[MarkJin] Un corazón

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15/10/2021

Mark otorga su último aliento para salvar a su amor no correspondido.

~Mark x JinYoung.

Advertencia: un poco de angst.

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Él era un incrédulo, siempre lo fue. El mundo de las criaturas fantásticas que no orbitaba alrededor del suyo carecía de sentido para él, y como un vampiro de casta pura se veía con el derecho de plantarse como un ser superior ante los demás. Mark se mostraba arrogante ante todos, con esa preeminencia de poder que le otorgaba su raza al imponer terror en cualquiera que se parara al frente, causando que hasta el hombre o criatura más valiente temblara al ver su estado natural; piel que carecía de color, colmillos largos y afilados, ojos amarillos por donde su víctima se podía ver reflejada antes de perder la conciencia.

Él era un narcisista en todo el sentido de la palabra, y como tal, se sentía capaz de otorgar misericordia a sus presas, regalándoles la oportunidad de seguir con vida. Era una regla que él y su compañero JinYoung seguían. Ha sido su amigo y compañero de aventuras por varios siglos, si hay alguien que tiene el privilegio de pasar los días a su lado, ese es JinYoung. También es de casta pura y uno de los pocos vampiros en general que logra soportar. Es completamente diferente a Mark, JinYoung es una criatura demasiado blanda y empática por otros seres, se relaciona con elfos, lobos pulgosos y hasta con simples humanos, en especial se se trata de féminas, porque se encuentra fascinado con ellas sin importar su especie.

En fin, él hace amigos por doquier, le resulta chocante la mayor parte del tiempo, pero Mark lo ha aceptado, el corazón de JinYoung no está corroído por completo y la pureza en su interior es mucho más relevante que aquella que indica el linaje de su raza. Se encontraron cuando el chico dejó su aquelarre en busca de una vida emocionante, con apenas 200 años, JinYoung lo siguió a todas partes para aprender del mejor. Mark lo aprecia, por él siente... un cariño especial.

Ellos desarrollaron una dinámica de caza sencilla, al estar totalmente saciados, ya no tenían por qué succionar trozos de vida que nacían en la preciada sangre, así que de ante mano, ambos saben que lo que sucedió aquella noche de luna menguante no fue nada más que un accidente. Uno que quizá había resultado fatal.

—Deja de moverte— sentenció su compañero. Su voz gruesa se escuchó cansada, la joven que había atrapado no resultó una presa fácil.

—Muerde en la muñeca o el muslo. Ya me estoy hartando.— Mark recargó su peso contra un árbol mientras observaba la pequeña riña entre esos dos.

—Sabes que no es lo mismo.— el cuello no era la única zona que podían morder, pero sin duda era la mejor. La sangre salía con más abundancia y por tal motivo, saciaban su hambre y sed de manera rápida.

Mark rodó los ojos. Bien, si tanto quería beber de ahí entonces lo iba a ayudar. Él ya ansiaba regresar a su casa.

—Apresúrate.— murmuró al tomar los brazos de la joven peliroja, dejándola inmóvil.

JinYoung pasó la lengua por sus colmillos, anticipando el sabor metálico de su asombrosa cena y luego se inclinó para devorar. Hasta ahí todo bien. Se suponía que iba a acabar rápidamente y ellos se marcharían sin causar barullo, pero en un abrir y cerrar de ojos el caos fue desatado. La chica comenzó a forcejear con rudeza y Mark se sorprendió por la fuerza inusual. Quizás eso debió encender una alarma en su cabeza, pero tan confiado como era, lo dejó pasar.

Y ese fue un gran error que les costó demasiado.

La joven levantó una de sus manos e incrustó con fuerza los dedos en el cuello de JinYoung. El vampiro se atragantó y la sangre empezó a salir de su boca a borbotones. Su compañero cayó al suelo y comenzó a temblar mientras desesperado llevaba aire a sus pulmones que no podían llenarse con la cantidad suficiente. Fue cuando Mark se dio cuenta de la marca extraña en la muñeca de la chica. No había sido una presa común, la joven portaba el distintivo de las brujas en su piel.

Se paralizó por un instante viendo cómo su amigo continuaba regurgitando grandes cantidades de sangre.

—¿Qué fue lo que hiciste?

—Tu amigo estaba hambriento, sólo le di lo que quería.

