Capítulo 26

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Creo que este lugar de la mansión es muy tú. Es la primera vez que realmente estoy en tu habitación, pero me gusta lo que veo. — Musitó Jimin mientras acariciaba las grises hebras en la cabeza de Namjoon, mirándolo con intensidad, disfrutando del modo en que este sostenía firme su cintura. — No tengas pena en bajar más las manos si así lo deseas. — Le regaló una sonrisa ladeada a su novio.

Era agradable sentirse completamente cómodo a su alrededor, pero a su vez tener este temor a dejarse ir creando una tensión desmesurada que por momentos volvía exquisita y sofocante. Ambos lo sentían, no era de ahora, llevaban poco más de un año juntos. Se volvieron novios sin la necesidad de declararse como tal, las cosas simplemente fueron fluyendo hasta terminar en una relación donde habían escaseado los besos y el sexo, mas que seguía siendo igual de atractiva y hermosa.

No iban a mentir, por instantes los dos pensaron en su mente en mandar a la mierda todo eso de esperar, ir conociéndose lentamente hasta decidirse a dar ese paso. Podrían haber tenido sexo o al menos besar y aun así seguir conociéndose, pero para ellos simplemente fluyó diferente.

Muchos encuentros que terminaron con cada uno en su habitación, baño o auto, liberándose en sus manos y exhalando con dificultad. Miradas que aceleraban sus organismos, roces de manos que casi los hacía gemir. Sus corazones eran tan ruidosos que era imposible para el otro no oírlo, pero aún sabiendo los deseos que a ambos los azotaban, aguardaron.

¿Qué tan malo podría ser aguantar unos meses para que sus lobos se conocieran mejor y adaptaran a la personalidad del otro si podrían pasar toda una vida juntos? Definitivamente con otras personas ellos no hubiesen soportado eso, pero eran ellos.

Con las ventajas de ser licántropos, fueron dejando a sus lobos jugar en el bosque, en sus jardines, dejaron que estos se fueran adaptando, entendiendo que podrían coexistir sin necesidad de uno querer dominar o someter al otro, dándole su espacio y libertad.

Podrían morderse, algunas veces uno terminaba mortificado con el otro y le daba alguna mordida, gruñían o simplemente lo ignoraban. Tras esto, siempre uno iba y se echaba junto al otro, lo animaba a jugar o al menos a hacerle espacio para estar juntos. No importaba quién hubiese tenido la razón en sus pequeñas discusiones o pelea, cuántas veces hubiera cedido uno u otro, quién caía primero o quién soportaba más. Su relación no era una competencia.

¿Quién cometía más errores? ¿Quién era más fuerte? Nada de eso importaba porque su orgullo no estaba comprometido cuando sabían que ambos amaban parejo aunque lo demostraran de diferentes maneras. La competencia en pareja podría llegar a ser más nociva que sana provocando reacciones negativas a largo o corto plazo dentro de la relación, confrontaciones, distanciamientos que podían volverse irrevocables.

Ninguno quería eso, no para su relación.

Sabes, yo he cedido más que tú, he dado más que tú... No, esas palabras no eran dichas bajo casi ningún contexto, excepto con la comida. Jimin podría volverse un poco mezquino y egoísta con la comida, más cuando la cazaban juntos. De ahí en fuera, ambos buscaban un consenso en el que la balanza no se inclinara por completo a un lado o a otro continuamente. Podía tambalearse, un día ir más a un lado que a otro, pero esa era la gracia, buscar lo equitativo sin forzarlo o exigirlo.

Sí, un día Namjoon tenía que contar hasta mil, otro Jimin hasta el millón o viceversa, mas habían aprendido a equilibrarse desde su lado más salvaje, hasta el más racional. Un año después, habían construido un lazo y relación que verdaderamente los sorprendía.

— Es raro que aún con mi carácter, a veces me sienta tan intimidado por ti. — Musitó Namjoon con una sonrisa, descendiendo sus manos hasta agarrar el trasero de Jimin con fuerza, cerrando los ojos, disfrutando su tacto por encima de la ropa.

