Capítulo 64

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Yoongi se inclinó para besar y acariciar a Hoseok antes de unir sus labios a Jin. Tácitamente le indicó que mirara todo lo que ocurría, llevando sus manos a la piel del beta para que lo sintiera. Se retiró lentamente, entregándole una visión prodigiosa del beta cerrándose alrededor de la nada. Por puro deseo o instinto, Jin no dejó que esto ocurriera por completo, introdujo dos de sus dedos, sintiendo por primera vez un interior que no era el suyo.

Arrodillado, el castaño se arrastró hacia el lado, haciéndole espacio al omega que lo miraba como si necesitara alguna guía.

— No me mires, tú sabes qué hacer, solo recuerda que en este momento, tú estás al mando y tienes todo el control para hacerlos disfrutar. Guíalo a él a un lugar que ambos quieran visitar, déjalo sentirte, bebé. — Depositando un casto beso, llevó su mano a la erección de Hobi para evitar que se fuera a debilitar mientras hacían un cambio de lugar.

— Vamos, deja salir a ese omega castigador. — Los tres se carcajearon tras las palabras del beta, definitivamente había mejorado el ambiente.

Por mucho que estuviera fascinado por todo lo que sus dedos podían palpar, la intriga y apetito ganaban la batalla. Humedad era lo que sobrara, sus muslos, labios y miembro lo atestiguaban, mas por un segundo dudó. Su hombro fue suavemente mordido, sacándolo de sus cavilaciones. Se posicionó entre las piernas de Hoseok, recordando las palabras del Kappa. Hacerle lo que a él le gustaba que le hicieran.

Maldición, a él le gustaba absolutamente todo.

Una de sus manos buscaron los cabellos naranjas de Hobi, tirándolos con fuerza, quedando maravillado con esa reacción que no era nueva, pero de cierta forma se sentía diferente. Acarició muy suavemente su cintura, con la otra mano, su trasero, apretándolo sutilmente hasta que se decidió entrar. Presionó decidido, la mirada del mayor no lo dejaba tambalearse, los besos que llenaban su cuello tampoco.

Tal vez pudo haber estado mucho más ajustado antes de que el Kappa lo tomara, aun así, Seokjin claramente nunca había experimentado algo igual. Esa leve resistencia, su anillo abriéndose y sus paredes adhiriéndose a él, ese calor que traspasaba su propia piel, todo era demasiado perfecto. Se tensó, se detuvo solo al comienzo, mas el ámbar de sus ojos brilló despertando un lado desconocido del omega.

Fue construyendo su paso lentamente hasta que sus penetraciones fueron contundentes y rápidas. Escuchar al Beta disfrutar de ese modo gracias a él, el orgullo que bañaba la mirada de Yoongi, todo eso lo arrastraba a querer dar lo mejor aunque cada tanto debía disminuir el ritmo para no acabar de esa manera tan veloz.

— Tienes tu boca demasiado vacía, Beta. — Musitó el castaño sentándose frente a él, palmeando la mano de Jin para sustituirla por la suya. El omega pasó a agarrarse de sus caderas firmemente, en cambio el Kappa, guió la cabeza su pareja a un camino ya conocido. — Usa esa boca de la manera que mejor sabes hacerlo, cariño.

Cerrando sus ojos, dejó caer un momento la cabeza hacia atrás cuando se abría espacio en esa perfecta garganta, luego, dejó que sus verdes ojos se encontraran con los del omega, sonriendo confiados, dejándose saber lo sexy que se veían. La mente de Hoseok estaba disfrutando tanto como su cuerpo, su apetito sexual aumentaba ante la idea de que su omega lo estaba haciendo suyo, estaba siendo tomado por sus dos compañeros y esa sensación nada la podía superar.

Las garras del omega sobresalieron cuando el primer remolino de la noche se hizo en su vientre, tensándole, avisándole que el inicio de sus orgasmos comenzaban. No lo pudo contener, aulló, mientras le hacía el amor a través de su orgasmo. Solo entonces Yoongi dejó libre a un jadeante Hoseok. Si quería seguirles la corriente, el Beta tenía que retrasar sus liberaciones lo más que pudiera, aunque tampoco le exigían demasiado, sabían que los celos de omegas eran tan potentes como la rutina de un alfa, theta e incluso Kappa.

— ¿Cómo se sintió? — Preguntó Yoongi con una sonrisa, besando a un Jin que se alejaba lentamente del beta para admirar su obra de arte. — ¿Cómo fue esta primera vez?

— Genial... — Habló bajo sin podérselo creer aún. — Por la Diosa Luna, ¡fue estupendo! — Su exclamación hizo que los otros dos rieran, el peli naranja también se incorporó para unírseles al beso.

