vi. it can get lonely

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vi.
( it can get lonely )

—REALMENTE NO ENTIENDO cómo te puede gustar ese lugar —la voz de la castaña logró que Luke despegase la cabeza del pergamino que estaba leyendo con la respuesta de su madre a la última carta que había enviado. Observó como Hermione molestaba su nariz con su mano, el polvo la había hecho estornudar un par de veces antes de que pudiera quejarse de aquel rincón de nuevo. 

No hacia mucho habían salido de una desastrosa clase de encantamientos. Luke no se había sentado con Neville esa clase, porque la compartían con Hufflepuff, así que el rubio había asumido que Skye se sentaría junto a él, sin embargo, ella le había ignorado completamente y se había sentado con Susan, su amiga pelirroja. Le había dolido muchísimo y se había sentido completamente expuesto quedó sentado solo en el pupitre porque nadie había decidido compartir uno con él. Lo peor de todo, era que realmente no habían hablado mucho desde aquella vez en la enfermería donde Luke explotó y desquitó con ella. Después de eso, al salir de clase, había escuchado claramente como Ronald Weasley hablaba muy mal de Granger y la pobre chica había huido llorando.

Se podría decir que el chico Carstairs se había sentido identificado con Hermione. Así, mientras ella corría hacia un lugar donde pudiese llorar en paz, Luke se vio a si mismo sentado en la oscuridad de la torre de astronomía, solo, llorando y cubierto por la oscuridad. Había sido una situación asfixiante y no había podido dormir muy bien, porque su cerebro regresaba a aquel momento y la sensación de soledad lo perseguía. Así que había ido por Hermione, la había interceptado en medio camino y le había preguntado si podía ayudarle con una tarea, porque se sentía un poco confundido. Claramente, aquello era una simple excusa y, en el fondo, Luke creía que Hermione lo sabía.

Luke sonrió solo un poco, para luego volver la vista al pergamino. Lo dobló en cuatro partes y luego lo metió entre las hojas de uno de los libros que llevaba en su mochila. Hacía unos minutos atrás, se podría decir que cuando estaban los dos juntos, trabajaban bastante bien, pues habían hecho la mayoría de deberes y ahora simplemente pasaban el tiempo juntos, ninguno de los dos queriendo volver a aquella horrible sensación de soledad que los azotaba. 

—Te puedes ir si quieres, Granger —murmuró Luke, mirándola a través de las pestañas rubias, aunque en el fondo no quería que se fuera, no quería estar solo—. Nadie te está reteniendo aquí. 

La castaña se ruborizó solo un poco, mientras juntaba las cejas notoriamente. Sin poder evitarlo, la sonrisita de Luke se agrandó solo un poco mientras la miraba enfurruñarse. Si era honesto, verla molesta era algo divertido para él. 

—Eres bastante grosero, lo sabías, ¿verdad? —espetó Hermione, cruzándose de brazos. 

—Gracias. 

—No era un cumplido. 

—Pero lo tomaré como uno —Luke ya sonreía ampliamente cuando terminó de hablar, mientras miraba a la castaña fijamente. 

—Por eso es que solo Neville te soporta —se quejó la niña por lo bajo. 

Sin poder evitarlo, su sonrisa flaqueo notoriamente, hasta convertirse en una mueca extrañada. Realmente no entendía que había hecho para que Hermione lanzara aquel comentario. Luke se tensó en su totalidad y frunció el ceño solo un poco. La realidad es que aquello le había dolido mucho más de lo que él querría admitir, porque estaba comenzando a pensar que él y ella podrían ser amigos, amigos genuinos, pero al parecer ni siquiera ella lo soportaba. 

—Argumenta —dijo Luke en respuesta. 

—Todo el mundo vio como tu prima te ignoró en clase de encantamientos —ahora sí que Luke estaba desarmado. Si era honesto, el suceso con Skye le había dejado un muy mal sabor de boca, había querido alcanzarla al salir de clase para poder conversar, pero ella había salido prácticamente corriendo del aula de clase—. Quién sabe que habrás hecho para haber logrado que se enojara así contigo. Aparte, Seamus le contó a todo el mundo que dejaste el arenero de tu gata bajo su cama para hacerle una mala broma, por no mencionar tu escenita en clase de astronomía —Luke apretó los labios, había olvidado que ella había estado ahí—. Eres tan grosero e impulsivo que solo alguien como Neville te soportaría. Deberías cambiar aquello. 

