Capítulo 4

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Se encontraba nuevamente en su forma humana. En sus oídos todavía resonaban los aullidos de las otras manadas, en especial uno que tanto para él como para el resto de los lobos o licántropos de esos territorios era inconfundible. Se escuchó como claramente todos los alfas de manadas siguieron su ejemplo a la hora de dar reconocimiento y mostrar respeto a su nuevo estatus jerárquico dentro de los Mul.

Por primera vez notaba el alcance de su poder y el porqué de nadie querer ir en contra de la manada Bul que lideraba y contaba con la mayor cantidad de habitantes, aliados y seguidores. Si el alfa de los alfas hubiese estado en contra, eso quizás podría haber resultado problemático. Casi lo mató pero presentó sus respetos demasiado rápido. Resopló casi como si hubiese estado transformado en ese momento, levantando la vista al sentir la compañía acercarse.

Una vez acabada la ceremonia, debía reunirse con la anciana en su tienda del bosque. Ella seguía prefiriendo vivir ahí y no en construcciones modernas. Decía que la naturaleza era quien les daba el poder y era ingrato alejarse de ella de esa forma. No lo entendía del todo pues, aunque sus casas dejaron de ser rústicas hacía muchos años, ellos jamás se alejaron de la naturaleza.

Él mismo tenía su casa en el medio del coposo bosque y el resto de su manada por los alrededores, muy cerca de hecho, siempre protegiéndolo incluso de los humanos. No estaban en guerra con ellos o mucho menos, los humanos realmente no les interesaba siempre que no se metieran con ellos o dañaran su habitad como solían hacerlo por descuido o egoísmo.

Hacían caza por diversión y no por necesidad o supervivencia, la tala de árboles había afectado tanto atravesó de los años que la emigración de los lobos se vio increíblemente influenciada. No solo por la escasez de comida sino por los suelos, los animales más pequeños e incluso ellos. Dañaban su cadena alimenticia y vida. Eso era sin contar los incendios forestales causados por sus negligencias, los restos de basuras y otras sustancias que les perjudicaba directa e indirectamente.

Cortadas de patas por latas o vidrios, envenenamiento de ellos o sus comidas o la huida de muchos buscando mejoras. Eso era algo que desde hace muchos años debían agradecerle a la manada Bul que logró hacer un tratado donde no hubiera interferencias de los humanos en sus territorios, quedándose a vista de muchos como reservas forestales.

— Élder Young, ¿quería hablar conmigo? — Preguntó viéndola entrar con una gran tetera hirviendo.

Ella no respondió por algunos minutos, sino que se dedicó a prepararles té en jícaras algo graciosas que le hicieron recordar su niñez. Para Jimin y él era toda una aventura colarse en la enorme tienda de la anciana que por aquel entonces los regañaba pero al menos, la veían sonreír. Mirándola, Taehyung se percató que no recordaba la última vez que la vio elevar las comisuras de su boca.

— Estamos en peligro. — Habló después de entregarle la bebida con algunas hojas por debajo por si estaba muy caliente pero también, para resaltar el sabor pues para ellos el olfato jugaba un papel mucho más importante que para los propios humanos. — Los ancianos estamos corriendo peligro y aunque hicimos una solicitud, el líder general aún no ha hecho nada para resolverlo.

— ¿El alfa Jeon? — La anciana asintió.

— A diferencia de su padre, es un alfa que realmente se preocupa por los demás. Ha intentado cambiar las cosas pero no todo es tan fácil. Hay creencias que son difícil de romper y la educación arcaica que recibió quizás sigue muy en el fondo arraigada a él. Prioriza solo su manada y no todos los territorios. Ellos están bien custodiados pero qué son dos alfas promedio para defender a los ancianos si nosotros solos podemos hacer lo mismo para defendernos. Toda ayuda es bienvenida pero, mientras tenemos solo dos alfas por élder, él es custodiado constantemente por más de veinte. Sus ancianos, las personas de importancia en su manada también pero el resto no cuenta con la misma suerte.

— ¿No han pensado en tomar alguna decisión por su cuenta? — Cuestionó aunque conocía la respuesta.

— Todos deben esperar por él, no tenemos derecho a tomar decisiones de peso que cambien no solo a nuestra manada sino también al exterior. El Alfa Líder no lo permite y eso ha sido así por siglos, se creó para mantener cierto orden pero ahora mismo urgen ciertos cambios.

— Somos la segunda manada más grande del territorio, al menos podríamos protegerte a ti. Yo me encargaré de poner todos los alfas de nuestra manada a tu cuidado de ser necesario. — El menor parpadeó al ver lo que parecía ser una línea en su boca elevándose. La mano de la anciana se posó en su cabeza y agitó su cabello como cuando era un cachorro.

