Capítulo 28

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El amanecer en la mansión esa mañana estaba destinado a ser una pequeña revolución. Por algún lado vendría el primer latigazo solo que el que llegó, no fue esperado por nadie. Jungkook no se lo presintió cuando en medio de la noche se desveló por un extraño dolor en su pecho que se alargó por un buen tiempo hasta que se volvió a dormir.

Kim Taehyung fue el primero en abrir sus ojos debido a que algo desconocido e inesperado estaba palpando su cuerpo. El primer contacto en su pelaje lo ignoró, se limitó a mover sus orejas, escuchando unas risillas que le hicieron levantarse alerta. Frente a él, dos niños compartían una mirada cómplice, señalándolo y hablando del color de su lobo. Un dedo se posó en su nariz y él resopló por las cosquillas.

No hubo nada gracioso en eso, pero ellos se rieron para luego transformarse y echarse ambos al lado de Jungkook pero sin dejarlo de ver. Fue raro, estuvo esperando alguna incomodidad por la mezcla de olores en ellos o algo pero nada llegó. Para darles privacidad, se levantó con cuidado notando como Jungkook rápidamente reaccionó levantándose sobre sus cuatro patas, observándolo preocupado, tapando a sus hijos.

Volvió a sentarse el lobo blanco, resoplando un poco por la actitud de Jungkook, pero no lo culpaba, él mismo estuvo esperando sentir algo extraño hacia los cachorros pero nada ocurrió. Para demostrarle que todo estaba bien, se limitó a sentarse, siendo imitado por un lobo negro que lentamente se sentó. Sus hijos asomaron sus hocicos por detrás de su lomo y luego ambos se lanzaron hacia Taehyung, buscando jugar con él.

Jungkook agarró a la hembra por el lomo para alejarla mas cuando abrió su boca para dejarla en el suelo, vio como Taehyung lamía las orejas del macho que movía su cabecita de un lado al otro disfrutando de una buena limpieza matutina. Fue extraño, Jungkook estaba alerta, pero minutos más tarde él estaba dándole una baño a su hija acompañado del Mul.

Solo había hecho algo así con Seokjin, Hoseok y Namjoon, estos eran los únicos lobos cerca de sus hijos, no obstante, no se sentía mal, muy por el contrario, su corazón revoloteaba sin poder apartar la vista de él. Cuando sus hijos se intercambiaron tomando toco como un juego, mordiendo y jugando con el lobo blanco, se sintió el animal y persona más feliz del mundo.

De un minuto a otro los niños salieron corriendo por la mansión y ellos permanecieron quietos en el mismo sitio mirándose. Algo dubitativo y con sus orejas gachas, el Bul se acercó al lobo blanco, pero este se levantó y alejó, frotando su cola por el hocico y cuello del contrario hasta perder en una de las habitaciones.

Saliendo minuto más tarde envuelto en una sábana, se quedó en la puerta mirando a Jungkook. Sin buscar ningún lugar para ocultarse, el dueño del lugar simplemente se transformó ante la mirada de Taehyung y un castaño que se dio la vuelta en cuanto vio la escena para regresar al cuarto de Hoseok.

— Estás aquí... — Fue lo único que pudo decir antes de abalanzarse con sus ojos cristalizados hacia un Taehyung que algo chocado se dejó abrazar.

— Jungkook. — Llamó tras algo más de un minuto.

— Solo un poco más, aunque te alejes nuevamente, solo déjame abrazarte un segundo más. — Musitó afincándose más a su cuerpo antes de desplomarse por completo en brazos de un peli blanco que sintió el pánico recorrerlo.

— Kook... ¡Jungkook! Mierda. — Era la sábana o Jungkook, así que dejó caer aquella tela para cargar al pelinegro en sus brazos y llevarlo a la cama más cercana mientras Yoongi y un débil Hoseok salía de su habitación lleno de vendajes. — Tráeme alcohol, agua, algo...

— Ya voy a la cocina. — Respondió Hoseok alejándose.

Taehyung estaba con el Bul entre sus brazos cuando el mismo incidente de aquella noche que compartieron juntos se repitió. Un poco más abajo de su pecho, la marca de la Manada del Ártico se mostró con un poco más de fuerza, haciendo que el élder de esa manada mirara desconcertado. Se acercó rápidamente y luego miró a su sobrino casi en trance.

— ¿Es él? — Yoongi estiró la mano para tocarlo, pero el menor del Ártico le gruñó bajo para que no se atreviera a hacerlo. — Así que este es tu Alfa... ¿Sabías del símbolo?

— Recién ando enterándome de todo, no es como si supiera mucho.

Rompiendo la mirada y tensión entre los familiares, Hoseok entró con una carta en una mano y algo lleno de sangre que no podía identificar muy bien en la otra, preocupado, casi en pánico cuando Yoongi se apresuró a socorrerlo antes de que cayera al suelo. Ya habían demasiados hombres fuera de combate, no quería que el peli naranja siguiera lastimándose.

— Creo que ustedes dos tienen algo que explicarme. — Masculló Taehyung sin entender cómo es que su tío presuntamente muerto o desaparecido tenía tan buena relación. No quería pensar mal, ni siquiera sabía qué pensar, pero se sentía un poco incómodo ante esto.

— Sí, sí, después. — Estuvo de acuerdo Yoongi palmeando la cara del Beta. — ¿Hobi? Ey, bienvenido de regreso. — Musitó viendo como el peli naranja le extendía una carta que Yoongi no quiso leer después de notar las primeras dos líneas.

Taehyung por el contrario, sí la leyó completa con su corazón pendiendo de un hilo, sin saber cómo reaccionar a eso, ahora el estado de Jungkook hacía sentido. Era más que simplemente las heridas del enfrentamiento la noche anterior que rápidamente cicatrizaban. Su corazón se apretujó sin poderlo evitar, acariciando su negra cabellera hasta que el pelinegro volvió a abrir sus ojos.

La forma en que todos lo miraban no fue algo que a Jungkook le agradó ver. Pese a su malestar se puso de pie, no era la primera vez que tenía que afrontar situaciones peores en condiciones físicas deplorables, esta vez era mucho mejor y no creía que fuera tan grave. Lo segundo que no le gustó fue ver al Kappa en su casa, había sabido guardar su aroma porque incluso en ese momento no lo sentían.

Hubo muchas otras cosas que no le agradaron, pero el puño de Hoseok llenó de sangre con el olor a magnolias impregnado en él le hizo fruncir su ceño mirando en su dirección.

— Hey... — Oh, eso era lo único que lo calmaba en ese momento, la voz de su Alfa. Al voltearse el intento de una sonrisa adornaba a Taehyung, aceptó la caricia que le fue regalada y entonces, repentinamente se sintió peor. ¿Qué ocurría que lo miraban así? — Toma las cosas con calma, ¿de acuerdo?

— Díganme ya qué sucede. ¿Qué es eso que tienes en la mano?

Hoseok quería mostrarle, pero apenas tenía fuerza para hacerlo, no sabía cómo hacerlo. Sin querer alargar más las cosas, se levantó de la cama y caminó hasta el hombre de cabello anaranjado para abrir la mano cubierta de sangre, quedándose un poco en shock por esto.

¿Qué mierda es esto?

Los resonantes pasos de sus hijos lo hicieron callar después de haber utilizado su voz de mando. Ambos entraron con sus ojitos llenos de confusión mientras miraban a los alrededores.

— ¿Qué desean mis lobillos? — Preguntó sonriéndoles, ellos no tenían un por qué percibir lo que fuera que estuviese ocurriendo.

— Ayer cuando fuimos a buscarte para salir a jugar fuera papá nos dijo que nos sacaría hoy. — Habló Ryujin al ver a su hermano quedarse callado. — Jisung y yo queríamos salir a jugar ahora.

— Ahora no se va a poder pero papá después los recompensará. ¿Sí? — La sonrisa de los niños fue cambiada por un puchero, Jungkook no cedió. — Vayan a jugar a su habitación. — Fue lo último que dijo acariciando la cabeza de los niños.

Namjoon, quien recién salía de su habitación junto a Jimin luego de ser despertados por la pequeña algarabía, se aseguró de llevar a ambos niños a sus habitaciones

— S-Seokjin se fue. — Fue lo que terminó respondiendo mientras Jungkook tomaba en su mano el trozo de piel perteneciente al padre de sus hijos que llevaba su marca. Jin se había quitado la marca del Alfa Bul de su cuello y la había echado a la basura.

