Capítulo 42

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Una zona volcánica colindando con un glaciar, un lobo negro que se arrastraba herido y quemado hacia el hielo buscando que este le ayudara a refrescar sus quemaduras. Todos sus instintos le decían que tenía que caminar en su dirección, aullando con la fuerza que le quedaba hasta llegar a la invisible línea divisoria que separaba el calor del frío.


Cuando intentó cruzarla, fue como incrustarse contra una pared quedo divisó, luchaba por salir de ahí, pero nada resultaba sus fuerzas estaban cediendo. Sus patas temblorosas dejaron de funcionar completamente, resoplaba en el suelo, pero todo lo que sabía es que no podía morir ahí. No podía...

Cerró sus ojos con fuerza, cuando los abrió, cuatro patas blancas estaban ubicadas frente a él. Elevó su vista con parsimonia, encontrándose con una majestuosa loba blanca con un hermoso medallón en el cuello, el de su Theta.

— Bul, nos llevas en ti, has sido escogido por mi último hijo y eres quien está supuesto a ayudar en la unificación de todas mis creaciones. — No hablaba como tal, no escuchaba un sonido como tal, pero podía entenderla perfectamente. — No creí que ustedes debieran estar juntos, debo aceptar que mi juicio me falló, mas como era de esperarse, mi último hijo fue más sabio que yo. Le ofrezco mis disculpas.

— ¿Quién eres? — Vio los ojos de aquel lobo mirarlo con tibieza y dulzura, sentándose a su lado.

— Soy tu creadora, una que cometió muchos errores y que ahora gracias a ustedes, podrá volver a corregirlos. Mi descendiente necesitaba encontrarse con la persona que lo destiné porque eso será algo que los ayudará no solo a fortalecer su lazo, sino a ver todo aquello que han tenido frente a sus ojos y no han podido ver. Debían romper lo que por equivocación creé.

La nariz de aquel lobo empujó su cabeza para mostrarle un nuevo panorama, ayudándolo a divisar otro gran lobo blanco que venía corriendo en su dirección, su Theta.

— Tendrán unos días que parecerán los más tranquilos de su existencia, vengan al Ártico, vengan a casa y dejen que su unión los fortalezca. Lideren, sean uno y no permita que su amor no superen mis malos designios. Si se separan, serán totalmente vencidos no por nadie, sino por ustedes mismos. Son más débiles distantes, ustedes son el futuro demuestra especie, quieren restablecerán el orden.

— ¿Por qué no hace usted eso?

— Yo ya abandoné este mundo al que vine con cierto egoísmo a buscar compañía. Los ayudaré, pero yo no puedo cambiar su actuar, solo guiarlos y a ustedes, por estar ligados directamente a mí, protegerlos. Vienen muchas pruebas difíciles, nos encontraremos más veces, pero prometo no llevarte aún conmigo.

La loba iba a decir algo más que quedó interrumpido cuando el otro blanco llegó junto a ellos y la atacó, situándose junto a Jungkook, cubriéndolo, confundido al sentir la diversión en la Diosa Luna que él no reconoció.

— Hola otra vez, Theta. Gracias por confirmar una vez más mis palabras, hijo mío. Protéjanse mutuamente como siempre han hecho y no permitan que continúen haciéndolos dudar de su amor. De ahora en adelante, cuida bien mis lágrimas. — El lobo blanco resopló sin entender. — Mi medallón, esa es lo que te permite entrar espiritualmente en contacto conmigo, pero también de forma física una vez que pisen el Ártico. Abrirá las puertas de su casa, no dejen que caiga en manos equivocadas, mis lágrimas y tu corazón son uno, cuídalos.

La loba extendió el hielo hasta donde estaba echado el lobo negro, con su manto lo cubrió y sanó sus heridas. Frente a la mirada de ellos dos, comenzó a caminar hacia atrás antes de voltearse y lentamente desaparecer entre la nevada.

— Es tu hora de levantarte, déjame salvarte como tú a mí. No importa si no te quedas a mi lado, pero necesito que abras los ojos y vengas a mí, por favor, Alfa. — Llevando su cabeza a su barriga, se agachó y comenzó a empujarlo para ayudarlo a levantarse. Cuando las patas del lobo negro fallaron, el contrario metió su cuerpo debajo para mantenerlo en pie. — Tienes que estar bien.