Las palabras de la niña habían salido con tanta fuerza y las había soltado sin ningún tipo de anestesia, que Luke podía sentir el dolor físico que le generaba en el pecho. En el fondo sabía que ella tenía razón, se estaba volviendo demasiado descuidado con su imagen y debía empezar a recoger los pedazos de las murallas que había dejado quebrarse. Se dejaba llevar por cualquier cosa y necesitaba empezar a controlarse. Pero en ese momento, viendo a Hermione a los ojos, notando ese brillo de satisfacción al soltar todo con su tono sabiondo, recordó por qué la odiaba y se dejó llevar por las emociones una última vez. 

—Bien, ya que estamos soltando verdades —Luke hizo una pausa mientras se colgaba su mochila al hombro, se puso de pie y miró a la niña fijamente—. Eres demasiado aburrida para los demás y quizá ese es el problema. Intenta ser un poco más impredecible, Granger, porque me estas hablando de que nadie me soporta, pero al menos Neville es mi amigo. ¿Y tú? Tu lloras en los baños de niñas todas las tardes porque nadie te quiere. 

No le dejó decir nada más, simplemente giró en su lugar y comenzó a alejarse con el corazón a mil. No podía creerlo, simplemente no podía. Él mismo había ido a buscarla, porque no quería que ella se sintiese como él lo había hecho, porque jamás le desearía aquella sensación a nadie y Hermione le había dicho que ni siquiera ella misma lo soportaba. Talló su rostro mientras caminaba a una velocidad impresionante, ¿cómo podía haber sido tan estúpido? ¿Y se supone que así pretendía ser el más inteligente de su generación? Pasó saliva con mucha fuerza y comenzó a sentirse ahogado. 

Las paredes comenzaron a cerrarse sobre él, el pasillo se extendía a medida que caminaba. Luke comenzó a sentir que le faltaba el aire, sentía que le temblaban las piernas y las palabras de la castaña no dejaban de reproducirse en su cabeza. ¿De verdad nadie lo soportaba? ¿De verdad incluso Skye lo odiaba? Sin saber muy bien cómo, logró llegar a la sala común de Gryffindor. Sentía los ojos llorosos y las manos le temblaban. Tenía el cabello hecho un desastre, la corbata estaba deshecha y alguno botones también estaban sueltos. Sentía que en cualquier momento colapsaría. Entró en la habitación y se sentó en su cama, inhalando con fuerza. 

Apretó los ojos, sintiendo todo su cuerpo temblar y las lágrimas comenzaron a caer por su rostro. De nuevo estaba llorando. Él no lloraba, ¿por qué lo estaba haciendo de nuevo? Volvió a tallar su rostro una última vez, para quitar los rastros de debilidad, se paró de la cómoda cama y se pasó al escritorio, donde sacó un pergamino y trató de responder la carta que su madre le había enviado. Sacó su pluma y trató de empezar a escribir, pero pronto se dio cuenta que, en realidad, no era capaz de ver las palabras que estaba tratando de plasmar en el pergamino gracias a las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. 

Las gotas caían sobre la tinta fresca y pronto todo la carta se convirtió en un desastre de tinta roja manchando cada parte del pergamino. La pluma cayó de entre sus dedos y cerró los ojos, mientras se dejaba caer sobre el respaldo de la silla de su escritorio. Podía sentir las lágrimas calientes caer por sus mejillas, pero no entendía muy bien por qué estaba llorando. De repente, volvió a sentirlo, aquello en su pecho. El silencio se convirtió en un terrible pitido en sus oídos que comenzaba a molestarle, había demasiado silencio, había demasiada soledad. 

A veces... a veces todo se podía volver un poco solitario. Luke lo sabía bastante bien, pero creía, creía fielmente que habían personas que lo querían, que en realidad no estaba solo y que todo era producto de su cabeza. Aún así, las palabras de Granger sonaron en su cabeza como un retumbar que no lo dejaba en paz. ¿De verdad era tan odiable que nadie que lo quería? ¿Qué su único amigo simplemente lo soportaba? Luke abrió los ojos, sintiéndose un poco más tranquilo y observó el desastre de tinta que era aquel intento de carta. 

De forma completamente monótona, el ojiazul tomó un nuevo pergamino y comenzó a redactar la carta a su madre. Cuando terminó la dobló y la metió en un sobre, se puso de pie y se metió en la cama, sentía que le iba a estallar la cabeza, se sentía tan cansado, que simplemente se cubrió con las cobijas hasta el cuello y cerró los ojos. Solo serían unos minutos, nada más. 











❛ ⚜ ❜











LOS DÍAS DE Luke se habían vuelto tan monótonos que, casi, casi lograban que el rubio quisiese arrancarse el cabello de la cabeza. Se despertaba siempre mucho más temprano que sus compañeros de habitación. Iba al baño y tenía que ducharse con agua tan caliente que casi siempre su piel terminaba un poco roja, pero él no lo sentía así, lo sentía cálido, reconfortante. Cepillaba sus dientes viéndose al espejo y siempre terminaba aguantando las ganas de llorar al pensar en lo solitario que se sentía. Es decir, sí, era amigo de Neville, incluso si el castaño simplemente lo soportaba, Luke sí lo veía como su amigo. Su mejor amigo. Su único amigo. 

Aunque, claramente, se aseguraba de mentirle a su madre diciéndole que tenía miles de amigos porque todos lo amaban porque era inteligente. Sí, claro. 

Retomando, después de mirarse en el espejo y odiar absolutamente todos sus rasgos, solía mirarse a los ojos y recordaba las palabras de la profesora Thorne. Tenía los ojos de su padre. Por alguna razón aquello le reconfortaba un poco y no sabía por qué, ni siquiera conocía al hombre. Se vestiría en el baño y saldría, acomodaría su corbata, alimentaría a Calígula, después de darle muchos mimos, limpiaría el arenero de la gata, luego se pondría los zapatos y esperaría a que Neville estuviera listo para poder salir los dos y desayunar a gusto, cuando no habían tantas personas y podrían disfrutar de la mayoría de comida para ellos solos. 

¿Estaría arrastrando a Neville a su círculo de soledad? Era obvio q el castaño tenía más amigos a parte de él, pero joder, ¿estaría siendo así de egoísta?

Sin embargo, todos los posibles pensamientos acerca de Neville y su soledad, se vieron interrumpidos cuando algo se salió completamente de su rutina preestablecida. En cualquier otra situación hubiese estado bastante entusiasmado de que sucediese algo, lo que fuese, cualquier cosa, de todas formas, cuando metió los brazos por su camisa y la sintió tirante en sus hombros, frunció el ceño. Con un poco de dificultad abrochó los botones del frente y su ceño fruncido se hizo mucho más marcado al darse cuenta que a penas se podía mover el estar embutido en esa cosa. Sus mangas se habían encogido como para que la mitas de su antebrazo quedara por fuera. La cosa fue peor cuando se puso sus pantalones y notó que le quedaban notablemente cortos y ajustados en los muslos. 

Y mira que Luke no era una persona particularmente musculosa. Al contrario, era flacucho y largo, no entendía cómo mierda aquel pantalón le quedaba tan corto. Luego se pudo su túnica y jodida mierda, también le quedaba corta. La mirada de confusión se fue dispersando siendo cambiada por una mueca de enojo. Abrió la puerta del baño de un tirón, logrando que esta golpease la pared con fuerza, el estruendo alertó a Potter y a Neville, quienes vieron como el rubio se acercaba a la cama de Seamus con rapidez. Potter evitó soltar un gemido, sabiendo que la pelea que se veía sería fuerte, lo supo con solo ver el rostro de Luke. 

—¡Despierta, pequeña mierda! —el rubio le dio un empujón al castaño que dormía en su cómoda cama. 

El empujón fue tan fuerte que Seamus casi se cae. El grito de Luke logró despertar a Ron, quién se sentó de golpe en su cama y giró el rostro hacia el rubio. Quiso pedirle a Luke que dejara a Seamus en paz, si no quería problemas, que no los buscara y que les dejase dormir, pero los murieron con solo ver la expresión de enojo en el rostro del ojiazul. Daba mucho miedo. 

—¡¿Pero qué te pasa?! —gritó Finnigan, girando en su cama y enfrentando a Luke. 

—No te hagas el idiota, eso ya te sale natural —espetó entre dientes—. ¡¿Qué mierda le hiciste a mi uniforme?! 

Luke había tomado a Finnigan de cuello de su camiseta. El castaño se sacudió con fuerza y logró liberarse, entonces le dio una mirada a la ropa del rubio y tuvo que poner todo su esfuerzo en no soltar una carcajada justo en ese momento. 

