Capítulo 48 - Como una primera vez

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¿Hijo, por qué no me habían dicho que habían vuelto a estar juntos? — Sentada en uno de los sofá, al lado de la pareja de la noche, rodeada de todos los presentes que prestaban atención a la charla, la señora Park preguntaba entusiasmada.

— Mamá no tuvimos tiempo de decirle, ya hace aproximadamente dos semanas que hemos regresado, nos estamos tomando todo con calma, ya sabe. Teníamos que aclarar varias cosas ante de decirle. — Jimin estaba extrañamente nervioso y sonrojado con todos pendiente de ellos, de cada movimiento que decían o palabra que articulaban.

— Así es madre, pero le informo que estoy muy feliz de haber regresado con Jimin. Siento que es como si no hubiera existido una relación y nos estuviéramos conociendo desde cero nuevamente pero a su vez, tener la historia que hemos tenido nos ayuda mucho más. Es un balance entre comenzar nuevamente y retomar nuestro ya transitado camino. — Nam no estaba menos tenso que Jimin pero aún así estaba feliz de poder estar compartiendo un momento así con las dos familias reunidas, eso sin contar que desde hacía años por un motivo u otro no pasaba la navidad con su madre, primero por su nuevo matrimonio, luego por trabajo o simplemente por estar con la familia de Jimin donde se sentía más a gusto que en su propia casa.

—Aún no puedo calmar mi emoción, verlos entrar juntos y sonrientes... Creo que ha sido mi mejor regalo esta navidad. Namjoon, sabes que te quiero tanto o igual que a mi Jimin, eres un hijo más para mí y aunque supe de ti cada semana, mi corazón de madre no me permitía estar totalmente feliz sabiendo que ambos estaban sufriendo por su distancia. Jamás supe el motivo de su separación y no quiero saberla ya que les concierne solamente a ustedes dos solamente espero que de ahora en adelante sean lo suficientemente maduros como para luchar por su relación como es debido, día tras día, nunca sientan que ya han llegado a su meta, siempre vayan más allá, cosas maravillosas podrán sorprenderlos siempre.

Nam sostuvo la mano de su pareja, riendo ambos por las palabras de la señora Park.

— Ya paren que me empalagan. — Replicó Hyuno, el menor de los Park. — Que sortijas más feas llevan en sus dedos.

— No seas envidioso y acepta que nuestros anillos son preciosos. — Respondió Jimin con una mueca abrazando a su galán.

Una noche maravillosa se les había dado sin planear. Horas antes estaban preocupados porque debían pasar la navidad separados y en esos momentos, gracias a sus propios padres que anhelaban una reconciliación se encontraban teniendo uno de los mejores momentos de sus vidas. Todo se veía diferente, nuevo, hacía que todo el tiempo que estuvieron distanciados valiera la pena. Separarse no era algo para contemplar, fueron días grises que no querían volver a enfrentar pero por vivir algo tan hermoso estaban más que dispuestos a pasar nuevamente por lo mismo con tal de volver a estar juntos, desde el principio, no había una sola cosa que quisieran cambiar de su relación porque cada detalle fue fundamental para crear lo que hoy tenían.

No habían palabras que expresaran no solamente la felicidad de la pareja que se regocijaba en su cariño, felices de estar juntos otra vez, sino que también sus familiares se sentían calmados, satisfechos y alegres de poder compartir y ver a cada uno de ellos viviendo un momento sin igual como ese.

Toda la familia Park se quedó a pasar la noche en casa de la madre de Nam, Hyuno quiso irse con la pareja pero todos los adultos se lo impidieron al unísono, sabían que necesitaban privacidad y no tendrían tiempo ni cabeza para cuidar de él. Fueron casi echados a la calle por los mayores, quienes los despidieron después de la medianoche sin darles tiempo para hacer más estancia.

— ¿Es idea mía o nos acaban de echar de tu casa? — Preguntó Jimin sonriendo cuando se abrochaba el cinturón de seguridad.

— No es idea tuya, nuestras familias se deshizo de nosotros, pero no estoy molesto de que lo hayan hecho, todo lo contrario, les agradezco.

El móvil de Jimin comenzó a vibrar en ese momento, se tardó en poder sacarlo de su bolsillo trasero pero cuando lo sostuvo en la mano se sintió incómodo y hasta algo molesto. Quince llamadas perdidas provenientes de Min Yoongi, era algo ilógico que lo estuviera llamando un día como ese y que encima hiciera tantas llamadas, no era el primer día que lo hacía, lo había estado llamando por algún tiempo ya pero debía haber captado para entonces la señal de que no quería hablar con él. Sí, habían arreglado sus diferencias pero prefería mantener las distancias, además a penas supo de él en todo el tiempo que Namjoon no estuvo en el país y justo ahora que volvían estar juntos no iba a dar el mínimo motivo para una discusión o mal entendido por lo que simplemente apagó su teléfono y lo guardó.

— ¿Sucede algo? — Preguntó Nam viendo el cambio en su rostro.

— Simplemente ignoré la llamada de Min Yoongi, no quería incomodarte, tampoco hablar con él. — Nam asintió poniendo en marcha el vehículo y no dijo nada, su rostro no sufrió cambio alguno mas su pareja aún así se preocupó. — ¿No estás molesto?

— No tengo por qué estarlo. — Sonrió. — Estoy seguro que si te está llamando es por algo pero definitivamente no es para volver contigo.

— ¿Cómo estás tan seguro? — Cuestionó Jimin extrañado de la seguridad de sus palabras.

— Digamos que es una corazonada... — Volvió a sonreír, provocando que su novio entrecerrara sus ojos intentando averiguar qué le causaba tanta gracia.

— ¿Ya no eres celoso? — Nam negó con la cabeza con una sonrisa aún más amplia que la anterior mortificando a Jimin de cierta forma pero siguiendo su risa contagiosa. — Realmente hemos madurado en poco tiempo. — ¿Para dónde iremos ahora, tu casa o la mía?

— Vamos hacia la tuya cariño.

La melodía de Nervous por Shawn Mendes invadió el ambiente, haciéndolos tararear y reírse cuando Nam comenzó a improvisar un rap con la misma pista, en el que decía cada detalle de Jimin que lo hacía hermoso. Mencionó cada lugar, lunar y vello que tenía en su cuerpo pero también habló de su personalidad y todos los adorables gestos que solía hacer y que tanto le encantaban.

¿Por qué estaban nerviosos mientras subían hacia el apartamento de Jimin? Quizás porque presentía que esa noche era diferente en todos los sentidos.

— ¿Por qué estás nervioso? — Ocultando su propio nervio Nam le preguntó, dejando que su respiración acariciara a su pareja quien se encontraba introduciendo la contraseña para entrar.

— N-No lo estoy. — Atinó a decir torpemente. — Sepárate un poco, no logro meter el código correcto.

— Eso significa que estás nervioso. — Se burló aliviado de saber que no era el único.

— No es nerviosismo es que estás demasiado cerca y no tengo espacio. — Mintió, sabía que Nam no le creía pero aún así no lo iba aceptar tan fácilmente.

Entraron en silencio, sin encender las luces principales, dejando solamente que la tenue luz de una lámpara alumbrara el lugar.

Jimin se alejó en busca de una botella de champaña y dos copas pero se sobresaltó al sentir un gran estruendo en la sala. Corrió a ver y vio a Nam paralizado frente al desastre que acababa de causar.

Le atrajeron las rosas que él mismo le había llevado a su pareja por lo que se acercó para verlas sonrientes, solamente acariciaba una rosa cuando el jarrón fue a dar al piso, quebrándose en varios pedazos, dejando las flores y el agua esparcidas por todo el sitio.

— ¡Mis príncipes negros! — Exclamó Jimin con un puchero dándole una mirada casi amenazadora a su novio. — ¿Qué les hiciste?

— Te juro que no hice nada, se cayó solo ese jarrón.

Se agacharon juntos para tratar de remediar ese desastre lo antes posible.

— ¿Cómo es posible que sigas siendo tan torpe y despistado? — Preguntó Jimin.

— La magia no existe cariño. Además dejaría de ser yo. Si yo hubiera cambiado esa hermosa parte de mí habría sido un milagro. Ya te tengo de vuelta, no me iban a conceder tantos milagros seguidos.

Se miraron y comenzaron a reír como tontos, era cierto que su despiste y torpeza en ocasiones, era gran parte de su encanto. Recogieron y limpiaron todo con sumo cuidado, bebiendo una vez que finalmente terminaron con eso.

— Esta ha sido una noche mágica en muchos sentidos. — Musitó Jimin acostado en el sofá, con su cabeza en el regazo de su pareja, que acariciaba su cabello mientras lo observaba como si fuera la más bella obra de arte la que se encontraba entre sus manos.

— No podría estar más de acuerdo contigo. — El menor sonrió. — Una pregunta... ¿Por qué eres tan hermoso?

El menor no pudo evitar esconder el rostro en su vientre sonrojado. Se sentía como una adolescente a la que su amor platónico le acababa de hacer un cumplido inesperado. Las mariposas en su estómago revoloteaban sin cesar y parecían no querer calmarse. ¿Era posible enamorarse cada vez más de una misma persona? Años atrás creía que su amor ya había llegado a su cúspide pero no pudo haberse equivocado más.

Nam, tomó su rostro y lo alzó hasta su pecho antes de acercarse para unir sus labios, iba a ser un beso casto pero sus lenguas se revelaron tomando el control de la situación. Varios segundos después y ya Jimin se encontraba con la piernas a ambos lados de su pareja, abrazándolo con fuerza, besándolo con devoción, sintiendo las manos de él rodeando su cintura. No supo cuándo exactamente sus caderas comenzaron a moverse, presionando la entrepierna de Nam, quien dejó escapar un gemido sonoro en su boca.

Sus labios se separaron y ellos se quedaron observándose detenidamente. Sus cuerpos estaban anhelando sentirse en su totalidad. Debido a sus deseos de ir despacio y de no apresurar las cosas no habían tenido relaciones íntimas, sin contar las leves caricias que se dieron el día que volvieron a ser novios en el apartamento de Namjoon. Ahora, sus deseos ya les estaban cobrando las facturas, se añoraban más de lo que ellos mismos sentían. Habían estado controlándose pero en sus miradas estaba claro que ya no podían contenerse más.

El mayor sostuvo a pareja por sus muslos y se levantó de aquel sofá para encaminarse a la habitación. Con sus piernas enroscadas en la cintura de Nam, Jimin no podía controlar su desenfrenado deseos de devorar esa boca como si no hubiera mañana.

Sus almas y cuerpo se aclamaban mientras su cama les hacía la invitación. Apoyando us rodillas al borde de esta, Nam dejó caer a Jimin quien sin querer lo mordió demasiado fuerte, dejando un puntico rojo en su labio cuando se separó de él.

Lujuria, amor, desespero, anhelo, deseos, pasión, todo eso brotaba de sus ojos como fuegos artificiales. Nam lo contemplaba, no había olvidado nunca su cuerpo, sus besos su forma de sentir entre sus brazos pero a su vez parecía que no recordaba nada.

Sin apartar su visita de su novio, mordiéndose sus labios, Jimin se desabotonó su camisa, disfrutando de la mirada de Namjoon quien lo devoraba con la misma. Sintió sus manos inmovilizadas cuando su pareja las sostuvo para terminar él el trabajo ya comenzado, aún así pudo zafarse de su amarre para devolverle el favor, despojándolo con habilidad de su ropa.

— Espera... — Susurró agitado Jimin. — He estado demasiado tiempo sin hacer nada, necesitaré el líquido mágico.

Nam asintió y comenzó a reír viéndolo correr de puntillas hasta el baño para regresar con un frasco de lubricante que tiró a su lados antes de brincarle encima.

— ¿Te estás burlando de mí? — Preguntó con fingida molestia agarrándolo bien por allá abajo y moviendo su mano con lentitud provocándole fuertes suspiros.

— Jamás lo haría. — Respondió con una sonrisa, agarrando su rostro y volviendo adueñarse de su boca.

Para Nam, su novio era hermoso como dios posado entre rosas peligrosas que retozaban buscando atraerlo más. Un peligro encantador y embriagante del que no quería escaparse. Era una cosa tan grandiosa, preciosa que le fascinaba desde tiempo atrás. Era difícil no disfrutar de algo que añoró y recordó tanto, aún separados sentía que su aroma seguía entre sus manos.

Llegar a su interior provocó que ambos gimieran en sintonía, el brillo de sus ojos brillaban como bombillas de carnavales. Sus bocas estaban repasando las vocales, sus movimientos causaban efectos que ellos creían eran paranormales, estrellitas, serpentinas y fuegos artificiales...

— Esto... Es gra- — Jimin quería expresar con palabras lo que estaba sintiendo pero le era muy difícil decir frases enteras cuando su pareja no dejaba de darle en el punto que lo volvía loco. — Grandioso.

Alcanzó las notas más altas que jamás había alcanzado en ese instante. Namjoon lo abrazaba, turnando sus besos entre sus labios cuello y hombros, mordiendo en ocasiones estos últimos siempre que Jimin lo apretaba más y se sentía terminar.

Con su mano derecha sostuvo fuertemente su cabello cuando Jimin mordió con fuerza su cuello, estaban llegando al límite y sus acciones se lo dejaban saber. Se movieron al mismo ritmo, chocando con cada embestida, ahogando sus altos gemidos hasta que se liberaron casi al mismo tiempo. Sus cuerpos temblaban como si estuvieran a veinticinco grados bajo cero y sin abrigos, no podían separarse, permanecieron abrazados, apoyados en los hombros del otro por varios minutos, sonrientes pero sin decir nada. Las palabras sobraban, ellos sabían perfectamente que no existían las que podían explicar lo que acababan de vivir.

— ¡Te amo!

— Yo te amo más Kim Namjoon. — Besó suavemente sus labios. — Por favor, que nunca más te quepa duda de eso. Te amo con todo mi corazón.

...

— Mi amor llevamos desde navidad sin salir de casa, fuera de asistir a todos los eventos y festivales de fin de año siempre en casa. ¿No te parece eso maravilloso? — Preguntaba Jimin alegre mientras preparaba el desayuno para ambos.

Era el primer día del nuevo año, recibieron al lado de todos los demás integrantes del grupo pero lo más importante es que comenzaban un año nuevo juntos, más unidos que nunca y eso era simplemente maravilloso para ambos.

Namjoon, quien salía de la habitación descalzo en ese momento, sin hacer ruido se acercó lentamente, tomando por sorpresa a Jimin con un abrazo por su espalda, colocando su cabeza en su hombro para tras un beso quedarse embelesado observando como hacía los rollos de huevo que tanto les gustaba.

— Definitivamente estoy de acuerdo contigo, estar contigo en casa, con tanta privacidad no tiene comparación con nada en este mundo. Teníamos nuestros momentos a solas cuando vivíamos en los dormitorios pero ahora es diferente, me agrada esta sensación en el que seamos tú y yo sin preocuparnos del resto del universo. — Su sonrisa reafirmaba lo que acababa de decir.

— ¿Qué haces descalzo? — Preguntó Jimin al sentir los dedos de su pareja rozar su tobillo. — Ayer rompiste para variar el jarrón donde estaban las rosas, no es seguro que estés sin zapatos porque puede haber quedado un fragmento de vidrio por algún lado, ponte algo en los pies.

— ¡Mmmm! Ya regresó mi regañón. — Se burló pero hizo exactamente lo que su novio le decía. Desde la cocina sonreía con la vista en él. — Si me sigues mirando se te va a quemar lo que sea que estés haciendo.

— Yo ya terminé así que prepara la mesa. — Respondió Jimin señalándole los platos una vez que este se aproximó nuevamente. — Quiero tus manos lejos, llevaba mucho tiempo sin hacer nada, fueron dos años sin tener relaciones íntimas con nadie y me duele absolutamente todo, no aguanto siquiera tu roce. — Le golpeó las manos con sutileza.

Namjoon lo miró tratando de contener su risa pero al final estalló en ella. ¿Cómo era posible que todo en él fuera tan lindo? Se alejó lentamente para acondicionar la mesa, tomando el control que se encontraba en ella y prender el televisor que Jimin tenía en el comedor, su manía de tener que ver algo mientras comía no había desaparecido.

— Bebé...

— ¡Hmm! — Exclamó el menor sin mirarlo, concentrado en lo que estaba sirviendo.

— Sé que puede ser demasiado rápido, no quiero que apresuremos las cosas pero me gustaría que volviéramos a vivir juntos. — Jimin detuvo todo movimiento y se le quedó mirando sosteniendo uno de los platos en sus manos. — Es raro, nos hemos estado turnando esta semana entre tu apartamento y el mío, no es que me queje pero me gustaría si estuviéramos siempre juntos en un solo lugar. No tienes que darme una respuesta ahora mismo, simplemente piénsalo.

Jimin no podía decir que la idea le desagradaba, al contrario, había añorado eso desde hacía mucho tiempo, incluso cuando estaban viviendo juntos en el dormitorio siempre hablaron de vivir juntos pero ahora, justo en ese momento quería vivir más de ese romance, de ver a Namjoon llegar a su casa a buscarlo, colarse en su casa de sorpresa, vestirse para ir a casa de su novio, no sabía cómo explicarlo o que nombre ponerle a eso pero le gustaba. Asintió al pedido de su novio con una sonrisa.

— Acepto pero más adelante, me gusta mucho esta nueva etapa que estamos viviendo, fue una etapa que nos saltamos antes porque prácticamente desde que nos conocimos viviste en mi casa y nunca experimentamos esto, se siente bien, me agrada. — Observó la leva cara de decepción que puso su pareja y no pudo evitar hacer un puchero a la distancia. — ¿Te molesta que quiera esperar más tiempo? Como bien dijiste, vamos no apresurar las cosas esta vez, no vamos a quemar etapas e iremos paso a paso.

— No me molesta bebé, simplemente me hacía ilusión que volviéramos a vivir juntos pero tienes razón, para eso hay tiempo, disfrutemos de esta nueva experiencia y oportunidad que nos está dando la vida.

"Kim Taehyung, el integrante del grupo Fire que lidera las listas no solamente del país si no también fuera del territorio coreano, está siendo el centro de todas las noticias. En la noche de ayer se hicieron viral a nivel internacional a pocas horas de su publicación varias imágenes que no serán transmitidas por este medio, junto a un video del cantante en su intimidad y bajo los efectos de lo que aparenta ser bebidas alcohólicas. De acuerdo a lo testificado por los internautas se desconoce la procedencia de los mismos ya que no hay fuente aparente. Sus seguidores se encuentran realmente afectados y han comenzado a dudar de la integridad del grupo y su compañía. El artista y su agencia, Fanfic Entertainment aún no han dado declaraciones sobre los hechos. Soy Beom Joo In y estaré en varios minutos devuelta con ustedes"

Namjoon y su pareja se miraron horrorizados y asustado frente a la noticia, estaban estupefactos sin saber que hacer o decir. Eso no era nada bueno para sus amigos y tampoco para ellos. Nam miró a su pareja desesperado, en un intento de decir que les avisara pero ya este tenía su teléfono en la mano.

— ¿Qué sucede? — Preguntó Jungkook al otro lado de la línea.

— Sintoniza las noticias en este instante. — Respondió Jimin sin saber que más decir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro