Capítulo 22 - Final

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Taehyung sunbaenim... — Llamó otra de las actrices de la serie ahora que estaban teniendo la cena de celebración.

— Oh, sí... Gracias, Seulgi. — Respondió levantando el vaso pare que le sirviera la bebida sin prestarle mucha atención.

Lo cierto es que no estaba ahí mentalmente. Desde aquel día el menor había decidido darle su espacio y no ir demasiado rápido pero apenas se vieron los últimas días de filmaciones porque no tuvieron muchas escenas juntos y ambos estaban muy ocupados con las promociones a nivel nacional.

Se mensajeaban, pasaban horas al teléfono por videollamada aunque ambos estuvieran dormidos pero, físicamente, no se habían visto casi nada en el último mes. Esperaba verlo en esa cena de despedida, después de todo, él era el protagonista principal y contaba con gran popularidad incluso hasta dentro del mismo equipo.

Era tonto pero se sentía solo aún rodeado de toda esa gente, es como si hubiera ido a un baile y su cita jamás hubiese llegado. Quería levantarse e ir a su casa pero por increíble que pareciera, ni siquiera tenía la dirección de la nueva residencia del pelinegro. Desde que se fue del apartamento hacía casi dos años, no había tenido ni la más remota idea de a dónde estaba viviendo. Sabía que Jin lo sabía, incluso Hoseok y Namjoon pero ninguno quiso revelarle la información por muy casual o alterado que lo preguntó. Siempre le respondían la mismo, escríbele o pregúntale a Jungkook.

Le pareció que aquella cena no iba a terminar jamás. Era terrible esa sensación de ir a un lugar solamente con la intención de ver a alguien, arreglarse, hacer todo para que lo viera y al final ver que no se aparecía. Eso lo hacía recordar las veces que Jungkook lo invitaba a los lugares y no iba inventando siempre un pretexto para evitar ser visto juntos. Quizás se había sentido como él esa noche, tal vez peor. Suspiró con frustración una vez que estacionó su vehículo sin querer descender de él.

Quería manejar por horas hasta que su cerebro se quedara en blanco y condujera su auto por inercia. No obstante, no podía simplemente irse, todavía tenía un peludo que sacar a pasear. Esa noche como otras tantas, deseaba sacarlo y encontrarse con Jungkook por los alrededores como solía pasar cuando vivía en su antiguo cuchitril. Extrañaba lo que él solía llamar invasión a la privacidad en aquel tiempo o consentimiento de primera una vez que comenzaron a vivir juntos.

Vivir junto a la soledad era cansino, devastador. Salir a caminar por las noches disfrazado por las avenidas buscando entre todos su cara era una rutina adaptada por meses. Lo buscó hasta el cansancio pero nunca lo encontró. Aunque muchos no fueron testigos de ello, anduvo como un loco sin saber qué es lo que hacía. Llegaba a casa como lo estaba haciendo en ese momento desesperado, siendo calmado por su Yeontan que era un recordatorio vivo de todo lo que vivieron juntos.

Caminó lentamente hacia el elevador y presionó el botón de su piso. Había sido una imprudencia total manejar, ahora notaba que había bebido más de lo planeado. Avanzó por el pasillo acomodando su rubia cabellera hasta llegar a su puerta y presionar los dos primeros dígitos viendo como esta se abría y mostraba a dos cachorros recibirlo alegremente. El primero era peludo y negro, el segundo era humano pero igual de greñudo con sus loros pelos negros.

Estaba semi en trance, sorprendido, alegre y confundido de ver a Jungkook en su casa. — ¿J-Jungkook?

— Bienvenido a casa... — ¿Así sin más? Se iba y regresaba sin decirle absolutamente nada, lo odiaba pero no tanto como lo amaba. — Creo que ya hora de regresar a nuestro hogar. La serie ya ha acabado y las excusas para ser vistos en público y pasar tiempo juntos también han disminuido, así que he pensado que es el mejor momento. Vine directamente aquí para arreglar todo y sorprenderte, tener nuestra despedida y celebración en un ámbito más íntimo. Sé que aún tenemos que resolver muchas cosas pero la distancia no los solucionará por nosotros.

¿Qué hacía, qué decía? Quería responderle, decirle algo pero solamente podía ver a sus dos hombres parado frente a él en esa bienvenida con palabras y ladridos hermosos que lo tenían a punto de ponerse sentimental y llorar. Dios lo había extrañado tanto, quería tanto verlo en su casa que ahora que lo veía comenzaba a sentirse miserable por no haber tomado la iniciativa y que fuera el menor quien una vez más daba un paso adelante.

— Deja de martirizarte mentalmente. — Habló como si pudiera escuchar sus pensamientos.— Esto que siento no es coincidencia, sé que me amas y me has extrañado tanto como yo a ti porque nos hicimos parte de nuestras existencias. Podemos ser dos polos opuestos en muchas cosas pero estamos unido por esto tan indescriptible que sentimos. Aunque guardemos en silencio y secreto este sentimiento, si estamos juntos no importa más. ¡Ven, acaba de entrar!

El pelinegro se volteó para entrar pero al notar que el contrario no avanzaba regresó sobre sus pasos hacia él tomándolo del brazo para tirarlo hacia él y besarlo con una sonrisa. Sin embargo, el resplandor de un flash que llegó a sus rostros los hizo girar hacia la procedencia de este.

Todo el cuerpo de Taehyung se paralizó debido al susto, no se había dado cuenta al venir de que ese fotógrafo había estado afuera. Ni siquiera se iba a preguntar cómo demonios tuvo acceso al edificio cuando era un lugar vigilado porque ellos eran especialista en colarse donde no lo llamaban.

Como la mayoría de los acontecimientos en su vida, aquello ocurrió tan rápido que no tuvo tiempo para reaccionar. Jungkook protegió su rostro e hizo entrar, le preparó un té y volvió a marcharse para no poner en tela de juicio su carrera. Sabía lo mucho que le importaba al rubio y no quería mandar nada por la borda. Tras un leve "confía en mí" y un beso, salió de su casa siendo fotografiado una vez más por aquel fotógrafo.

Por días, a todo lugar que iba el pelinegro era fotografiado, seguido, grabado, las especulaciones se dispararon en las redes y mientras algunos aseguraban que eran montajes y dudaban de la veracidad de aquellas fotografías, otros no dudaban tanto. Fue visto tanto solo, como con una actriz que muchos veían como su pareja perfecta.

Jeon Jungkook. Encuentro secreto. ¿Desastre con Kim Taehyung?

Taehyung estrujó aquellas revistas amarillentas y las lanzó a un lado golpeando la pierna de su manager.

— ¡Son unos malditos buitres buscando la menor oportunidad! — Exclamó enojado. — Lo peor es que sé que todo esto es una pantalla de humo que Jungkook está haciendo para cubrirme, para ayudarme y yo una puta vez más no hago nada.

— Bueno creo que decir infinitas veces que no haces nada no es la solución de los problemas porque sino ya todo estuviera de maravillas.

Mencionó tomando una de las revista debajo de su brazo, acariciando al peludo que estaba en su regazo antes de hacerlo bajar. Caminó hasta su único artista y amigo para darle en la cabeza con la revista que sostenía.

— No me mires así, yo no soy el idiota de Jungkook que se sienta a darte tu tiempo y esperar a que te dignes a hacer cosas a tu tiempo que nunca haces como si fueras un bebé. Cada persona hace las cosas a su tiempo pero si a ti no te presionan no haces una mierda. — El rubio dejó de fruncir el ceño para bajar su cabeza, no podía decir nada ante esas palabras. — Sabes las cosas pero no te sirve de nada saber sin hacer. Coge a tu hijo, hazme el favor.

El menor cogió al peludo en brazos y unió sus narices mientras lo abrazaba con fuerza. Escuchaba a Hoseok recoger la cocina sintiendo un gran nudo en el pecho.

— ¿Tú también lo sientes, bebé? ¿Extrañas a tu otro papi tanto como yo? ¿Sí? ¡Jung Hoseok, te solicito en la sala urgente! — Gritó corriendo a buscar sus zapatos. — ¡Hobi!

— ¿Qué? ¿Por qué gritas así?

— Dame la dirección de Jungkook, necesito ir a verlo. — Musitó dejando a Yeontan en el suelo.

— ¡Ni lo sueñes! Ahora mismo tienen a todos los medios detrás, no puedes simplemente salir de aquí e ir hacia allá. Además, no pienso darte su dirección, solamente tengo autorización para dártela si es una urgencia, ya te lo he dicho mil veces.

— Esto es una urgencia además, te juro que me busco otro manager como no me la des en estos momentos. Mi peludo y yo necesitamos buscar a su papi.

— Suerte buscando a otro que te aguante como yo. — Negó con decisión tratando de ignorar su mirada para no ceder.

El menor caminó hacia él con tanta seguridad que lo hizo dar un paso atrás buscando apoyo en la pared. Le asustaba esa mirada en Taehyung, algo le decía que iba a tener muchísimo trabajo en las semanas venideras. Negó intentando liberarse del atrincheramiento al que había sido sometido fingiendo no darse por enterado de la cara de súplica que le estaban dando. No quería que saliera corriendo cuando sabía que se terminaría arrepintiendo y lo más probable fuera que Jungkook y él mismo salieran perdiendo cuando en uno de sus ataques le echara la culpa de lo que sus actos desencadenaban.

— Hyung, por favor.

— Eso es chantaje emocional, Kim, tú nunca me dices hyung así que no pienso caer en eso. — Se negó buscando sus llaves pero el rubio se las arrebató y lo miró fijamente antes de dejarse caer de rodillas. — Ay por Dios, n-no me hagas esto, Tae. Levántate.

— Por favor, necesito saber dónde puedo encontrarlo, te prometo que nadie me verá salir de aquí, no te meteré en problemas.

— Si hay algún periodista colado dentro el edificio como la última vez no habrá forma en la que puedas salir de aquí sin ser visto. Tienes que darte cuenta que si sales y vas a buscarlo estarás confirmando incluso sin palabras su relación. Estarás confirmándoles lo que has estado luchando por mantener oculto todo este tiempo, sabrán que te gustan los hombres y que lo de ustedes no es puro chisme y rumores.

— Lo sé. Jungkook no es un rumor o chisme, es mi novio, mi pareja y ha sido mi compañero de vida por mucho tiempo. Estoy seguro de lo que estoy haciendo como nunca antes en la vida, te lo ruego, Hobi, por favor.

El pelirrojo asintió mordiéndose los labios mientras rezaba por no estar equivocándose. Escribió en la cocina una nota y se la dio a regañadientes porque en su interior sería reticente. Taehyung lo abrazó y miró la hoja con la dirección quedándose un poco confundido, buscó la respuesta en el rostro contrario pero este solamente se encogió de hombros.

— Ve, yo me quedo aquí con este peludo hasta que tú regreses.

— No, me lo llevo a ver a su papi. — Se acercó a Yeontan pero este lo detuvo.

— Salir tu solo camuflado ya será difícil, con un perro también es el grito seguro que dice hola soy Taehyung pueden venir a seguirme. Además, seamos sincero, cuando veas a tu hombre lo menos que harán será cuidar del perro. Ve y ya después se lo llevas o buscas la forma para que él venga y lo vea.

— Te amo.

— No seas hipócrita, vete de una vez antes de que yo mismo de la señal.

Taehyung besó en las mejillas a su agente y luego a su bola negra antes de correr a su cuarto para cambiarse de ropa y salir en busca de Jungkook.

Cuando escuchó que el pelinegro tenía un apartamento nuevo, se imaginó un apartamento parecido al que ya ocupaban, en algún edificio vistoso o al menos uno acorde al estilo de vida que estaba llevando. Lo que menos se esperó, fue verse de pie frente a su antiguo cuchitril verificando que la dirección era la correcta. Desde que la vio en el papel la identificó pero ahora que estaba delante le parecía casi una burla.

Subió las escaleras hasta la azotea de aquel viejo edificio y una vez arriba tocó con suavidad la puerta verde. Miró a su alrededor y todo estaba casi igual que cuando él solía vivir ahí. El chirrido de la madera la avisó que la puerta estaba siendo abierta y cuando miró, ahí estaba. Un pelinegro que dejaba su cabello cubrir su rostro y con un pijama que tenía la misma cantidad de años que el tiempo de conocidos que ellos tenían.

— ¿Por qué aquí? — Fue lo único que pudo preguntar.

— Porque este fue nuestro primer hogar. Cada rincón de este sitio gritaba amor, exclamaba un nosotros. Porque solamente aquí podía sentirte.

— Aún tenemos nuestra casa en Busan.

— En ella casi nos dijimos adiós, en esta nos dijimos hola. A eso tengo que agregarle que me quedaba demasiado lejos para ir y venir. — Sonrió recostándose en la puerta. — ¿Alguna otra pregunta?

— ¿Qué tan rápido eres para encender tu cámara y hacer una transmisión en vivo? — El menor frunció el ceño sin entender muy bien lo que estaba queriendo decir con aquello. — Tenemos un anuncio que hacer, estoy cansado de verte emparejado con Miss Pata y Cuello estirado. — Mencionó y Jungkook no pudo evitar carcajearse. — ¿Me dejarás pasar o no?

El pelinegro se hizo a un lado dejándolo pasar. Le ofreció una copa de champán que Namjoon se empeñaba en llevarle mientras se ponía medianamente decente y buscaba su teléfono para colocarlo sobre una silla frente al mismo sofá al que Taehyung le dijo adiós años atrás y que ahora los recibía a ambos.

— ¿Estás seguro de esto? Realmente no tienes que hacerlo, yo comprendo perfectamente que...

— ¿Quieres seguir paseándote con esa piruja y por eso lo estás retrasando? — Jungkook negó entre risa. — Bien, entonces acaba de apretar el botón para que empezar a transmitir en vivo. Cuando lleguemos a los diez mil espectadores damos la noticia de nuestra relación. No quiero tener que repetirlo varias veces y es una cantidad de personas prudentes para que la noticia se expanda como pólvora.

— ¿Sabes que puedes perder varios de los proyectos que tienes en puerta?

— ¿Eres tú ahora el de las dudas? Siempre puedo volver a actuar junto a la estrella roja más solicitada o ser mantenido por ella.— Bromeó acariciando su rostro, viendo como el menor buscaba apoyo en su mano.

— Creo que eso no se podrá, he bajado mucho en el ranking desde que dejé de grabar. — Se encogió de brazos fingiendo tristeza, recibiendo un cándido beso del rubio. — Tae, solamente quiero que estés seguro.

— Vas hacer que pierda mi valentía. — Se quejó inclinándose para presionar el botón rojo de la pantalla viendo como rápidamente el número de personas comenzaba a aumentar. Extendió su mano para sostener la contraria y suspiró con los ojos cerrados. No estaba solo, lo tenía a él.

— Estoy contigo... — Musitó el menor mirándolo con preocupación.

— Lo sé... — Sonrió sutilmente y miraron hacia la pantalla viendo los números aumentar, sin darse cuenta, habían llegado a las veinte mil personas conectadas. — Por años han habido muchos rumores con respecto al hombre que está sentado a mi lado y yo. Sé que tienes muchas preguntas que trataré de responder lentamente pero el motivo de esta transmisión es para comunicarles algo... Jeon Jungkook y yo, como novios.

Cuando aquella pantalla dejó de transmitir, toda la ansiedad que Taehyung sentía bajó de un solo golpe haciéndolo suspirar con manos temblorosas buscando apoyo pese a estar sentado. Su pareja lo sostuvo entre sus brazos estrellándolo contra su cuerpo hasta que este pudo volver a calmarse.

— Lo has hecho muy bien, amor. Estoy orgulloso de ti. — Musitó alejándolo, secando las lágrimas que entre sonrisas dibujaba sus labios. — Hey, ¿qué pasa? — Preguntó cuando el mayor se subió sobre él escondiendo la cara en su cuello.

— Soy libre... — Murmuró de forma casi inaudible. — Soy libre... — Puso un poco de distancia para mirarlo y sonreír. — ¡Soy libre, Kook! ¡Soy jodidamente libre de todo las cadenas que me ataban, de mis temores, soy libre y feliz! Y lo mejor de todo esto... Es que estás a mi lado, que me has amado, has tenido paciencia y no me has dejado como barco a la deriva, guiándome, acompañándome, soportándome incondicionalmente. ¡Te amo!

— ¡Te amo!

— Quiero hacer el amor sin cámaras, sin cortes, sin más testigos que nuestros corazones. — Susurró en su oído buscando sus labios.

— He comprado nuevamente lubricante para que el entrar en mí no se nos haga tan difícil.

— Eso es algo bueno para otra ocasión pero hoy quiero que tú me hagas el amor hasta que mis piernas me fallen y quede postrado en la cama por horas. Quiero que me consientas y que al finalizar el día de mañana regresemos a nuestra casa con nuestro peludo.

— ¿Alguna vez me he negado a tus deseos?

— Más te vale que no comiences a hacerlo ahora, bebé... — Jungkook le dio esa mirada de cachorro que tanto amaba y no pudo evitar sonreír mientras este lo envolvía en sus brazos y lo llevaba hacia la cama. — Te amo.

— Yo lo sé, no hay forma de que no me ames, mi canoso hermoso.

El mayor se removió en la cama huyendo de las manos que lo agarraban fingiendo estar molesto.

— ¡Suéltame! Ya me has bajado la calentura, debes ser condescendiente con este canoso, jovencito Kook. ¡Suéltame!

— Aunque aquello de allá bajo este arrugado y no se levante más, aunque tu cabello esté tan blanco como las estrellas, te amaré como si nuestro amor pudiese ser tan eterno como la luna. ¿Has escuchado hablar de un amor lunar? — Asintió con una sonrisa. — Pues el mío es mucho más inmenso, así que jamás te escaparás de mí.

FIN

https://youtu.be/8qPckw9w5lo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro