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No supo cuanto tiempo exactamente se quedó parado apreciando la puerta por la que hacía unos minutos había desaparecido el pelinegro. Una sensación de pesar se hacía presente anclándose a su pecho desde que oyó la confesión que le había hecho ese demonio. Recriminandose las veces en que se decidió a darle la espalda cuando claramente podía ver el sufrimiento en lo profundo de sus ojos, pero a la vez la urgencia que sentía desde dentro de su pecho por correr a socorrerlo y sanarlo, más su posición se lo negaba rotundamente. Ningún ángel debe acercarse a los demonios.

Él no entendía y tampoco supo el porqué ese azabache despertaba en él una necesidad inconsciente de tenerlo cerca o siquiera de verlo, fueron incontables las veces que en que antes de ir a su guardia se quedaba unos segundos sin materializarse para evitar ser descubierto en la azotea del edificio, viendolo sonreír y desaparecer por la puerta.

Sentía ganas de llorar, más ya no por toda la situación que se estaba llevando a cabo sino por las veces en que lo vio sufrir rogando por auxilio, y por cada vez que lo trató como si fuera la mayor peste de todos los tiempos, cuando en realidad y por alguna razón estaba resintiendo igual o peor cada herida en el cuerpo del demonio, quizás era un castigo por sentir apatía para con esos seres llenos de maldad. Su sed de venganza a veces superaba su bondad, lo cual es algo extraño tratándose de un ser tan puro como lo era.

Se lamentaba una y otra vez el no haber pensado más allá de su odio hacia esa especie, en particular hacia aquel pelinegro que ahora había intercedido por él cuando estaba a punto de romper las leyes que por tantos años había respetado reciamente.
No lo odiaba por algo que le hubiera hecho, sino por todas esas sensaciones que despertaba en él sin siquiera proponérselo, era frustrante e insano pensar en que su comodidad y bienestar podía estar ligado a un ser de una especie tan despreciable como aquella.

Pero ahora aquí se encontraba con ganas de cruzar por esa puerta y correr a los brazos del pelinegro rogando su perdón y poder sentirlo aunque sea solo una vez a una distancia nula, siendo consumido y envuelto por el calor infernal que desprendía el cuerpo del contrario, importandole poco su propia seguridad, solo queriendo saber si podía ser digno de su perdón.

Suspiró en ese pensamiento, pero debía establecer prioridades, él tenía una misión que aún estaba cumpliendo.

Se giró y comenzó a caminar hacia la cama donde se encontraba escondida la niña. Se quedó un momento parado al pie de ésta ideando algún plan para hacerse visible sin que Yuqi huyera despavorida por el susto.

Se agachó debajo de la cama hasta dar con el cuerpo de la pequeña, la encontró en posición fetal con sus ojos cerrados haciendo presión con sus párpados, caminos de lágrimas secos por sus mejillas, sus labios presionados en una línea y las manos en las orejas para así no poder oír nada más que el latir de su corazón.

Decidió que a causa de toda esa situación lo mejor que debía hacer es tratar de hacer una conexión telepática.

Suspiró y relamiendo sus labios trató de concentrarse para poder crear el lazo.

"Pequeña, estás bien, puedes salir, yo te protegeré, seré tu escudo"

- Mhm?- Yuqi abrió sus ojos y retiró las manos de sus oídos levantando levemente la vista buscando el orígen de la voz que escuchó en su cabeza.

"Eso es, buena niña, realmente estás escuchandome, no temas no te haré daño, estoy aquí para cuidarte."

-Q-quién eres?, Porqué no puedo verte?- preguntó mirando toda su habilitación una vez salió de su escondite.

"Soy alguién que te cuida desde hace mucho tiempo, no te haré daño, podrás verme, pero primero necesito que me prometas algo, de acuerdo?"

La niña asintió aún mirando hacia todas direcciones.

"Debes prometerme que no gritarás ni te asustarás si?"

- ... Si, pero no me harás daño?

"Eso nunca pequeña, necesito sacarte de aquí porque es peligroso pero no quiero correr el riesgo de que te asustes de mí y huyas, porque debemos guardar silencio, así que...cuento contigo cariño?"

- S-si...

"Bien, ahora debes tapar tus ojos, te diré cuando puedas mirar y lo harás cuando estés lista si?, De acuerdo, ahora cúbrete"

La niña lo hizo y él se desplazó hacia una esquina donde sería más fácil para la niña verlo desde una distancia prudente para evitar cualquier reacción negativa.

"Ahora"

Yuqi descubrió sus ojos y comenzó a analizar la habitación llegando su vista hacia el ser que se encontraba en una esquina. Estaba parado ahí con sus alas semi extendidas con su color habitual, tan blancas y pulcras, sus ojos celestes , el cabello rubio y su rostro con una expresión de compasión que brindaba seguridad.

-E-eres u-un ángel... - expresó boquiabierta.

- Si pequeña, soy tu ángel, lamento presentarme así, pero no tuve otra salida, espero que mi apariencia no te incomode- dijo bajando su cabeza en claro gesto de vergüenza.

- De qué hablas? , E-eres precioso- contestó la niña mirando aún con grandes ojos al ángel que se encontraba a unos metros de ella.

-No es cierto y...- cortó sus palabras al mirarse por completo notando que del color grisáceo que había adquirido no se encontraban atisbos en su persona, como si nunca hubiera estado ahí.

"Estas haciendo lo correcto Taehyung" , se dijo así mismo.

- Ven, debemos irnos.

"Debo salvarla, lo siento, ella es mi prioridad"




























El pelinegro abrió ojos en demasía tensandose por completo en su lugar cuando escuchó a aquel demonio llamarlo con total conocimiento de su presencia en el lugar, no pasando por alto que de hecho al parecer sabía quién era.

- Ahh~ querido Jungkook, ven aquí, deléitame con tu magnífica belleza - dijo levantándose de su sitio para pararse en el marco de la puerta viendo la espalda del pelinegro que se encontraba aún con su mirada fija en las escaleras.

El azabache quiso continuar su camino hacia el peldaño más cercano a sus pies pero se detuvo en seco cuando sintió ser tomado completamente por una fuerza invisible que lo hacía permanecer en su lugar.

- Insolente, es algo descarado que vengas hasta aquí después de la última vez y no saludar, debería matarte no es así? - dijo acercándose por completo ahora al cuerpo del pelinegro que seguía tieso quedando asi frente a frente. - pero... pensándolo bien me servirías, mírate, eres bastante atractivo para ser un demonio- tomó de la mandíbula presionando con fuerza desmedida , haciendo que el azabache soltara un gemido de dolor, se relamió los labios posando sus ojos en la mandíbula afilada que sostenía en su mano y deslizándolos hacia los labios, sonrió ante su pensamiento y se acercó lentamente hacia su presa, con su lengua comenzó a delinear los labios del pelinegro, succionando de vez en vez.

Jungkook se mantenía firme conteniendo las ganas de vomitar por el hedor pútrido que destilaba la presencia que se encontraba frente a él besando sus labios, podía sentir el sabor de la descomposición en su boca. Sentía cada vez más cerca las ganas de devolver el vacío de su estómago más se alivió cuando el demonio frente a él se alejó. Arrugó el ceño cuando escuchó a la presencia reír de manera chocante y mirándolo con diversión.

-Ah~ Jungkookie , sabes tan bien, pero...hay algo que me estoy perdiendo verdad?- dijo una vez calmó su risa- tus labios cambiaron de sabor, a uno que realmente me excita y no he probado desde hace tiempo.- miró la confusión en los ojos del azabache y sonrió ante su desconcierto- no lo recuerdas?, estás aquí por él- soltó una carcajada y agregó- bueno, lo positivo de todo esto es que podré utilizar tu cuerpo a mi beneficio, nadie quiere a un gordo y feo viejo a quién servir verdad?. Pero primero debo conocer a mi futuro cuerpo. Ahora, a la sala.



































- Gracias Señor- dijo haciendo un una pronunciada reverencia.

-No agradezcas Taehyung, es mi deber mantenerlos a salvo a todos. Y en cuanto a la información, mandaré a Gabriel para echar un vistazo. Tu solo descansa, se te ve agotado, realmente te sientes bien?- preguntó el ángel supremo mirando analíticamente al rubio que se encontraba con la cabeza gacha frente a él.

- Y-yo si...- expresó a penas audible- Y-yo debo ir también.

- Taehyung, ese lugar no es seguro, no puedes arriesgarte, cumpliste tu deber y trajiste a Yuqi a salvo, tu tarea acabó con eso.

-P-pero...necesito saber que está bien ...- dijo levantando la vista de sus pies a los ojos acusatorios de sus superior.

-Taehyung estás escuchándote?, ese chico es un demonio, quizás sólo quiere engañarte para llevarte hacia una trampa, ya sabes que no puedes confiar en ellos.

-P-pero...

-Pero nada Taehyung, ahora ve a descansar, tus servicios ya no son requeridos.

-S-si, iré... Gracias de nuevo señor.- hizo una pequeña reverencia y comenzó a caminar lentamente hacia la salida.

- Y Tae ...ya sabes lo que implica desobedecer.

Asintió sutilmente y salió del lugar.

"Lo siento, realmente lo siento"

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