— Creí que eras tímido, pero sí que tienes buen agarre.

— ¿Tímido? A veces solo soy respetuoso porque acordamos que nada ocurriría sin el consentimiento explícito de los dos, pero eso no significa que no tenga ciertos deseos o quiera hacer ciertas cosas. — Contestó estirando su cuello para oler al contrario, depositando un beso justo en la zona que le gustaría adornar un día con su marca.

— Tienes razón, por eso eres la cosita más hermosa que puedo tener.

— Deja de llamarme cosita.

— ¿Lastima tu lado Alfa? — Namjoon lo miró serio y luego se carcajeó negando, dejando su cabeza caer en la cama.

— Jimin, a veces eres mucho Jimin. — Comentó ascendiendo una de sus manos por su cuerpo, dibujando su silueta, grabándosela en sus pensamientos aún con los ojos cerrados. Llegó a la roja cabellera y se afincó en ella, elevando entonces sus párpados, dejando ver los ojos color ámbar que brillaban en esa tenue oscuridad. — Quiero besarte, de verdad.

— ¿Solo nos hemos besado de mentira? — Inquirió Jimin con suspicacia, conteniendo sus ganas de reír. — Muéstrame como sería ese beso de verdad.

Namjoon sonrió afirmando más sus manos, tanto la que continuaba sobre el trasero de Jimin como la que tenía en su cabeza. Lo atrajo con lentitud, dedicándole una sonrisa que al menor se le hizo tierna hasta que simplemente desapareció e inició un contacto visual intenso.

No bromeaba al decir que justo en ese instante se le humedeció su pene, trasero, boca, ojos e incluso hasta lo que no tenía. Su corazón desbocado le hacía competencia al del pelinegro porque pese al temple de su exterior, internamente la emoción se lo estaba devorando. Ese intercambio de alientos y respiraciones cortadas sin hacer más que eso lo dejó con su boca entreabierta aclamando por aire puro.

La oportunidad no se desperdició, el mayor dejó lo que parecía ser un casto beso justo antes de tirar fuertemente de su labio para perderlo entre los suyos y sellarlos. Era fuerte, intenso, sus movimientos eran tortuosamente lento. Del modo en que le iba dando forma a esos carnosos labios ayudados de los suyos, como provocaba con su lengua sin dejarla entrar y lo separaba cuando parecía estar a punto de descontrolarse, todo estaba elevándolos al unísono.

Jimin quería batallar por en control, bueno, mentalmente. Porque lo cierto es que se estaba entregando por completo a ese beso cediendo todo mando. No le gustaba que lo gobernaran, pero el dominio de ese beso era algo que hubiese incluso pedido. Para el momento en que Namjoon succionó sus dos labios juntos con una dulzura a la par de la lascivia, no pudo contener un gemido bajo.

Para contemplar su obra de arte, el peligris se separó unos segundos, disfrutando del brillo de su propia saliva sobre los belfos de su omega, ese que cerraba sus ojos y entreabría sus labios en una tácita súplica de más que jamás aceptaría lúcido. Sonrió y luego regresó a ellos, tirando del inferior con sus dientes, solo que esta vez, estos estaban siendo cubiertos por sus propios labios para no morderlo en realidad, solo quería asegurarlos y separarlos más para ir abriéndole camino a su lengua.

Fue inesperado el primer encuentro de sus lenguas en todo un maldito año. Todo el cuerpo de Jimin se tensó, buscó apoyo con sus manos para sostenerse sobre el colchón, colocándolas justo al lado de los hombros de Namjoon. Entonces, sin poder evitarlo, se movió buscando un poco de fricción que le ayudara a calmar lo que su cuerpo estaba sintiendo.

Su trasero fue apretado con poco más, Namjoon elevó sus caderas y permaneció rígido permitiéndole a Jimin moverse con libertad. Sus pantalones molestaban a ese punto, más cuando podían sentir el bulto contrario contra sus muslos, pero ninguno hizo otro movimiento. Toda su atención estaba en el beso que el peligris seguía liderando, succionando por momentos la lengua de Jimin, dejando que hiciera lo mismo con la suya.

