Capítulo 50

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— Jungkook, ya contestaron el teléfono. — Avisó Namjoon tratando de ocultar su nerviosismo porque el estado de su amigo y jefe desde que este supo de la partida del helicóptero privado a Jeju luego de su repentina transformación, no era el mejor. Se encontraba como un animal salvaje y rabioso caminando por toda la habitación, listo para viajar. — La pasarela video. — Le informó mientras el menor se acercaba. — Ya mandé a pedirle auto que nos llevará al aeropuerto, llegará en cualquier momento.

— Bien...— Asintió tomando el teléfono con su corazón aún oprimido y adolorido, esperando que alguien se mostrara frente a la cámara. — ¿Qué mierda está sucediendo y por qué nadie se había comunicado conmigo? — Preguntó con evidente enojo cuando Hoseok se mostró.

Podría estar a kilómetros de distancia en otro país y continente hablándole a través de la cámara, pero cuando el Alfa de Alfas se enojaba, todos lo sentían tal cual el beta en ese momento. Tragando saliva, caminó por la casa hasta llegar a la habitación en donde los niños finalmente habían logrado dormirse después de que Seokjin les preparara un té para relajarlos.

— ¿P-Por qué están mis hijos ahora mismo en la mansión cuando yo no estoy ahí? Quiero verlos bien, n-necesito verlos y... — El teléfono fue arrebatado las manos de Hoseok logrando que al pelinegro que se dirigía a grandes pasos hacia la puerta le fallaran las piernas. — Ryujin, Jisung... — Llamó, viendo ahora la cara del Kappa.

Tus hijos y Seokjin están bien, quizás un poco conmocionados después de lo sucedido, pero se encuentran sanos y salvos. — Era tan serio como un doctor dando un parte médico a los familiares, con una templanza asombrosa para el peli naranja que lo observaba a corta distancia. — Necesito que como padre y también líder de todos nosotros, inhales profundamente y me escuches. No puedes actuar precipitadamente, lo peor ya pasó.

— Exactamente, ya pasó y yo ni siquiera sé qué fue eso que ocurrió. ¿Por qué mis hijos están en Seúl?

Están aquí justamente por lo que está pasando por tu cabeza, tus instintos y la conexión con ellos no te mienten. — Las cejas de Jungkook se elevaron entre molesto y preocupado, notando a un Seokjin que se mostraba a lo lejos siendo ahora abrazado por Hoseok.— Los hombres de Lezle atacaron la casa de seguridad en Jeju, gracias a mis premoniciones, le exigí a Hoseok que sacara el helicóptero y nos llevara a Jeju. Tardamos una hora en llegar, pero lo hicimos justo a tiempo para sacarlos a los tres ilesos de allí. La isla ya no es seguro para ellos y, aunque Hoseok me dijo que tenías casas de seguridad por todo el país e incluso fuera de aquí, lo mejor es que permanezcan por ahora cerca.

— E-En eso estoy de acuerdo. Yo ya saldré para allá, ellos deben estar muy asustados, me necesitan...

Ellos ya están a salvo, no están solos. Hoseok y yo pondremos nuestra vida en línea por los tres, porque esos cachorros son hijos del omega que amamos también. Sé que cada parte de ti te pide en estos momentos estar con ellos, pero lo que harán es igual de importante y de eso depende incluso la vida futura de ellos, su seguridad y libertad. No tendrán otra oportunidad como esta, si regresas ahora, puede que jamás tengas el chance de ir al Ártico.

— M-Mis hijos...

— Tus hijos estarán bien, esperando por ti a tu regreso. Te doy mi palabra que cuidaré de ellos con mi vida, no les ocurrirá nada mientras estés lejos. — Podía ver la bruma en Jungkook, como se debatía mentalmente entre permanecer allá y viajar de regreso. — Te mantendremos al tanto, puedes llamar constantemente para verificar aunque te recomendaría que te concentraras para que no cometas errores. No obstante, todo esto es solo mi consejo, es tu decisión. ¿Qué piensas hacer?

Parado frente a la puerta, Jungkook cerró sus ojos para desglosar en su menta todos los pros y contras de cada una de las opciones. Ya fuera que regresara en ese instante a Seúl o continuaran con lo que incluso la Diosa Luna le dijo. Ya habían estabilizado la situación, tras un ataque fallido, en ese momento Lezle no se atrevería a atacar nuevamente porque no solo tenía que recuperarse del golpe, sino trazar nuevas estrategias para organizarse.

Seguramente estaba esperando que hiciera justo lo que su instinto dictaba, ir en su búsqueda para despedazarlo. Ya no contaba con el factor sorpresa, sabía que la seguridad de sus hijos se incrementaría, que estarían buscando al responsable y lo más probable era que se escondiera por un tiempo.

Maldición...

— Me quedaré, pero necesito un reporte cada tres horas, no me importa quién me lo envíe. Una dos veces al día necesito ver a mis cachorros, hablar con ellos. — Yoongi asintió en respuesta. — Si algo ocurre, lo mínimo, quiero que se me comunique. Le escribiré a Taehyung ahora, quiero que se concentren en la seguridad de todos y mi mansión es la mejor opción, si necesitan más hombres y con los míos no basta, tendrán también los de Taehyung a sus órdenes. Kappa, son mis hijos y su padre, por favor.

Juro que los protegeré.

Tras esta confirmación, el élder del Ártico le pasó el teléfono al omega para que Jungkook estuviera mucho más tranquilo. Por último, el Beta recibió varias órdenes precisas y tácticas que debería llevar a cabo.

No viajó de regreso, pero parte de su alma había viajado hacia sus hijos, esperando que esto les ofreciera algún consuelo, que sintieran su presencia cobijándolos aun cuando su cuerpo no podía abrazarlos y transmitirles calor, protección física. Esperaba estar tomando la mejor decisión, a pesar de que en esos momentos se sentía el peor padre de la historia porque en su mente, estar ahí de forma incondicional siempre que estos lo necesitaran, era su deber.

El único consuelo que recibía era que, de ir todo bien, quizás podría protegerlos mejor en un futuro y tal vez, solo tal vez, algún día otorgarles una vida normal porque ellos no tenían culpa de ser hijos de quienes eran.

— Absolutamente todos mis hombres quedan a tus órdenes, así tenga que quedarse el resto de nuestros asuntos sin respaldo, los cachorros de Kook son la prioridad. — Confirmaba Taehyung por teléfono sintiendo su corazón tan lastimado como el de su licántropo, podía vivir en carne propia todo lo que el alfa estaba pasando. — Nosotros regresaremos en cuanto terminemos lo que vinimos a hacer aquí. — La llamada finalizó y él lanzó el teléfono a un lado. — ¿Cómo mierda se le ocurrió atentar en contra de los niños?

Sentándose en un sofá frustrado, Taehyung tiró de sus cabellos, refugiándose en los brazos del rubio que estaba igual de molesto e indignado con toda esa situación. Quedaban horas para que comenzaran la verdadera travesía hacia el Ártico, pero todos parecían haber sido tapados por una fuerte avalancha. El Theta moría por abrazar a su pareja, mostrarle su apoyo, acompañarlo. Jimin no se quedaba atrás, ya había pasado todo, mas continuaban procesando el gran susto, preocupados y alertas.

+++

Según lo que habían conversado con antelación, los Bul habían salido en la noche y los Mul lo hicieron entrando la madrugada. Se trasladaron en buses, trenes, bicicletas y por último, dejaron sus pertenencias en junto a una de las familias recomendadas por Yoongi para que estas se encargaran de llevarlas al punto de encuentro mientras ellos se transformaban e iban ahí en su forma animal.

No fueron tan rápidos como querían, aunque miraron los mapas y guiaron por sus sentidos, eran zonas que no conocían del todo, al menos Jungkook y Namjoon. Taehyung guio a Jimin sin pérdidas como si toda una vida hubiese estado viviendo en el Ártico. Todo le resultaba conocido, familiar.

Esas grandes extensiones de desierto helado, con esos icebergs atrapados en los hielos e incluso esas famosas auroras boreales que ya iluminaban el cielo nocturno pese a que aún era de tarde. Ese condicionante que era el frío, uno jamás experimentado antes y que ahora simplemente no sentía azotarlo, sino abrazarlo y mecerlo mientras corría.

Ese viento era todo, con seguramente -25 °C, esa sensación de bajas temperaturas se triplicaba. Aunque no lo notase, la sensación térmica era de sesenta y nueve bajo cero, algo que traía a Jimin maldiciendo en su cabeza porque no importaba su pelaje, al no estar acostumbrado, ese frío lo estaba calando profundamente.

La libertad que golpeaba a ese Theta al correr por la nieve mantenía sus ojos brillantes constantemente. Por primera vez, Taehyung realmente creyó pertenecer a ese lugar que tan eufórico lo tenía. Por instantes incluso se permitía dejar su mente en blanco, le agradaba sentir el medallón chocar contra su pecho, sus patas perderse en la fría escarcha, aullar y por kilómetros no ver absolutamente nada a su alrededor. Esa era una paz pocas veces experimentada, una que deseaba entregarle a todos sus seres queridos, a toda su manada e incluso a la del Bul que confiaba en poder unir exitosamente en el futuro. Esa sola idea calentaba su alma al máximo.

Fueron los primeros en llegar a un pequeño pueblo de Inuit en donde supuestamente los estarían esperando. Tanto Jimin como él permanecieron en su forma de lobo, observando con detenimiento todo a medida que se iban acercando. Las aparentes casas diminutas creadas con hielo les mostraba una arquitectura en apariencia rústica, pero bastante modernas pese a todo.

Había trineos estacionados, pequeñas tiendas con pescados, pieles, accesorios tradicionales y otras cosas simulando una modesta feria. Por mucho que se hayan modernizado en otras regiones, ahí, todo lucía como si estuviesen atrapados en el tiempo. No sabía cómo exactamente, mas notaba que había más de una etnia en ese pueblo Inuit. No entendía muy bien el motivo por el cual los Aleutas, Sireniki y Yupik estaban habitando juntos cuando todos tenían orígenes diferentes.

Los Aleutas habitaban en el extremo occidental de la península de Alaska y, desde 1825 en las islas Komandorski o Comandante como eran conocidas, pertenecientes a Rusia. Por otra parte, también estaban los Yupik que realmente pertenecían a esa zona de la Siberia y Ártico aunque solían vivir más en el extremo nororiental de Rusia y el continente asiático, la península de Chukokta junto a los Sireniki.

No es que las personas no pudieran emigrar, era solo que justamente esas aldeas fueron rivales y enemigas durante siglos según la historia. Tal vez no por ellos, ya que en el fondo fueron siempre pacíficos que ni siquiera tenían la palabra guerra en su vocabulario, sino por aquellos colonizadores que por la fuerza intentaron avasallarlos y arrinconarlos como hicieron con todos los aborígenes alrededor del mundo. Verlos ahora coexistir en ese lugar era tan novedoso como maravilloso. Era como una prueba viviente de que incluso las manadas Fuego y Agua también podría unirse.

Al sentir su presencia, todos los perros salvajes y lobos que habían estado dormidos y descansando a la intemperie comenzaron a aullar emocionados, fue abrumadora esa inesperada bienvenida por parte de aquellos que no podían transformarse. Jimin podía sentir todo su pelaje encresparse mientras Taehyung sentía sus ojos cristalizarse porque ante su sorpresa y esos nostálgicos aullidos que se mezclaban con la confusión de la mayoría de esos caninos, despertaban cosas en su mente y pecho que no sabía identificar, pero que lo sacudían internamente.

Debido a la inesperada algarabía a esa hora de la tarde, los habitantes de aquel pequeño pueblo comenzaron a asomarse para ver qué estaba pasando, puesto que, por mucho que mandaban a callar a los animales, estos se rehusaban. Fue el lobo de mixto pelaje el primero en total el brillo que el medallón comenzaba a emanar, empujando su cabeza contra la contraria para avisarle.

Dejando sus patas marcadas en el hielo, ambos lobos caminaban juntos por lo que sería la calle principal. Todos iniciaron un sinfín de murmullos que mantenían a Jimin alerta, al descendiente del Ártico cautivado porque podía entenderlos todos a diferencia de su mejor amigo.

La vista de cada inuk iba directamente al medallón, luego de notarlo, empezaban a hablar antes de dudosos, colocar ambas rodillas sobre el hielo. Ese era otro nivel de reverencias que ninguno de los licántropos esperaba, una venia gracias a su cultura era lo máximo que recibían, no estaban cómodos con todas esas personas desconocidas arrodillándose e inclinándose ante ellos como si fueran algún tipo de dios. Sí, Jimin sabía que no era por él, sino por Taehyung, pero caminar a su lado le hacía percibir todo del mismo modo.

Algunas viviendas defiriendo de lo que parecían a simple vista, fueron cavadas creando cavernas inesperadas que podían ir notando.

De la única casa que se encontraba al final del camino y no a los costados de esa única avenida rústica como las demás, salió una familia que a diferencia del resto parecía estar preparada pare recibirlos. Todos llevaban collares de aguamarina que brillaban a la par de su medallón solo que con un tono diferente y menos potente. De esos emanaban una tenue luz blanca mientras que la de Taehyung era azul y, a vista de todos, parecía cubrir todo su peludo cuerpo.

Se detuvieron a pocos metros algo confundidos porque no sabían exactamente que hacer. Jimin permaneció en aquel lugar, mas el lobo blanco volvió a avanzar con su cabeza en alto y gran elegancia. Ya frente aquella familia, cesó su andar, observándolos con detenimiento cuando estos llevaron sus manos derechas al costado izquierdo de sus pechos antes de dejarse caer de rodillas y luego inclinarse por completo en el suelo durante un largo minuto.

Cuando se pusieron de pie, dos de ellos abrieron grandes mantas de piel de foca para indicarle que se transformara, cubriéndolos de las miradas del pueblo al tomar su forma humana. Jimin llegó a su lado acompañado del chico que lo cubrió y le ofreció botas para que cuidara sus pies. Juntos fueron guiados al interior de aquella vivienda, bajando primero por varios escalones de hielo, antes de finalmente entrar a aquel palacete.

Bienvenido a su nación, líder del Ártico. — El sujeto de serio, pero agradable semblante lo saludó. Jimin no entendió una sola palabra, pero quedó perplejo al ver como Taehyung inclinó la cabeza y le respondió en la misma lengua que hasta horas atrás le había dicho que no conocía o siquiera tenía idea de cómo sonaba.

Gracias a todos por darme la bienvenida. — En esos momentos que volvía a lucir como hombre, todo el cabello de Taehyung volvía a ser blanco al igual que sus cejas y pestañas. Sus ojos no retomaron el color marrón, permanecieron bien azules y brillantes, causando que quienes los recibían lo continúan mirando tan fascinados como el pelirrojo cada vez que lo veía así.

— Sabíamos que llegaría algún día, seguimos creyendo hasta hoy que el Ártico volvería a tener un líder. — Ahora hablaban una mezcla de coreano e inglés, no es que Jimin fuera el más fluido en ese idioma, pero al menos podía entender bastante. 一 Perdón por no poder hablar fluidamente su lengua, el poder del medallón de la Diosa Luna que lleva en su cuello alimenta nuestros collares para hacernos entender con el idioma natal del portador aunque este pueda entendernos.

— No se preocupe, podemos comunicarnos y eso es suficiente. — Comentó Jimin, temiendo que su cara de "qué demonios ocurre aquí porque no te entiendo nada compadre" haya preocupado a los Inuit. — Yo no puedo hablar su lengua, es un avance enorme tener la capacidad de entendernos pese a todo.

— Nuestras lenguas... — Habló la mujer. — Es más un continuo dialectal que una sola lengua, se puede dividir en dieciséis dialectos clasificados en cuatro grupos: Inupiat, Inuinnaqtun, Inuktitut y Kalaallisut. Principalmente en este pueblo que tenemos varios grupos Inuit viviendo juntos, tenemos una gran variedad de lenguas Yupik, esquimo-aleutianas. A su vez, contamos con más de una forma de comunicación, la principal es la espiritual e incluso podemos silbar para llegar a mayor distancia que la que podemos alcanzar con la voz hablada. Entre nosotros incluso estamos mi hijo mayor y yo, somos Taus, podemos comunicarnos con los caninos, hasta el momento creo que somos los únicos que quedamos.

Jimin se había puesto al día porque, junto a Taehyung, le tocaba estudiar más sobre él, su procedencia y cultura en general, por eso no precisó que el castaño le recordara que los Taus, se encontraban en el fondo de la pirámide jerárquica de los lobos, casi simples humanos con la habilidad de comunicarse con todos.

Mi alfa... — Musitó Taehyung repentinamente con su voz de mando tomando por sorpresa a todos, corriendo hacia la salida para encontrarse a dos lobos que caminaban confundidos hasta que lo divisaron, corriendo a su encuentro. — ¡Por la Diosa Luna, estás aquí!

Se agachó para abrazarlo aún sin recuperar su forma humana, riendo cuando el gran lobo negro comenzó a lamer su rostro y cuello, alegre por volverlo a ver. Jimin también se precipitó a abrazar a su alfa, aunque este ya había tomado la forma humana.

— Andas mostrándole a los inuit un trasero que debería ser solo visto por mí. — Murmuró el pelirrojo logrando que aún agitado Namjoon riera abrazándolo, siendo cubierto por su anta hasta que la familia volvió a salir con más mantas para ellos. — Te extrañé tanto.

— Sí, pero me estuviste angustiado sin tus mensajes. — Replicó fingiendo molestia.

— Ya te escribí varias veces, ¿vas a seguir con eso? — El peligris negó tomando su rostro para besarlo lánguidamente.

— Usted... — Comentó la mujer que había estado explicándoles las lenguas, la pareja del líder de aquel pueblo. Al entregarle aquellas botas y manta a Jungkook, pudo notar en el cuerpo del pelinegro cuando tomó su forma humana el símbolo de la manada del Ártico, luego miró su cuello e inmediatamente volvió a arrodillarse seguida de su familia, confundiendo completamente a los cuatro forasteros. — Luna del Ártico.

— ¿L-Luna? ¿Y-Yo? — Jungkook era el Alfa de Alfas, sería su pareja quien fuera llamada Luna, pero ahora, era él quien estaba recibiendo ese título entregado mayormente a los omegas o quienes concebían.

— Es el compañero del Líder, eso lo convierte en nuestra Luna. — Explicó la mujer aún inclinada frente a él. — Una bendición y dicha saberlos unidos, ahora su presencia aquí recobra mayor sentido. Son la pareja que puede llamar y comunicarse con nuestra Diosa. Son los únicos que podrían traerla de regreso a este mundo. Ha sido el elegido por el descendiente directo, nuestro Theta. Ante usted presentamos nuestros respetos.

— Ustedes son el centro de nuestro anmo... — La voz del hijo mayor llegó emocionado cuando se acercó para ayudar a su madre a levantarse. — Sería bueno que entráramos para que se caliente, el omega en cinta no debería permanecer exterior enfrentándose a estas temperaturas.

— E-Esperen... — Jimin miró a todos el mundo, su rostro desdibujado mientras procesaba las palabras recién dichas. — ¿C-Cuál o-omega en c-cinta?

— Usted, trae el alma de un nuevo licántropo brillando y formándose en su interior. Lamento que no lo hayamos felicitado antes, todo ha pasado muy de prisa. Nuestras más sinceras congratulaciones por su estado.

Inuk: El singular de inuit, significa persona única o ser humano.

Anmo: Concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos como cualquier elemento del mundo natural están dotados de movimiento, vida, alma o consciencia propia.

💜🐺💜
Sé que este capítulo quizás no es lo que esperaban pero comenzar a desenredar todas estas cosas lleva bastante 😂 Si resumo demasiado no entenderán.

Igual, como siempre, espero que les haya gustado...
LORED
💜💜💜

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