—No es mi culpa que tengas complejo de gigante. 

—Mira, podré ser alto y toda la mierda —comenzó Luke, tallándose el rostro con enojo—. Pero creo que incluso tu tienes las suficientes neuronas para saber que una persona normal no crece tanto de la noche a la mañana. Es naturalmente imposible. Y la ropa se puede encoger lo suficiente, con magia, así que si, maldita sea, ¿qué le hiciste a mi jodido uniforme? Y te recomiendo que lo arregles pronto porque sino te juro que te voy a hacer la vida de cuadritos, Finnigan. 

—No me das miedo, Castairs. Haz lo que se te la gana —Finnigan se recostó en su cama, llevando ambas manos bajo su cabeza y cerró los ojos, mientras ignoraba al rubio.

—¡Es Carstairs, maldito estúpido de mierda! ¡Lleva una puta r en la mitad, jodido idiota! 

Luke terminó de hablar y le propinó un golpe, de puño cerrado, con todas sus fuerza en el estómago de Finnigan. El castaño tosió con fuerza y se dobló a la mitad, con las manos en el estómago. Luke le había dejado sin aire por el golpe que le había dado. Sin decir nada más, Luke alimentó a Calígula de mala gana «Cali no tiene la culpa, idiota —pensó, pero no pudo evitarlo, estaba enojado.» Se puso los zapatos demasiado rápido, batallando notablemente, pues su uniforme encogido no le permitía moverse mucho. Cuando estuvo listo, colgó su mochila sobre su hombro y se giró a mirar a Neville. 

—Te espero en el comedor, realmente no puedo estar aquí con ellos —con su cabeza, señaló a Harry, Ron y Seamus. Los dos primeros ayudaban al último a recuperar el aire. Neville asintió con la cabeza, un poco aturdido—. O no lo hagas, realmente me da igual. 

Mentira, era una jodida mentira. Si le importaba y le importaba muchísimo. Porque si Neville no se sentaba con él para desayunar, realmente estaba seguro que se pondría a llorar, porque eso significaba que definitivamente era un lobo solitario y que nadie lo soportaba, ni siquiera aquel que Luke llamaba mejor amigo. Realmente, se podía volver bastante solitario a veces. No quería eso, de verdad que no.

El día había pasado como un borrón. Uno bastante incómodo. El uniforme le apretaba tanto, que había tenido que soltarse un botón de la camisa para poder respirar con tranquilidad, no podía tomar apuntes muy bien porque no podía flexionar el codo y sentarse, joder, sentarse era una maldita tortura. Ese día, Neville estuvo extraño, sí, había desayunado con él y sí, habían idos juntos a clases, pero en silencio. Ninguno de los dos hablaba, ninguno de los dos actuaba como si estuviese acompañado. Y no, no era de esos silencios cómodos donde ambas personas se sentían en paz, por el contrario, era un silencio, denso y ruidoso. En realidad, habían muchas cosas que Luke quería decirle a Neville. Darle las gracias por ser un muy buen amigo y disculparse por todo, por ser tan impulsivo, por ser tan enojón y grosero, por siempre pelearse con Finnigan y por decir malas palabras. Pero sobre todo y lo más importante, por obligarlo a pasar tiempo con él, arrastrándolo a su soledad. 

Luke lo había visto con sus propios ojos. Vio como al gran comedor entraron sus compañeros de habitación hablando entre risas y sonrisas, como verdaderos amigos, siendo lo que Luke anhelaba con todo su ser, pudo ver como todos se reunían junto a Granger en una parte de la mesa y como Neville suspiraba, antes de despedirse y caminar hacia él, sentándose frente al ojiazul y manteniendo el silencio. Comenzaba a pensar que la única razón por la que Neville seguía siendo su amigo era nada más porque le temía, temía que lo golpeara o que le gritara. Luke jamás haría eso, el cariño que le había adquirido a Neville jamás se lo permitiría. 

Pero no era capaz de decir aquello sin que un nudo se formase en su garganta. Había pasado todo el día con una horrible piquiña en los ojos, dolor en la garganta y sin muchas ganas de existir. Quería llorar, a Luke no le gustaba llorar y llevaba muchos años sin siquiera tener ganas de hacerlo. ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Por qué se sentía como si todo lo que hiciese lo hiciese mal? Entonces, a penas salió de su última clase, le lanzó una excusa patética a Neville susurrando algo sobre no sentirse muy bien y que iría a su dormitorio. De nuevo, mintió. Salió hacia el Lago Negro y se sentó frente a este, a los pocos minutos se tuvo que acostar boca arriba, en posición de estrella, siendo la única posible de adoptar con aquel uniforme endemoniadamente apretado. 

Era mitad de octubre y el invierno se acercaba, el frío era un poco fuerte, pero Luke no lo sentía del todo. Es decir, estaba seguro de que su nariz se había enrojecido notablemente, al igual que sus mejillas y que sus labios probablemente estarían un poco morados. Pero no le importaba. Simplemente se dejó llevar de nuevo, solo que esta vez no vino sin advertencia, mareándolo y haciéndole sentir pequeño. Esta vez, Luke le dio rienda suelta al llanto. Esta vez, sollozó el voz alta. Esta vez, no se retuvo. 

Luke dejó salir todo lo que tenía en su pecho. Lloró por su madre, tan joven y tan restringida a cuidarles a ellos, como una carga. Lloró por Skye, siendo un alma tan bonita y pura, destinada a estar en aquel mundo que solo la juzgaba por el pasado de otras personas. Lloró por su tía, June Carstairs, no la había conocido, pero le dolía profundamente saber que su legado se había manchado por mentiras. Lloró por Neville, por obligarle a ser su amigo. Lloró por su padre, porque se había ido y los había dejado solos. Y, por último, lloró por él, porque había nacido en ese mundo. 

No supo por cuanto tiempo lo hizo, pero no fue silencioso. Pero estuvo seguro de haber terminado con su sesión de llanto cuando el dolor de cabeza fue insoportable y sentía que en cualquier momento sus globos oculares saldrían disparados por la hinchazón de sus ojos. Ya no sentía el dolor en su garganta y todos sus sentimientos se habían apagado. Luke se sentía muerto por dentro, pero satisfecho con su sesión de llanto. Se puso de pie con mucha dificultad y comenzó a caminar hacia el castillo. Se sentía tan solo. 

Cuando entró, se topó con la profesora Thorne que venía del gran comedor. 

Oh, se había perdido la cena. No le importaba mucho, realmente.

—¿Qué te pasó en los ojos? —preguntó la profesora. Luke sintió vergüenza—. ¿Y qué le pasó a tu uniforme? ¿Por qué no estabas en la cena, Carstairs? 

—Nada importante, profesora, no se preocupe —intentó huir de la situación.

—Alto —habló la mujer con fuerza. El ojiazul se sintió pequeñito en su lugar cuando se detuvo y encaró a la mujer que le miraba con decepción. Sintió ganas de llorar de nuevo—. Que no te haya castigado antes no significa que no pueda hacerlo, Carstairs. Cinco puntos...

Pero la profesora no pudo terminar de decir aquello, porque Luke volvió a romper en llanto. Se sentía inútil y avergonzado por volver a tener una situación como aquella con la profesora después de haberle dicho que no volvería a suceder. Pero la peor parte, era que estaba llorando frente a ella, como un bebé. La miró como pudo, entre las lágrimas y pudo ver una mirada de horror y preocupación. Quiso pedirle que no se preocupara, que no sucedía nada, que estaba bien, pero no hallaba las palabras. 

Entonces, para su sorpresa, la mujer se acercó y lo rodeó con sus brazos. Y Luke se lo agradeció, porque eso era lo que había necesitado todo ese tiempo: un lugar donde refugiarse y no sentirse como un monstruo. 

Lo siguiente que sucedió fue que la profesora Thorne había llevado a Luke a su oficina en la torre de astronomía. Era una oficina bastante normal, habían muchas plantas y flores muggles en una biblioteca que cubría toda una pared, en dicha biblioteca habían libros de todo tipo, fotografías y pergaminos enrollados. La oficina tenía una preciosa vista del cielo estrellado porque el techo era un domo de cristal. Tenía una pequeña sala con sofás afelpados de como tierra y una mesita de café de cristal. También tenía un escritorio perfectamente organizado. La mujer llevó al niño que ya había dejado de llorar al sillón color tierra y le sentó. Ella se sentó frente a él. 

—¿Qué sucede, Luke? —preguntó, frunciendo el ceño. 

El rubio sacudió la cabeza. 

—Nada importante, profesora, se lo prometo. 

