ii. school sucks

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ii
( school sucks )

LUKE SE HABÍA levantado demasiado temprano, mucho antes de lo que sus compañeros lo habían hecho. Se había sentado, con la espalda apoyada en la cabecera de su cama, con las gruesas cobijas arropando su cuerpo, el aire helado de la mañana acariciaba su rostro, mientras se quedaba ahí, sentado y con la mirada perdida. Se puso de pie cuando escuchó a Calígula en su arenero y se recordó que debía buscar un buen hechizo para encapsular el olor y así evitar molestar a sus compañeros. El rubio terminó de estirarse y sacar la pereza y el sueño de su cuerpo. 

Lo primero que hizo fue recoger su uniforme del día anterior y doblarlo perfectamente. Dejó la pila de ropa sobre su baúl y lo siguiente que hizo fue recoger las cortinas que cubrían su cama, atándolas con una cinta roja a los postes que rodeaban la cama. Luego tendió la cama, dejándola perfecta, tal cual la encontró el día anterior. Acomodó la pila de ropa sobre su baúl en la esquina de su cama y luego se puso a rebuscar por su segundo uniforme, un par de medias y la túnica y corbata que, ahora, notaba tenía los colores de Gryffindor. Examinó la tela muy de cerca, preguntándose como funcionaría. Después de un tiempo examinando sus uniformes, se puso de pie, cerrando su baúl y yendo hacia el baño. 

Luke se tomó su tiempo frente al espejo del baño. Sus ojos azules resaltaban demasiado para su gusto y su cabello dorado estaba completamente desordenado. Le molestaba tener el cabello lleno de rizos, si lo tuviese liso sería mucho más sencillo manejarlo, así que lo mantenía bastante corto para evitar tener que luchar con sus rizos. Frunció el ceño notablemente ante su reflejo, siempre había creído que su cara era bastante sosa, tal vez necesitaría perforarse alguna vez, para verse más genial. Después de aquello, se duchó con agua especialmente caliente y se vistió en el baño. Salió con el cabello húmedo, la corbata sin atar y las medias en la mano. 

La mayoría de sus compañeros estaban dormidos, solo había un chico despierto, aquel que había intentado iniciar una conversación con él en el banquete de bien venida. ¿Cómo era su nombre? Luke lo había leído en la placa antes de entrar a la habitación. Casi podía saborearlo, pero no podía recordarlo perfectamente. 

—Discúlpame —dijo el chico, apartando la vista de Luke como si el rubio fuese a hacerle daño—. Tu gato se subió solo a mi cama, no le estaba haciendo nada, lo prometo. 

Luke giró la cabeza para mirarle y, efectivamente, sobre la cama del chico castaño dormitaba una bolita de pelos blanca. El rubio sonrió de lado, mirándo lo cómoda que estaba Calígula sobre la cama del niño. Se acercó lentamente y, al estar lo suficientemente cerca, acarició el pelaje de la gatita. Calígula abrió sus ojos azules y se estiró sobre la cama, para volver a dormirse. 

—Es hembra —le dijo Luke al castaño—. Se llama Calígula, pero yo le digo Cali. Parece que te quiere bastante. 

Luke le miró y le dio una sonrisa afable, antes de alejarse y buscar sus zapatos, puestos perfectamente junto a sus pantuflas y donde dejó sus zapatos de baño perfectamente alineados con pantuflas rojas. El chico castaño —Luke aún seguía tratando de recordar el nombre, ¿Gerard? ¿Leopold? Era un nombre extraño, estaba seguro— siguió los pasos de Luke, trató de organizar su cama torpemente y luego uso el baño muy rápido. Por su parte, Luke sacó las cosas que creía que necesitaría de su baúl. Como no sabía que clase daría, no guardó sus libros en la mochila, pero si varios rollos de pergaminos y una libreta con encuadernación de cuero, teñido con un viejo color vino. «¿Leonard? —pensó, de nuevo—. No, no, empezaba con M.» También tomó un frasco de tinta negra y otra tinta de un intenso color rojo sangre. También guardó tres plumas, una que usaría, otra de repuesto para su pluma y otra de repuesto para su repuesto. 