— ¿Estás bien tú?

— Solo si tú lo estás. — El lobo negro casi lloró bajo. — Levántate, abre tus ojos y ven en mi búsqueda, te necesito. Si mueres deberás renacer y esa tarea es mucho más difícil, alfa. No te rindas, yo te espero, tus cachorros te esperan, todos te esperamos, pero principalmente yo, ven a mí. Abre tus ojos, es una orden de tu Theta.

Jungkook abrió los ojos incorporándose de golpe, notando que estaba siendo limpiado por dos hombres que no esperaban que él despertara en ese momento dado que supuestamente estaba tan drogado como para no dar en sí en días. Por ese motivo, lo tenían sin las cadenas que lo debían apresar. Lo único que lo sostenía eran las esposas en sus manos.

Ambos alfas se lanzaron hacia él para tratar de amarrarlo, quien limpiaba su pecho fue agarrado por sus cabellos e incrustado contra la pared que tenía las cadenas, reventando literalmente su cabeza. Quien limpiaba sus piernas fue apresado entre estas, intentó sacar sus garras y caninos para defenderse. El pelinegro fue más rápido, utilizando las propias garras del sujeto para rasgar su rostro, dándole el tiempo suficiente para atacar su cuello, despedazarlo sin remordimiento alguno.

Se vistió lo más veloz que pudo sin cubrirse el torso, mirando hacia la puerta cerrada, escuchando que cerca de ahí había no menos de una docena de lobos. No conocía el lugar, ni la salida, podía activar alarmas o ser atrapado antes de llegar a la puerta. Escaneando los alrededores, su vista se centró en la ventana con barrotes. No había forma en que su cuerpo cupiera por ahí, pero esa era su única salida.

Pasó dos de las cadenas por este para amarrarlas y tirar de ellas. Los barrotes estaban puestos desde el interior yeso definitivamente ayudaría a desprenderlos por eso hizo el intento, no fue tan fácil como creía. Cerrando sus ojos, visualizó a su Theta, recordando las palabras de Namjoon que aún seguían en su cabeza resonando. Tenía que ir a él. Un gruñido salió de su interior, frío y calor batallando en su interior mientras comenzaba el proceso de licantropía, quedándose a mitad de camino.

Jungkook desconocía la fuerza que comenzó a ejercer hasta que vio como sus pies afincados quebraban el suelo y con solo dar un paso adelante, los barrotes se desprendieron, amortiguando el golpe y el ruido con los cuerpos que perecían en el suelo.

No perdió un solo minuto, dejó caer las cadenas con el mayor cuidado que pudo y, aunque con un poco dificultad por tener sus manos algo neutralizadas, saltó por aquella ventana y echó a correr hacia el bosque que divisó, mirando que no se ponía como carne de cañón para ser atrapado con facilidad.

A medida que corría su cuerpo iba perdiendo energía, pero no podía darse por vencido, él no, no ahora, no nunca mientras estuvieran esperándolo.

Varios kilómetros separaban al Alfa que corría por su vida y a su Theta, ese que dormido comenzaba a agitarse viendo a Jungkook correr por el bosque desesperado, sintiendo su temor e incluso su mal estado físico. Todos sus dolores por momentos lo atacaban a él también.

Yoongi estaba secando el sudor de su frente cuando notó como aún con sus ojos cerrados Taehyung parecía estar mirando rápidamente de un lado a otro. Una luz roja brotaba de él reflejándose en su pijama y, cuando miró, era la llamarada que simbolizaba a los Bul que se mostraba ardiente. Los caninos del theta sobresalieron, segundos después el mismo se estaba incorporando brincando fuera de su cama, casi matando a Yoongi de un infarto.

— ¿Has sabido algo de Jungkook? — Cuestionó mirando fijamente a su tío. — ¿Pasó algo que no me has dicho? — El silencio del kappa fue todo lo que necesitó para comprobar que no estaba soñando y que, tal cual sucedió cuando Jungkook golpeaba a Taeyong en WayL, pudo conectarse con él gracias a su vínculo.

Parado a un costado de la cama, cerró una vez más sus ojos, utilizando la vista de Jungkook para ver a su alrededor, tratando de captar el olor que su pareja de todo aquel lugar, reconociendo el río y la zona exacta de este. Había ido más de una vez con su madre a jugar allí, bastante cerca, a menos de diez kilómetros.

— ¿A dónde vas? — Preguntó Yoongi corriendo detrás de Taehyung, suspirando aliviado cuando al llegar a la planta baja, Namjoon, Jimin y Hoseok llegaban, sorprendiéndose al ver a Taehyung en pie.

Habían pasado dos días y medio desde que el pelinegro desapareció, pero todos los caminos los dejaban atrapados sin salidas. Fueron a la mansión para ver si Yoongi podía facilitarle algo más, pero no se esperaron ver al castaño activo. Según lo que el kappa les había dicho, Taehyung iba a necesitar que su pareja reactivara la marca que estaba sufriendo, así, sus colmillos traspasarían parte de su veneno y la curación se aceleraría.

Difiriendo de todo esto, el Theta estaba de pie, lo que ignoraba era que, aunque en el plano físico no pudieron reunirse, sus lobos sí se encontraron en su lado más espiritual, hablaron, eso era todo lo que Taehyung necesitaba, a su Alfa y no importaba en la dimensión o lugar que este se encontrara con él.

— ¿A dónde vas? — Fue Jimin quien repitió la pregunta esta vez.

— A traer a mi Alfa a casa. — Fue todo lo que dijo saliendo al exterior seguido por todos, incluyendo a Yoongi que no se quedó atrás por mucho que le dijeron que no era bueno que él también saliera.

Taehyung se montó en el auto regalado por su pareja sin siquiera parpadear y arrancó a toda velocidad rechinando las llantas, seguido por dos autos más que no se le despegaron en ningún momento. En un camino por el que casi nunca pasaban porque estaba cerrado debido a la discontinuidad de esa calle que ahora era un bosque, todos descendieron para adentrarse en este corriendo, transformándose en cuanto el castaño así lo hizo.

Por momentos Jungkook sentía que podía escuchar a Taehyung, su visión lo confundía porque veía dos lugares diferentes. Su fuerza era casi nula y por mucho que lo había intentado, no logró transformarse para deshacerse de esas jodidas esposas y recuperarse un poco más rápido. Tenía sueño, aún corriendo sus párpados a veces parecían vencerse, su energía se estaba drenando por completo y aunque creía ir corriendo a gran velocidad, ya solo trotaba sin fuerza alguna.

Escuchaba a los lobos de Lezle, estaban buscándolo, le estaban pisando los talones y ni siquiera tenía dónde esconderse. Era claro que el Ksi no lo iba a dejar escapar tan fácilmente, no solo para atraer a Taehyung hacia él, sino que, aunque no pudiera remover la marca, todo sus problemas se acababan si el Theta quedaba viudo.

Fue fácil de capturar porque, tal cual Lezle predijo, el alfa no estaría en las mejores condiciones y sus sentidos estarían apagados por un buen tiempo luego de presenciar a su pareja aparearse con otra cuando ya compartían vínculo. Su vulnerabilidad era un hecho con lo que contó, tal cual ahora contaba con su debilidad debido a toda la droga en su sistema e incluso la ropa que llevaba.

No podía más, maldición no lo lograría y él solo se sentía en ese momento el peor alfa del mundo, el peor compañero, padre y líder. Su visión comenzó a mostrarle puntos negros, sus piernas dejaron de responder y él cayó de rodillas escuchando a los hombres del Ksi a pasos suyos. Justo cuando sus ojos se cerraron y hacia él un lobo de mestizo pelaje se le acercó para morderlo, un furioso y gran lobo blanco salió entre los árboles, lazándose directamente al cuello de ese alfa desconocido.

Otros lobos llegaron al encuentro, pero los cuatros que llegaron segundos después del Theta también arremetieron contra aquellos que iban acercándose y asechando a sus líderes, tornándose todo en una sanguinaria pelea que no acababa cuando uno salía herido, sino cuando dejaba de respirar completamente.

Mientras peleaba con uno, Taehyung notó como dos se escabullían para ir por el cuerpo del Bul. Con sus garras cegó al lobo que tenía delante para luego usarlo como trampolín y saltar hacia uno que estaba a punto de morder la pierna de su alfa. Rodaron por la hierba cuando logró engramparlo, gruñidos y mordidas en el aire. Otro lobo enemigo se acercó para tratar de morderlo, pero el omega que allí había fue a proteger a su mejor amigo.

El otro lobo blanco con la mancha negra en su rostro parecía una bestia despiadada luchando contra todos aquellos que se acercaban, yendo por quienes estaban distantes. La rabia de los recuerdos por todo lo que le hicieron y lo que seguían haciendo fue su mayor impulsor, además, cuando él entraba en modo combate, era muy difícil sacarlo de ahí y Hoseok lo estaba experimentando de verdad por primera vez.

No quedó un solo lobo de Lezle en pie, sus pelajes estaban cubiertos de sangre al punto en que todos parecían lobos rojos. Sus respiraciones evidenciaban el cansancio, el largo rato que pasaron peleando, pero ninguno bajó la guardia. Cuando Taehyung retomó su forma humana para cargar a Jungkook entre sus brazos y atravesar aquel bosque, todos caminaron a su alrededor cubriendo todos los frentes hasta que llegaron a los vehículos y llegaron a la mansión más cercana que era la de los Mul.

Nadie pudo hablar con Taehyung, él se sentía culpable por todo lo que estaba pasando, incluso por nacer y volverse sin más el blanco de un monomaníaco completamente obsesionado por él. Por su causa habían ido detrás de Jungkook, él lo sabía.

Ahora comprendía mucho más el temor que el alfa siempre tenía de solo pensar que podían ir por sus seres queridos. Por qué era tan protector, el motivo por el que no se permitía bajar la guardia un solo instante. Jamás lo hacía, jamás lo hizo hasta que él se tropezó en su vida y justo cuando él sin querer lo quebró, fue derribado, cazado como cualquier animal en el monte.

Deseaba encerrarlo en una urna de cristal para protegerlo, cuidarlo y apartarlo del mundo para que jamás le hicieran algo. Como Jungkook hacía con sus hijos.

— D-Deja de estar angustiado por mi causa, ese olor me está sofocando. — La débil y extremadamente baja voz de Jungkook le hizo bajar la mirada. Se había metido a la bañera con él para poder asearlo, por eso es que estaban cubiertos de agua en ese instante. — Hola...

Las lágrimas del Theta volvieron a caer, agradecido por escuchar su voz, por ver sus ojos luchando por abrirse pese a la gran extracción de sangre que le hicieron para ayudarle a limpiar más rápido su sistema. Después de recibir los mismos sueros que Yoongi le puso a él.

— H-Hola. — Respondió el saludo con dificultad, mirándolo a travez de sus cristalizados ojos. — A-Abriste tus ojos, estás aquí conmigo. N-No me abandones, Jungkook.

Sin poderse contener, el castaño lo sujetó más cerca, perdiendo el rostro en su cuello, odiando el olor que seguía infiltrado en su piel. Lo odiaba tanto que se maldecía por imaginarse lo que Jungkook sintió al olerlo de ese modo, al verlo con Taeyong en esas circunstancias. Es como si todo eso fuera un jodido castigo para él.

Porque ahora sabía que esa pesadilla en la que él intentaba despertar al pelinegro para que no abusaran de él era real. Porque no estuvo ahí para él, no llegó, no lo salvó, no impidió que aquello ocurriese. Jungkook siempre iba a él, ni siquiera una sola vez pudo ser quien lo defendiera.

Quería morir, abrir el cuerpo de su alfa y arrancar con sus garras todo el dolor que lo embargaba, llevarse sus memorias aunque para eso tuviera que abrirse él mismo y guardar todo ese dolor en su interior. No le importaba porque no era un sacrificio, perderse él en el dolor, era preferible a ver perdido en el sufrimiento a ese alfa que siempre lucía tan fuerte e inquebrantable. El Alfa de Alfas que incluso en ese momento limpiaba sus mejillas regalándole una sonrisa, su hombre, su licántropo, su alfa, su pareja y compañero de vida...

