XX. "No deberíamos hacer esto."

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Ubicó las monedas en el compartimiento, antes de presionar el código correspondiente, esperando un ansiado café. A pesar de que la cafeína no iba a hacer ningún efecto en ella, Maya no pudo evitar ir por la caliente bebida, luego de una larga noche en hospital de Beacon Hills.

Stiles aún no había despertó, o al menos no del todo. No obstante, la Alfa necesitaba salir de aquella habitación al recordar todo lo que había confesado la noche anterior en un momento de debilidad. Admitámoslo, había sido completamente patético, pero era difícil olvidar a Stiles, luego de nunca hayan tenido un cierre correspondiente.

Ella había escapado a Francia queriendo alejarse de toda la pérdida que había sufrido, algunos dirán que fue egoísmo puro, otros dirán que necesitaba sanar. Maya no sabía la respuesta o no quería admitirla, pero de lo que sí estaba segura, era que aún no había olvidado absolutamente nada.

No había olvidado al Nogitsune, no había olvidado la muerte de Richard, no había olvidado a Allison y tampoco había olvidado a Stiles. Pero tampoco podía abandonar todos los sentimientos que rondaron su cuerpo, ni la puntada que sintió en su corazón al notar que Stiles nunca iba a contarle sobre lo ocurrido con Malia.

Maya sabía perfectamente que su novio, en ese entonces, era controlado por el Nogitsune, cómo no saberlo si ella misma era controlada de igual forma. Él decidió no contarle, ya sea para no lastimarla o simplemente para ignorarlo, pero no lo hizo. No confió en ella, ni en su relación, lo suficiente para hablarlo y resolver el problema. Pero, ¿cómo seguir creyendo en alguien que ocultó la verdad?

Si lo hubieran hablado, tal vez hoy seguirían juntos.

La Alfa volvió a de sus pensamientos, al notar que la máquina aún no le había entregado su café. La muy maldita se había tragado su dinero. Por lo que, como todo ser civilizado y con algo de furia contenida, comenzó a golpear la máquina para que le otorgara el producto que compró.

— ¡QUIERO MI CAFÉ, MALDITA MÁQUINA!— gritó a punto de levantar la maquinaria con su fuerza lobuna, cuando Melissa corrió a detenerla.

— ¡Ey, ey, ey!— exclamó alejándola del dispensador de café—. Tranquila, Maya, tranquilízate.

Al escuchar la voz conocida, de la mujer que quería como una madre, la castaña comenzó a calmarse lentamente, permitiendo que la mujer la alejara de allí. Aún más al ver la cantidad de público que había reunido la muchacha ante tal escena.

Melissa no sabía que estaba ocurriendo con Maya, obviamente sabía de todos los problemas sobrenaturales por los que la manada estaba pasando, pero esto... Esto era mucho más. Cuando se alejaron lo suficiente, Melissa se ubicó frente a la castaña para ver su rostro, encontrándose con una imagen que le rompió el corazón.

Maya se encontraba llorando sin parar con su respiración entrecortada, intentando mantenerse erguida sin desmoronarse. La mujer no tardó en resguardarla en sus brazos, sabiendo que lo necesitaba más que unas simples palabras que ella podría otorgarle. Sin embargo, se sorprendió al escucharla hablar entre palabras entrecortadas.

— No lo soporto más— sollozó fuertemente, enterrando su rostro en el cuello de Melissa—. No creo poder soportar más pérdidas. Extraño a Allison, extraño a Richard, apenas puedo liderar esta manada, aún no puedo olvidar a Stiles... Quiero que todo vuelva a ser como antes, cuando mi única preocupación era molestar a Stilinski, cuando solo quería terminar la secundaria para saber qué haría con mi vida. Nunca quise esto... Solo soy una niña.

Melissa se quedó sin palabras. Desde que conocía a Maya, ella nunca compartió más de lo debido. Siempre había sido una chica reservada, la cual ocultaba sus sentimientos con chistes y sarcasmo. Y escucharla ahora, vomitar todo lo que tenía adentro, todo lo que había guardado todo este tiempo, la destruía por dentro.

Escuchar a esta niña que había conocido toda su vida, a la cual había cuidado, a quien consideraba una hija, estaba rota. Y llevaba rota mucho tiempo, más del que hubiera imaginado.

Del otro lado de la puerta, en la cual se estaban abrazando, Stiles escuchaba todo. Sin poder dejar de repetir aquellas palabras que escuchó en su mente.

Aún no puedo olvidar a Stiles.

Aún no puedo olvidar a Stiles.

Aún no puedo olvidar a Stiles.






[...]

Maya se secó su rostro con las toallas de papel que se encontraban en el baño, antes de volver a maquillarse para ocultar todo el sufrimiento de hace pocos minutos. Le estaba eternamente agradecida a Lydia de haberle hecho entrar al mundo del maquillaje hace unos años.

Guardó el estuche en su pequeña mochila, antes de volver hacia la habitación de Stiles. Encontrándose con la puerta de ésta abierta y pudiendo escuchar la conversación de Melissa y él, y el ruido de un bolso siendo abierto.

— Estoy absoluta y totalmente bien— dijo Stiles, empacando sus cosas en su bolso.

— Tienes una conmoción cerebral total y absoluta, Stiles— lo detuvo Melissa—. Recuéstate. El médico dijo que no puedes irte sin hacerte una TC.

— Todavía no hemos pagado la última— intentó nuevamente escaparse, fallando.

— No, no, no— negó la mujer—. Meredith está en la comisaría. Tu padre dijo que podría tardar un tiempo, pero que la haría hablar. Si te dejo ir, ¿qué harías?

El castaño bufó, antes de sentarse en la camilla.

— ¿Puedes hacerme un pequeño favor?

— Cualquier cosa.

— ¿Puedes conseguirme un reproductor?

— ¿Cómo casetes?

— Sí, cintas.

— Sí, veré lo que puedo hacer— aceptó dejando la habitación, para luego cerrar la puerta, encontrándose a Maya frente a ella. Ubicó su mano en su corazón por el reciente susto, antes de susurrar—. Necesitas hablar con él.

— No, no lo necesito— negó la castaña de igual forma por lo bajo, desentendiéndose de la situación que había ocurrido con anterioridad.

— Voy a volver a formularlo— contestó la morocha, antes de volver a mirarla a los ojos—. Vas a hablar con él.

Maya suspiró, accediendo a la orden de Melissa, antes de detenerla de abrir la puerta.

— No le digas que estuve toda la noche aquí.

Melissa frunció el ceño, antes de asentir y volver a entrar en la habitación.

— Hay alguien que te busca— le informó a Stiles, dejando a la vista a Maya detrás de ella.

La Alfa entró a la habitación completamente incómoda, ante la sorpresiva mirada de Stiles, quién creyó que Maya había abandonado el hospital luego de aquel descargo con Melissa.

La madre de Scott se fue, cerrando la puerta para darles privacidad. Ambos se miraron por unos segundos, sin saber qué decir exactamente.

— Oí que casi te matan— dijo Maya, haciendo como que recién llegaba al hospital.

El humano lo dejó pasar, no queriendo que la Alfa supiera que había escuchado su derrumbe.

— Oí que a ti casi te matan— contestó Stiles, habiendo despertado con un mensaje de Scott quien le había contado lo que sucedió en la fogata.

— Sí, unos hombres quisieron prendernos fuego— siguió quitándoles importancia a lo acontecido—. He pasado peores, pero ¿estás bien?

— Brunski me dio un puñetazo en la cara, resulta que era asesino serial.

— No me sorprende— intentó aligerar el ambiente con una pequeña risa, sin embargo, no funcionó.

La mirada de Stiles la estaba penetrando en lo más profundo, ella conocía esa mirada. Estaba analizándola como antes hacía y sabía perfectamente qué pregunta vendría en su dirección en cualquier instante.

— ¿Estás bien?— ahí estaba.

Maya mordió el interior de su labio inferior, impidiendo que éste comenzara a temblar, y concentrando todas sus fuerzas en que las lágrimas no empezaran a llenar sus ojos. Por lo que no tuvo mejor idea, que hacer lo que mejor sabía hacer últimamente.

— Creo que debo irme— escapar.

— No tienes que hacerlo— intentó razonar el castaño, insultándose mentalmente por tirar demasiado de la cuerda.

Maya lo ignoró dirigiéndose hacia la puerta, sin embargo, a pesar de su intento por salir, la puerta no se abrió.

— Está cerrada con llave— informó con su enojo comenzando a florecer, sabiendo que era obra de Melissa.

— ¿Qué?— preguntó Stiles antes de intentar por él mismo, sin resultados.

— Muévete— el humano se giró a verla confundido—. Voy a romper la manija.

— ¿Qué tal si no? Ya le debo suficiente dinero a este hospital— contestó, antes de seguir intentando abrir la puerta.

— ¿Por qué cerraría la puerta?— murmuró para ella misma, dejándose caer en la cama y esconder su rostro en sus manos; sabiendo perfectamente la razón de su encierro. Aunque jamás hubiera imaginado de la mujer llegaría a tanto.

— Quizás no fue su intención— le respondió Stiles, quién al parecer había llegado a escuchar su pregunta, girándose hacia ella—. Quizás ella no estaba pensando o no lo pensó del todo...— continuó intentando generar una reacción en la Alfa, que seguía sin mirarlo—. Ya sabes, a veces la gente hace cosas sin pensarlas del todo.

— Entonces es estúpida— respondió Maya, levantando su rostro de repente con una mirada asesina hacia el castaño, sabiendo que el insulto realmente iba para él. Ella no era tonta, sabía perfectamente lo que Stiles estaba haciendo.

— No, incluso la gente inteligente puede hacer cosas estúpidas— continuó, empezando a acercarse a la Alfa—. ¿Sabes? Porque piensan que es lo correcto. Y no creo que debamos culparla, ya sabes, ¡por el resto de su vida!

Ante la exclamación, la castaña se levantó para enfrentarlo, pero éste siguió hablando sin importarle lo que tuviera que decir. Él estaba hablando, y ahora, no iba a detenerse.

»Especialmente, porque intentó disculparse cientos de veces a través de mensajes y llamadas, que salieron el doble por ser al exterior. Pero no importaba, usaría sus ahorros, porque todavía no estaba listo para perder una de las mejores cosas que le habían pasado en la vida.«

Ambos continuaban mirándose fijamente, sin notar lo cerca que estaban uno del otro.

— Eres más peligroso de lo que pareces, ¿verdad?— le preguntó sin poder evitar mirar sus labios, cuando pasó su lengua por ellos. El maldito había logrado sacar el tema con una facilidad sorprendente, de la cual cualquier detective estaría celoso.

— No tienes idea— murmuró el castaño, acercando su rostro cada vez más.

Las extremidades de Maya comenzaron a temblar al notar que no había retorno.

— No deberíamos hacer esto.

— Definitivamente no deberíamos hacer esto.

Pero nada importó, cuando Stiles tomó la iniciativa de sellar sus labios con los de ella, haciendo que los sentimientos que ambos habían reprimido por tanto tiempo, volvieran a florecer. El beso era pasional, se extrañaban mutuamente, extrañaban lo que ambos se hacían sentir y lo que ocasionaban en el otro. Extrañaban esa conexión que se había formado lentamente hasta volverse de las más fuertes en todo el grupo, anhelaban volver a sentirse completamente.

Pero, Maya recordó y terminó el beso, dando paso a sus respiraciones aceleradas.

— Wow...— murmuró Stiles sintiéndose lleno de nuevo, a la vez que la castaña comenzaba a culparse a sí misma.

— No, no, no, no— comenzó a detenerlo, arrepintiéndose de lo sucedido—. No digas "wow".

— No quería decir "wow" así, me refería a...— el humano quiso solucionarlo, pero la castaña volvió a interrumpirlo.

— ¡No me interesa!— exclamó, alejándose como si él quemara—. No voy a volver a caer otra vez, estás con Malia en este momento. Y no voy a esperar a que algún día decidas que soy yo a quién quieres.

— Terminaré con Malia, lo haré, lo prometo— aseguró Stiles, creyendo que aquello era lo que Maya quería escuchar, desesperado por no dejarla ir otra vez.

La Alfa jadeó, sin poder creer lo que escuchaba.

— ¿Disculpa?— preguntó alejándose aún más, generando más punzadas en los corazones de ambos—. No lo harás, no vas a lastimarla. No lo voy a permitir. Ella es mi familia, es parte de mi manada, no vas a herirla más de lo que ya lo hiciste. ¿Tan poco te importa? ¿Estás dispuesto a dejarla así, sin más?

Stiles no sabía qué hacer, no entendía como un momento que lo había llenado repleto de euforia, había terminado siendo su peor pesadilla. No sabía que decir, solo tenía una cosa bien clara.

— No quiero perderte— respondió tembloroso.

— Ella no merece ser tratada como basura, ni como un objeto reemplazable, ni una segunda opción— terminó, viendo que el castaño ya no tenía nada más qué decir—. Sólo respóndeme esto... ¿Empezaste a salir con Malia porque en verdad te gustaba o solo la utilizaste?

Stiles no respondió, solo se dedicó a mirarla con sus ojos llenos de lágrimas, dándole la respuesta que necesitaba.

Maya negó, completamente decepcionada del actuar de Stilinski, antes de dirigirse a la puerta.

»Espero que hagas lo correcto, pero no esperes que todo vuelva a ser como antes«, le avisó antes de romper la manija de un golpe, dejándolos libres. »No te preocupes, pagaré por eso«, finalizó saliendo de la habitación sin darle una última mirada.

Dejó suficiente dinero en la mesa de la recepción con un golpe, solamente diciendo "lo siento, rompí una manija", antes de salir del edificio.

No llegó a hacer dos cuadras, cuando le llegó un mensaje de Scott.

"Kira encontró a Brett"









CAPÍTULO FUERTÍSIMO OoO

Espero que lo hayan disfrutado, éste capítulo siento que es como los especiales de euphoria ajasjajs no sé por qué.

Gracias a todos los que esperaron la actualización y espero que hayan disfrutado del capítulo♥

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