Capítulo 25

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La historia de los Theta era bien extensa, pero de ella se conocía muy poco. No era una casta regular y tampoco se daban con frecuencia. Esta fue la primera casta creada, la que recibió la mayoría de los poderes, pero el esmero en su creación fue tal, que no se pudo hacer una réplica inmediata. Costó bastante trabajo antes de que la Diosa Luna pudiera crear otro Theta para su manada.

Quizás por esto, desde un principio, era muy poco lo que se podía saber de ellos y, con el paso de los años y los registros que se fueron guardando, la información sobre estos seguía siendo escasa. En todos los eones que habían pasado desde su creación, estos solamente existieron dentro de la manada del Ártico. Por esto, al ver un Theta, automáticamente se sabe que proviene del Ártico, los únicos que tienen la genética y el poder suficiente para crearlos.

Esta casta podría pasar como Alfas porque tenían absolutamente todas las cualidades que tenían los que normalmente encabezaban la pirámide. ¿Dónde venían las grandes diferencias? En que estos parecían ser una exageración de cada una de estas cualidades o aspectos. Fuerza, agilidad, poder reproductivo, si un Alfa lo tenía, un Theta podría fácilmente tener el doble.

La mayor diferencia entre estas dos castas yacía en el momento de escoger pareja. Mientras a la mayoría de los Alfas les gustaba someter o dominar a su pareja, preferiblemente alguien que esté por debajo de ellos, los Theta necesitan confrontación, un reto. Estos usualmente solo se apareaban con Alfas, Kappa u otro Theta que elegían mediante un juego de poder, muchas veces sin notarlo.

Los Theta era una casa excesivamente agresiva, más que los Alfas, competitivos y provocadores por naturaleza. Su instinto jamás era bajar la cabeza, si no atacar, principalmente cuando tenían miedo o estaban dolidos. Si no hay una lucha de por medio, una batalla que los haga esforzarse, estos perdían fácilmente el interés y se aburrían. Mediante la lucha, estudiaban a sus oponentes y en conjunto con sus lobos, decidían si sería una buena pareja o no.

Otra característica era su olor, usualmente, nacían camuflando o restringiendo por completo su olor y este era liberado solamente cuando andaban en busca de una presa o pareja. Sus aromas siempre estaban arraigados a su manada y lugar de procedencia suya o de sus padres. Los únicos que podían sentirlo eran sus compañeros de unión o la persona que le daba a luz. Existían casos especiales de élderes que tenían la capacidad que adquirían con los años de percibir su aroma, pero tendría que ser un élder y familiar directo para verdaderamente distinguirlo.

Eran la única casta que podía tener dos destinados, el de su lobo y el del humano. Podían marcar y ser marcados, pero únicamente cerraban vínculo cuando su animal y el humano se ponían de acuerdo para tener un único destinado.

Pese a sus usuales preferencias por los Alfas y en raros casos Kappas, ellos tenían la posibilidad de aparearse con cualquier casta siempre que no tuviesen un vínculo cerrado con alguien más. Una vez que se creaba un vínculo, la parte más peligrosa de sus personalidades despertaba. Mataban a todo lo que consideraran un peligro para sus parejas e hijo, pero también cedían su vida si estaban acorralados y necesitaban salvar a su familia.

A diferencia de los Alfas, estos se guiaban por la sangre, la respetaban. Por esto, eran más tolerantes con cachorros que no eran suyos si pertenecían a la persona con la que deciden cerrar un vínculo.

Durante sus estros, su fertilidad aumenta a un cien por ciento y es en el único momento donde pueden marcar y ser marcados sin que esta desaparezca. Además, contaban con una seguridad que otras castas no tenían, las marcas hechas en ellos o las que hacían, solamente permanecían si ellos así lo deseaban. No podrían ser reclamados a la fuerza por absolutamente ninguna casta, ni siquiera por otro Theta.

El apareamiento con ellos y su sangre podría dar nuevas castas, algunas prevalecían y otras, eran tan únicas como ellos, desaparecían con su primer descendiente.

Estas eran algunas características que podrían ser generales mas cada individuo podía ser diferentes y modificarlas según su poder, su genética. Fue por esto que Yoongi le dijo una información general a ese Theta que continuaba en trance escuchando todo.

— ¿Un Theta? — Taehyung negaba confundido. — Así que esa era la "T" faltante de la pirámide.

— ¿Faltante?

— Mi mamá me dejó un libro con las castas más regulares. En la pirámide, había una "T" en la cima y una "T" en el fondo. — Le explicó levantándose, acariciando su pecho.

— Ah sí, los Theta en la cúspide y los Tau en el fondo.

— ¿Los Tau?

— Digamos que son humanos que pueden comunicarse con los lobos, eso es todo. — Estrechando los ojos, Yoongi miró a su sobrino acariciarse el pecho y encorvarse. — ¿Te duele algo?

— Llevo días donde repentinamente me siento muy mal, tengo deseos de llorar o me duele el pecho pero ahora... — Sin poderlo evitar, Taehyung cayó al suelo apoyándose en sus rodillas y manos. Sus garras arañaban el suelo, sus caninos salieron. Fue una extraña sensación su pecho parecía quebrarse, su garganta se ensanchó como si quisiera aullar, pero no lo hizo, solo habló con su voz completamente distorsionada. — ¡Alfa!

Sin avisarle al mayor, Taehyung rompió el cristal de la ventana y salió bajo la tormenta de nieve que había fuera.

— ¿Qué fue ese ruido? — Entró rápidamente Jimin mirando con desconfianza al Kappa. — ¿Dónde está Taehyung?

— ¿Quién es su Alfa?

— ¿Cuál Alfa? Tae no tien- ¡Mierda!

— Algo sucedió con ese Alfa, Taehyung salió en su búsqueda. ¿Sabes dónde encontrarlo? No creo poder seguirle el rastro con esta tormenta. — Musitó el castaño caminando hacia la puerta. — ¿Qué haces? ¡Vamos!

— ¿Ir a dónde contigo? Además ni siquiera puedes transformarte porque no tienes fuerzas.

— Existen los automóviles, seguro aquí tienen alguno y, si mi sobrino necesita mi ayuda, la fuerza para transformarme no me faltará.

— No confío y no me agradas. — Musitó Jimin entrecerrando sus ojos porque le seguía pareciendo rara la forma en que simplemente fue encontrado herido tan cerca de su territorio después de días deambulando por ahí.

— Eso es bueno, siempre desconfía. Por mí no te preocupes, no te tengo que agradar y tú tampoco a mí. Llévame contigo a donde se encuentra ese Alfa.

Aunque reticente y dubitativo, Jimin salió de la habitación seguido de un Yoongi que batallaba para seguirle el paso. Ese vejestorio que se veía joven podría no agradarle, pero Taehyung le importaba más. Ambos se sentaron en su auto y salieron a gran velocidad hacia la mansión Jeon. Sin embargo, al llegar a la puerta, la entrada le fue impedida.

— Ay no me jodan hoy, no tengo ánimos para tratar con sus traseros. — Se quejó Jimin molesto. — ¡Ábranme la puta puerta de una vez que vengo a ver a mi Alfa! ¿Tengo que llamarlo?

— ¡No, señor! — El Alfa que lo reconoció hizo una seña para que abrieran las puertas y así dejar que el auto continuara.

Cuando por fin llegaron a la mansión, ambos se bajaron del auto velozmente. Un grupo de Alfas a los que no les fue notificada su llegada se interpusieron en el camino de los dos, pero al notar que era Jimin se quedaron en una disyuntiva sin saber qué hace. Era cierto que él había estado yendo bastante seguido ahí, mas las restricciones cuando toda la familia líder estaba reunida era diferente.

De algún modo que ninguno, ni siquiera Jimin notó, Yoongi tomó su brazo y burlaron la seguridad para entrar a la casa. Ambos se encontraron con la pistola de Namjoon apuntándoles, pero sus miradas se desviaron a un rubio que lloraba casi histérico y un peli naranja que parecía desangrarse en el suelo. Al ver que era su omega, el Alfa pasó a apuntarle a Yoongi, quedando completamente confundido cuando este corrió hacia Hoseok y el herido le sonrió.

— Hyung...

— Shhh... Estoy aquí, Hobi. — Todos los presentes se sumieron en una gran confusión, incluyendo a un Namjoon que dio un paso atrás cuando vio la extraña manera en que se miraban. — Jin.

— H-Hola, Yoongi.