— Me salvaste, con solo existir yo puedo vivir. — Habló Jungkook conectado a sus pensamientos, oliendo su dolor y angustia, la culpa. — Tu existencia es mi salvación, con solo pensarte yo me lleno de la fuerza que no tengo. Tú me ayudaste a salir de ahí aún sin estar presente, me rescataste en aquel bosque y no fue la primera vez que lo hiciste, aquella noche en que fui atacado también llegaste por mí. Cuando te vi aquella primera vez en la carretera, salvaste mi alma porque estaba punto de darme por vencido y convertirme en todo lo que mi padre quería. El deseo de encontrarte me ayudaba a abrir mis ojos cada día.

Aún estaba débil, pero Jungkook se las arregló para recostarse en un lugar de esa redonda bañera y tirar de él para abrazarlo, besar su cabeza y ofrecerle su pecho para que llorara todo lo que necesitara.

— Iría a la guerra por ti, — lloraba contra la piel del alfa — construiría el ejército más enorme que cualquier ser vivo haya visto para luchar por ti porque perderte sería perderme a mí mismo. Yo no puedo estar sin ti, preferiría morir a verte perecer. S-Sé que te fallé, que dañé todo lo que estábamos construyendo, pero te juro, te juro que Taeyong no significa nada para mí. Toda esa conmoción me confundió, no era del todo yo de cierta forma, pero no podría amar o querer pasar mi vida con alguien más que no sea contigo, Alfa.

Los ojos de Jungkook que ya estaban cristalizados se cerraron provocando que lágrimas rebeldes rodaran por sus mejillas mientras el castaño se acomodaba para ahora verlo a los ojos, tomando sus mejillas, besándolo castamente sin recibir un rechazo.

— ¿Sabes que moriría por ti si supiera que con eso te salvaría?

— Jamás lo permitiría, somos los dos o no es ninguno, Tae. Tú debes mantenerte vivo para mí porque con saber que me estás esperando, yo traicionaría a la misma muerte para regresar a ti. Te lo he dicho muchas veces, tienes siempre que vivir, sin importar qué. Eso sería lo único que acabaría con mi vida, perderte a ti o mis cachorros. Eres mi Luna, mi Sol, mi universo... Te amo, hoy más que ayer a pesar de todo lo ocurrido. — Imitando al castaño, sostuvo sus mejillas. — Prométeme que no dejarás que nada de esto se meta bajo tu piel y te derribe. Que solo llorarás de placer y felicidad de ser posible. Que absolutamente nunca te darás por vencido.

— ¿Y-Ya no me odias? — Negó. — ¡Prométemelo!

— Te lo prometo... Estaba extremadamente molesto, todo me dolió al punto en que sentí mi alma desgarrarse y vi como frente a mis ojos el mundo perdía su color. Pero jamás podría odiarte... ¿Cómo odiar realmente a lo que más amé o lo que a pesar de todo tanta felicidad me trajo? No te odié ni me arrepentí de lo que un día me hizo feliz aunque engañaba a mis pensamientos diciendo todo lo contrario. Te amo, Mul. ¿No te ha quedado eso claro? Creer que podrías morir...

Sus palabras fueron interrumpidas por un castaño que unió sus labios sorpresivamente. Solo los presionaba contra los suyos sin intentar ir más allá porque todo lo que necesitaba era volver a sentir la tibieza de su piel, su cercanía, sus brazos rodeando su cuerpo, saberlo ahí junto a él. Los dos dejaron salir sus lágrimas, besándose y abrazándose en silencio hasta que  Jungkook puso una leve distancia para secar sus lágrimas, sonriendo cuando el theta lo imitó.

— En esta guerra entre lobos, prométeme que lucharemos hombro con hombro. — Masculló sobre sus labios, rozándolos sin querer separarse. — Mi amor...

— Te lo prometo, así como tú estás a mi lado, yo siempre estaré al tuyo. Si algún día uno de queda atrás, el otro lo halará, cuando uno no pueda más, el otro lo empujará, pero siempre será juntos. Lo juro solemnemente por mi vida y el amor que te tengo. — Musitó atrayendo su cuello para sellar una vez más sus labios con nuevas lágrimas que no se preocuparon en limpiar. — Mi Theta...

Mi Alfa...

¡Doble actualización!
¿Qué les pareció el capítulo?
LORED
💜🐺💜

A Capelli-bi alguien que lee cada una de mis historias y en todas ellas me llena de hermosos comentarios, presente incluso en mis otras redes sociales, hoy quiero desearle el más hermoso de los cumpleaños. ¡Felicidades, cariño!

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