—No podré ayudarte si no me lo dices, Luke —volvió a hablar la castaña. 

El menor levantó la mirada hacia ella y pudo ver preocupación genuina en sus ojos. Luke recordó que no había llorado por ella, por el daño que su familia debió causarle, decidió que sería la primera persona con la que se disculparía. 

—Profesora Thorne, le quiero pedir disculpas en nombre de toda mi familia —murmuró, volviendo a bajar la mirada a sus manos, seguramente estaban muy frías—. Por su reacción la última clase, es obvio que algo malo le hicieron. Discúlpenos, por favor. 

—Oh, Luke —dijo ella, mientras una sonrisa tierna se formaba en sus labios—. Si, es cierto que parte de mi historia se junta con la de tu familia, pero no de la forma que crees —ella suspiró—. Tu madre, tu tía y yo éramos muy amigas cuando éramos jóvenes. Si reaccioné de aquella manera fue porque te reconocí. Eres igual a Jane, con los ojos de... de tu padre. 

—Oh, bueno, esto es vergonzoso —murmuró, refiriéndose a la disculpa. Thorne rió entre dientes. 

—Dime, ¿todo esto tiene que ver con tu familia? ¿Te están molestando por ser un Carstairs? —de forma lenta y un poco dudosa, Luke asintió—. ¿Y por eso tienes el uniforme así? ¿Te lo encogieron?

Luke suspiró. 

—En realidad, no lo sé. Esta mañana me lo puse y estaba así —murmuró. 

—¿Duraste todo el día con esa cosa? —él asintió con la cabeza lentamente—. ¿Y por qué no usaste un hechizo agrandador? 

—No sé hacerlo, profesora. 

—Bueno, eso tiene sentido —chasqueó la lengua—. Te enseñaré a hacerlo —sacó su varita de su zapato y apuntó un florero que estaba sobre la pequeña mesa. Movió la varita y pronunció el hechizo—. ¡Engorgio!

Entonces, el jarrón comenzó a rebotar y a temblar, mientras crecía notablemente. Luke quiso abrir los ojos en sorpresa, pero la hinchazón el ellos lo hizo incómodo, por que simplemente abrió la boca notablemente. 

—Como tu ropa tuvo el efecto del hechizo reductor solo crecerá hasta llegar a su tamaño original —explicó al ver que el jarrón creció tanto que rompió el cristal de la mesa—. Tendrías que volver a lanzarlo para que tu uniforme crezca de esta forma. 

—Muchas gracias, profesora Thorne. 

—Muéstrame el movimiento. 

Luke sacó su varita del bolsillo de su túnica y la movió con cierta vergüenza, no muy seguro de si lo estaba haciendo bien. Era como un círculo con una abertura en la parte superior. La profesora Thorne hizo un sonido con la garganta de aprobación. 

—Eres bastante bueno. 

Entonces, la primera sonrisa en mucho tiempo se abrió paso en sus labios. 

—Muchas gracias, profesora. 

—Jules, llámame Jules —Luke quiso protestar, pero la mujer siguió hablando—. Al menos, en las tutorías. 

—¿Tutorías? 

—¿No quieres ser mi aprendiz? —ella sonrió y alzó una ceja. 

Luke parpadeó perplejo. Quiso llorar de nuevo, pero esta vez de felicidad. No podía creerlo. 

—¡Sí! ¡Sí, claro que quiero! —cuando no hubo más que decir, el pequeño rubio se encaminó hacia la oficina, pero justo antes de salir por la puerta, se giró y miró a la mujer—. Muchas gracias, Jules, de verdad. 











BASTA QUE CAPÍTULO TAN TRISTE POBRE MI NIÑO, NO QUIERO QUE SUFRA MÁS AYUDAAAAAA

pero bueno jeje puro relleno este capítulo, pero ya tenemos a jules aquí, jum se preguntarán quién es pero tadaaa sorpresaaaa, se vienen cositas que la involucran. espero realmente que les haya gustado este capítulo de mi niño sufriendo. hablo en serio cuando digo q luke es mi personaje más sufrido JAJAJAJAJA creo q por eso lo quiero tanto

espero les haya gustado el capítulo y les quiero agradecer un montón porque best years ya casi llega a 2k de lecturas y mk no entiendo como me conseguí a los mejores lectores del mundo, porque siguen leyendo y yo actualizo una vez al año

de vdd les quiero demasiado, muchos besitos y muchos thankyous <33333

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