—Haz que se detenga.— gruñó a la bruja.—Sea lo que hayas hecho, ¡reviértelo ahora!

Ella estiró el brazo y le tocó el pecho, sus entrañas comenzaron a revolverse al mismo tiempo que un centenar de imágenes se arremolinaban ante sus ojos. Mark se sorprendió al escuchar su propia voz en una clase de murmuro que provenía de otra parte. De afuera, del interior, a los lados. No sabía de dónde provenía exactamente, el murmuro se escuchaba al mismo tiempo que sus pensamientos y estos aparentaban salir de dimensiones distintas. De pronto, sintió un estrujamiento en el centro de su pecho y la risa escalofriante de la bruja lo apabulló al darse cuenta de que se había escabullido entre los recovecos de su mente.

—Esto es alucinante. ¿En serio no te has dado cuenta de lo que pasa?— preguntó con burla.

Apretó la mano de la bruja con fuerza, recobró lucidez y las voces callaron en el momento que pudo deshacerse de su toque.

—¡Reviértelo!

—Tú no tienes poder sobre mí.

Sus palabras le hicieron ver rojo y en su estado Mark no fue consiente de lo que hacía hasta que escuchó un crack que provino de los huesos de la bruja. Pocas veces sintió miedo en sus largos años de vida, no recordaba la última vez que se había inquietado tanto, pero al ver cómo los labios de la joven continuaban moviéndose, un escalofrío recorrió sus venas.

—El destino que te espera es mucho peor que el suyo.

Y tras los últimos alientos inusuales que fueron susurrados para él, Mark vio morir a la chica que los había guiado al camino de un sufrimiento lento.

"Un corazón puro y otro podrido, un sacrificio de por medio, al final los dos serán iguales, pero sólo uno podrá permanecer".

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Había transcurrido meses desde aquella noche, el tercero estaba a punto de llegar y Mark aún no puede creer lo que han tenido que vivir.

JinYoung no se saciaba con nada. Aún si drenaba cinco cuerpos enteros, no podía saciarse porque la sangre volvía a salírsele por la boca. Incluso después de ser testigo de la maldición que cayó sobre ellos, las últimas palabras de la bruja aún sonaban irreales en su cabeza. Ella le había dicho con aquella voz muerta que él se iba a enfrentar a la peor parte. "Tu sufrimiento comenzará cuando te des cuenta de tu realidad".

Cada día era testigo de cómo JinYoung se acercaba más a un estado de salvajismo, su cordura desaparecía con el paso de las semanas y cuando la noche anterior se perdió por completo en su sed de sangre, desconociendo todo a su paso, Mark se dio cuenta de que llegaría el momento en que dejaría de ser consciente y se convertiría en un espécimen vampírico en su estado más puro. Al cabo de unos minutos interminables sus ojos dilatados y colmillos alargados regresaron a la normalidad. JinYoung miró desconcertado el desastre que había hecho en la habitación y Mark reconoció cómo su expresión se llenó de pánico al no recordar nada de lo que había sucedido durante su momento de arrebato.

Hizo un intento por tranquilizarlo diciendo que no había sido nada, sin embargo, la siguiente ocasión fue más intensa, JinYoung supo cuan grave era al ver todas esas marcas de golpes y rasguños por el cuerpo de Mark. Penumbra y dolor atravesaron aquellos ojos cafés que le transmitían arrepentimiento por haberle dañado, fue algo que llegó hasta sus entrañas y le hirió más que los cortes en su pálida piel. Le hería demasiado verle sufrir de esa manera, no saciándose con nada, perdido en la sed y hambruna, devolviendo hasta la última gota de sangre ingerida y haciéndose daño inconscientemente con sus episodios de salvajismo.

Mark no sabía qué hacer además de conseguir presas para JinYoung. Acudió a muchos brujos y brujas en busca de una respuesta pero no pudieron darle ninguna, no había manera. La joven que los maldijo no había querido que descubrieran cómo deshacerse de la maldición, de eso no hay duda.

—Jodida perra— murmuró para sí mismo.

Mark esperaba que estuviera ardiendo en el infierno. JinYoung acababa de drenar tres cuerpos y como cada vez, él tuvo que deshacerse de ellos puesto que después de llegar a casa aquella fatídica noche optó por despedir a sus sirvientes, no quería que los vieran de esa manera o que divulgaran lo que pasaba, eso hubiera atraído a sus enemigos para adueñarse del puesto y riquezas que tenían, aunque ahora eso era lo que menos le importaba.