Jimin arrugó la frente, quizás no era el momento más propicio para indagar que pasó. Un doctor llegó rápidamente para atender al hombre de cabello naranja mientras él avanzaba hacia un Namjoon que lo fundió en un abrazo.

— ¿Qué pasó aquí? ¿Tú le hiciste eso a Hoseok?

— ¿Qué? No, cómo crees... Fue Kook. — Negó besando su frente, mirando lo que hacía el doctor. — Es una historia un poco larga que quizás no pueda contar ahora. ¿Tú por qué estás aquí?

— Vinimos buscando a Jungkook, Tae salió de la casa como un loco transformado para buscarlo por eso creímos que vendría hacia acá.

— Después de lo que ocurrió Jungkook también se transformó y salió corriendo, no sé que... — Las palabras de Namjoon se cortaron cuando un aullido lastimero llegó a sus oídos. Los ojos de Jimin se tornaron ámbar y los verdes de Yoongi brillaron.

— Tae. ¡Vejestorio, quédate aquí, no vayas a salir! — Echó a correr hacia la puerta más cercana después de señalar a Yoongi.

— ¡Espera! — Namjoon miró desesperado a sus alrededores, encontrándose con la mirada de Seokjin. — Redoblen la seguridad. — Le ordenó a varios hombres.

— Ve con él, yo cuidaré de todo aquí, además, ya no estoy completamente solo, ve con tu omega.

Namjoon asintió maldiciendo por lo bajo, yendo en la misma dirección de Jimin. Cuando sus zapatos tocaron la nieve del jardín, se transformó súbitamente en un gran lobo gris que salió a toda prisa siguiendo el rastro de su destinado. Pasaron dos minutos antes de alcanzarlo, corriendo ambos a una gran velocidad que aún sorprendía a Namjoon porque seguía sin acostumbrarse a las asombrosas capacidades de su omega.

Tuvieron que correr durante casi tres minutos más, antes de divisar a un lobo blanco cubierto de sangre en su hocico, pecho y patas daba vueltas alrededor de un gran lobo negro que yacía sobre la hierba, empujándolo, lloriqueando. A pocos metros de ellos se encontraban cinco lobos desangrándose ya sin vida. Bueno, casi todos, uno soltó un quejido y el omega se le acercó para entrampar su cuello y sacudir la cabeza con toda su fuerza antes de abrir su boca y dejarlo caer.

Esos eran lobos sin manadas que parecían haber estado deambulando esa zona como si estuvieran a la espera de algo que sabían que pasaría. Ellos habían estado esperando a que, como había estado haciendo por más de una semana, el Alfa de Alfas saliera solo por ese camino en dirección a la manada Mul.

Dudaron poder conseguirlo esa noche de tormenta, por eso solamente había cinco aguardando, pero el lobo negro había dejado su casa solo y no en el mejor de sus momentos. Si hubiese tenido todos sus sentidos activos, definitivamente hubiera por lo menos escuchado algo. Sin embargo, de igual forma le hubiera resultado difícil distinguirlos. La gran tormenta se llevaba el olor de los lobos por lo que su olfato de poco le sirvió. Con toda la nieve que caía, era difícil escuchar o ver si no se estaba prestando atención a algo en específico.

Namjoon ayudaba al lobo blanco a colocar el cuerpo herido sobre su lomo, notando que en su pierna había rastros de algún sedante que lo hizo resoplar. Esto fue lo que provocó que Jungkook no pudiera pelear con todas sus facultades. De hecho, si Taehyung no hubiera llegado, esos cinco lobos podrían haberlo matado. Ellos y quien fuera que hubiese disparado aquellos dardos tranquilizantes.

El lobo gris miró hacia la copa de los árboles, sus ramas e incluso los alrededores tratando de escuchar u oler algo, pero todo fue en vano. Lo más probable hubiera sido que el licántropo que disparó estuviera entre esos lobos muertos o hubiese escapado de allí.

Resguardados por sus mejores amigos, Taehyung caminaba bajo la tormenta de nieve con Jungkook sobre su lomo en dirección a la mansión Bul. A su llegada, el doctor que había estado atendiendo a Hoseok rápidamente se acercó para ayudarlos, mas el lobo blanco gruñó y se le tiró para morderle la mano.

— Tranquilo, soy el doctor. ¿De acuerdo? — Hablaba despacio levantando las manos, colocando la jeringuilla que sostenía en el suelo.

A la distancia, Seokjin observaba todo, la forma en la que aquel lobo estaba defendiendo a su esposo con tanta territorialidad y posesión, con ese fuego en sus ojos azules le dejaba claro que se trataba del Alfa que amaba Jungkook. Procurando ayudar, también se acercó con calma, pero Taehyung dejó al lobo negro en el suelo y saltó para atacarlo, mordiéndole el brazo con el que se cubrió su rostro. Lo soltó rápidamente y regresó al lado de Jungkook, afincándose sobre sus cuatro patas, gruñendo a todo el que hacía el intento por acercarse, incluso Jimin.

Se escuchó un bufido y luego su pata trasera fue lamida. Lloriqueando se volteó y echó sobre sus cuatro patas muy cerca de su hocico. Lo rozó con el suyo y luego apoyó su cabeza sobre la del lobo negro que con dificultad respiraba. Con cautela, el doctor hizo un nuevo intento para acercarse, Taehyung gruñía, pero cada vez que lo hacía, Jungkook resollaba para dejarle saber que estaba bien.

Finalmente, el médico pudo inyectarle una anestesia al Alfa de Alfas antes de proceder a limpiar, desinfectar y suturar sus heridas bajo la atenta mirada del lobo blanco que no se alejó del herido o permitió que se le acercara.

— ¿Cómo está Hoseok? — Preguntó Jimin recibiendo una taza de té por parte del peligris.

— Está bien, el sujeto que vino contigo está acostado a su lado y ambos están siendo cuidados por Jin. Como se estaba quejando mucho por el dolor, el doctor también le puso un sedante. — Jimin asintió absorbiendo un poco de la humeante bebida. — ¿Puedo saber quién es?

— No me toca a mí decirlo.

—- Me tiene inquieto. — Admitió mirando hacia la puerta que guardaba la habitación donde se encontraban. — Parece que no le importa nada y que podría follarse lo primero que se le atreviese en el camino.

Jimin contuvo una risa porque, por lo que había escuchado de los Kappa, esa descripción que su novio celoso había dado, era más que acertada. Min tampoco era santo de su devoción y también lo hacía mantenerse alerta, pero si Taehyung estaba confiando en él, le tocaba mantenerse al margen.

— ¿Jin es el omega de Jungkook? — Namjoon se quedó en silencio y Jimin asintió. — Supongo que es así y eso fue lo que causó todo este problema entre nuestros jefes. Tiene el mismo olor a magnolias que la ropa que me diste aquella vez y Taehyung desgarró. El mismo aroma que se respiraba en el aire aquella vez que llegamos sin avisar y Taehyung perdió los estribos.

— No me hagas responderte.

— Lo hiciste desde que no me respondiste. Eres demasiado transparente, cosita. — Namjoon enarcó una ceja y Jimin sonrió, inclinándose sobre la mesa para unir sus labios, aumentando solo la sorpresa del mayor. — Sueles ruborizarte mucho a mi alrededor, pero este es el sonrojado más bello que me has regalado.

— Eres un omega muy atrevido.

— Tu omega, es muy atrevido... — Agregó con una sonrisa.

— ¿Mi omega? Es la primera vez que te llamas a ti mismo de esa manera.

— ¿Será porque has logrado que mi corazón te pertenezca? — Masculló bajo acercándose para darle otra casto beso. — ¿Tienes algún recipiente en el que pueda llevarles agua? No creo que por esta noche retomen su forma humana, deben al menos beber un poco de agua.

El mayor se paró para buscar una gran olla de acero inoxidable llena de agua que le entregó en sus manos. Permaneció a una distancia prudente observando al pelirrojo acercarse pues, estaba preocupado por la reacción del lobo blanco.

Al escuchar los pasos, Taehyung elevó sus orejas, abrió los ojos y levantó la cabeza, divisando como Jimin se acercaba lentamente. Dejó que le dejara el agua y antes de que retirara su mano, se la lamió, haciendo a su amigo sonreír.

— Sé que no estabas molesto conmigo, solo estabas protegiendo a tu compañero. Eres un buen chico. — Mencionó acariciando su cabeza, luego sus orejas y por último, unas palmaditas. — Deben tomar agua, asegúrate que beba cuando despierte.

El lobo blanco bebió de aquella agua, con su nariz empujó al negro que junto a él seguía acostado en el suelo para que bebiera, pero al constatar que seguía dormido, simplemente volvió a acomodar su cabeza sobre la del contrario.

— ¿Qué fue lo que ocurrió con Jungkook para que hiriera a uno de sus hombres de confianza de esa forma? ¿Tampoco puedes decirme? — Elevó una ceja desafiante y Namjoon se limitó a suspirar.

— Hoseok hoy se había estado sintiendo un poco mal así que me levanté para asegurarme que todo estuviese bien y llevarle un poco de té. Cuando abría la puerta de mi cuarto vi a Jin escurrirse a la habitación de Hobi y pues... No sé, llevo casi dos años creyendo que entre esos dos sucedía algo. La forma en que siempre estaba al pendiente. Como Seokjin pedía que fuera él quien lo llevara o recogiera de los lugares. Quise creer que solo era una afinidad porque Hoseok era la persona que Seokjin más veía mas, mi sexto sentido no me falló, hoy confirmé que tenían algo.

— ¿Los delataste? — El mayor negó.

— Jungkook bajó a prepararle un poco de leche caliente a la pequeña Ryujin y escuchó nuestra pequeña discusión. Entró a la habitación sin avisar y cuando vio el pantalón que su esposo no se había terminado de abrochar pues, sus garras tuvieron un encuentro con el pecho y cuello de Hoseok.

— ¿Crees que se puso celoso?

— ¿Celoso? No. ¿Molesto? Definitivamente sí.

— No creo que sea una gran idea que todos estemos en el mismo lugar en unas horas cuando todos estemos conscientes con nuestros ojos bien abiertos. — Musitó Jimin mirando de soslayo hacia donde estaba Taehyung. — Demasiadas personas mezcladas aquí. Por cierto, te veo muy calmado con toda esta situación.

— Alguien debe mantener la calma.

— Hoseok es tu esposo después de todo.

— Sabes la relación que me une con Hoseok, hace mucho no somos esposo, solo muy buenos amigos, compañeros. Yo jamás lo amé y él dejó de amarme como hombre. De esposos solamente nos quedaba un papel que ya no está.

Los ojos de Jimin se ensancharon ante estas palabras, mirando a Namjoon con ojos brillantes. Se contenía, quizás había escuchado mal, pero la felicidad que rebosaba en su pecho le decía que había oído bien. Sinceramente no es que ese papel le hubiera incomodado solo que ahora se sentía lindo, diferente, como si realmente no quedasen ataduras.

Levantándose, el peligris le extendió la mano para llevarlo a su habitación. Encendió la luz, se acercó a su escritorio para tomar un documento que sostuvo con ambas manos para mostrárselo a Jimin. Su certificado de divorcio.

— Quería decírtelo pero... — Sus palabras se acabaron cuando Jimin se lanzó contra él para besarlo, cayendo ambos torpemente en la cama. Entre besos y sonrisas, Namjoon lo abrazó. — Si hubiera sabido que esto te pondría tan feliz, lo hubiese tramitado mucho antes.

— Ni siquiera yo sabía que esto me pondría feliz, no me importó jamás eso, ni siquiera el hecho de que en algún momento volvieran a cruzar las líneas. Es simplemente que se siente bien saber que eres todo mío. — Plantó un beso extenso y duradero solo pegando sus labios, separándolo con un chasquido exagerado. — Muaaaaaa. — Ambos se rieron. — Yo sé que es la peor situación y no lo haré pero... Tengo unas ganas de hacerte el amor ahora mismo.

— ¿Qué?

— ¿Olvidaste que sería yo quien entrara primero en ese hermoso culito de Alfa? Tu destinado se siente triste.

— ¡Jimin! — El aludido soltó una carcajada volviéndolo a besar.

— Te amo, tonto.

— También yo, te amo, precioso.

Triple actualización por tercer día consecutivo... Necesito unas palmaditas en la cabeza 😌🥳

Espero que lo disfruten... He estado disfrutando que en esta semana de pausa me he sentido un poquito mejor y que mi inspiración ha estado de mi lado para actualizar esta historia. Es por eso que sigo escribiendo para aprovechar antes de que todo se corte. 🙈 Sé qué tengo otras historias, les pido un chin de paciencia y comprensión.😌

LORED

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