— Hay que cuidar no solamente de nuestros territorios sino también de los miembros de la manada, del trabajo en general. La seguridad y lobos para protegernos es escasa en comparación con los de Fuego.

— ¿Qué debo hacer? Hace un rato me dijo que no me mezclara con ellos porque era peligroso y ahora...

— No hablaba de ese tipo de mezcla, pequeño. — Taehyung parpadeó confundido. — ¿Te siguen atrayendo los alfas, cierto?

El castaño tosió con su último sorbo de té, su jícara cayó al suelo y él se desestabilizó por completo. No es que él fuera el más discreto pero aún así era bien cuidadoso, principalmente con los de su manada.

— ¿Sabes que yo te recibí en este mundo? Te conozco tanto como si hubiera sido tu madre. Eres tan fuerte y dominante que aunque quieras, no podrías estar jamás con alguien que no sea en ese aspecto igual a ti y que te dé batalla. Te aburrirías demasiado rápido, literalmente podrías comértelo vivo. ¿Por qué crees que Jimin es el único omegas con el que soportas mezclarte?

— Somos amigos desde la infancia.

— Tuviste muchos amigos desde la infancia pero de ellos, solo Jimin permaneció, fue por el único que luchaste. Ni siquiera te gustaba mezclarte con alfas que no podían seguirte el ritmo en los juegos o cazas. ¿Quién tiraba de tus orejas, gritaba e incluso golpeaba sin importar que fueras el hijo del alfa de la manada?

— Jimin.

— No te aburres con él porque pocas veces te deja salirte con la tuya, es un desafío pero es un omega que sabes que si quieres, podrías salirte con la tuya. Conozco tu naturaleza, sé que eres un guerrero de muchas maneras y solo un guerrero será tu compañero.

— ¿Jimin?

— Yo no he dicho eso, puede que sí, puede que no. — Mencionó levantándose luego de recoger la jícara de Taehyung y llevarlas un poco más adentro. Se quedó mirando a un punto fijo haciendo que el alfa se acomodara en su asiento, esas cosas le daban mala espina. Tomando sos frascos, se volteó para lanzárselo. — Huélelos.

Taehyung no entendía pero aún así obedeció. Los abrió, el primero no tenía olor alguno y el segundo lo repugnó por completo, apestaba, extremadamente dulce.

— Eres mucho más mental que físico. Esa podría ser la razón por la que tu percepción de olores y sonidos es diferente en ti. — Ladeó la cabeza y se perdió en el fondo de su tiendo. — Aunque no sé exactamente por qué.

— ¿Por eso no me afecta la voz de los alfas dominantes?

— ¡No me asustes así! — Se quejó dando un pequeño brinco en su sitio cuando la cabeza del cachorro que había dejado en la entrada se asomó sobre su hombro. La golpeó con fuerza para hacerlo frotarse y lo alejó. — Eres un alfa dominante también, es normal que muchos no se sientas afectados por otros alfas al no ser que sea mucho más poderoso que ellos. Pero puede que sí, puede que no.

— A todo lo que le pregunto me dice "puede que sí, puede que no". ¿No tiene otra respuesta?

— Puede que sí, puede que no. — Taehyung protestó con un gruñido y la anciano sonrió.

— ¿Qué fue eso? ¿Acabo de ver una sonrisa? ¿Sonrió?

— Puede que sí, puede que no.

— ¡Agh! ¡Élder Young!

— ¡Vete de mi tienda, quiero descansar!

— P-Pero.

— Buenas noches, Alfa KIm.

Sabía que por mucho que protestara la anciana ya se había decidido. Asintió vencido, saliendo de la tienda en silencio. A pocos metros estaba Jimin, aún no lo veía pero podía olerlo escondido detrás de los arbustos. Pretendió no sentirlo y, cuando el mayor intentó lanzarse sobre él, se transformó y se volteó boca arriba dejando que el pelirrojo cayera sobre su blanco pelaje.

— Eres un tramposo, me sentiste y pretendiste no hacerlo. — Protestaba Jimin viendo la lengua de su amigo caer por su boca casi rozando la tierra. Se estaba divirtiendo con eso el muy tonto. Abrazó fuertemente su cuello y lo besó,  escupiendo después por el pelo que se quedó en sus labios. — Es asqueroso besarte cuando eres un animal y yo humano eres incluso más grande que yo, no me gusta. — Se rió cuando pretendiendo ofenderse Taehyung lo lanzó a un lado y saltó a dos metros de él. — ¿Qué quieres? No pienso jugar contigo.

Jimin se volteó para alejarse en dirección contraria pero sintió la cabeza del lobo blanco empujarlo. Lo próximo que supo es que estaba sobre la tierra completamente sucio. Taehyung saltaba de un lado a otro con sus patas delanteras sin despegar las traseras de la tierra.

Ladró sorprendiéndolo, ya que este no era su sonido predominante y no pudo evitar reír. Se quitó su ropa debido a que esta realmente le gustaba y no quería romperla sin más. Se transformó, recogiendo las prendas de vestir con su boca y pasó por el lado de su mejor amigo, empujándolo mientras se echaba a correr, siendo alcanzado rápidamente. 

A veces seguían pareciendo cachorros entre ellos, era divertido. Amaban esos momentos en los que salían corriendo por el bosque. Se acercaron a la casa donde Jimin dejó tirada su ropa en el jardín pero cuando su cola fue mordida, fue por la venganza, terminando corriendo hacia el bosque nuevamente a pesar que ya era de noche. Sin embargo, los dos frenaron cuando sintieron el olor de otros lobos cerca, recordando que estaban cerca del territorio de los Bul, justo en la pequeña zona neutra y sin reclamo.

Entre los árboles hubo un gran movimiento y ambos se prepararon para pelear pero los tres lobos que se mostraron solo se sentaron para observarlos. Jimin gruñó al ver a aquel lobo gris pero rápidamente se sentó junto a Taehyung, no quería mostrarse predispuesto y que sucediera lo mismo que con Taehyung. Esos tres lobos eran demasiado grandes y, aunque no se amedrentaba si era necesario luchar, prefería evitarlo.

No fue hasta que el gran lobo negro se incorporó sobre sus patas para caminar hacia ellos que el de gran mestizaje en su pelaje se levantó para interponerse entre el gran lobo blanco y el negro. No dejaría que ese lobo volviera a acercársele a Taehyung.

No obstante, aunque resopló varias veces, no mostró sus caninos. Caminaba en círculos alrededor de ellos, olisqueándolos hasta que simplemente echó a correr hacia su territorio seguido por el lobo marrón. El gris se quedó atrás unos segundos extras que utilizó para mirar a Jimin con sus orejas gachas y cola removiéndose en la tierra.

Ya solos, los amigos regresaron a la mansión de Taehyung sin jugar, solo corriendo buscando llegar a casa. Jimin se transformó quedándose desnudo en el jardín bajo la mirada de los guardias que desviaron la mirada, tomó su ropa y se apresuró al interior seguido por Taehyung en su forma de lobo que no cambió hasta que estuvo dentro de las paredes de su casa.

— Jimin, detente. — Llamó antes de que cerrara la puerta. — ¿Conoces al lobo gris?

— Fue el que te trajo cuando fuiste herido, claro que lo conozco. Buenas noches. — Se trancó en su habitación antes de poder escuchar una respuesta, dejando a Taehyung envuelto en sus propios pensamientos.

Se dirigió a su baño y bajo la ducha suspiró dejando salir más aire del. Que creía haber tenido retenido. Todo fue tan extraño. Las palabras de la anciana continuaban reproduciéndose en su cabeza y la imagen de aquel lobo negro tampoco se iban, ni siquiera cuando se envolvió en sus sábanas para acostarse a dormir.

Jimin se levantó en el medio de la noche cuando el quejido que Taehyung llegó a sus oídos, se acercó a su habitación notando la forma en que sudaba y se removía quejándose. Lo agitó varias veces hasta que el menos abrir los ojos, bien azules y brillantes. Acarició su cabello para calmarlo pero se quedó un tanto perplejo cuando vio que en el lado derecho, justo al frente, un mechón de pelo castaño había perdido su color y ahora era gris.

¿Era eso algún tipo de efecto secundario por volverse alfa de la manada? ¿Cuándo cambió si horas atrás, antes de irse a dormir todo el cabello de su mejor amigo era pulcramente castaño?

— ¿Un mal sueño? — Taehyung asintió acomodándose en la cama para darle espacio a Jimin para que se subiera y acostara junto a él. — ¿Quieres contármelo?

— No.

— De acuerdo, intentemos dormir un poco más. — No insistió.

Aunque quisiera, no podía decirle mucho de su sueño porque a pesar de que acababa de despertarse, no lo recordaba del todo. No lo entendía. Vinieron vagos recuerdos a su mente avanzada la madrugada en donde no pudo volverse a dormir. Soñó que fue asesinado por el alfa de la manada Bul pero repentinamente también le dio la vida, muy contradictorio. Ambos estaban rodeados de fuego y agua pero también muchos licántropos peleando entre ellos con los dos en el centro.

+++

— ¿Por qué no lo mataste? — Preguntaba Namjoon intrigado cuando se sentaron a revisar algunos documentos en la oficina. — Al lobo blanco.

— ¿Qué pregunta absurda es esa? ¿Por qué lo mataría cuando no estaba en nuestro territorio?

— Pero la otra vez sí lo estuvo.

— ¿Olvidas de quién era hijo y lo que eso hubiese desatado? Ahora es incluso el líder de los Mul. — Namjoon eso lo sabía, quería respuestas pero no sabía de qué, ni siquiera de las preguntas que debía hacerle tenía seguridad.

— Cuando lo atacaste ibas por su vida aún cuando ya habías captado una mota de su olor desde aquí. — Continuó con su interrogatorio viendo a Jungkook elevar una ceja inquisitiva.

— Fue solo una advertencia, jamás quise ir a matar.

— Dice quien no da muchas advertencias.

— ¿A dónde quieres llegar, Kim? — Preguntó con evidente molestia. — No sigas molestándome que hay mucho trabajo que hacer.

El mayor asintió perdiendo su mirada en los papeles. El olor de su jefe era algo confuso. Parecía querer matar a ese lobo y a la vez se le sentía dudoso por algo más que la paz que quería mantener. La forma en que horas atrás lo rodeó llamó la atención tanto de Hoseok como suya, pensaron que lo atacaría o mínimo gruñiría pero nada de esto ocurrió.

— ¿Pudiste escucharlo? — Indagó Jungkook repentinamente.

— ¿Escuchar qué?

— El sonido enérgico del corazón de ese lobo, fue ensordecedor. — Afirmó apartando los papeles de su rostro para mirarlo disimuladamente.

— No escuché ningún sonido enérgico, sino un corazón común como cualquier otro. No sé a qué te refieres exactamente. — Jungkook no respondió, volvió a pretender concentrarse en los documentos frente a él.

Nunca había visto un lobo adulto con sus ojos tan azules, no uno asiático y jamás vio un azul como ese aún cuando parecía ir apagándose lentamente. Su lobo quería arrancarle su cuello, desangrarlo pero a la vez quiso lamerle las heridas. Agitó su cabeza y volvió a concentrarse en sus documentos ignorando la forma en que Namjoon lo observaba.

— Encontré a mi destinado. — Murmuró el peligris haciendo que el menor lo mirase. — Es el omega que estaba junto al Alfa de los Mul hace un rato.

— ¿Por qué no lo reclamaste? — Jungkook cerró los ojos. — Quiero decir, cortejaste.

— No me quiere.

— ¿Cómo lo sabes? — No te he visto intentarlo.

— Él me rechazó ese día que lo conocí, no hay mucho que pueda hacer.

— Eso no significa que debas rendirte tan fácilmente, es tu destinado después de todo.

Jungkook continuaba luchando a veces con su forma de expresarse o actuar. Él fue criado por un alfa que seguía las viejas doctrinas en donde él era el rey y todos los demás actuaban según sus órdenes estrictas. Como alfa de manada, tenía varios omegas en donde el destinado era el de mayor poder y denominado Luna y los demás, según la procreación, podrían cambiar de nivel. Quien mayor número de alfas le diera, ese sería quien escalara.

Él fue un tanto afortunado por un lado, al nacer alfa dominante de su destinado, logró sin querer que el trato hacia su otro padre fuese el mejor de todos. Tuvo más hermanos, uno incluso nació alfa pero todos murieron cuando fueron emboscados años atrás cuando su padre aún estaba al poder. Incluso el hombre que le dio la vida pereció y con esto, su padre se volvió mucho más vil de lo que ya era y esto le obligó a imponérsele. Luchar con su padre por el bienestar de todos fue necesario aunque con su victoria estuvo obligado a asumir el mando.

Con esto vinieron muchos enfrentamientos de alfas de otras manadas que vieron todo como un golpe de estado de su parte. Las victorias le hicieron ganarse el respeto de la mayoría aunque le tocó luchar también con los alfas líderes de todas las manadas de Asia oriental, con esto, se consolidó como Alfa de alfas. Con este poder pudo abolir tanto en su manada como otras el abusivo sistema antiguo en muchas cosas pero la mente de un ser vivo era difícil de cambiar.

Si un omega ya no quería ser emparejado con un alfa, tenía la libertad de escoger, una elección propia. No eran sin más raptados, violados y sometidos contra su voluntad. No eran traficamos como pedazo de carne sin derechos. Él siempre tuvo claro que no quería eso para su padre omega o cualquier otro. Por eso cambió muchas cosas pero él mismo aún debía ceder en otras.

— Bueno, supongo que algo bueno a hecho ese alfa. — Comentó Taehyung mientras Jimin le daba información del Alfa de Asia Oriental.

— ¿No piensas decirme a dónde me llevas? — Indagó el pelirrojo mirando por la ventanilla del automóvil. — T-Tae... ¿Qué estamos haciendo aquí? Esta es una pésima idea. — Murmuró al verlo acercarse al gigantesco edificio.

— Ese alfa y yo tenemos asuntos que resolver.

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