VIII. "¿Voldemort?"

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Una semana había pasado desde que Derek había vuelto a su edad real, volviendo a ser el adulto que Maya conocía. Más los problemas en vez de terminar allí, se agrandaron con el escape de Kate; por lo que aquellos siete días, la castaña junto a Derek y Peter se dedicaron a buscar a la fugitiva. Pero al notar que era un camino sin salida, decidieron llamar a la conocida mercenaria, la cual llegó aquella mañana al loft de los Hale.

Braeden se sentó frente a la mesa ratona, dónde apoyó sus pies de forma relajada, llamando la atención de Peter.

— La mesa es italiana— le recriminó mientras se sentaba a un lado de Maya.

— Las botas también— contestó la mujer provocando que Derek ocultara su sonrisa, a diferencia de la castaña quién dejó salir una gran carcajada.

— Amo a esta chica— dijo entre risas, ganándose una mala mirada de Peter.

— ¿Vamos a hablar de diseño de interiores y moda o vamos a discutir números?

Peter anotó la suma que estaba dispuesto a pagar en un pequeño papel para entregárselo, Braeden lo leyó antes de escribir su precio, devolviéndoselo.

— Te contratamos para buscar a Kate, no matar al presidente— habló el rubio luego de leer la suma.

— Me contrataron los Calaveras para buscar a Kate— contestó—. Ustedes la quieren primero, que vaya en contra de los Calaveras les va a costar caro.

Peter bufó antes de anotar otro precio aumentando el anterior, pero Braeden ni lo leyó antes de devolverle el papel, lo que hizo que el mayor se quejara elevando los brazos, antes de levantarse ofendido.

— Solo dale el maldito dinero— se quejó Maya viendo la hora desde el celular, faltaba poco tiempo para que la escuela empezara.

Derek agarró el papel antes de romperlo.

— Pagaremos— le aseguró, contratando así a la mercenaria—. Encuentra a Kate, es lo único que queremos.

Con esto, Braeden se fue finalmente con el portazo de un molesto Peter.

— ¿Estás loco? — exclamó con las manos en su cadera.

— No teníamos opción— Maya defendió a su padre, quien se encontraba mirando a la nada misma, pensativo—. La buscamos toda la semana y no logramos nada.

La castaña se acercó a su padre.

» ¿Estás bien? «, le preguntó en un murmuro.

— Estoy bien— le respondió de la misma manera.

— ¿Qué tenemos aquí? ¿Tiempo de padre e hija? Qué hermoso— habló Peter irónicamente mientras se acercaba a la dupla—. Si no descubrimos quién le dijo a Kate lo de la bóveda, no recuperaremos esos bonos. ¿Qué creen que voy a hacer entonces? ¿Conseguir trabajo? Mi currículum está un poco desactualizado. ¡Nos robaron, Derek! — exclamó mientras ubicaba una mano en el hombro del nombrado para hacerlo girar, más este se giró por sí mismo furioso, con sus ojos dorados y colmillos afuera. Sorprendiendo a Peter.

» Esa es una nueva apariencia «, indicó perplejo. » ¿Qué les pasó a tus ojos? «

— No lo sé— respondió Derek igual de perdido—. Pero estoy dispuesto a pagar para descubrirlo.

Maya había presenciado el monólogo de Peter, mientras agarraba sus cosas para irse, cansada de escucharlo hablar toda aquella semana.

— Llámenme si necesitan algo— dijo mientras abría el gran portón.

— ¿No llevarás a tu hija a la escuela, Derek? — se burló el rubio.

— Cállate— dijeron padre e hija antes de cada uno hacer su camino.









[...]

Maya llegó a la escuela a tiempo, gracias a que se encontró a Lydia en medio camino, por lo que la pelirroja la llevó el restante tramo en su auto. Se encontraba frente a su casillero, guardando las cosas que no necesitaría para su próxima clase, Matemáticas, siendo así que se ocupó de sacar el libro correspondiente para dirigirse al aula. Pero al igual que todos aquellos días, Manuel apareció con su típica gorra, acompañándola a su clase y como siempre, comenzó a hacerle preguntas, ya que, según él, para que una pareja funcione debían saber todo uno del otro.

Cuando se lo dijo la primera vez, Maya solo pudo rodar sus ojos, pero ahora luego de una semana de interrogaciones, se había acostumbrado a la compañía del puertorriqueño entre clases.

— ¿Prefieres ser temida o amada? — le preguntó con su acento latino, mientras agarraba los libros de los brazos de la castaña, para llevarlos por ella. Maya no iba a quejarse con tal de no llevar ese peso, a pesar de su fuerza lobuna.

— Fácil, ambas— contestó mientras sacaba una barra de cereal del bolsillo de su campera de jean, para comenzar a comerla—. Quiero que se asusten de lo mucho que me aman.

Manuel rió, provocando que unas chicas que pasaron por su lado, suspiraran enamoradas de su blanca sonrisa.

— Lo acepto— dijo aun riendo, antes de preguntar con una sonrisa socarrona— ¿Con qué tipo de chico te gustaría salir?

Maya lo miró con una ceja alzada, más la sonrisa de Manuel no se apagó un instante, ansioso por la respuesta.

— Estoy pensando en salir con el muchacho del delivery de pizzas— contestó terminando su barra de cereal—. Al menos tiene un auto, un trabajo y pizza.

— Bueno, yo trabajo en el restaurante de mi familia— retrucó el latino—. Hay comida, y mi padre me presta su auto.

Maya negó con su cabeza divertida, este chico no se rendía ante nada.

— Estás desesperado, Manuel— se burló a pocos metros del aula de Matemáticas— ¿Hace cuánto tiempo que estás solo?

— Hace tiempo que debo cantar solo ambas partes de Troy y Gabriella en High School Musical.

La carcajada de Maya no se hizo esperar, haciendo que el puertorriqueño se sintiera orgulloso de haber logrado hacerla reír. Pero su risa se deterioró al ver como Stiles entraba con Malia al salón, con su brazo alrededor de su hombro.

Manuel no pudo evitar ver como el corazón de Maya se rompía, y a pesar de que la muchacha no lo demostrara, él podía verlo a través de sus ojos.

» No te merece. Lo sabes ¿verdad? «

— Debo ir a clase— fue lo único que le contestó sacando sus libros de los brazos del chico, antes de dejarlo en pasillo.

Maya entró al salón para sentarse detrás de Lydia, quien no se abstuvo de girar en su asiento para enfrentarla, luego de haber visto cierta escena minutos atrás, ante la atenta mirada y audición de Stiles.

— ¿Qué hay entre tú y Manuel? — preguntó hambrienta de un buen chisme jugoso, especialmente si su mejor amiga se encontraba involucrada en él.

— Absolutamente nada— respondió la castaña mientras abría su libro de matemáticas en la página que indicaba en el pizarrón.

— Lo que vi la semana pasada y hoy, no se califica como nada, querida— aclaró con una sonrisa.

Maya bufó mientras garabateaba en los márgenes del libro, tratando de evitar el contacto visual con la pelirroja, sabiendo perfectamente que, con una mirada, Lydia podría descubrir todos sus secretos.

— Solo hablamos, quiere que acepte salir con él— explicó mientras dibujaba una pequeña bandera francesa. Anoche había visto Les Miserables por millonésima vez y aún seguía algo sensible.

— ¿Y por qué no? — preguntó provocando que tanto Maya como Stiles levantaran sus cabezas hacia ella. Lydia al notar la extremada atención del castaño en su conversación, se acercó a la cara de Maya para susurrarle—. Puede distraerte de Quién-Tú-Sabes.

— ¿Voldemort?

La pelirroja levantó una ceja, sabiendo que su amiga solo le tomaba el pelo, no queriendo hacerse cargo de sus sentimientos encontrados.

» Ahora sólo quiero tener tiempo para mí misma «, dijo agarrando la mano de Lydia, demostrándole que realmente decía la verdad.

— Elegirte a ti primero no es una mala decisión, Maya— le contestó no solo por el tema actual, sino también por su escapada a Francia. Y la Alfa lo sabía muy bien—. Sólo digo que no te cierres a conocer nuevas personas, tal vez nunca llegues a tener nada romántico con Manuel, pero eso no significa que no puedas divertirte. Sea como amigos o algo más.

La castaña solo sonrió agradeciéndole el gesto y sabiendo que su mejor amiga tenía toda la razón del mundo.

La voz de la profesora comenzando la clase hizo que su conversación se terminara, para así prestar atención.

— Voluntarios para pasar al pizarrón— dijo en voz alta para que todos escucharan—. Lydia, Manuel, Malia.

Lydia le hizo una cara coqueta a Maya por el nombramiento de muchacho, haciéndola rodar los ojos con una sonrisa.

— Yo no me ofrecí— se atajó Malia rápidamente mientras el resto de los nombrados ya se encontraban camino al pizarrón.

— Ahora sí, al pizarrón.

— ¡Já! Buena suerte— se rió Maya, tratando de canalizar todo lo que Lydia le había dicho anteriormente. Ganándose una mala mirada de Malia, la cual no duró mucho luego de la sonrisa tranquilizadora que la Alfa le regaló.

Malia se dirigió al pizarrón, mientras el resto hacía los ejercicios en el libro. Stiles no podía evitar ver a Maya, luego de haber escuchado su conversación con Lydia. Obviamente la Alfa podía sentir la penetrante mirada del humano a su lado.

» ¿Por qué me estás mirando? ¡Ayuda a tu novia! «, le murmuró mientras Manuel pasaba por su lado cuando ya había terminado el ejercicio, regalándole una sonrisa y un movimiento con su gorra como si se tratara de un sombrero vaquero, antes de seguir su camino.

Stiles rodó los ojos antes de que su celular sonara.

Triple homicidio en desarrollo...













¿Qué piensan sobre Maya y Manuel? ¿Acaso Maya debería hacerle caso a Lydia?

Liam finalmente aparecerá en el siguiente capítulo, así que estén afiladas con esos votos ;)

Cómo habrán visto el actor del edit no es Aaron Dominguez, eso se debe a que antes Manuel era interpretado por el muchacho del edit.



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