El chico castaño salió del baño ya vestido. Llevaba la corbata atada y él recordó que la suya estaba suelta. Corrió al baño y ató su corbata mirándose al espejo. Observó un segundo más los colores rojo y dorado sobre la tela y frunció el ceño. ¿Qué demonios hacía ahí? Salió del baño justo cuando Potter iba a entrar, Luke le miró unos segundos y pasó por su lado con la cabeza en alto, pero se detuvo, luego suspiró. 

—¿Harry? —llamó Luke. El chico castaño «¿Mario? No, eso no sonaba bien. ¿Michael, quizás?» se detuvo y miró hacia donde Luke y Harry se encontraban. El rubio miró sobre su hombro al pelinegro que lo miraba con cautela desde el marco de la puerta del baño—. Lamento haberte gritado anoche, estaba enojado por cosas que no son tu culpa y se puede decir que me desquité contigo también, sé que no es excusa válida, pero realmente lo lamento. 

Luke no esperó a que Harry dijese nada más, simplemente siguió caminando hasta donde estaba el chico castaño. «N, empezaba por N. ¿Neville? ¡Sí, Neville!» Le sonrió con un poco de incomodidad y cargó a Calígula en sus brazos, antes de dejarla sobre la silla de su escritorio y salió de la habitación. Llegar al Gran Comedor fue bastante difícil pero logró hacerlo a tiempo para recibir su horario. Su primera clase sería transformaciones. Desayunó un par de tostadas con mermelada de moras —su favorita— y queso en crema. Unos huevos revueltos y una taza de café con leche. Luego volvió a la sala común, subió a su habitación. Dentro había un caos. 

Las camas de Finnigan y Weasley estaban desordenadas y con ropa sobre sus sillas de escritorio. Sus zapatos estaban por doquier y habían plumas y pergaminos por todas partes. Luke revisó que Calígula estuviese bien, suspiró al darse cuenta de que así era, luego guardó los libros que consideraba necesarios. Después de eso, caminó hacia el aula de clases. Se había perdido más veces de las que le gustaría admitir, pero cuando por fin dio con el aula, estaba un poco enojado. Miraba mal a cualquiera que pasase frente a él. De repente, escuchó pasos apresurados y una risita tan familiar que, por inercia, Luke giró la cabeza y suavizó la mirada al verla. 

Skye tenía el uniforme bien puesto, y la túnica con colores amarillos y negros. De nuevo, se preguntó como funcionaría la tela. Su cabello estaba suelto, pero dividido hacia un lado, en el lado donde había más cabello, había utilizado un ganchito pequeño de una mariposa amarilla para apartar el cabello de su rostro. Cuando Skye se hubo acercado lo suficiente, le pasó un brazo por los hombros y comenzaron a hablar. 

Skye le contó como la chica rubia —aquella que Luke había creído que era bastante linda cuando la vio en el botecito— la había tratado bastante mal desde que supo que su madre era June Carstairs. Luke también le comentó su situación, le dijo que no la había pasado bien y que uno de sus compañeros de cuarto era bastante fastidiosos. No mencionó sobre su roce con Harry Potter, porque sabía que, de cierta forma, a Skye le interesaba el niño y por eso no quería generarle una mala imagen de Potter. La sonrisa de Skye iba decayendo cada vez que seguían hablando, así que Luke cambió de tema. 

—¿Qué tal tu sala común? —preguntó—. La de nosotros es bastante sencilla, mucho rojo. Aunque no me quejo, adoro el color rojo. 

—Oh, mi sala común es fantástica. Hay muchas plantas y entra mucha luz a pesar de estar casi que bajo tierra. Oh, y las plantas hablan —Skye dijo, repentinamente emocionada—. Si supieras lo que nos sucedió, Susan y yo bajamos a ver la sala común, viendo los cuadros y eso, entonces, una planta nos dijo hola a Susan y a mí, pero no sabíamos quién era y nos tomó como veinte minutos ver a la planta, se indignó con nosotras y por eso, otra se puso a bailar para alegrarle el día. ¡Fue una locura! Y todo es tan soleado y amarillo. Me gusta mucho la sala común. ¡Y las habitaciones! Dormí como un bebé, pero creo que fue por la pijama, pero todo es... —de repente, Skye cerró la boca al ver la puerta de transformaciones, sintiéndose totalmente demasiado nerviosa como para poder entrar—. ¡Oh, por las santísimas tangas del mago Merlín! Creo que voy a vomitar. 

