Capítulo 25 - Que seas feliz

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Namjoon, quien no podía apartar la vista de Jimin sintió morirse al percatarse lo que estaba sucediendo entre Suga y Jimin. Sus miradas, roces, la mano de Yoongi bordeando su cintura, la familiaridad con la que ambos se trataban, la tensión de Taehyung mientras los observaba y luego lo miraba a él, todo comenzó a encajar a la perfección. Se mentiría si dijera que aquello no le provocaba darle golpes a Min Yoongi pero aún así no podía hacer nada.

— ¿Ustedes están juntos? — Preguntó Namjoon poniéndose de pie luego de ver que el representante del grupo abandonaba el lugar.

Cada uno de los presentes en esa habitación lo miraron paralizados. Jimin disimuladamente se separó de Suga quien volvió a tirar de él provocando que Namjoon recogiera sus manos formando dos puños. Taehyung y Jungkook temían por la reacción de Namjoon y Hoseok una vez más de último se percató de lo que estaba pasando.

— ¿Tú y él tienen una relación? — Preguntó nuevamente acercándose a Jimin y mirándolo a los ojos haciendo que este se pusiera nervioso.

Suga al ver la reacción de Jimin pudo sentir que aún amaba a Namjoon no obstante ahora estaban juntos y Jimin era de él. Se alzó interponiéndose entre Namjoon y Jimin tocando al primero por el hombro para decirle que se alejara.

— Eso no es nada que tenga que ver contigo así que no- — El fuerte golpe que Namjoon le proporcionó lo hizo tambalearse e iba a golpearlo de regreso pero Hoseok se interpuso.

— ¡Paren con esto y no se comporten como bestias! — Gritó el líder.

— No te metas cuando estoy hablando. Esto es entre Jimin y yo. — Replicó Namjoon señalando a Suga.

— Claro que me meto, Jimin es mi pareja. — Jimin cerró los ojos con fuerza, una parte de él no quería que le dijera a Namjoon que estaban juntos, él ya sabía de su relación pero no con quién estaba. — El que está actuando fuera de lugar eres tú, ustedes solamente son compañeros de trabajo.

— Ahí es donde te equivocas imbécil porque aunque Jimin esté contigo o con cualquier otro hasta el día que yo muera el va ser el amor de mi vida, el primero y único sin importar por cuál sendero nos lleve la vida, incluso si jamás lo vuelvo a ver, ese que está sentado detrás de ti va a contar conmigo siempre y cualquiera que le haga daño se las verá conmigo, así que quedas advertido. — Dijo acomodándose la ropa y ahora mirando a Jimin. — Yo fui un idiota por perderte pero quiero que te quede claro que siempre te voy amar y apoyar sin importar con quien estés pero también respetaré tu vida y decisiones. Deseo que seas feliz al lado de él, que tengas todo aquello que yo no te pude dar u ofrecer. Vive feliz. — Musitó antes salir de aquel lugar que lo estaba asfixiando.

Jimin deseaba ir detrás de él en ese momento, sus palabras, su mirada todo en Namjoon le gritaba que aún lo amaba de verdad pero ahora estaba con Suga y él estaba presente, no podía hacerle daño de esa manera por lo que solamente se quedó tranquilo, conteniendo las ganas de llorar hasta que su pareja le extendió la mano y se fueron a su casa.

Jimin no habló en todo el camino y Suga estaba aún molesto por lo sucedido. Ambos estaban en total silencio en la parte trasera de aquel Audi negro y aún después de llegar a la casa los dos continuaron de la misma manera hasta que Yoongi decidió abrazarlo y darle un beso.

— No te preocupes por lo que pasó, entiendo que haya sido una situación incómoda pero pronto se le pasará ya verás. — Jimin se aferró a su cuerpo dejando salir unas lágrimas rebeldes que quería contener. — Vamos a dormir.

— Ahora no puedo ir a dormir, necesito hablar con Kookie.

Jimin se alejó para tomar su teléfono y llamar a su amigo quien le dijo que estaba en su casa con Taehyung y que era libre de ir si así lo necesitaba.

— ¿Irás a su casa? — Le preguntó Jimin.

— Lo necesito. — Suspiró sentándose unos segundos. — ¿No te molesta que vaya a salir a esta hora con mis amigos?

— Para nada Jimin, es entendible. — Se sentó a su lado. - Tú tienes una vida, necesitas tiempo y tu espacio así como yo en algún momento también necesitaré el mío. — Lo abrazó. — Tenemos que confiar el uno en el otro, la base más sólida de cualquier relación es la confianza.

Jimin pensó en ese momento en que hubiera dado todo porque su anterior pareja hubiese pensado de esa manera. Las palabras que Yoongi, su actual pareja le decía , removía muchas cosas en su interior. Era imposible no querer a alguien como él y eso también lo asustaba.

— Jimin viene para acá ahora. — Le informaba Kook a su novio. — Necesita hablar con nosotros.

— Eso quiere decir que los planes que teníamos esta noche para celebrar nuestro día número 100 no podrán ser. — Taehyung no pudo ocultar su puchero y decepción.

— Mi amor, se encuentra mal y como su amigo también debo apoyarlo aún así si se marcha pronto podremos retomar parte de nuestros planes. — Tae asintió.

— ¿Tenemos tiempo para un rapidito? — Preguntó Tae coqueto. — Te tengo muchas ganas desde esta mañana. — Kook no pudo evitar reír.

— Te me estás volviendo insaciable conejito. — Bromeó Kook mordiendo su oreja y besando a su novio. — Pero yo también, me estás haciendo adicto a ti.

...

Cuando Jimin llegó a la casa de su amigo ya ellos habían logrado hacer su tan deseado rapidito y se habían bañado. Estaba cabizbajo y a penas vio a Jungkook y Taehyung los abrazó comenzando a llorar por un buen rato mientras que ellos lo consolaban y le permitían sacar todo aquello que tenía dentro. Estuvo con ellos por dos horas hasta que finalmente decidió que era hora de volver a casa de Yoongi ya que este podría estar esperándolo y se despidió de sus amigos agradeciéndoles por estar ahí para él.

— Tú y yo — Pronunció Kook señalando a cada uno. — Aún tenemos tiempo para tener una cita. — Tae lo besó sin poder evitar sonreír entre beso y beso. — Vamos, a vestirse... — Le dio una nalgada a Taehyung quien salió corriendo hacia el cuarto.

Desde hacía dos semanas que ambos habían acondicionado realmente el lugar para los dos. Después de todo un día de compras lograron abastecer el lugar con sus pertenencias, todo nuevo para para tener y traer buenas vibras y próspera aura a su hogar. Realmente no necesitaba ir al dormitorio para nada, tenían todo a su alcance en la que ahora era su casa.

Se vistieron de forma casual pues simplemente irían a pasear, caminando tomados de las manos como cualquier otra persona. Lo único que les importaba era estar juntos y celebrar tranquilamente sus 100 días.

Jungkook pidió a los servicios de entrega algunas bebidas y comida para picar cerca del río Han, donde se encontraban tirados en la hierba contándose todo lo que pensaban del otro.

— Lo primero que me gustó de tu físico fueron tus muslos y ese trasero tan delicioso. — Rió Tae mientras le agarraba las nalgas a su pareja.

— Que descarado eres conejito así que mis muslos y trasero. — Rió abrazándolo. — En cambio a mí lo primero que me gustó de ti fue tu sonrisa amplia y cuadrada, tienes una dentadura perfecta te da un aspecto lindo, dulce pero a la vez sexy. La primera vez que sonreíste para mí cuando aceptaste ser mi amigo sentí como mi corazón se aceleraba.

— ¿Cuán fue la primera vez que deseaste besarme? Yo cuando te vi en el primer concierto que dimos días después de hacernos amigos. Te veías espectacular con aquel traje de ceremonia militar. Todo tú brillabas y luego de abrazarnos me hubiera encantado besarte.

— De las cosas que uno se entera pequeño pervertido. — Bufó — Aunque tengo que confesar que yo quise besarte el día que decidimos ser amigos, luego de hablar estabas todo tímido pero cuando me sonreíste por primera vez aún preocupado quise darte un beso tierno.

— Me estás mintiendo ahora Kook. — Lo golpeó jocosamente apoyándose en su pecho.

— Juro que no te miento, no puedo decir que me gustabas pero tenía unas ganas enorme de darte un beso y hacer que todas tus preocupaciones y tristezas se fueran.

Pocos minutos después fueron interrumpidos por el mensajero que les entregó sus pedidos observándolos curioso. Bebieron una cerveza cada uno y luego tomaron un bebida energizante.

Jungkook se levantó de forma inesperada y tiró de Taehyung, corriendo hasta la baranda del puente. Sin avisarle lo tomó en sus brazos, cargándolo mientras lo besaba y reían.

— Has hecho que mi bebida se derrame. Torpe... — Le pegó pero Jungkook no se quedó dado y le mordió la espalda de forma no tan suave.

— ¡Ay! Maldito... Tú. — Dijo señalando a su pareja que lo había dejado en el suelo y se había echado a correr. — Ven acá, estarás muerto cuando te atrape.

— Tú fuiste el primero en darme... Como en nuestra primera vez. — Bromeó Jungkook.

— Asqueroso, pervertido, ven acá. — Reía intentando darle patadas hasta que Kook lo detuvo y lo besó.

— Te amo Taehyung. ¡Feliz día número 100!

— ¡Feliz día número 100 para ti amor!

— El fin de semana hay un evento en casa de mis padres, quiero que me acompañes.

— ¿Yo? ¿Estás seguro de eso?

— Quiero presentarte a mis padres como mi pareja. — Jungkook lo tomó de las manos intercambiando una amorosa mirada.

— ¿Tus padres saben de tus gustos? — Preguntó preocupado.

— No. Pero eres mi pareja y aunque tengamos que escondernos del mundo quiero que nuestros padres lo sepan. — Tae sonrió dándole un beso.

— Entonces iremos a ver a tus padres que aún no saben que eres gay y después vamos a ver a los míos que ya tienen conocimientos acerca de mis preferencias. — Lo abrazó.

— De ser así entonces es preferible reunirlos a todos en un solo lugar. Que vengan al evento.

— Mi amor, podría ser demasiado para tus padres, no sabemos como vayan a reaccionar aún. — Se separó un poco de su novio para observarlo. — Por mi parte no hay problema pero debes pensarlo bien.

— Ya lo tengo todo pensado. — Lo besó. Así que no te preocupes, mañana pido que les envíen las invitaciones. ¿De acuerdo?

— Como tú digas entonces mi amor. Yo estoy de acuerdo. — Respondía alegre ante el pensamiento de ese momento.

Jungkook realmente lo quería si estaba dispuesto a dar ese paso con su familia. No pudo evitar sentirse feliz. Ese había sido uno de los mejores días de su vida aunque al lado de su novio cada día fuera maravilloso junto a él. Todo el camino de regreso a casa estuvieron sostenidos de las manos, compartiendo furtivos besos y caricias. Esa noche, luego de hacer algo más que un rapidito, Taehyung durmió abrazado a su novio toda la noche.

Cuando Jimin llegó a casa de Yoongi este aún estaba sentado en la sala viendo una película, haciendo tiempo a que el primero llegara. Ya más calmado que cuando se había marchado, Jimin se detuvo unos segundos a mirarlo como lucía, tirado ahí en ropa interior. Por primera vez se detenía a observar el cuerpo de Suga y no podía negar que era demasiado sensual.

— No me digas que estás viendo Games of Thrones sin mí... — Dijo avisando su llegada y tirándose en el sofá a su lado.

— Imposible... Estaba mirando Man to Man, haciendo tiempo para que llegaras y constatar que te encontrabas en perfectas condiciones.

— Perdona por la demora. — Se disculpó Jimin recostándose a su hombro. Gesto que Suga no esperó.

— Nada que perdonar Jiji. ¿Por qué no te das una ducha y vamos al cuarto para que puedas descansar?

Mientras que Jimin tomaba su ducha tratando de borrar cada momento tormentoso del día, Min Yoongi recogía toda la sala antes de dirigirse al cuarto para encender la televisión de ahí. Estuvo entretenido hasta que su pareja hizo presencia en la recámara. Su cabello mojado siendo secado por una toalla mientras que otra estaba enrollada a su cintura con todo su abdomen y torso al descubierto era algo demasiado tentador para Yoongi.

— Perdona... — Se disculpaba Jimin mientras pasaba por delante del televisor para dirigirse al vestidor. — Olvidé llevar ropa interior al baño.

Suga no reaccionaba, solamente lo observaba pasar mientras que su vista lo seguía, deseando con fuerza en su interior que esa toalla cayera al piso. Escuchar a Jimin tararear mientras estaba en el vestidor, con aquella imagen perenne en su mente lo estaba sacando del control.

Intentó contenerse pero no lo logró. Caminó lentamente hasta el vestidor mientras Jimin aún tarareaba tomando en las manos sus bóxers sin observar al depredador que se le acercaba. No pudo ocultar su sorpresa al sentirse acorralado contra la pared. Le sonrió a Yoongi algo nervioso intentando apartarse pero su intento de fuga se vio frustrado cuando él lo sostuvo.

— ¿A dónde intentas huir? — Bromeó Yoongi besando su cuello, punto débil de Jimin quien al momento se frisó.

— ¿Qué haces? — No podía pensar con claridad en ese momento mientras sentía como lo devoraban esos besos.

— No me puedo contener más... Has terminado de romper todas mis barreras dejándote ver de esta manera tan sensual. — Tocaba su toalla, amenazando con quitarla.

— Pero... — Intentaba no dejar caer su toalla pero las manos de Suga eran más ágiles de lo que había pensado.

— ¡Shhh! Solamente déjate llevar, hacer y consentir por mí.

Suga estaba decidido a tener a Jimin esa noche entre sus sábanas como era debido. Llevaban más un mes de novio y lo había estado deseando desde mucho antes. No le iba a permitir escabullirse una vez más, su piel lo aclamaba con ansias locas y pensamientos algo descabellados.

Recorrió todo el cuerpo de Jimin sin pausa, estimulando cada zona erógena a su máxima potencia sin darle oportunidad de descanso. Aquella piel tenía mejor sabor de lo que había imaginado, hasta ahora nunca había ido más allá de su cuello, estaba maravillado con la textura y olor que esta emanaba. Logró dejar caer aquella insoportable toalla que se había metido en el camino impidiéndole adueñarse con su boca de aquella zona con la que tanto había fantaseado.

Jimin intentó taparse rápidamente pero se lo evitaron. A pesar de no tener una sola zona virgen en su cuerpo desde hacía muchos años, sentía mucha vergüenza al ser visto como dios lo trajo al mundo por alguien más por primera vez. Solamente Namjoon conocía cada centímetro de su cuerpo y aunque estuviera disfrutando de las caricias que le estaban dando no podía eludir el hecho de que estaba nervioso.

— Tu piel... — Susurraba — Es perfecta... Tú eres perfecto. — Contemplaba cada lugar de Jimin como si fuera una obra de arte.

— No me mires más... — Imploraba Jimin — Por favor.

— Es imposible no admirar semejante cuerpo. — Le respondió Suga antes de llevar su boca a la entrepierna de su pareja.

Los ojos de Jimin se cerraron nada más sentir la húmeda y tibia boca que abrazaba su masculinidad. Llevaba mucho tiempo sin sentir aquello y la verdad era que se sentía de maravilla, definitivamente Suga sabía hacer su trabajo.

Con ambos carcañales apoyados en la pared mientras este estaba en puntillas recostada a ella no podía evitar gemir intensificando los movimientos de Yoongi con sus manos. Su cuerpo ondeaba suavemente al ritmo de los movimientos de la boca de Suga.

— Si no te detienes... — Gimió. — No puedo más.

Min Yoongi se separó para no apresurar el momento que tanto le había costado, quería disfrutarlo bien. Lo tomó de la mano y lo llevó a la cama mientras recuperaba su aliento, sentándose en la esquina de esta e indicándole con la mirada que era hora de devolverle el favor. Jimin comprendió rápidamente y arrodillándose entre sus piernas, aunque dudando unos segundos, le dio aquello que Suga tanto anhelaba siempre que miraba sus carnosos labios.

El tiempo de aguante de Yoongi ante el oral de Jimin fue mucho más corto, su anhelo por esa boca le estaba jugando una mala pasada. Se separó de golpe y tomando a su Jiji por los brazos lo hizo caer en la cama, dejando toda su espalda a la vista. Buscó rápidamente un frasco de lubricante en el baño y regresó al cuarto en muy pocos segundos.

Acondicionó suavemente su entrada, expandiéndola poco a poco con sus dedos hasta que esta estuvo finalmente lista para recibirlo. De forma algo desesperada entró de golpe arrancando un fuerte grito de Jimin.

— Lo siento. — Se disculpó asustado besando su espalda. — Perdóname por favor, no quise hacerte daño.

El mayor buscó la paciencia para esperar a que Jimin se acostumbrara antes de comenzar a moverse rítmicamente. El menor por su parte mantenía sus ojos cerrados sintiendo todas las corrientes de placer que recorrían su cuerpo, sin embargo, no quería que lo dominara por lo que se giró expeditamente dejando a Suga debajo mientras que él tomaba el control de los movimientos.

Jimin para él era simplemente perfecto, ver como se movía con su miembro en el interior mientras lo acariciaba y se apoyaba en su pecho era maravilloso. Luego de algunos minutos y de girar a Jimin para que lo siguiera cabalgando de espalda Yoongi comenzó a mover sus caderas velozmente, abrazándolo por la espalda e igualando el ritmo de este, provocando que ambos explotaran rápidamente en un fuerte orgasmo.

Una vez liberado el menor abrió sus ojos, se había acabado y lo había disfrutado aunque fuera totalmente diferente de lo que estaba acostumbrado. Sintió su pulso agitado y a su cuerpo que le agradecía por haberle dado uso y alegría después de tanto tiempo. Se acomodó entre los brazos que lo abrazaban unos segundos antes de levantarse al baño para ducharse nuevamente.

Yoongi sonreía contento y si lo aceptaba también algo victorioso. En lo poco que llevaba con Jimin sabía que si había accedido a tener sexo con él y se había dejado llevar era que no tenía pensado volver a las manos de Namjoon y mucho menos después de todo lo que había pasado hoy. El cuerpo de su pareja no le había mentido, estaba consciente que lo había disfrutado no obstante le hubiera gustado saber si había sido mejor que con su antigua pareja pero eso no era algo que pudiera preguntar jamás.

Se dirigió al baño para ducharse junto a Jimin pero este ya se encontraba regresando a la recámara, nuevamente envuelto en toalla y con ese porte tan sensual que lo había enloquecido minutos antes. Se acercó para besarlo en la puerta antes de dejar que fuera a la cama. Cuando regresó al cuarto y se acostó en la cama abrazado a Jimin sintió como su teléfono vibraba. No obstante no había nada ni nadie que lo hiciera despegarse de ese cuerpo en esos momentos. Nuevamente le dio un beso de buenas noches a Jimin y con una sonrisa hundió su cabeza en su cuello durmiéndose plácidamente.

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