Fue Min el primero en volver a unir sus labios a Seokjin, le siguió Hoseok que succionó la lengua del omega para dejarla a merced de ambos. Tanto el Kappa como él, unieron su lengua a la contraria, jugueteando con ellas hasta que los tres unieron sus labios al unísono. Amaban sus besos de tres.

— Kappa, Beta... — Jin los llamó volviendo a su posición inicial, acostándose en la cama. No tenían que adivinar que el celo finalmente estaba en su punto máximo y de ahí en adelante, solo fuego quedaba.

Gloriosa la bienvenida que el cuerpo de Seokjin le dio a su Kappa, la forma en que se fundían hasta volverse uno sin dejar a Hoseok de lado era avasalladora. No obstante, todos frenaron cuando los ojos verdes de Yoongi no solo volvieron a brillar, sino que se cerraron mientras este agitaba su cabeza desesperado.

Sus colmillos hicieron acto de presencia y el beta tuvo que retirar rápidamente su mano cuando de la zona baja de su espalda, una gran cola blanca emergió. Sus garras se clavaron en el respaldo de la cama que le quedaba al frente y pequeños pelillos blancos comenzaron a llenar su cuerpo, su miembro también transformándose dentro del omega que podía percibirlo todo.

— K-Kappa... — Jin llamó, mas este parecía no escuchar. — Min Yoongi. — El nombrado abrió sus ojos repentinamente, asustándolo.

— ¡Kappa! — Hoseok también lo llamó sacando sus colmillos. El omega rápidamente negó, cerrando sus ojos por la forma en que brutalmente estaba siendo llenado en ese instante. — Mierda...

— V-Ve a buscar al Theta. — Mandó y el contrario estuvo dispuesto a salir, solo que las garras de Yoongi se ciñeron en su cuerpo, tumbándolo con gran fuerza al lado de su otro compañero en la cama.

— Estoy bien. — Gruñó cerrando sus ojos por varios segundos. — Estoy en control, pero debes ayudarme. — Mencionó mirando a su beta. — Entra en mí.

— Pero tu cola, estás en medio de...

— ¡Ahora! — Gritó sin querer. — L-Lo siento, solo s-si quieres, entra en mí ahora. — Hoseok asintió rápidamente, acercándose sin temor para besarlo, él confiaba en Yoongi, no le importaba que el contrario no confiara en sí mismo. — Por favor.

— Ya voy, estoy yendo... — Se movió mirando un poco extrañado su larga y peluda cola. — ¿Cómo debo ser?

— Lo más bestia posible.

Era un poco raro, en los últimos siglos, desde que se empezaron a adaptar junto a los humanos, los licántropos hacían el amor en su forma humana o como lobos, nunca en medio de su metamorfosis. Sus colmillos, garras y ojos solían cambiar cuando estaban en un espacio demasiado excitados o descontrolados, mas el resto de sus cuerpos permanecía igual. Ver como no solo la cola, las orejas de Min también tenía su forma lobuna, era un poco extraño.

No obstante, seguía viendo a sus dos licántropos hermosos sin importar cómo lucieran. Haciéndole caso a Min, se aventuró en su interior sin preparación y de una estocada. Solo estaba siguiendo las peticiones del Kappa aunque llegó a pensar que había sido un error cuando por un momento su metamorfosis avanzó más rápido. Así como fue avanzando, retrocedió hasta que solo sus garras y colmillos quedaron.

El élder del ártico oscilaba sus caderas sin contención, yendo entre el rubio y el peli naranja. Cuando embestía al omega, se alejaba de su beta, cuando iba al encuentro de Hoseok, se alejaba de Jin. Los tres juntos y conectados se hacían el amor, gemían entre besos acompañados de caricia.

En la espalda del mayor, un hermoso dibujo fue dejado cuando las garras del beta se hicieron con ellas. Guiados por sus instintos, pero también la razón, recorrían sus cuellos con la vista, pero también con sus lenguas. La doble estimulación de Yoongi lo estaban llevando al punto exacto donde maravillas ocurrían.

— Me gustaría que me reclamaran, juntos. — Mencionó con sus ojos cerrados, tomando un poco por sorpresa a los otros dos, aunque ya habían hablado de ello con anterioridad. — Sé que no tendremos un vínculo como los de alfa y omega o aquellos que se crean con los thetas, pero quiero ser de ustedes, cuando estén listos, quiero que sean míos.

El resonar de las embestidas de Hoseok disminuyeron un poco, Seokjin sin poder rehuir de ello, el omega llevó una mano a su propio cuello, palpando la zone regenerada donde una vez llevó la marca de su alfa destinado. Sus ojos se llenaron de lágrimas, mas no por el pasado, sino por todas las emociones que lo recorrían al ver que ese hermoso licántropo quería pertenecerle, quería ser su compañero.

Alguien que lo amaba tanto que su amor se extendía hasta sus cachorros. Hoseok y Yoongi, fueron dos seres repletos de amor para darle, que tenían seguridad de sus sentimientos y lo que quería. En esa relación de tres, todos eran prioridad por igual, todos se amaban del mismo modo, él no sentía estar entregándose en cuerpo y alma sin recibir lo mismo a cambio.

Sus ojos se encontraron con los del beta, sonrió al ver como en sus labios se dibujaba un te amo. Juntos desviaron la mirada hacia un Min que exponía su cuello para ambos. Entonces, como si se hubieran puesto de acuerdo, posaron sus bocas al mismo tiempo sobre la piel del kappa. Cuando por la antelación el cuerpo de este se tornó trémulo y gimió alto llamándolos, dejaron crecer sus colmillos para que se perdieran en él.

El nudo de Min Yoongi a pesar de ambos estar en estro fue mucho más doloroso de lo que recordaba Jin, tal vez porque su miembro no estaba en su forma conocida, sino que permanecía en medio de la licantropía. Ese fue un momento ideal de descanso para el menor de todos que tras lamer su marca muchas, muchas veces, regresó junto a Jin para colmarlo de besos, intercalándose ambos con Min, uniendo por momentos sus labios al unísono.

Cuando el nudo volvió a desaparecer, el pene de Yoongi seguía igual de erecto, el omega seguía igual de anhelante.

— Únete a nuestro Kappa... — Mencionó Seokjin entre besos. — Quiero sentirlos a los dos.

— Ven, tienes espacio, mi nudo lo dejó mucho más suelto. — Los ojos de Hoseok brillaron, mas antes de aceptar su invitación, necesitaba que su erección recobrara su vigor, con esto lo ayudó su precioso y hermoso omega. Amaba ver como esos perfectos labios carnosos lo rodeaban, era un máster en ello. — Si te tardas más te dejaré afuera.

— Siempre tan mandón, Kappa. — Protestó el peli naranja que se rehusaba a alejarse de la boca de Jin. Lo único que logró sacarlo de allí, fue la sabrosa idea de lo que venía a continuación.

Fue así que se alejó permitiendo que Yoongi se acostara llevando al omega a su regazo para que los tres estuvieran más cómodos para la doble penetración. Tragó saliva contemplándolos mientras se alineaba. El rubio se aferró a las sábanas cuando lo sintió, pero la entrada fue más fácil de lo que todos esperaban, quedando nuevamente, unidos los tres.

No les costó mucho orillar a Seokjin a un nuevo orgasmo, solo que esta vez, fue justamente él quien presentó su cuello tirando de sus cabezas por los cabellos para ser reclamado con certeza absoluta esta vez. Realmente no tuvo que pedirlo, no era un loco recurso buscando algún vínculo que despertara el amor de un alfa que no lo amaba. Este, fue deseado por los tres en igualdad de condiciones. Dolió, los dos lo mordieron con más posesividad de lo imaginado, pero se sintió extremadamente bien, lleno y completo.

Pocos segundos más tarde, Hoseok se le unió explotando en su primer orgasmo, uno demasiado intenso después de ser postergado tantas veces durante esa noche. Él cayó en la cama primero, Yoongi se tardó un poco más, quince minutos más tarde exactamente se acostaron a su lado.

— No será tan visible como las de ustedes, mi vínculo podría ser el más débil, pero quisiera que ambos también adornaran mi cuello con sus marcas.

Seokjin sonrió, el Kappa igual, abrazándolo, ambos le entregaron a Hoseok lo que este y ellos tanto deseaban. Lo ayudaron a impulsar su cicatrización antes de que Jin pasara a ocupar el medio de los dos como le gustaba. Ambos se enmarañaron con piernas y brazos contra su cuerpo, juntos acariciando su vientre.

No tenían manera de saber cómo o por qué, los tres se miraron cuando el Kappa sin saber que lo hacía alumbró la habitación. Su mano transmitiéndolo energía espiritual al abdomen del omega que miraba aquello maravillado. Entonces, lo supieron. Era y sería raro, algo que evidentemente no se daba todo los días entre humanos pero sí con un poco más de regularidad en los licántropos, al menos en el pasado.

Dentro del omega se estaría dando una fecundación múltiple paternal, tendría mellizos de padres diferentes. Este fenómeno también dado entre humanos, pero con el nombre un poco diferente "fecundación múltiple heteroparental", ocurría cuando dos óvulos eran fertilizados por dos espermatozoides de distintos hombres en un corto período de tiempo. Eran pocos los casos registrados, los licántropos no lo evidenciaban públicamente frente a los humanos y estos, algunas veces no sabían cuando ocurría o no lo deseaban reconocer por obvias razones.

La sociedad no estaba lista para aceptar con sonrisas y abrazos que una mujer llevaba en su vientre la semilla que dos hombres plantaron. Esto les obligaría a reconocer que hubo algún tipo de infidelidad o se encontraba en una relación poliamorosa que el mundo tampoco estaba preparado para aceptar. Si eso sucedía con los humanos, enloquecerían si vieran a los licántropos y todo lo que entre estos ocurría.

Las lágrimas de Seokjin volvieron a dejar sus ojos, todavía no se sentía preparado, maldición, no sabía si en algún momento cercano lo estaría, pero a su vez se sintió feliz. Sí, tenía miedo por como se desarrollarían las cosas, pero los tres estaban juntos y sabrían cómo resolverlo.

— ¿Saben que los amo? — Preguntó bajo.

— Nosotros te amamos a ti. — Respondieron sin querer a la par, haciendo que el omega riera y ellos también. — Te amo. — Repitieron mirándose a los ojos.

+++

— Mañana estaremos adentrándonos en el bosque. — Les comentaba Namjoon sentados en la terraza a Jungkook que cargaba a sus hijos, acostado en el piso y su Taehyung junto a ellos. — Jimin entrará en labor de parto en cualquier momento y queremos recibir al cachorro cerca de la cabaña que construyeron cuando niños.

— Yo aseguraré el perímetro, no se preocupen. No puedo creer que vayamos todos a tener un cachorro correteando pronto por los alrededores. — Reía el de mechón negro divertido.

— Tal vez pronto vengan más porque creo que alguno de esos dos engancharán a Jin. — Se burló un poco el otro alfa viendo a los cachorros de Jungkook con una sonrisa, también tendría a los suyos así pronto. Por ahora solo venía uno en camino, pero quería más, muchos más siempre que Jimin también quisiera. Este aceptó al menos tener un segundo hijo. — Ya regreso, voy a ver si a Jimin se le ofrece algo.

Jungkook asintió viendo a sus hijos levantarse para correr aunque su cuerpo no quedó mucho tiempo libre, su esposo lo abrazó para luego subirse sobre él a horcajadas. Ambos se rieron, pero al antes pelinegro no le gustaba que sus hijos los vieran jugando de ese modo sugerente aunque no estuviesen haciendo nada. Lo abrazó y tiró a la hierba entre risas, pero el Theta inmovilizó sus brazos por encima de su cabeza retomando su posición sobre él, inclinándose a besarlo.

— Amor... — El chasquido de un primer beso se escuchó, luego otro y otro más. — Tae, ahora no. Están los niños cerca, además, me vas a calentar y no podemos estar todos en esta casa haciendo el amor a la misma vez. Solo esperemos un día más a que se acabe el celo de Jin.

— Te extraño. — Depositó otro beso con un puchero adornando sus labios.

— Yo también a ti, mi amor, pero en menos mañana a esta misma hora seguramente los niños estarán yéndose que el omega que les dio a luz. — EL menor asintió bajándose de su cuerpo.

El pelinegro se fue a corretear con sus hijos en su forma humana, bueno, los tres estaban igual. Cuando los menores le pidieron un poco de agua y refresco, se acercó para preguntarle a su esposo qué le apetecía y se fue a la cocina.

— ¡Tae, ven a jugar con nosotros! — Gritó Jisung a lo lejos mientras la hembra corría hacia el peliblanco.

— Tae... — Llamó entre risas acercándose a un Theta que mostraba sus colmillos arrugando su nariz.

Cuando Ryujin se lanzó para abrazarlo como solía hacer siempre, Taehyung mordió su hombro y con su garra atrapó su cuerpo, lanzándola más allá de medio jardín, no menos de veinte metros de distancia. Jisung gritó asustado cuando el lobo blanco emergió y salió corriendo en dirección a ellos, llorando al igual que su hermana herida. A centímetros de agarrar la pierna de la niña, los colmillos de Jungkook atravesaron el cuello del lobo contrario, zarandeándolo, arrastrándolo lejos de su hija con sus ojos multicolor en ese momento.

Una gran algarabía los rodeó, el embarazado y el otro alfa corrieron por los niños. De alguna manera que solo la rabia y el dolor le permitieron lograr, Jungkook terminó por doblegar y dominar a su esposo, obligándolo a transformarse en humano. Solo entonces Taehyung cayó en cuenta de lo que había hecho, sintiendo la sangre que goteaba de distintas partes de su cuerpo. El Alfa de Alfas volvió a transformarse para correr hacia su hija también ensangrentada y sin conocimiento en los brazos de Jimin, la tomó entre sus manos sin mirar al Theta y salió corriendo entre lágrimas con su corazón queriendo abandonar su asustado y en trance cuerpo.

¡Doble Actualización!

Pensar que yo estaba supuesta a terminar esta historia hoy. Ese fue mi plan pero no he podido escribir correctamente.

Espero que les haya gustado los capítulos de hoy.

LORED

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