Luke juntó las cejas. —Entonces, hazlo para allá —intentó bromear, manteniendo su tono con cierto disgusto. Skye le dio una mala mirada. Luke rodó los ojos, notando que claramente no había funcionado—. Mira, Skittles, es solo una clase, estoy seguro que podrás con eso, ¿sí? Ahora, ¿qué te parece si nos quitamos del medio y entramos?

Skye asintió varias veces con la cabeza, entrando a la habitación. Luke la siguió de cerca, ambos buscando un asiento en la fila del medio, en el asiento del medio. El rubio dio una mirada por su alrededor, viendo a Neville sentado junto a un chico de Hufflepuff. Neville le sonrió y Luke hizo lo mismo. Bueno, al menos alguien no lo odiaba. Skye y Luke hablaron un poco sobre Harry Potter. Luke la había molestado con eso de que le interesaba el chico, pero, de nuevo, no le contó nada de lo que había sucedido. 

Justo en ese momento la profesora McGonagall apareció en el aula y Luke, siendo el entusiasta por el conocimiento que era, no pudo evitar emocionarse notablemente. Pero resultó que los pondrían a leer algunas cosas para luego transformar cerillas en agujas. Cuando estaban en plena clase, la puerta se abrió, dejando ver a Ron Weasley y Harry Potter. Luke tuvo que contener un sonido de emoción cuando la profesora saltó en su forma de gato y se convirtió en la mujer severa que era.

Cerca del final de la clase, la profesora había felicitado a Hermione Granger porque había sido la única en conseguir hacer algún cambio en su cerilla. Luke la miró solo un poco y la niña castaña le devolvió la mirada. Sus ojos castaños irradiaban esa llama de superioridad que conocía bien. Luke suspiró, un poco enojado porque solo la habían felicitado a ella. Cerró los ojos unos segundos y miró a su lado. Skye jugaba con las cerillas, había encontrado una bastante pequeña, así que había hecho una familia de cerillas. Luke inhaló con fuerza y apretó el mango de su varita. 

«Vamos, Luke, tu puedes.»

Agitó la varita tal cual como había leído que debía hacerlo y pum, la cerilla se transformó lentamente en una aguja plateada, afilada y reluciente. 

—¡Lo hice! —sin realmente creerlo, Luke levantó las manos al aire. Skye a su lado saltó y regó su familia de cerillas. Luke aclaró su garganta y se reacomodó en su lugar—. Es decir, profesora McGonagall, he realizado la actividad. 

La profesora mostró a todos el avance de Luke, quien infló el pecho, bastante feliz de su logro y le dio una sonrisa excepcional y mientras que Skye le decía lo orgullosa que estaba, el rubio miró sobre el hombro de Skye, directo a los ojos castaños y llameantes y, sin poder evitarlo, una sonrisa ladeada apareció en su rostro, marcando uno de sus hoyuelos. Después de aquella clase, seguía pociones. Por alguna razón, aquello le entusiasmaba a Luke. Sabía que su tía había sido bastante buena en aquella asignatura y él deseaba con todas sus fuerzas ser igual de bueno. 

En silencio y casi de último, Luke siguió a la multitud hacia la siguiente clase, fue un poco difícil pero lo lograron después de un tiempo. Luke notó como aquella clase la debían dar con Slytherin e hizo una mueca. Esas dos casas no se llevaban bien. Una niña pelinegra corrió hacia Potter. Luke entró de último a clase, y, para su desgracia, el único lugar disponible era junto a Hermione Granger. Luke casi sintió una fuerte necesidad de lanzarse por una ventana, pero se contuvo. Suspiró y tomo asiento junto a Granger. Lo primero que hizo fue sacar su tinta roja y negra y su pluma principal. Acomodó su cuaderno de cuero rojo vino y abrió en una página. En el título puso «Pociones» al lado puso la fecha y, después, con tinta roja escribió su nombre.

—¡Caracoles hervidos! —escuchó que se quejó Hermione—. Tú. 

Luke levantó la vista, solo para verla observándolo fijamente, con el ceño fruncido y los ojos irradiando enojo. Luke bufó. 

—Sí, yo —la miró como si quisiese arrancarle el cabello. Luego apartó la vista y alineó la pluma perfectamente paralela al cuaderno. 

Hermione apoyó su codo en la mesa frente a ellos. Movió la pluma y la inclinó hacia el cuaderno. Luke la miró de reojo y acomodó de nuevo la pluma. En realidad, no supo si fue accidental o totalmente planeado, pero Granger se reacomodó y pegó la pluma al cuaderno. Luke soltó un gruñido por lo bajo y volvió a acomodar su pluma. Granger volvió a mover su codo y Luke se quejó en voz alta.

—¿Acaso tienes piquiña en el trasero o qué? —Hermione giró la mirada y lo observó completamente escandalizada, como si no pudiese creer lo que acababa de decir—. ¿No? Entonces quédate quieta y deja de mover mis cosas. 

—Que hayas sido el primero en generar el cambio de cerilla a aguja no te da derecho a creerte lo mejor del mundo. Deja de hablarme así. 

—Oh, a puesto a que te duele y te arde saber que yo sí realicé el cambio completo —Luke soltó una mini risa—. ¿Y tu qué lograste? No mucho, cierto. 

Granger apretó los dientes con mucha fuerza y apartó la mirada con enojo. Luke notó como se había enfurruñado en su lugar y casi ríe, si no fuese por el profesor que entró azotando la puerta y con rapidez, sacudiendo su túnica negra. Luke se asustó un poco, pero no lo demostró. 

—No agitarán sus varitas a lo loco ni harán encantos tontos en clase —dijo mientras caminaba hacia el lugar donde estaba su escritorio. Luego giró y se enfrentó a la clase. Era un hombre delgado con piel pálida, nariz grande y en forma de gancho y dientes amarillos y desiguales. Tenía el largo y grasiento cabello negro que enmarcaba su rostro con cortinas, labios rizados y ojos oscuros y penetrantes que parecían túneles—. No espero que muchos aprecien la ciencia sutil ni el arte exacto de elaborar pociones. Sin embargo a la minoría selecta que posea la predisposición —tenía una voz grave y arrastraba las palabras—, yo les enseñaré como hechizar la mente y entrampar los sentidos. Yo les puedo decir como embotellar la fama, elaborar la gloria y hasta detener la muerte. Por otra parte, quizás algunos de ustedes hayan venido a Hogwarts poseyendo habilidades tan formidables y tanta confianza en si mismos que consideren innecesario prestar atención. 

Luke siguió la mirada de Snape, creyendo por un momento que miraba fijamente a Hermione, sin embargo, sus ojos estaban puestos en los dos niños pelinegros que escribían en su cuaderno todo lo que Snape estaba diciendo. Luke rodó los ojos al notar a Harry y a Holly levantar la mirada y lucir bastante confundidos sobre por qué les hablaba a ellos.

—Señor y señorita Potter —empezó con disgusto. Luke alzó amabas cejas e hizo una mueca. Se agradeció el no haber empezado a escribir—. Nuestras nuevas celebridades —pudo ver como Holly fruncía el ceño y miraba extrañada a Snape. Todos hablaban del niño que vivió, pensó Luke, casi siempre olvidaban que Harry tenía una hermana melliza que también había sobrevivido—. Dígame, señor Potter, ¿qué obtendría si agrego raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo? —Holly frunció el ceño notablemente, como si acabase de entrar en pánico y miró a Harry. Hermione levantó la mano de golpe. Luke casi quiso pegarle—. ¿No sabe? Bueno, volvamos a probar. ¿Dónde buscaría si le pidiera un bezoar? 

Hermione volvió a levantar la mano hasta el techo. Luke rodó los ojos de nuevo. Holly apretó una de las manos de su hermano, queriendo apoyarle. Harry la miró y sonrió levemente. 

—No lo sé, señor —respondió Harry. 

—¿Y cuál es la diferencia entre acónito y luparia? 

Hermione estaba tan nerviosa y ansiosa por responder que estaba parada y estirando la mano lo más que podía. Había movido las cosas de Luke y de nuevo quiso gritarle, la miró terriblemente mal. 

—No lo sé, señor. 

—¿Señorita Potter? —Holly dejó de mirar a Harry con pesar y abrió mucho los ojos—. ¿Tampoco lo sabe? Lástima. Claramente, la fama no lo es todo, ¿verdad, señor y señorita Potter?

—Claramente, Hermione sabe —se aventuró a decir Holly. Ladeando la cabeza y alzando el mentón. 

—Parece una lástima no preguntarle a ella —terminó por decir Harry. Snape pidió silencio y caminó hacia los Potter.

Hermione volvió a sacudirse y a mover las cosas de Luke. ¡Por Merlín! ¿Qué no sabía lo que era estar quieto. Luke soltó un gruñido de descontento y le lanzó una mirada helada a Hermione. Se apartó un poco de ella, haciendo más ruido del necesario. 

—¿Quiere responder las preguntas, señor Carstairs? —amenazó Snape, mirándo mal a Luke. 

El rubio apartó lentamente la mirada de Hermione hacia Snape, mantuvo contacto visual. Podía sentir los ojos negros de Snape mirándole fijamente, esperando que dijese que no. Pero Luke había hecho la tarea, así que sonrió solo un poco.

—Para su información, profesor, de hecho si me gustaría —comenzó Luke, con voz aburrida—. Asfódelo y ajenjo hacen una poción para dormir tan poderosa que se conoce como el Filtro de Muertos en Vida —hizo una ligera pausa—. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para contrarrestar la mayoría de los venenos y, bueno, acónito, luparia, es la misma planta —entonces decidió seguir hablando—. Pero si me pregunta, me parece un poco injusto que realice estas preguntas el primer día, considerando que la mayoría no tocó sus libros en todo el verano, aparte de esta ansiosa a mi lado. 

Snape se quedó quieto, observando a su alrededor. Hermione bajó la mano. —¿Y bien? ¿Por qué no están copiando todo esto? —todos corrieron a abrir sus cuadernos o pergaminos, pero Luke no lo hizo, siguió a Snape con la mirada mientras el se acercaba y se sentaba en su escritorio—. Y Gryffindors, tendrán descontados 10 puntos, agradézcanle a su compañero Potter y al insolente del señor Carstairs.

Luke notó como las miradas enojadas de los Gryffindors no ibas hacia Harry, sino que se estancaron en él. El ojiazul, bajó la mirada a su cuaderno y tomó su tinta roja para escribir las preguntas hechas por Snape y con tinta negra, para escribir un párrafo bien construido abajo de cada pregunta, respondiéndola, asegurándose de que todo quedase perfectamente organizado. Después de aquella clase, seguía la clase que todos habían esperado, en aquella clase, Luke se volvió a encontrar con Skye y se sentaron juntos. 

La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero las lecciones de Quirrell resultaron ser casi una broma. Su aula tenía un fuerte olor a ajo, y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido en Rumania y del que tenía miedo de que volviera a buscarlo. Su turbante, les dijo, era un regalo de un príncipe africano como agradecimiento por haberlo liberado de un molesto zombie, pero ninguno creía demasiado en su historia. Por un lado, porque cuando Finnigan se mostró deseoso de saber cómo había derrotado al zombie, el profesor Quirrell se ruborizó y comenzó a hablar del tiempo, y por el otro, porque habían notado que el curioso olor salía del turbante.

—¿Cuánto a que el olor de ajo viene del turbante? —Luke se inclinó a susurrarle a Skye. 

—¿Ah? —la peliplateada le miró confundida. 

—Ya sé. ¿Cuánto a que su turbante está lleno de ajo porque teme que el vampiro regrese de Rumania a acabar con Quirrell? 

Skye soltó una risita y negó con la cabeza. 

—Deja de decir cosas locas, Lukey. 

—No me llames así. 

—Lo que digas, Lukey. 

Y Luke quiso volver a protestar, pero se detuvo cuando notó la mirada de Quirrell sobre él. Por un momento creyó que el profesor le había escuchado hablar sobre él y su turbante, pero luego pensó que aquello no tenía sentido, pues Quirrell se encontraba demasiado lejos como para poder haberles escuchado. Luke le devolvió la mirada y casi sufre de escalofríos. El profesor ya no parecía nervioso ni asustadizo, parecía que observaba a Luke con interés y con algo más, algo mucho más oscuro. El rubio agradeció que la clase se acabase rápido, debido a que no sabía cuanto más podría soportar la miradillas que le lanzaba Quirrell, todas más extrañas que la anterior. 

A la hora de la cena, Skye se apartó de Luke, diciéndole que se verían al otro día, él había intentado sonreír, pero casi no pudo. Se sentía un poco triste, porque tendría que cenar en la mesa de Gryffindor solo, caminó y se sentó en el primer lugar que encontró, solo para que Neville se sentase a su lado. Por unos segundos, Luke tuvo miedo de que le dijese algo feo por haber perdido puntos. El niño castaño lo miró varias veces antes de preguntar. 

—¿Cómo lograste transformar la cerilla? —preguntó el chico. 

—Si te soy sincero, no lo sé. 

—¿Y cómo sabías todas esas cosas en clase de pociones? —volvió a preguntar Neville. Lo cierto es que a él no le había ido nada bien y Snape lo había tratado bastante mal. 

—Estudié —al ver la mirada un poco triste del niño, Luke decidió dejar de ser cortante con él, si no había mencionado los puntos para ese momento, es que no era por eso que le hablaba, así que suspiró—. Si quieres podríamos estudiar juntos, ya sabes, así sacamos buenas notas y esas cosas. 

De repente, Neville pareció muy feliz. —¿En serio? —preguntó, emocionado—. Sería increíble. Muchas gracias. 

Luke le sonrió solo un poco. Para su sorpresa, Neville y él siguieron hablando toda la cena, Luke le contaba cosas y datos curiosos que conocía. Como que la entrada a la sala común de Ravenclaw se abría solo si eras muy bueno resolviendo acertijos. Neville le contó cosas sobre su familia y lo torpe que era. Ambos se rieron mucho y después de la cena, Luke guió el camino hacia la sala común, donde Neville le dijo que le pareció increíble lo fácil que le había resultado a Luke llegar allí. 

Al entrar a la habitación, Calígula se restregó contra las piernas de ambos y luego se subió a la silla de Luke para dormir. Luke entró al baño primero. Se cepillo los dientes y despeinó su cabello para que no estuviese en punta, lavó su rostro y se puso el pijama. Salió del baño con sus zapatos de baño y con su uniforme perfectamente doblado sobre sus manos. Lo dejó sobre su baúl y le deseó las buenas noches a Neville. Cerró las cortinas, le dio varios besitos a Calígula, apagó su vela y se metió bajo las sábanas, donde se quedó quieto mirando al dosel. 

Y, a diferencia de la noche anterior, Luke no se acostó completamente enojado o con los ojos llorosos, se acostó con una sonrisa en sus labios y pensó que, tal vez, había tenido un día bastante horrible pero tenía un amigo y aquello le ponía de buen humor. 

El colegio apestaba y lo odiaba en gran parte, pero... había hecho un amigo. 

Su primer amigo. 












segundo capítulo de lukeeee ahhhh ksjkskj qué tal? les gustó? les pareció interesante? en realidad no pasa mucho, pero luke y neville son besties, así que tenía que mostrarles cómo se hacian amiguitos. si vienen de lom saben que su amistad es icónica así q ajá, aquí la tienen

cuanto a q se habían olvidado de holly?

espero que lo disfruten un montón y que hayan disfrutado muchísimo de este capítulo y si son nuevos, pásense por lover of mine para que conozcan a skye pero si ya vienen de allá, les quiero un montón y gracias por seguir leyendo a mis niñitos carstairs












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