera.

Simplemente no la había.

—¿C-cómo...? —Jimin contuvo un jadeo—. ¿Cómo lo sabe?

Yoongi no respondió. Se apartó lentamente de su oído, dejándole ver esa sonrisa que, por primera vez, le hizo sentir verdadero miedo.

—Estoy furioso contigo, Jimin —Min, con su mano restante, acarició la mejilla del aludido—. No solo has estado hablando con ese chico a mis espaldas, sino que hoy casi te besa —apresó las mejillas regordetas de Jimin con fuerza, provocándole un quejido—. ¿Cómo crees que me hace sentir?

Jimin frunció el ceño, quizá nunca lo admitiría en voz alta, pero una parte de él, en el fondo, realmente extrañó este lado rudo de Min.

—¿Cómo te sentirías si ahora mismo te digo que he hablado con la señorita Kim en secreto, uhm? —Yoongi alzó ambas cejas.

—L-lo siento... —Jimin susurró, entendiendo el punto al que quería llegar el mayor—. Y-yo no quise-

—Cállate. No lo repetiré nuevamente.

Jimin sintió que pudo respirar nuevamente cuando Yoongi se levantó del sillón, observándolo como si no fuera algo más que una simple molestia.

—Si realmente quieres mi perdón, vas a tener que ganártelo, Jimin —le advirtió, dirigiéndose hacia las escaleras—. Y no va a ser fácil.



[...]


—Lamento que hayas discutido con Jimin.

Hoseok le ofreció un pañuelo a Taehyung, quien tardó unos segundos en aceptarlo. Durante todo ese tiempo, el menor permaneció inmóvil, con la mirada perdida en un punto indefinido, atrapado en un bucle de recuerdos. Una y otra vez revivía cómo su amistad de años se desmoronaba por una discusión algo... infantil.

¿Pero qué acaso no tenía derecho a sentirse herido? Su mejor amigo había expuesto a gritos lo que realmente pensaba de él. Peor aún, le había ocultado algo tan importante, prefiriendo contárselo a alguien con quien no compartía tantos años de amistad.

Y no es que tuviera algo en contra de Ryujin. Simplemente... para Taehyung era difícil de aceptarlo.

—Tal vez puedas hablar con Jimin cuando ambos estén más tranquilos —le animó su novio, sentándose a su lado.

—No creo que quiera volver a hablar con él.

Hoseok frunció el ceño.

—No hablas en serio —exclamó, incrédulo—. Simplemente estás molesto, pero yo sé que-

—No es solo el hecho de que me ocultó algo que es tan importante para él —Taehyung le interrumpió, jugando con el pañuelo—. Es... todo lo que me confesó. ¿Desde cuándo nuestra amistad ha sido una carga? ¿Realmente soy tan irritante? Fueron tantas cosas...

—Jimin no hablaba en serio —Hoseok tomó las manos del castaño, apretándolas con suavidad—. Quizá se sintió acorralado y hasta avergonzado por lo que sucedió en el juego, nada más. Estoy seguro de que, si ambos hablan cuando estén más tranquilos y con la mente despejada, van a solucionar sus problemas —le dedicó una sonrisa reconfortante—. Después de todo, una amistad de tantos años como la suya no puede ser... tan frágil.

Taehyung suspiró, en verdad quería creer en las palabras de Hoseok. Si era honesto, no podía evitar sentirse algo culpable. Después de todo, la disputa comenzó por su culpa al tratar de "acercarlo" con Hyunjin.

—¿Quién crees que sea su pareja?

El castaño pestañeó, regresando de sus pensamientos sombríos.

—¿Qué?

—Sí, ¿quién crees que sea la pareja de Jimin? —Hoseok frotó su barbilla—. Por más que lo pienso, no tengo algún candidato.

—No tengo la menor idea —alzó los hombros, recargándose contra la cabecera de la cama—. Jamás lo he visto hablar con nadie que no sea amigo nuestro. Y cuando le pregunté al respecto, no quiso decirme.

Hoseok también se recargó contra la cabecera.

—Tal vez tiene alguna especie de relación prohibida que no podemos saber —bromeó, intentando animar a su novio—. Por lo que me contaste, Ryujin tampoco tiene la menor idea de quien se trate.

Taehyung frunció nuevamente el ceño.

De pronto, algo más hizo eco en su mente:

« —Pero déjame pedirte un favor, algo que debemos mantener en absoluto secreto.

—¿Qué es?

—Si llegas a percibir algo sospechoso entre el profesor Min y Jimin, por favor, dímelo. »

El menor dio un respingo, su corazón latiendo con fuerza mientras se enderezaba en su lugar.

Comenzó a rebobinar entre sus recuerdos. Aquel día, en el festival, el profesor Min lo había observado con una mirada llena de desdén cuando insistió en acompañar a Jimin cuando este se puso mal. No, era más que desdén, su mirada denotaba odio.

¿Tal vez porque, indirectamente, Taehyung quería estropear sus planes de estar a solas con Jimin?

Y no se detuvo ahí, en su mente se reprodujo la escena del examen final, cuando sorprendió al profesor Min acariciando la muñeca de Jimin de una manera inquietante.

Tal vez estaba sobre analizando las cosas, pero algo dentro de él le decía que no estaba del todo equivocado.

¿Podría ser posible? ¿Que Jimin y el profesor Min estén...?

—Oye, ¿todo bien? —exclamó Hoseok, tronando los dedos para tratar de sacarlo del trance—. Luces como si un fantasma te hubiera tocado.

—Yo... sí, lo estoy —Taehyung suspiró, pasando sus dedos por sus hebras castañas, peinándolas hacia atrás—. Necesito descansar, eso es todo.

Hoseok parecía no creerle, lo supo cuando le vio entrecerrar los ojos con cierta sospecha. Pero, al menos, optó por no presionarlo.

—¿Quieres quedarte? —agregó Taehyung, sonriendo con timidez—. Mis padres están de viaje y Namjoon no volverá hasta mañana en la noche.

—Me encantaría.

Sobra decir que Taehyung no pudo dormir. Daba vueltas en la cama, deteniéndose cuando Hoseok daba indicios de querer despertarse. Sería tan fácil contarle sus crecientes sospechas, incluso podría llamarle a Ryujin, pero antes necesitaba estar seguro de lo que su intuición le estaba advirtiendo.

Realmente esperaba estar equivocado.

Pero si no era el caso, entonces haría lo que sea que estuviera en sus manos para evitar que su mejor amigo sufriera.

Y si eso significaba involucrar al profesor Jungkook, o incluso la policía, entonces que así fuera.

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