Un quejido salió de sus gargantas y, segundos más tardes, todo el cuerpo del pelirrojo temblaba contra el de su novio. Había llenado su ropa interior de sus fluidos, quizás habían llegado a su pantalón, mas poco importaba, todo lo que hizo fue seguir frotándose hasta que Namjoon gruñó y apretó su cabeza sin mover sus bocas. Todo se quedó quieto por lo que pareció un interno minuto hasta que las caderas de Namjoon volvieron a tocar la cama y su pareja cayó sobre él. Una pequeña sonrisa desfigurada adornando su rostro.

Eso había sido demasiado exquisito e intenso, la primera vez que realmente se besaban incluso habían experimentado un primer orgasmo sin la necesidad de ir más allá de los besos y la fricción a la que recurrieron en desespero.

— Lo acepto, eso es un beso de verdad. — Murmuró Jimin sobre los labios de un Namjoon que con torpeza rio. — Quiero mucho más de estos besos de ahora en adelante.

— Todos los que quieras.

Cayendo en la cama junto a su Alfa, Jimin inhaló y exhaló profundamente, sintiendo la mano de Namjoon rodear la suya, acariciando de la forma más suave y tierna el dorso de su mano.

— Tu habitación parece un mini chalet, un mini apartamento de lujo. — Comentó volviendo a observar a su alrededor.

— Soy celoso de la privacidad mía y de otras personas. Cuando Hoseok y yo nos mudamos aquí compartíamos este lugar procurando hacer todo aquí para no molestar en el exterior. Jungkook decidió que sería mejor romper algunas paredes y extender nuestra habitación dentro de la misma mansión. Entonces aquí lo tengo todo, sala, cocina, baño, habitación, comedor, mi jardín e incluso una pequeña piscina en el exterior. Sin embargo, nunca he tenido mucho tiempo de disfrutarlo, siempre estamos haciendo algo con Jungkook.

— ¿Desde cuándo Hoseok se mudó de esta habitación?

— ¿Dos años? Algo así, mucho antes de conocerte, a veces él venía o yo iba a la suya, pero terminamos habitando dos espacios diferentes. Jungkook hizo lo mismo con la suya para que ambos tuviéramos el mismo espacio y nos sintiéramos bien.

— Al comienzo pensé que la relación de ustedes con Jungkook era más tipo jefe y empleado, pero he visto que también son buenos amigos. — Musitó volteándose para mirarlo y jugar con su pecho.

— No interactuamos como lo hacen tú y Taehyung, somos un poco más reservados y no invadimos el espacio personal del otro. Ninguno dibujó líneas o límites, pero creo que sabemos hasta dónde ir. Sin embargo, no puedo decir que Jungkook no ha sido un excelente amigo, desde que nos rescató siempre ha estado ahí para nosotros. Se parte a veces en mil pedazos para cumplir con todos nosotros, con todo el que lo necesite excepto con él mismo. Parece estar lejos mas constantemente está conviviendo con el resto de la manada.

— ¿Ah sí? Pues parece el rey de su monarquía que con absolutismo gobierna a todos desde su mansión.

— Él es muy diferente de los que aparenta, nada que ver con su padre o los antiguos líderes de esta manada. Solo su bisabuelo fue un poco más benévolo con el pueblo según me dijeron. Él no quería continuar enemistado con los Mul, prefería la paz, pero tuvo una muerte temprana. Por esto, Fuego es tan leal con Jungkook, porque se lo ha ganado desde mucho antes de asumir el liderazgo.

— Quizás él y Taehyung tienen más en común de lo que parece. — Susurró Jimin. — No puedo evitar preocuparme, no quiero que mi alfa y mejor amigo sufra.

— No te puedo asegurar que jamás sufrirán, todos sufrimos incluso cuando más felices estamos, por cualquier cosa. Lo que sí puedo asegurarte es que Jungkook lo amo de manera inmensurable, literalmente daría la vida por él. Sé que lo pondrá en el más alto pedestal y aunque me preocupa a mí también que se entregue tanto cuando su relación revolucionará la vida de muchos, incluyendo la nuestra, confío y creo que está bien que estén juntos. Posiblemente tengamos muy pocos días de paz o sin lucha con esto, pero si Jungkook puede ser feliz, yo lo apoyaré en todo.

— Tiene pareja y por lo que me dijiste hace un rato también descendencia. Taehyung vendría siendo el tercero en discordia y para todos, el otro, el que roba una posición, quien destruye una familia. El resto de las personas no lo verán como dos personas completamente enamoradas de la otra.

Namjoon se removió un tanto incómodo en su cama y luego miró a Jimin.

— ¿Así te sentiste tú cuando decidiste comenzar algo conmigo aún sabiendo que yo estaba con Hoseok? Él era mi esposo, sin descendencia seguíamos siendo familia y llevábamos una vida juntos, para todos era mi compañero. Recién hace una semana salió nuestro divorcio y hasta que empezamos nos continuábamos ayudando en nuestros estros.

— No era lo mismo.

— Ninguna situación es igual a otra por muchas similitudes que tengan.

— Tú me dijiste todo desde el comienzo, supe quién era Hoseok en tu vida. No somos los líderes de una manada aunque sí seamos los segundos al mando. La mirada pública de todos no está sobre nosotros. Tu esposo se estaba acostando con otros, incluso conmigo, no tenían realmente una relación.

— La mirada pública importa, pero no más de lo que lo hacen sus sentimientos ya sean líderes o no. Seokjin y él tampoco tenían ese tipo de relación, al igual que yo con Hobi, solamente se ayudaban durante el celo o rutina. Si no le dijo de Jin fue por la seguridad de ellos, la descendencia e incluso la manada. Muchos quieren muerto a Jungkook y la forma más fácil de lograrlo es si supieran que tiene una familia. Si supieran que tiene pareja, lo primero que harían sería escarbar más allá, saber si son destinados o no, si tienen descendencia o no. Aunque no hubiera una, con solo acabar con su destinado bruscamente, Jungkook hubiese estado debilitado, sin importar que hubiese amor o no. Alfa débil, ganancia de otros lobos.

— Hey, despacio, solo estamos hablando, te veo exaltado. — Espetó Jimin con firmeza.

— Porque sé lo que estás pensando. Yo fui testigo de un Jungkook que nadie más ha visto, ese que se quiebra, el que busca desesperado a un desconocido con una vida mientras él se olvida de vivir la suya. Vi su sufrimiento el día que derrocó a su padre, cuando lo mató y hasta el final quiso hacerlo ver como un Alfa de bien que decidió retirarse. Lo vi perder a toda su familia, ir casi al lado de la esquizofrenia cuando tuvo que enterrar doce cuerpos solos, todos parientes, incluso los omegas de su padre.

De acuerdo, Jimin nunca había visto a Namjoon tan incómodo e incluso molesto, no con él. El mayor se acomodó en la cama alejándose de su abrazo y él se quedó acostado, mirando como hablaba con su voz un poco distorsionada.

— Vio al Alfa de la manada quebrarse y pese a ser un hijo de puta, seguía siendo su padre. Yo fui testigo de cómo aún con esa pena, él siguió buscando a tu mejor amigo hasta que el peso de esta manada le cayó por completo arriba. El día que Seokjin llegó a su vida, Hoseok y yo estuvimos allí, pudimos ver su desconcierto porque en su corazón creía que aquel desconocido podría haber sido su destinado por lo mucho que impactó en su vida. Cuando se casaron en secreto en otro país tras la noticia de que iba a ser padre y como solamente dos hombres tuvimos conocimiento de la existencia de Seokjin y descendencia, todavía nuestros propios hombres desconocen quién es Jin en realidad y son muy pocos los que siquiera lo han visto, mucho menos a su descendencia.

La voz de Namjoon terminó por quebrarse, pero todo lo que pudo hacer el menor fue sentarse mientras se sentaba y le prestaba atención.

— En medio de todo esto, él estuvo luchando prácticamente cada día con Alfas que querían ocupar su lugar, esos que lo retaban constantemente. Fueron muchas batallas libradas aún herido, siendo llevado casi a su final. Siempre se levantaba y no por él, él ha querido darse por vencido muchas veces, pero por su familia, por nosotros se levantaba cada maldita vez que era derribado. Así se convirtió en Alfa de Alfas reconocido ante el consejo y la Sede, no fue un camino fácil. Su vida no ha sido fácil y me duele ver que solamente miren el dolor de un lado.

— Pero Tae... — Intentó intervenir, pero Namjoon no dejó de hablar, haciéndole guardar silencio.

— Tu amigo estuvo jugando por años, hasta pocas semanas atrás andaba revolcándose con cuanto Alfa quiso, llevándolos incluso frente a Jungkook, besándolos frente a él. Sí, lo amaba, pero seguía con su vida y Jungkook no le reclamó absolutamente nada. ¿Por qué? Uno, no le correspondía, tu amigo era libre y dos, seguía teniendo una familia que puso por encima de su propia felicidad. Cuando volvió a ver a Taehyung lo primero que hizo fue hablar con Jin, pero tu amigo le aclaró que no era más que sexo, ni siquiera lo recordaba bien.

— Tenía que decirle.

— ¿Por qué tendría que decirle algo tan delicado como la existencia de personas que diariamente corrían peligro a un licántropo que parecía esporádico en su vida? Yo mismo le dije que dejara de lado cualquier orgullo y si deseaba que fuera por él, pero tu amigo no es una víctima. Sufre tanto como Jungkook y para ninguno es fácil, ambos son víctimas de las circunstancias, de la vida. Aquí no hay un "es diferente" porque uno hizo una cosa y el otro, otra. Si se aman y quieren estar juntos, yo los apoyo, si deciden alejarse también los apoyo. No señalo a nadie pero...

— Pero estás señalando a Taehyung. Hablas de él como si fuera lo peor y... No lo merecía. — Interrumpió molesto, se sentía casi impotente ante las palabras de Namjoon.

— No hablo de él como si fuera lo peor, pero tampoco lo menciones como un ángel al que Jungkook le hace daño porque le da la gana. Jamás ha jugado con el Mul y tampoco con sus sentimientos o emociones. ¿Crees que todo esto es fácil para él? Porque si te pones a pensar, es Jungkook quien más tiene que perder, quien más ha perdido todo este tiempo.

— ¡Aquí todos tenemos que perder, Namjoon! — Exclamó tan alto que el Alfa calló ante la sorpresa.

— Dejemos esta conversación por la paz, ellos son adultos, sabrán qué hacen y cómo lo hacen. — Musitó autocontrolándose, acercándose a Jimin para abrazarlo. — ¿Por qué estamos discutiendo tú y yo por esto? No me gusta discutir contigo.

— A mí tampoco. Yo los entiendo a ambos ahora, solo te lo comenté porque Tae es mi mejor amigo, me es imposible no tomar su lado, apoyarlo, defenderlo con mi corazón en la mano. Sé que es un hombre adulto, tiene que enfrentar su vida solo... Solo no puedo simplemente dejarlo de lado.

— No lo hagas, jamás te lo he pedido. Acepté comenzar esta relación sabiendo el tipo de amistad que tenían, sé lo importante que es para ti, cuánto lo quieres y eso para mí está bien porque me amas tanto como yo a ti. Estamos juntos, eso es lo único que me importa.

— Estoy pegajoso.

— ¿Qué? — Preguntó confundido por el cambio drástico de tema.

— Me he venido mucho, necesito un baño urgente. ¿Tomamos una ducha?

— ¿Juntos?

— Juntos, quiero bañarme y saciar mi intriga, quiero ver todo lo que es mío y como ventaja, también podrás ver todo lo que es tuyo. — Decretó sonriendo al ver al mayor reír. — ¿Este es el baño no? — Señaló una puerta blanca y Namjoon asintió.

— Ven a mí, Alfa.

Ups, MiniMoni se puso sensible...
Aquí vamos 🙈

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro