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Maratón 4/4













1 semana después.

























—¿Quieres algo de mí? —preguntó BeomGyu con un suspiro, estirándose en la cama, menos adolorido que antes, estaba despertando apenas y tenía a su esposo al lado, abrazándolo de la cintura, TaeHyun lo observó despertar, negando con la cabeza.

—No, precisamente...

—¿Por qué duermes conmigo entonces? —preguntó acomodándose para abrazar los hombros del vampiro, cerrando los ojos con sueño aún, TaeHyun se dejó hacer.

—Te gusta —contestó, BeomGyu sonrió de medio lado.

—Y a tí también... —murmuró. El líder se quedó en silencio, metiendo su mano bajo la playera ajena, acariciando su espalda— Buenos días... —susurró abriendo los ojos de nuevo, esperando la respuesta del vampiro que besó su cuello.

—Buenos días, precioso... —contestó en un tono suave.

¿Qué tanto tuvo que haber pasado TaeHyun para estar como lo estaba ahora?

Es decir, BeomGyu recuerda haber dejado un TaeHyun totalmente diferente físicamente hablando, lo veía comer con él las tres veces al día y estaba recuperando peso, además, lo notaba un poco más obediente y dócil.

Aunque claro, sólo lo era si estaban de buenas, si estaban peleando ahí volaban amenazas, insultos, objetos y demás.

Lo de siempre.

—¿A dónde vas? —preguntó cuando estuvo listo para ir a desayunar, el vampiro tomando un camino diferente al suyo, y eso lo extrañó.

—A mi oficina —contestó el vampiro con una ceja arqueada, BeomGyu sólo le dió una mirada antes de seguir bajando.

Ese día, desayunaría sólo.

No le importaba mucho, así no tenía un observador constante mientras comía.

Por eso, saboreó el desayuno con gusto, amando los sabores, el antiguo chef cocinaba delicioso, pero este lo había superado.

Mientras comía, pensó en Kwan.

El hombre debía estar oculto, seguro y a salvo fuera del país, y las posibilidades de que TaeHyun lo encontraran eran bajas, o eso quería suponer.

En realidad, ya no tenía porqué pensar en algo o en alguien.

No iba ni quería escapar, no había nadie que estuviera en su contra, y el único plan que tenía ya estaba más que premeditado.

Así que podría decir... Que estaba relajado.

—Gracias —fue lo único que dijo al personal que recogió los platos vacíos del desayuno, todos cabizbajos, relamió sus labios antes de hablar— Oye —llamó al último que iba saliendo, el muchacho se tensó en su lugar y se volteó para encararlo.

BeomGyu frunció el ceño, ¿Por qué ese servicio parecía tenerles miedo?

Era comprensible con su esposo, pero, ¿Con él?

—Digame, señor.

—¿Hay jugo de fresa? —preguntó con simpleza, el empleado asintió.

—Lo traeré enseguida, señor —contestó con voz baja, dejando a BeomGyu sólo.

Debe ser porque peleamos... Pensó, recordando que habían gritado, más que todo él mismo.

Aunque es... Normal.

El anterior servicio ya estaba acostumbrado a escucharlos pelear, estaban acostumbrados a sacar dagas de las paredes que BeomGyu le llegó a arrojar a TaeHyun, gritos, golpes, entrar a una habitación y que estuvieran peleando, o también que estuvieran llegando a algo sexual.

—¿Por qué me tienes miedo? —preguntó BeomGyu recibiendo su vaso de jugo, miró al de servicio que apretó sus manos en su regazo.

—E-es respeto, señor... Usted es muy respetable...

—No soy el líder —negó bebiendo del jugo.

—Es su esposo... Y eso lo hace respetable...

—No pregunté por eso, pregunté, ¿Por qué me tienen miedo? —preguntó levantándose, el de servicio retrocedió un paso.

—Es... Intimidante, señor —sinceró, BeomGyu alzó las cejas, asintiendo poco a poco con su cabeza, se aferró a la muleta con su brazo libre para caminar.

—No se preocupen, soy completamente inofensivo —calmó con una pequeña sonrisa— ¿Qué podría hacer un simple humano como yo? —preguntó antes de salir del comedor, tomándose el jugo por el pasillo, era un vaso grande.

Inevitablemente, llevó sus pasos a la oficina de su esposo.

—¿Ahora eres inofensivo? —preguntó TaeHyun dándole la espalda, sentado en su silla, con una carpeta con hojas que pasaba con lentitud, leyendo su contenido con seriedad, BeomGyu sonrió entrando a la oficina con confianza.

—Más inofensivo que tú, tal vez —habló, bebiendo de su jugo. TaeHyun sonrió.

—Diría que estamos... Al mismo nivel —comentó leyendo con concentración la siguiente hoja, que en una esquina tenía una foto de una mujer, BeomGyu rió.

—¿Enserio? ¿Qué crees que elegiría una persona cuerda? ¿Treinta minutos contigo en una habitación o treinta minutos conmigo? —preguntó, TaeHyun solamente leyó.

—Yo elegiría los treinta minutos contigo —contestó, BeomGyu se acercó a él, mirando lo que estaba haciendo el vampiro, dejó la muleta apoyada en la silla del vampiro, frunció el ceño mirando la foto de la mujer.

Sin pensarlo dos veces, le arrancó la hoja de las manos a su esposo que solamente volteó a verlo.

—¿Quién es esta zorra? —preguntó leyendo la hoja, los datos personales de la mujer junto a datos médicos, bebió de su jugo— Te estoy preguntando algo, Kang —recordó mirando a su esposo que se levantó de la silla, dándole a él el espacio de tomar asiento, BeomGyu miró a TaeHyun dejarle la carpeta que estaba revisando en su regazo.

Dejó el vaso a un lado en el suelo, mirando que la carpeta contenía más perfiles de mujeres, todas con fotografías.

—¿Por qué hay tantas mujeres? —preguntó arqueando una ceja, sintiendo los celos hervir en su interior, aún más cuando el vampiro no le contestaba.

TaeHyun lo observó de pié frente a él, ladeando la cabeza.

—Necesito un heredero —contestó con simpleza, BeomGyu relamió sus labios cerrando la carpeta con un golpe.

—¿Acaso tú quieres uno, TaeHyun? —preguntó arqueando una ceja— ¿Tienes esa ilusión de tener un hijo y darle un beso de buenas noches? —preguntó de nuevo, una de las hojas quedó afuera, la arrugó con sus manos y se la arrojó al vampiro, el papel golpeando su pecho.

—Es obvio que no, BeomGyu.

—¿¡Entonces qué haces viendo mujeres!?

—La corte y las reglas del liderazgo vampiro me exigen tener un heredero, y por lógica el linaje Kang no puede terminar conmigo —explicó, BeomGyu se quedó en silencio— Me mandaron las posibles candidatas para ser las criadoras, es sólo eso.

—No quiero a ninguna maldita puta en ésta mansión, y mucho menos, esperando un hijo tuyo —ordenó, TaeHyun sonrió de medio lado, aguantando las ganas de esbozar una sonrisa completa.

—¿Y qué más?

—¿Te lo estás tomando a juego, TaeHyun? —preguntó con los dientes apretados, TaeHyun rió acercándose a él.

—Claro que no, precioso —negó con la cabeza, arrodillándose frente a él— Alguna de esas mujeres será llevaba a una de mis propiedades, la corte velará por su salud y la del niño que engendre mediante inseminación, luego de que nazca y esté más grande, será entrenado por guardias de la misma corte, y sólo cuando yo quiera, intervendré en su entrenamiento, y lo usaré cuando lo necesite —contó, BeomGyu lo tomó del mentón con algo de fuerza.

—¿No puede ser después? ¿Por qué ahora? —preguntó, TaeHyun sonrió, mostrándole los colmillos.

—¿Quién te dijo que sería ahora, precioso?

—¿Entonces por qué te enviaron las propuestas?

—Todos los años la envían —contestó, TaeHyun sintió el agarre aflojarse.

Ellos no llevaban ni un año de casados, era obvio que BeomGyu no tenía ese conocimiento.

—Ellos saben que yo no quiero hijos, pero para mantenerlos felices, leo y escojo a las mejores candidatas, ellos van reuniendo mis elecciones año tras año hasta que me decida en tener un heredero —narró, tocando el tobillo sano de su esposo, acariciando por dentro de su pantalón, BeomGyu lo soltó del mentón con brusquedad.

—¿Y cuándo será tu decisión? —preguntó, TaeHyun se enderezó, sujetándose de los bordes de la silla, se acercó más a su esposo.

—Eso no lo sé, precioso —negó pasando su nariz por el cuello ajeno, BeomGyu arrojó la carpeta a un lado, el montón de hojas quedando regadas en el suelo, dejó su tobillo fracturado de un lado, usando su pierna sana para rodear al vampiro, lo tomó del cuello. Sintió una mano subir por su muslo, apretando.

—Más te vale que sea tarde —señaló, TaeHyun apretó su muslo antes de dejar una mano en su entrepierna, BeomGyu se tensó.

—Claro que sí, bizcochito —aceptó, mirando a su esposo sacar la lengua, sonrió antes de contestar, usando también su lengua mientras sentía la erección crecer en su mano, BeomGyu gimió bajo él, abrazándolo por los hombros, apretando la tela de su camisa.

Hace rato había estado celoso, demasiado celoso con el hecho de que TaeHyun tendría un heredero,  haciéndose la idea de que el vampiro tendría a otra persona por la que velar.

El hecho de que su esposo tuviera que tener parte de su atención en otra persona, le disgustaba.

Que otra persona tuviera el privilegio de tener algo de TaeHyun, cómo lo es un hijo, le disgustaba.

TaeHyun era suyo, todo lo del vampiro le pertenecía y no estaba dispuesto a dejar que otra persona disfrutara de ello.

Le pertenecía, se pertenecían y no iba a permitir que hubiera alguien extra en la relación, sea como sea.

—Muérdeme... —pidió en un gemido, su ropa desarreglada, los botones de su camisa abiertos, su pantalón igual, el vampiro lo masturbaba con rudeza, apretando de más su miembro, causando dolor.

—Enséñame tu cuello, precioso —pidió de vuelta el vampiro en un susurro, BeomGyu se aferró con una mano al espaldar de la silla, rasguñando el cuero, ladeó la cabeza soltando un gran gemido cuando los colmillos de su esposo atravesaron su cuello, succionando mientras el pulgar del mismo presionaba su glande hasta lastimarlo.

Lloriqueó sintiendo todas las sensaciones recorrer su cuerpo, sensaciones que extrañaba, sensaciones que necesitaba y que adoraba.

Kang TaeHyun le daba todo lo que quería, todo lo que merecía, y todo lo que pedía.

¿Qué otro hombre estaba dispuesto a eso?

Ningún otro.




















































Fin del maratón, espero que les haya gustado muchísimo! Y que hayan disfrutado leerlo

Ustedes que prefieren? ¿30 min con TaeHyun o 30 min con BeomGyu?

Admito que hay... Un poco de relleno en uno de los caps, pero muy poco, ¿Ok?

Nos vemos!

The_Dark_Diamond

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