— ¿Irse a dónde? — El recuerdo del leve malestar que sintió en la noche que lo hizo despertar llegó a él, seguro todo eso había sucedido en ese instante.

— No sé a dónde se pudo haber ido... Cuando desperté y vine para ver cómo estabas, simplemente vi esta nota en la cocina. Seokjin se fue de la casa y dejó a los niños contigo.

Jungkook tomó en su mano la nota y luego caminó hasta su habitación sin ser capaz de soltar la mano de Taehyung. El Theta permaneció en la puerta una vez cerrada mientras el contrario avanzaba hasta su cómoda para tomar el sobre que según la nota de Jin explicaba todo.

Junggie:

Mi Alfa, sé que después de lo que haré una vez escrita esta pequeña carta no tendré derecho de volverte a llamar así, por eso lo estoy haciendo una última vez, al menos mediante esta vía.

Espero que no esté encolerizado o preocupado en exceso aunque mis acciones quizás te lo impidan. Debo admitir que en estos momentos estoy siendo un omega cobarde que no tiene la valentía para enfrentar sus acciones, sus errores y a ti.

A ti que desde el primer día me has sido sincero con absolutamente todo, abriéndote hasta donde tu confianza en mí te lo permitió. Cuando sentí tu aroma el día que fui a tu empresa para solicitarte una entrevista para la revista en la que solía trabaja, cuando te vi frente a mí, sentí que era el omega con mayor suerte en el mundo.

Digamos que siempre tuve un enamoramiento platónico por ti, te admiraba desde la primera noticia que leí sobre tu persona. Eras tan joven por aquel entonces y te estabas haciendo cargo de una manada gigantesca. Aún llorabas la pérdida de tus familiares y aunque no lo demostrabas abiertamente, pude ver tu dolor.

Todavía recuerdo como nuestros estros se dispararon y, tras despedir a todo, fui tuyo por primera vez. Cuando tu rutina terminó, continuaste ayudándome hasta que mi celo pasó y por esos días, yo me sentí el más bendecido. No me imaginaba que tu corazón para entonces ya había sido robado por ese Alfa que esta noche literalmente te ha defendido con garras y dientes.

Supe de él desde el primer día y aunque vi en tus ojos tu amor por él, creía que no ea tan fuerte, que seguro sería un enamoramiento pasajero, un buen sexo que pasaría pronto al olvido. No lo conocía, no sabías nada de él y yo era tu destinado. Me salieron mal mis cálculos.

Debí haberlo aceptado desde que vi la chispa de nuestro encuentro esfumarse tan rápido, nada tenía que ver con las historias de destinados que me contaban y yo esperaba. Tuve miedo cuando supe que estaba embarazado de ti, solo nos habíamos visto tres veces, en nuestro primer encuentro, en la segunda cita para completar mi trabajo y que no me corrieran y después una tercera donde volviste a recordarme que no sabías bien cómo decirme que nuestro destino juntos para ti no significaba demasiado.

No sabía cómo decirte que estaba esperando un hijo tuyo, pero de alguna forma me llené de valor y te lo conté. Perdidamente enamorado de ti, me sentí feliz cuando decidiste responderme y hacerte cargo. Mi inocencia en aquel tiempo me hizo creer que eso sería un nuevo y hermoso comienzo para ambos, una nueva oportunidad. Sin embargo, estaba viendo todas las señales, pero las pasé por alto confiando en que nuestra unió y nuestros hijos serían suficientes.

Me sentí vivir un sueño cuando me pediste renunciar a mi trabajo para irnos a casar a Rusia. Todo me parecía extremadamente romántico, vivía mi propia comedia romántica sin saber que si bien podía tener comedia, no había nada romántico en nuestra historia.

Justo ese día me empecé a apartar del mundo que yo conocía de mi libertad porque ser tu omega ponía en riesgo mi vida, la de nuestros hijos también y de paso la tuya, la de toda una manada. Jamás hubiera podido vivir con ese peso y culpa así que me aislé de todos, concentrándome en mis tres razones para vivir, Jisung, Ryujin y tú.

Mi familia me parecía perfecta porque pese a todo eras cariñoso, respetuoso, nunca me faltaste y te centraste en entregarme todo lo que quería o necesitaba, no solo con cosas materiales. Por unos años realmente creí que el amor podría haber estado creciendo, que llegaríamos a amenos con locura como todos los destinados que alguna vez vi o al menos la mayoría.

No fue así, te alejaste lentamente de mí pese a estar presente para nuestros hijos y para mí. Ese lazo que teníamos y jamás se fortaleció del todo lo sentí comenzar a desvanecer lentamente. Solo en una mansión con mis hijos en una isla, visitado de vez en cuando por una humana que me ayudaba con los quehaceres y los cachorros, mi vida se iba apagando cada vez más. Ni siquiera podía salir a hacer compras solo, esas cosas quedaban para cuando Namjoon o Hoseok venían, de lo contrario, todas nuestras compras eran virtuales.

Tenía casi un bosque cerrado para nosotros, vivía entre lujos y comodidades, pero me faltaba compañía, amor, placer. Ahí es donde entró Hoseok y donde yo comencé a fallarte como esposo. Sus constantes visitas y preocupación por nuestro bienestar, esos meses en donde lo veíamos a él más que a ti porque siempre sucedía algo que te hacía ausentarte, que nos ponía en peligro, yo me encontré mirándolo de formas poco apropiadas.

Esas cortas salidas que dábamos me hacían sentirme libre otra vez, vivo. Te amaba, te amo, quizás no del modo en que todos aman porque si no, yo no hubiera hecho lo que hice. No hubiera comenzado a seducir a uno de tus hombres de confianza, disfrutando ver que podía todavía parecerle atractivo a alguien. Ese fue un juego peligroso que un día se me salió de las manos y no supe más cómo detener.

Cuando viniste a mí para decirme que ese Alfa había regresado a tu vida, que lo habías vuelto a ver a pesar de que no había pasado nada y que todo tu corazón revolucionó, me sentí fatal. Por un lado porque yo ya llevaba todo un año siéndote infiel, por otro, porque aún sin derecho, me dolía.

Después de esto, yo quise huir, estaba aquí y quise huir, pero Hoseok por casualidad me encontró en el bosque, andaba de caza con alguien del que yo conocía su existencia aún sin saber quién era. Ya que estoy ventilando todos mis secretos, ya que te estoy contando todo lo que he hecho, lo haré hasta el final.

Yo todavía no sé cómo o por qué, pero terminé en la cama con esos dos hombres. No fue una sola vez, cada vez que venía aquí, siempre protegiendo a nuestros hijos, claro estaba, yo volvía a sentirme deseado entre dos licántropos. Este tercero, Yoongi, nunca supo quién yo era ni mi relación contigo, al menos no hasta esta noche que nos hemos encontrado en esta mansión.

Siempre me fuiste tan sincero, me respetaste... Yo no pude hacer lo mismo, me contaste la vez que quisiste intentar algo con ese Alfa, cuando me dijiste luego que nada pasaría porque no arriesgarías todo por sexo casual, sin embargo, yo no pude hacer lo mismo. No pude decirte que no te era del todo leal, aunque seguía añorando por un amor de tu parte que no llegaría.

Llevo tantos meses sintiendo que nuestro final definitivo se acercaba que, aún sin querer creerlo del todo, me fui preparando para poder soltar. Si no era por al que consideras tu Alfa, sería por todos los errores que yo he cometido. Me negaba a romper nuestra familia, es lo más valioso que tengo, mas supongo que es mi culpa que de cierta forma también la hayamos perdido.

Sería muy egoísta de mi parte seguirte atando a un lazo que nunca quisiste tener en realidad, ni siquiera después de marcarme cambió algo entre nosotros. No tuvimos ni tendremos un milagro y tú, debes ser feliz. Mereces serlo y sé que a mi lado jamás lo serás con o sin ese Alfa de por medio, entre nosotros jamás habrás ese amor que por años deseé. Todo se ha fracturado tanto que sería imposible volver a armar las piezas rotas, ahora lo sé.

No sabía cómo enfrentarte en la mañana después de que descubrieras todo del modo en que lo hiciste porque, aunque no me ames, tal como dijiste horas antes, se trataba de la confianza del hombre que más cerca está de ti y tu esposo. Por no haberte dicho antes y ahorrarnos las traiciones, las faltas de respeto hacia lo que un día tuvimos, nuestra familia y nuestras personas.

Tengo miedo de verte y es por eso que cobardemente estoy huyendo. La única razón por la que no me llevo mis hijos conmigo es porque sé que los estaría poniendo en riesgo. Has hecho y sacrificado tanto por protegernos que no sería justo hacer algo así, yo mismo jamás me lo perdonaría. No los estoy abandonando, solo los dejo bajo tu cuidado hasta que los regreses a Jeju conmigo. Por favor, dale cada día y noche que no esté junto a ellos un beso de mi parte, papá los ama.

Me estuve preparando para este día, como bien ya te dije. Por eso te dejo en este sobre otros documentos que he cargado conmigo durante todo un año. Yo no puedo procesarlo, pero tú sí, legalmente, te estoy dejando libre. Esos son los papeles del divorcio. Lo contemplaste cuando pensaste intentar algo con el Alfa Mul el pasado año, así que yo solamente adelantaré este proceso.

Quiero dejarte saber que también removeré esa marca que nunca debió existir en primer lugar. Sería el último lazo que te une a mí que puedo romper. Sin embargo, toda una vida nos unirán nuestros hijos, sé que seguirás siendo el mejor de los padres con ellos.

¡Perdóname!

Es egoísta y lo sé, pero te pido que me perdones, que el día que nos volvamos a ver, haya un poco de perdón para mí.

Te quiero.

Jin.

Jungkook terminó de leer aquella carta más molesto de lo que estaba antes, no por su contenido, sino por la partida de Jin. No comprendía cómo podía estar poniéndolos en riesgo de esa manera. Viendo a Taehyung a su lado con obvio interés, le entregó la carta para que la leyera si quisiera mientras miraba en el sobre que, efectivamente, Seokjin había firmado todos los papeles de divorcio.

Con una fortaleza que sorprendía el Theta, Jungkook se dirigió nuevamente hacia donde esperaba que estuvieran todos, mirando a Yoongi, luego a Hoseok y por último a la pareja que conversaba en el sofá. Sin necesidad de decir palabras, Namjoon se levantó y se acercó a él bajo la atenta mirada.

— Dime que tengo que hacer.

— Solo tú y de forma discreta, encuentra a Seokjin y asegúrate de borrar cualquier rastro suyo que haya dejado. Avísame cuando lo tengas asegurado en Jeju, pero en la casa de seguridad, no puedo volver a la antigua, no quiero correr riesgos.

— Alfa... — La voz de Taehyung llegó junto con su figura. — ¿No crees que sea mejor que lo busques tú personalmente? Es tu destinado, yo no te dejaría ir solo, iría contigo.

— Eso no va a pasar, primero porque no pienso ponerte en peligro ni meterte en una situación que no te corresponde. Segundo, yo mismo no estoy en condiciones de exponerme e ir personalmente en su búsqueda levantaría más humo del que quiero, puede ser peor. Tercero, Seokjin es un hombre adulto que tomó una decisión, es el padre de mis hijos y si me toca defenderlo algún día lo haré, pero él sabe lo que hizo. Aquí el único inconveniente es que su salida, todas esas salidas que ha tenido sin mi autorización — mencionó mirando a Hoseok y Yoongi — ponen en peligro la seguridad que me ha costado años crear y mantener. Solo necesito asegurarme de que él esté fuera del alcance de los enemigos.

— Conoce las medidas de seguridad que hemos tomado todo estos años, confío en que hará las cosas bien, pero me aseguraré de todo personalmente. — Habló Namjoon y Jimin se paró para acercarse a él. — Saldré ahora mismo.

— Iré contigo. — Espetó Jimin mirando a Taehyung. — ¿Me necesitas? — Su mejor amigo negó y él se volteó hacia Namjoon. — Será mucho menos sospechoso que te vean irte de viaje con tu hermoso Omega. Así que no intentes decirme que no.

— ¿Realmente lograría algo diciéndotelo?

— No mucho, la verdad. Ya tomé una decisión. — Namjoon rodó los ojos y asintió.

— De acuerdo, vámonos.

¡Triple actualización una vez más! Casi no saco este capítulo hoy pero bueno, al final aquí estoy. Espero que sea del agrado de quienes lo leen.
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro