Capítulo 21

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Nuevamente la tela de la sábana los envolvía, sus pieles se abrazaban y sus bocas se fundían frente a la cámara como un patrón que estaba fijado a repetirse una y otra vez.

Debido a su posición, podía sentir en una de sus mejillas la nariz del pelinegro y en la otra su barbilla mientras este lo arrastraba en un arroyo de besos y sensaciones que difuminaban la línea de lo real y lo ficticio.

— Taehyung... — Musitó de forma audible solo para el rubio que se sobresaltó al darse cuenta que había sido llamado por su nombre y no el del personaje.

— Esto tú... Tú otra vez... — Los labios ajenos sellaron los suyos sin permitirle quejarse por llevar todo aquello a la realidad y se poco profesional.

Los besos eran reales, las caricias también y los envites simulados en donde sus miembros chocaban con fuerza entrando en una fricción avasalladora también eran muy reales. Aquello para quienes grababan era actuación, para los televidentes tal vez se sentiría real pero sin lugar a dudas aquello era tan real como sus sentimientos por Jungkook. Camuflado por su personaje, se dejó llevar, sintiendo que estaba a punto de correrse sin necesidad de mucho.

Presionó el hombro contrario mientras su espalda se arqueaba sintiendo su miembro ser aprisionado bajo la tela de su bóxer y el cuerpo de Jungkook. Podía sentir la tensión el el cuerpo del pelinegro, se conocían. Eran unos malditos degenerados que hacían el amor con la ropa bajo la atenta mirada de todos fingiendo no hacer nada. Se aferró a sus bíceps y buscó su boca para ahogar en sus labios aquellos gemidos que podrían reconocerse. Con un par de movimientos más, llegó al clímax en el tiempo acordado por la producción que debía durar aquella escena. Jungkook había conseguido enloquecerlo en breves minutos que para mucho no bastarían siquiera para calentarse. Se encontró con aquella mirada que no lograba descifrar mientras lo sentía correrse. ¿Cómo se levantarían de ahí así?

— ¡De acuerdo, corten! — Gritó el director satisfecho.

El pelinegro se puso en pie dándole la espalda a todos y se puso la bata que cubría ahora todo lo que había en su ropa interior. Agitó su cabeza para acomodarse el cabello y lo peinó hacia atrás antes de pasar a retirarse dejando a un Taehyung completamente confundido en la cama de aquel set.

— Escúchame una cosa... — Habló el rubio empujándolo hacia adentro del camerino privado de Jungkook fuera del set tomándolo por sorpresa. El empujado se tropezó al punto de caer al suelo de nalgas mirándolo con confusión. — Si no puedes actuar sin hacerlo de verdad, ¡deja de ser actor ahora mismo o regresa a las películas triple equis!

— ¿Por qué siempre dices cosas tan hirientes? — Preguntó Jungkook sin intentar levantarse tras observarlo fijamente durante varios segundos. — Tienes razón, si no puedo hacer bien el papel de enamorado sin enamorarme, es cierto que no tengo derecho a ser actor.

— ¿Quién está hablando de eso? Además, actúas como si aún estuvieras enamorado de mí y luego...

— Piensas demasiado las cosas y no te culpo. Es tu forma de ser y has pasado por mucho incluso antes de conocerme a mí. Solamente lamento que no veas que con tu actitud, cada vez me alejas más de ti. Espero que podamos actuar, al menos tú que amas esto mucho más que yo, espero que puedas actuar hasta que seas muy viejito y que esto te llene de verdad, en todos los aspectos de tu vida. Porque si en algún momento la actuación se acaba y te quedas sin la persona que amas, me temo que sentirás un vacío enorme en tu vida que no podrás llenarlo aunque te cases, tengas mil hijo y la más perfecta familia. Porque un amor como el que hemos sentido nosotros, llega una sola vez en la vida. Podrás volverte a enamorar pero amar con cada partícula de ti, sentir que eres correspondido del mismo modo, eso no se repite muchas veces.

— ¿Por eso has hecho una escena de cama como la de antes? ¿En qué estabas pensando? — Le recriminó.

— ¿Eso es lo único que dices y te preocupa?

— ¿Por qué tienes que ser así? Me hablas como si yo fuera una mujer y...

— ¿En qué puto momento desde que te conocí te he tratado como una jodida mujer, Taehyung? — Preguntó en un grito poniéndose de pie. — No entiendes nada de lo que te he venido diciendo, buscas las excusas más inverosímiles que puedan existir. Si te viera como una mujer, si me hubiera enamorado de una mujer me hubiera sido más fácil ir a buscar alguna otra para olvidarte y ni aún así lo hubiera conseguido porque no me enamoré del género sino de tu maldita persona.

— ¿Dices que no te importa el género o el trato? Si yo te dijera lo que tanto quieres escuchar, si volviéramos juntos me dejarías ser yo el activo, dime...

— ¿Pero de qué demonios estás hablando? ¿Qué tiene que ver el rol en la cama con todos nuestros problemas? — Se peinó tirando las hebras de su cabello con frustración. — Nuestros problemas no tienen nada que ver con esto.

— Te la pasas diciéndome que me acepte, que acepte el hecho de que me gustan los hombres, de que estoy contigo como si eso fuera la cosa más fácil que hay. ¿Podrías adaptarte tú a jugar el papel de mujer en la relación?

— Pero cuál mujer Taehyung, somos dos malditos hombres, nunca te he visto de esa forma. ¿Cómo te lo hago entender? — Su mandíbula estaba tan tensada que se hubiera podido escuchar sus dientes crujir.

— Respóndeme.... Si eso no te importa, entonces demuéstramelo ahora, demuéstrame que puedes aceptarte y aceptar una situación en la que nunca pensaste verte metido.

— Después de años de relación me sales con esto.... ¿Qué demonios tiene que ver todo lo que estamos hablando con esto?

— ¿No lo ves? Desde el principio me ha tocado ir luchando contra mis creencias por estar contigo. Para ti ha sido fácil aceptar todo porque desde un comienzo no te importaba si eras actor porno o no, no tuviste otra cosa que cuidar o que desearas, por eso cuando te retaron lo hiciste sin pensar. Estar conmigo tampoco te importó porque como pediste al productor ejecutivo no ibas a ser el recibidor y al final de cuenta hoyo por hoyo te daba igual. Yo era actor, un hombre que estuvo toda su vida con mujeres y jamás pensó verse envuelto en ese mundo, teniendo que tragarme mi orgullo y todo lo demás ante ti. Sí, me gustó, se sentía bien porque mi cuerpo reaccionó a cada uno de tus estímulos pero ese no era el punto, sino, el hecho de tener que cambiar todo de mí para adaptarme a ti. No me gustaba depilarme pero tú aborreces los vellos y tomé por costumbre dejar mi cuerpo lampiño por ti. Son estupideces o boberías que lentamente me fueron saturando.

— ¿Entonces por qué no lo dijiste? Tenías la oportunidad de sentarme y decirme qué te gustaba y qué no justo como lo hice yo. Además, yo también he recibido contigo. Esto me sigue pareciendo algo ilógico. — Bufó observándolo.

— Si es así entonces por favor, haz lo que te pido. Intenta seducirme, métete en el papel que siempre he estado yo. Intercambiar los papeles no debería importarte. — Jungkook negó con la cabeza yendo hacia la puerta, sabía que sería así era muy fácil para otros hablar y pedir cuando no estaban en su piel. Esperó escuchar la puerta abrir y cerrarse pero lo único que sintió fue el seguro ser pasado.

Se volteó algo incrédulo notando a su ex pareja sentado en el sofá de su camerino. Este, con sensualidad y firmeza subió su camiseta negra hasta atraparla con la boca, desabrochó su ajustado jeans azul y permitió que una mano se perdiera en él mientras la otra jugueteaba con su cuerpo, seduciéndolo con movimientos lentos que barrían su marcado abdomen y evidenciaba la erección de sus pezones.

— ¿Esto es lo que deseas? — Preguntó provocativamente. — ¿Crees que nuestros problemas se resolverán si vuelves a entrar en mí? Entonces tómame como desees, Tae.

Elevó varios centímetros sus caderas e hizo caer su pantalón y bóxer juntos. Su mano derecha viajó hasta su boca sin apartar un segundo la mirada del rubio e introdujo sus dedos en ella, lamiéndolos, empapándolos de saliva. Luego, en un movimiento sutil la llevó hasta su entrada, repitiendo el mismo proceso con su mano izquierda, dejando esta entretenerse con las protuberancias de su pecho.

— Ven... ¿No era esto lo que querías?

Taehyung apartó la mirada luchando con un asunto un tanto difícil entre sus pantalones. Sí, todo aquello era una idiotez, sus problemas de baja autoestima e inseguridades no se resolverían follándolo. El pelinegro estaba dispuesto a todo para complacerlo y ayudarlo pero él...

— Eres tan hombre como yo, eres mucho mejor actor que yo. No puedes permitir que nadie, ni siquiera tú mismo te hagas dudar de ello. — Musitó Jungkook batallando por la incomodidad de sus propios dedos perdiéndose en él. — Ven aquí, ayúdame.

— Tenías razón, nada de esto tenía que ver, no tienes que humillarte así. Deja de hacer eso. — Se alejó para alcanzarle el paquete de toallitas húmedas pero antes de llegar a ellas correctamente, el menor tiró de él hacia el sofá.

— ¿Por qué sería humillante para mí mostrarme frente al hombre que amo o darle algo que le gustaría? Si lo hubieras conversado conmigo, no lo hubiera pensado dos veces. — Acarició sus mejillas con parsimonia, acercándose para depositarle un casto beso en la nariz y otro en los labios antes de separarse llevando la mano contraria a su boca.

Mordió su dedo cuando intentó alejarse y no pudo evitar sonreír ante la mueca de dolor por parte del rubio. Enrolló su lengua en el dedo mordido y lo succionó con lascivia antes de llevarlo a su entrada y hacerlo presionar, dejando escapar un largo suspiro en el cuello de Taehyung. Mordisqueó con detenimiento la curvatura de forma ascendente, lo besó con vehemencia hasta que su cuerpo comenzó a relajarse y lo vio respondiéndole sin retenerse.

Definitivamente aquello no era de sus actividades preferidas en la intimidad pero no le molestaba o desagradaba si se trataba de Taehyung. Ninguna persona en el mundo ya fuera mujer u hombre lo llevaría a aceptar eso pero se trataba de quien más él amaba en el mundo.

Cuando los dedos fueron sustituidos por algo más, sintió que la ardilla de la era del hielo estaba haciendo de las suyas en él porque sentía irse quebrando de a poco.

— Kook, para... No tenemos que hacer esto, ya lo entendí, ¿sí? Detente, no quiero verte así, yo... — Sus palabras se perdieron cuando se sintió completamente abrazado por el contrario, estaba en su interior, podía sentir su calidez y la forma absurda en que lo apretaba.

— Cállate, sólo bésame y acaríciame. — Demandó con sus frentes unidas sin mover un solo centímetro su cuerpo para acostumbrarse a ese punzante dolor.

La delicadeza con que el rubio comenzaba a tratarlo por un segundo lo hizo sentir un tanto incómodo, rememorando las palabras del mayor sobre haber tenido que ceder al igual que él en muchas cosas desde el comienzo. Cada uno librando sus propias batallas. Sin embargo, fue agradable sentirse mimar por él.

Aquel día en que fueron a casa de Siwon vio una parte de Taehyung que no había visto antes, no hasta ese momento en que le decía cosas dulces al punto que lo hacía contener la risa porque esa era la cosa más tierna que había visto. Su boca lo besaba y sus manos lo acariciaban con precisión. En algún momento que no se percató, comenzó a moverse con torpeza sobre él, besándolo y sintiéndolo suyo una vez más.

En comparación a otras veces en las que él siempre buscó el momento en que el rubio bajara la guardia para voltear la situación, se permitió entregarse en su totalidad, descubriendo una nueva y buena experiencia en la forma en la que su exnovio le hacía el amor. Cada envite, cada gemido por parte de ambos estuvo cargado de cosas que no sabían cómo traducir con palabras pero que estaban ahí.

— ¿Se siente bien? — Le preguntó al mayor que se limitó a asentir moviendo sus caderas mientras buscaba su boca con desespero. — Te amo, Taehyung. A pesar de todo, siempre te he amado. — Musitó haciendo que el nombrado de detuviera por cortos segundos con lágrimas aflorando de sus ojos. — Los dos nos hemos equivocado en muchas cosas, solamente te pido que... — Al reanudarse los movimientos que ahora eran feroces tuvo un poco difícil el hablar. — Que por favor, trabajemos juntos en recuperar, fortalecer y mejorar esta relación. Ayudarnos mutuamente a ser mejores hombres y también, mejores actores. — Sonrió buscando soporte en el sofá sin éxito cuando el rubio luchó por acostarlo.

— Perdóname, Kook... Por todas las cosas que he hecho y dicho, perdón. — Sollozó mientras oscilaba sus caderas y se sentía cerca de la liberación. — Cuando este momento pase, prometo que pondré de mi parte para recuperar nuestra relación. No quiero seguir sin ti, no quiero perderte porque al igual que tú, siempre te he amado, te amo aunque batalle para decirlo.

El menor asintió buscando sus labios, quedándose completamente quieto a excepción de su lengua mientras que el rubio los llevaba a los dos a un intenso orgasmo que los recorrió sin misericordia.

💜💜💜
De acuerdo, acercándonos al final... 🙈😘
Pd: Fue una triple actualización, asegúrense de no haberse saltado algún capítulo sin querer.

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