JinYoung estaba a pocas lunas de perderse por completo, no les quedaba mucho tiempo, cuando mucho pasarían dos más y ese sería el fin.

Luego de haberse duchado para quitar los restos de sangre en su piel, el rubio se quedó sentado en su cama en espera de que JinYoung terminara de destrozar cosas en la habitación contigua. Echó un vistazo a su torso, líneas rojas abundaban debido a las peleas constantes, a pesar de su capacidad para regenerarse rápidamente las heridas estaban sanando muy lento. Eso no le indicaba nada bueno.

Era horrible no poder hacer nada por JinYoung, su gran amigo y cómplice de aventuras, su gran amor de varios siglos. Como si se tratara de un lento desgarre, Mark sintió un dolor espantoso en el pecho cuando se percató de que aquél cariño especial por el vampiro menor en realidad era amor, escondido, peculiar y duradero. Pronto la respiración se le cortó y sintió un líquido quemarle la garganta cual lava hirviendo, a los segundos ya estaba tosiendo sin parar y no se detuvo hasta que sus manos quedaron cubiertas de sangre espesa y su torso se manchó con unas cuántas gotas de tono oscuro.

No tuvo el tiempo suficiente para limpiarse, el ruido en la recámara de JinYoung regresó más intenso que las veces anteriores, así que corrió alarmado al oír cómo el vampiro salvaje se golpeaba contra las paredes y los muebles de madera. Esta vez fue muy difícil dejarlo inmóvil contra el suelo, tomó más tiempo de lo normal y eso no logró más que inquietarlo. Mark se llenó de terror al ver las lágrimas de sangre que caían por las mejillas del pelinegro, al fin y al cabo aquellas palabras eran verdad, su sufrimiento apenas comenzaba.

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—Estas cadenas no resistirán demasiado.

JinYoung dormía encadenado dentro de una jaula enorme de plata cubierta de cuero en el fondo. Las cadenas también tenían una cubierta de cuero dentro de los grilletes, probablemente le ardiera un poco pero de esa manera JinYoung no se iba a lastimar los pies y las manos. La plata es mala para casi todas las criaturas, letal para algunas como los lobos y vampiros en cantidades considerables aunque tremendamente útil en ciertos casos como este.

—Traje bastantes, si las rompe podemos reemplazarla.

El alfa de la manda del este dejó una gran bolsa negra a un costado donde tenía todo tipo de cosas que podrían ayudar a mantener a JinYoung dentro de ese lugar. La jaula era usada para mantener cautivos a los enemigos o intrusos que se atrevían a ingresar en territorio de la manada, con barras doblemente reforzadas, era lo que necesitaba para lidiar con una criatura del calibre de JinYoung. Por primera vez encontró favorable las amistades que el vampiro menor mantenía, y eso quedaba en evidencia ya que de no estar pasando por tan lamentable situación jamás se hubiera atrevido a llamarles, el alfa y el hechicero lo saben. Mark no se mezcla con los que considera indignos, sólo lo hace con JinYoung y es precisamente por él que ha mandado todo por la borda: sus valores, dignidad y creencias arraigadas que son típicas de los vampiros de alto nivel.

No le importa lo que ambos piensen de él, JinYoung es quien importa aquí.

—¿Y bien?— Mark le pregunta a Kunpimook. 

Fue muy conveniente que tanto como el hechicero y el lobo estuvieran juntos cuando decidió llamar al alfa. Probablemente estuvieron besuqueándose en su despacho, porque es lo que las marcas en sus cuellos y labios hinchados dieron a entender con su llegada, aún así él fingirá que eso no le causa revuelo, no es fan de mezclar razas -eso ha quedado claro-, pero Mark tiene la boca sellada si le preguntan por ello.

—Puedo sentir la magia, pero no es tan fuerte como para poder identificarla porque está dormido. Por cierto, ¿por qué huele así este lugar? Los químicos son demasiado fuertes.

—Lo sabrás pronto.

De su bolsillo saca un cigarro y se pierde en sus pensamientos una vez que logra encenderlo. Las extremidades del vampiro aún se sienten inestables por lo sucedido dos horas atrás, Mark lo disimula muy bien pero no hay nada que pueda hacer con la evidencia de los rasguños en su cara y las mordidas en su muñeca. Todo el mundo sabe que su especie bebe sangre de otras criaturas, no se supone que deban atacar a los suyos con la intención de dejarlos secos, es por eso que no logra entender por qué JinYoung estuvo a punto de matarlo. Sospecha firmemente que los acontecimientos recientes se deben a que ha logrado darse cuenta de su realidad, todo se siente diferente después de la revelación que tuvo respecto a las últimas palabras de la bruja. 

—Luces terrible.— menciona BamBam.—¿Qué te pasó?

—Esa es la manera en la que mi compañero demuestra su afecto.— dice lanzando el cigarro a una esquina de la habitación poco iluminada. El tapiz es de color borgoña y los diseños dorados nunca le gustaron, como era una recámara sin uso aparente no se preocuparon por cambiar el diseño. Ahora se ha convertido en una pequeña prisión para JinYoung, es la más alejada y por tanto la más segura de todas. 

—No eso, Tuan. Puedo sentir algo en ti. ¿Qué te sucede?

Mark siente incomodidad por la mirada penetrante del hechicero, no quiere que se entere de lo que le pasa a él.

—No es nada.

Apenas termina la frase, JinYoung se remueve y despierta un tanto perezoso, pero su instinto le dice a la perfección que la parte racional no está con ellos, lo puede ver en su forma de respirar y por lo gélidos y planos que están sus ojos. Las cadenas suenan de manera estruendosa cuando el pelinegro se incorpora para tratar de escapar.

Para Mark es un "aquí vamos de nuevo", pero es la primera vez que los otros ven los efectos de la maldición y el estado en que se encuentra su amigo.

—No me gusta cómo se está poniendo esto— murmura Kunpimook.

—Tenemos que ponerle otras.— dice Jae Beom refiriéndose a las cadenas de plata.

Con ayuda del lobo, Mark entra a la jaula para impedir que las cadenas se rompan. La fuerza de JinYoung es tanta que incluso estando encadenado y con Jae Beom sujetándolo por detrás logra dañar a Mark, sus dientes chasquean con la intención de desgarrar una parte de su cuello y el rubio reprime un gemido al sentir la presión de sus afiladas uñas traspasando profundamente su piel.

—¡Haz algo, BamBam!

El hechicero reacciona por la orden del alfa y usa su magia para restringir a JinYoung. Jae Beom aprovecha para colocar las cadenas al vampiro.

—Creo que puedo hacerlo dormir. Si salen de ahí entonces yo... ¿Qué demonios está pasando?

El cuerpo de JinYoung se tensa y se inclina hacia el frente, Mark ya se espera lo siguiente, sin embargo, tanto Lim como Bhuwakul quedan anonadados al ver cómo la sangre cae hasta el suelo desde la boca del vampiro encadenado. Lo único que Mark puede hacer es sostenerlo con fuerza para evitar que colapse y se lastime al caer. Apoya la cabeza de JinYoung contra su hombro y espera con el corazón estrujado que termine de eliminar hasta la última gota. Su respiración comienza a normalizarse y los ojos amarillos dan marcha atrás para dar paso al color natural de los orbes que Mark ha atesorado por siglos. El peligro cae rendido, sin fuerzas y apenas despierto.

—¿Mark?— la voz de JinYoung es áspera y está envuelta de aflicción. En el centro de su pecho se acumula de nuevo un tormento tras escuchar sus sollozos, lo siente tan indefenso y pequeño contra sí mismo. —Me duele. 

—Tranquilo, tranquilo— le dice cuando se remueve entre sus brazos. Mark hace su mejor esfuerzo por calmarlo, es lo único que puede hacer. Ambos se deslizan agotados por el suelo de la jaula, JinYoung sobre su pecho y Mark estando sobre el forro de cuero. Poco le importa ensuciarse con la sangre que empapa su espalda y el resto de su cuerpo. Durante unos largos minutos acaricia los cabellos del menor con sus pálidos dedos y en ocasiones le toca la mejilla para retirar las lágrimas que caen hasta hacerlo dormitar.

Su esófago quema horriblemente y como no puede moverse con JinYoung dormido contra su pecho, se asegura de ladear la cabeza para no atragantarse con el líquido carmesí y coágulos oscuros que brotan con más ímpetu que la primera vez.

—Esa maldita nos jodió muy bien, ¿no, amor mío?— suspira agotado.

Jae Beom y BamBam han perdido el color en sus mejillas. El hechicero ahora sabe lo que Mark trataba de ocultar. Escucha al lobo decir con palabras atropelladas que irá por toallas limpias, mientras que por otro lado el hechicero va en busca de los productos de limpieza de los que se quejó minutos atrás.

Mark permanece con los ojos cerrados sintiendo un nuevo escozor a lo largo de los brazos por los nuevos cortes y los que se abrieron de nuevo tras la reciente lucha. Con lentitud saca otro cigarrillo y encendedor de su bolsa, siente cómo el alivio regresa a él luego de dar la primera calada. Al contrario del pelinegro Mark sí puede beber hasta satisfacerse por mero gusto, pero el problema aquí es que no ha sentido nada de sed o hambre a lo largo unas semanas en las cuales descubrió por casualidad que los cigarrillos ayudan por más que lo están destruyendo a pasos agigantados. Unos minutos después el tabaco se acaba, él se despabila y lanza la colilla a un costado, viéndose atrapado entre el limbo de la somnolencia es cuando logra escuchar a Lim y Bhuwakul entrar a la habitación inundada en líquido carmesí. No va a admitir en voz alta lo mucho que los dos han ayudado y lo agradecido que está con ellos, le echaron una mano al cuidar a JinYoung, al limpiar cada rincón y conseguir más sangre sin tener que matar a nadie.

Por más que se ve como una causa perdida los dos dejaron de lado sus deberes principales para ponerse a buscar una solución, todavía le sorprende pensar en la fortaleza de los lazos que comparten con JinYoung, porque definitivamente deben ser fuertes si a pesar de todo siguen al lado del pelinegro. Es por eso que no logra comprender por qué acuden a él y le ofrecen los mismos cuidados si no existe ningún lazo que los una, a pesar de eso y del poco tiempo compartido Mark descubrió que aquellos dos no eran criaturas despreciables.

—¿Por qué no lo mencionaste antes?

—Necesitaba que te concentres en JinYoung.

—Encargarme de ti no es tiempo perdido, Mark. 

Como cada noche después de atender al pelinegro, el joven hechicero se encarga de curar sus heridas. Mark se encuentra muy débil, la sangre que expulsa no proviene de su estómago, sino de sus propias venas. BamBam lo descubrió luego de que las cosas se calmaran el primer día y desde entonces ha trabajado el doble para poder ayudarlo a él también. Se la pasa haciendo pociones todo el día y con ayuda de Jae Beom se pone a leer pasajes de libros polvorientos en diversos idiomas, su perseverancia le ha llevado a encontrar pistas, como que la maldición es fuerte porque la bruja fusionó dos hechizos distintos de grados mayores.

Es inevitable que sienta algo de culpa por no haberles llamado desde un principio, ellos serán capaces de encontrar las respuestas que necesitan, pero no podrán hacerlo a tiempo. El reloj ya no avanzará más para el rubio, se detendrá una vez que la luna alcance el punto más alto en el cielo oscuro de la siguiente noche. No está preocupado por lo que le va a pasar, él no le tiene miedo a la muerte, lo único que le inquieta es dejar a JinYoung luego de haber convivido con él durante mucho, mucho tiempo. Sin embargo, dejarlo en las manos de Jae Beom y BamBam le da un poco de consuelo ya que sabe que lo devolverán a su forma normal, la forma en la que sus colmillos no son tan largos y le llegan hasta los labios haciéndole lucir como un felino gracioso, el color púrpura de sus párpados dará marcha atrás y en cambio lucirá tan brillante y sano como siempre fue, sus afiladas uñas tomarán su tamaño original y sus ojos serán por siempre del tono marrón que Mark ve durante sus sueños.

El vampiro espera con paciencia que el hechicero termine de hacer lo suyo, mientras tanto su mirada se pierde en la gran pintura colgada en la pared en donde JinYoung muestra una sonrisa deslumbrante y él se mantiene con el porte firme con el que suele andar. Mark recuerda ese día a la perfección, JinYoung le dio ese cuadro como un regalo en donde se plasmaba la gran amistad que ambos construyeron.

—Mark, deja de fumar.— Jae Beom se acerca con evidente molestia para intentar quitarle el cigarrillo, pero él lo esquiva.— Esa cosa te está destrozando por dentro. BamBam me dijo que te quema el esófago cada vez que inhalas, según él es un milagro que puedas hablar con lo desgarrado que te encuentras.

—Será la última vez. A partir de mañana podrás tomar todos los que están en mi recámara.

—No me gusta fumar.— el alfa responde echándose al sofá individual que está a un costado.

—Entonces que se los quede BamBam.

—A él tampoco le gusta fumar cigarros, sólo hierba.

—¡Jae Beom!

—¿Es por eso que actúas así?— le pregunta riéndose.

—¿A qué te refieres?

—Ya sabes, como si estuvieras drogado todo el día.

Jae Beom se ríe junto a Mark mientras el hechicero les lanza una almohada a cada uno. La tos de Mark se hace presente por lo que toma una toallita y se cubre la boca para no mancharse, le duele a montones pero no dejará que eso arruine la última velada agradable de su existencia, es por eso que aún cuando deja de toser él continúa burlándose de Kunpimook.

—¡Idiotas! ¡Haré que cada uno se trague una manzana envenenada!— el chico les reclama pero al cabo de unos segundos termina uniéndose a ellos.

Mark estuvo luchando contra ese sentimiento pero al final lo comprende y lo asimila, viendo a ese par de bobos una voz interna le dice que también los aprecia y por ende va a extrañarlos, hablando de un posible caso donde pueda sentir aún después de muerto, él definitivamente lo hará, ni siquiera se ha ido y ya añora a los tres. Jae Beom se levanta cuando las manecillas del gran reloj en la pared marcan las doce en punto, indicando ya la hora de que vaya a darle un vistazo a su territorio. Debido a que está todo el día con ellos tuvo que dejar a cargo a su beta, sin embargo viaja todo el tiempo hasta su manada y una vez que el sol sale el lobo regresa para darle seguimiento a la búsqueda infinita en los libros.

—Listo.— BamBam suspira cansado y se estira como un gato en un intento de combatir el agotamiento en sus extremidades, el hechicero no duerme hasta que Jae Beom regresa al amanecer.

—¿Por qué no descansas unos minutos?

—No hay problema con eso. Cuando le demos fin a este tormento lo único que haré será dormir. ¿Qué harás cuando la maldición acabe?

—Supongo que ser libre.— dice recostándose por completo en el sofá, está muy cansado como para subir las escaleras, además no se ha acabado el cigarro. El vampiro realmente espera liberarse no solo de la maldición, sino de todo. 

—Estaré donde siempre.— el hechicero le indica. —Grita si me necesitas. No, espera. Debes cuidar tu garganta. Mejor susurra mi nombre, te escucharé desde donde estés.

Mark planea quedarse despierto toda la noche para pasar sus últimas horas recordando todo cuanto puede sobre JinYoung, pero por más que lucha contra la somnolencia sus párpados caen con pesadez y se sumerge profundamente sin despertar exaltado, eso se había vuelto una costumbre desde la noche de cacería fallida. Las cortinas gruesas están cerradas, intuye que BamBam regresó en algún momento de la madrugada y cerró las venanas para evitar que la luz del sol le lastimara al despertar. Como es un vampiro puro no le quema la piel, pero sí resulta sensible para sus ojos.

Por una extraña razón la casa tiene una vibra diferente, no mala, más bien tranquila. No sabe si sólo se trata del ambiente otoñal que siempre lo ha calmado o porque la resignación ya está enraizada muy dentro de él. El clima le resulta perfecto, el sol apenas aparece y el cielo tiene unas lindas tonalidades opacas muy típicas del amanecer. Es el día perfecto para dejar este mundo. Con gran calma camina hacia el frente de la mansión, donde su jardín lo recibe como una clase de puerta al paraíso. Todas las flores que ahí se encuentran son una mezcla de sus gustos con los del vampiro pelinegro, parecen estar más vibrantes que nunca así que Mark se encuentra feliz de haber tomado la decisión de admirar su jardín por última vez. Se queda afuera al menos una hora y BamBam le saluda desde la ventana de arriba para después continuar leyendo un libro negro con el símbolo de los wicca.

Mark hizo cosas que nunca se hubiera atrevido a realizar. Echó a la basura todos sus ideales de la vieja escuela, habló con dos criaturas diferentes a su raza, les abrió las puertas de su hogar y confió en ellas. Fue casi tan impactante como descubrir que estaba enamorado del partenaire que interpretaba el papel principal en su vida.

Escucha un par de pasos a su espalda y él da por sentado que el lobo ya llegó, como no quiere recibir otro regaño decide encaminarse hacia la entrada.

—¿No es aun temprano para que estés aquí?

A falta de una respuesta Mark siente un escalofrío por el cuerpo que le da la sensación de que algo no anda bien. En la entrada de la casa JinYoung se encuentra parado en estado de alerta, aturdido por la repentina claridad del exterior, no es mucha pero sí lo suficiente para azorarlo si se toma en cuenta que no ha salido de la casa ni visto luz natural desde hace cinco meses, y le observa fijamente con la conciencia ya perdida. Sus piel está ensangrentada por la fuerza que usó para salir de las ataduras de plata. Mark se ha resignado a la muerte pero eso no significa que desee morir, sin embargo, se siente bien saber que será su gran amor el que le quite la vida.

—Me alegra que seas tú.

En menos de cinco segundos ya se encuentra contra el suelo, JinYoung se cierne sobre él como un depredador que no ha probado una gota de sangre en siglos, apresa sus muñecas contra el césped y luego de darle una última mirada a ese rostro que tanto añorará deja que el vampiro salvaje le muerda y empiece a beber todo lo que tiene para dar, lo cual no es mucho porque en sus venas casi no hay rastros de plasma.

—¡Lo tengo! ¡Resiste!— BamBam hace hasta lo imposible por detener a JinYoung, en esta ocasión las noches de desvelo le cobran factura y su fuerza no resulta suficiente, no puede inmovilizarlo. 

Por la mente de Mark atraviesa la idea de que todos se sentirán culpables de su muerte, BamBam por no poder detener al pelinegro, Jae Beom por no llegar a tiempo, pero el que sentirá especial arrepentimiento será JinYoung una vez que consiga ser él mismo de nuevo. Es por eso que le dice a BamBam con la mirada que ya no lo intente, tiene un plan que beneficiará a todos, les quitará un enorme peso de encima y de paso será una forma de agradecerles por haberlo transformado en una criatura diferente al vampiro clasista que una vez fue. 

No se opone ni lucha, porque por su amor no correspondido haría cualquier cosa.

—Está bien.— le dice al vampiro. Antes de que las sombras lo envuelvan para siempre usa lo último que tiene para poder salvar a JinYoung. —Tomarás todo lo que necesites y cuando seas tú de nuevo en alma y presencia, me vas a olvidar.

Los últimos segundos pasan en cámara lenta. BamBam recita unos pasajes con desespero, un aullido de lobo resuena entre los árboles y finalmente JinYoung deja de ser una criatura salvaje. Cuando libera su cuello y se incorpora Mark lo ve y le sonríe por última vez a pesar de que él menor se encuentra perdido debido a la hipnosis exitosa. JinYoung se sumergirá en un sueño profundo hasta que todos sus recuerdos compartidos sean eliminados, por su parte el rubio se sumergirá en un sueño profundo sin final aparente.

Resulta un poco curioso que después de todo la bruja le dijo la manera de deshacer la maldición. En ese momento Mark no captó sus palabras entrecruzadas con intención, la criatura de ese entonces no comprendía nada acerca de pureza ni de corazones, lo ignoraba de manera abismal. Sin embargo, ahora que ya sabe el enorme peso de los sentimientos y su importancia, él comprende a la perfección. Lo comprende justo antes de morir.

Probablemente la bruja vio su futuro, en donde él moriría a manos de su amor no correspondido. Quizás ella intuyó que no iba a lograr descifrar el mensaje, por eso dejó este mundo tan confiada. Pero se equivocó, ella no vio lo que había detrás de su muerte, no creyó que pudiera ser capaz de cambiar.

Pero lo hizo.

El corazón de Mark se sacrificó por el de JinYoung, se tornó puro, ambos fueron iguales durante unos instantes, y al hacerlo otorgó el suyo para que sea el de JinYoung el que pudiera permanecer. 

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Hola de nuevo, gente. Espero que tengan un maravilloso octubre.

Este os fue hecho a petición de Wonhita_MX Lo publiqué un año después de que me lo pidieras, pero al fin y al cabo lo hice.

No sé que tan bien me haya salido o si era lo que tenías en mente, pero es trabajo honesto hecho con cariño.

¡Nos leemos en la siguiente historia halloweenezca!

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