Meguru Bachira

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Aclaración: AU Pokémon, si vengo con otro locura ✌🏼

Lo que había inicado como una aventura para conocerse así misma y encontrar lo que le apasionara, terminó convirtiéndose en algo completamente diferente para Mai Gojo.

—¡No aléjense!— gritó tratando de escapar de unos cuanto Ariados.

Ella no podía defenderse ya que no contaba con ningún pokémon, no quería tener uno despues de vivir eso...

Pero sabía que este problema no hubiera ocurrido si ese chico raro que tenía un travieso Emolga no los hubieran molestado.

—Esto es divertido— mencionó entre risas el causante de todo eso, Mai solo sintió enojo al oírlo.

—¿Estás loco? vamos a morir— le dijo mirándolo con seriedad y claro, sin dejar de correr.

Meguru solo la observó por un tiempo para luego dedicarle una tierna sonrisa.

—Tus ojos son bonitos— soltó como si nada dejando en blanco a la chica.

Era la primera vez que alguien le decía eso, así que aquello la sorprendió mucho. Aunque luego recapacitó dejando de lado eso. No, no, ese idiota seguro estaba diciendo tonterías.

—¿Qué tal si en vez de decir eso, no mandas a tu pokémon a atacarlos?— mencionó con dureza, vió como él parpadeaba con confusión para luego sonreír tontamente.

—Pensé que estabamos jugando— respondió, a Mai casi le da un ataque— entonces...Emolga usa Electrotela— ordenó a su pokémon que había estado en su hombro, la ardilla voladora acató la arden de su entrenador encerrando a los Ariados en una red y electrocutándolos a la vez.

A pesar de ello, Mai no evitó retroceder si aquello no funcionaba por eso no se dió cuenta que detrás de ella el camino iba cuesta abajo.

—¿Eh?— murmuró al sentir como su cuerpo caía—¡Kya!— con su grito hizo que Meguru se diera cuenta de lo que sucedió.

Mai terminó rodando por toda la colina, toda su bonita ropa y el gran peinado que se había hecho con mucho esmero quedó arruinado.

Bachira se acercó a ella, riendo levemente por lo ocurrido.

—¿Esta bi...?—

—¡No!— gritó deteniendo lo que el de ojos amarillo le iba a decir— nada de esto hubiera ocurrido si tu no me hubieras seguido, ahora por tu culpa estoy así— se señaló, respiraba fuertemente tratando de calmar su enojo.

Aunque ella era Mai, una chica que no podía estar enojada con nadie que no lo mereciera porque a pesar de todo, Meguru no tenía la culpa de nada. No tenía la culpa de lo que le había sucedido momentos antes, no debió desquitarse con él.

—¿Uh?— musitó el chico no entendiendo lo que la chica le había dicho.

Ahora ambos estaban sentados en el verde césped que había en ese relajante lugar.

Mai se removió sin salir de su escondite que era enterrar su rostro en sus rodillas.

—Lo siento, no debí enojarme— repitió con una voz más clara— ni decirte eso, solo...no debí gritarte así— soltó un suspiro.

—No pasa nada, muchos me han gritado así— dijo simplemente el enérgico chico causando que Mai lo mirara incrédula— hasta hice que salieras de tu escondite— bromeó.

—Pues no debes dejar que otros hagan eso, nadie tiene el derecho de decirte estupideces así como lo hice yo— exclamó ella con una leve molestia. De solo pensar en eso hacía que una furia corriera por sus venas.

Aunque...¿por qué se enojaba? Tan solo conocía de hace poco a Meguru...

—Bueno, esas son cosas que ya pasaron hace mucho— le restó importancia el pelinegro de mechas amarillas— eso solo hizo que mi sueño de ser el mejor se hiciera más fuerte— la rubia oscuro lo escuchó atentamente— además solo me importaba lo que mi mamá pensara de mi, si no fuera por ella no estaría viviendo mi aventura— sonrió Meguru.

—Vaya...debe ser bonito que alguien te apoye— soltó Mai sin pensarlo mucho, eso llamó la atención de Meguru— por ahora solo estoy viajando para ver que podré hacer en el futuro, no tengo una meta que sea muy claro...creo que es todo lo que puedo decir de mi...¿no crees que soy alguien aburrida?— soltó una risa sin nada de gracia, como tenía la cabeza gacha, Meguru no podía observar aquellos ojos que le habían gustado mucho.

—Yo no pienso que seas aburrida— dijo Meguru— eres la persona más bonita que he visto y no solo es por tu apariencia, sino que me ayudaste sin recibir nada a cambio e incluso me toleraste, pero lo único que hice yo fue hacer que te cayeras y terminaras ensuciándote, en verdad siento mucho sobre eso— se disculpó con sinceridad.

Mai solo sonrió levemente levantando su rostro en dirección al chico.

—No perdóname tú, me exalté mucho por una pequeñez, es solo que no me gusta ensuciarme pero esta bien, es algo que se tiene que vivir mientras se viaja—

Una agradable silencio los envolvió mientras una fresca brisa corría por el lugar.

—¿Por qué no tienes un compañero pokemon?— preguntó de repente el pelinegro, cortando el silencio— nada sería aburrido para ti si tienes a un compañero confiable a tu lado, desde que te conocí solo he visto que estás sola, estoy seguro que si tienes a un compañero en quien confiar podrás tener más claro lo que quieres hacer— habló con inocencia sin saber los malos recuerdos que vinieron a la mente de Mai.

Las risas escandalosas burlándose por el estado que su yo de 7 años se encontraba. Esas miradas en sus horribles rostros, nunca lo olvidaría.

—Si que eres muy curioso...pero es algo que no quiero responder, lo siento— dijo ella guiñándole el ojo— pienso que debemos seguir, seguro llegaremos mucho más rápido a tu destino— aunque el cambio de tema fue tan obvio Meguru ya no indagó en eso.

Pero haría que si o sí que los ojos de Mai dejarán de estar tan apagados y emitieran un hermoso brillo que estaba seguro sería de los más hermoso que había visto.

Meguru notó que Mai no odiaba ni nada de eso a los pokemones incluso había visto acariciar a algunos con mucho cuidado, su Emolga estaba incluido, lo que sí notó fue la melancolía que ella expresaba en esos actos.

¿Pero que habría ocurrido para que ella no deseara tener a un pokemon de su lado?

—Gracias— respondió amablemente la rubia oscuro cuando el pokemon ardilla le invitó una manzana que encontró en los árboles.

—¡Están deliciosos!— exclamó con la boca llena el de mechas amarilla— pruébalo, pruébalo— alentó a la chica que terminó por darle un mordisco al suyo.

—¡Es cierto están deliciosos!— dijo ella con un sonrojo adornando su rostro mientras posaba una mano en su mejilla.

Ambos estaban pasando un buen momento juntos mientras llegaban a la próxima ciudad. Pensaban que seguiría estando tranquilo, que equivocados estaban.

—¿Qué?—

—Vamos a ayudar, Mai— le dijo Bachira sonriendo mientras se alejaba corriendo, la chica no tuvo de otra que seguirlo. No hace poco habían llegado a la ciudad donde Meguru retaría a una batalla, solo que esto fue pospuesto porque los pokemones iniciales del laboratorio de esa ciudad se terminaron escapando debido a los ataques de unos sujetos desconocidos, debido a esto Meguru saltó rápidamente diciendo que ayudaría.

Mai amarró su cabellera en una cola alta para que no la estorbara mientras corría, al final había perdido de vista a Meguru.

—Ya no aguanto— murmuró con dificultad después de correr mucho tiempo, fue así hasta que observó a uno de los pokemones que escaparon— ¡Piplup!— llamó al pokemon pingüino que no dudó en querer escapar al verla— ¡espera ven aquí!— llamó preocupada siguiendo al pequeño— No te haré nada, enserio...espera así solo suena algo raro— dijo sintiendo un gran cansancio en su cuerpo, escuchó ruidos raros detrás suyos, con lentitud volteó encontrándose con muchos Beedrills con intención de atacarla, había pensado que era una humana que había entrado al bosque para molestar— ¡Aaah!— sin saber de donde sacó fuerza, Mai salió corriendo llegando incluso a alcanzar a Piplup— ¡corre, corre!— chilló asustada.

—¡Pipluuup!— gritó asustado el pingüino.

Era la segunda vez que ocurría algo asi...¿acaso no podría ser peor?

No se hizo esperar que del lado por donde corrían aparecieran otros pokemones salvajes intentado atacarla a ella y a Piplup.

Ella y sus pensamientos estupidos.

Pero lo único que podía hacer era proteger al más pequeño, así que lo tomó en brazos para sorpresa de este y comenzó a correr más rápido, debía salir de ahí si o si.

Piplup dejó de picotearla al sentir como Mai lo estrechaba en sus brazos para que no le cayera ningún ataque, hasta que la rubia oscuro se destabilizó cuando pisó mal cayendo bruscamente a la tierra.

—Ay...eso dolió—murmuró entre siseos, pero el dolor se esfumó cuando los pokemones salvajes ya estaban cerca de ella, escondió debajo de ella al pingüino— quédate quieto, no dejaré que te lastimen ¿bien?, cuando notes una abertura solo corre, primero debes salvarte a ti— le dijo sabiendo que el pokémon agua le entendió y para tranquilizarle le brindó una sonrisa. Fue con eso que Piplup supo que podía confiar en ella, que esa chica lo protegería como a de lugar.

El pequeño se escabulló debajo de ella plantándole cara a los Beedrills y Ariados, y para sorpresa de Mai, este comenzó a crear un gran torbellino que impactó contra los pokemones abejas, quienes eran lo que más cerca estaban.

—Wow...— musitó ella, no creía que el pokemon la defendiera.

—Piplup, Piplup- le dijo el pokémon haciendo que Mai le prestara atención, este llevo una aleta a su pecho y comenzó a "hablar".

—Vaya, entonces vas a protegerme— entendió la chica, el pingüino asintió— bueno cuento contigo Piplup— le confió Mai aunque terminó soltando un grito cuando al intentar pararse le dolió mucho su tobillo— no puede ser...¿por qué justo ahora?— se lamentó.

El pokemon agua se mostró preocupado pero primero lanzó su ataque Rayo burbuja contra los pokemones arañas, estos retrocedieron un poco pero siguieron avanzando e incluso lanzaron su ataque de telaraña, Piplup se asustó con eso.

—¡Ven aquí!— Mai lo tomó volviendo a esconderlo, ella cerró los ojos esperando que otro ataque potente le llegara pero no sucedió nada— ¿eh?— cuando levantó la mirada se encontró con Emolga que la estaba protegiendo con su Pantalla de Luz— Emolga...entonces Meguru...—

—¡Hiciste un buen trabajo, Mai!— la voz animada de Bachira se escuchó al lado suyo, él le sonrió calmando a la asustada chica— ahora es mi turno— dijo fijándose en los pokemones salvaje, Emolga voló a su lado.

Mai miró sorprendida como Meguru se sincronizaba con su pokemon, de alguna manera hizo que se acordara a ella misma de niña junto a su Eevee, sintió como unas lágrimas se acumulaban en sus ojos fucsia.

"Vamos Eevee, siempre estaremos juntas"

Piplup la miró sintiendo como Mai lo abrazaba más fuerte pero sin llegar a lastimarlo, al verla en ese estado el pokemon la abrazó de vuelta acurrucándose en su pecho, no quería que ella llorara.

Meguru no entendía lo que estaba pasando, para él era claro que Piplup quería estar con Mai pero ella no lo dejaba.

Entonces...¿por qué?

Acarició la cabeza del pingüino que lloraba por querer estar con Mai y salió a buscarla.

Encontrarla le hizo recordar la primera pelea que tuvieron, Mai estaba con la cabeza entre sus rodillas, en una posición que de alguna manera...buscaba enconderse así misma.

—N-no puedo, Bachira...no puedo hacerlo— musitó entrecortadamente la fémina al escuchar sus pasos sabiendo que era él.

—Puedes...¿puedes decirme que sucede?— preguntó el chico sintiéndose un tanto nervioso, esto era diferente a la primera cap vez que le había visto así.

Él no saber que hacer mantenía un tanto enojado a Meguru, le daba miedo decir algo que hiciera sentir más triste a Mai, así que prefirió callarse.

—Ellos...ellos me arrebataron lo único bueno que había tenido en mi vida— Mai habló eligiendo ser sincera con el chico y también para sacar todo lo que esta sintiendo— ellos nunca me quisieron y eso es así hasta ahora, por eso elegí escapar de casa una vez que cumplí los 16 años— esa información sorprendió a Meguru— cuando era niña yo tenía una gran amiga para mi...era la única que me acompañaba cuando ellos me golpeaban y solo con ella tenía esperanza de que todo cambiaría...de que algún día ellos me quisieran y dejaran de hacerme daño pero...— Mai soltó un sollozo que no pudo controlar— un día Eevee salió a defenderme, yo la mantenía oculta para que ellos no le hicieran daño, pero igual salió al escuchar mis gritos, Eevee los enfrentó para que me soltaran pero ellos...— Mai no pudo controlar su llanto de solo recordar ese horrible momento— ella era tan pequeña, Meguru...no pudo...ellos la golpeaban tan fuerte, no pude protegerla así como ella lo había hecho conmigo, soy una horrible persona que no tuvo la fuerza para detener ese horrible acto por eso...por eso no puedo tener a nadie porque sino ellos volverán y me la arrebatarán como a Eevee—

Bachira procesó todo eso...era algo horrible, él no se imaginaba por todo lo que Mai tuvo que pasar y lo llenó de furia, nadie debería pasar por lo que Mai vivió, ellos no debían atormentar su vida...¿por qué así son los padres, no? Siempre deben velar por la felicidad y seguridad de sus hijos.

Pero entonces...¿por qué le hicieron todo eso a Mai? Ahora entendía lo que ella le había dicho después de que él hablara de su mamá.

Meguru hizo lo único que podía hacer que era abrazar a una destrozada Mai, que aún seguía recordando todo, y con ese acto brindarle su apoyo, que él siempre estaría para ella pasara lo que pasara.

Porque haría que no volviera a pasar por eso, haría que avanzara en su presente consiguiendo hacer realidad todo lo que ella se propusiera, y él estaría a su lado cuando se hiciera realidad todo.

—Ya no te harán nada porque ahora yo estoy de tu lado— le dijo él a la triste chica—  sé que debe ser difícil olvidar todo pero aún así debes avanzar para hacerla feliz, es lo que  que ella quisiera. Así no que no llores, ¿esta bien?— secó las lágrimas de una silenciosa Mai que no dejaba de mirarlo atentamente— ¿te acuerdas cuando me dijiste que sería bonito que alguien te apoyara en todo? ¡Yo seré ese alguien para ti!— exclamó intentado que ella lo entendiera— nunca más vas a estar sola, Mai...y si algún día ellos intentan hacerte algo yo te protegeré, ¡lo prometo!—

¿Han sentido esa sensación agradable en el corazón cuando sientes que ya todo mejorará?

Eso es lo que Mai estaba sintiendo justo ahora, estando en el abrazo de Meguru podía sentir toda la calidez que él le transmitía no solo por su tacto sino por cómo era él.

Meguru era un sol andante que haría brillar a todos los que se toparán con él.

Y Mai supo que estaría bien estando junto a él, sabía que las pesadillas y el miedo seguiría, pero con Meguru a su lado todo ese mal se iría apaciguando hasta que ella tenga las fuerzas suficientes para continuar sola. Porque tenía que hacerlo, por Eevee, por Meguru y principalmente, por ella misma.

—Gracias Meguru—

Debía vivir su presente y tomar todo lo del pasado para darse fuerza en continuar. Había un gran camino por recorrer y ella lo lograría, todo lo que deseara ella lo haría realidad.

—Lo siento, en verdad perdóname— Mai se disculpó cuando el pequeño Piplup saltó en sus brazos, ella lo abrazó buscando el perdón del pokemon— seguro que con mi mala actitud ya me consideras una mala entrenadora Piplup, y lo entenderé— dijo decaídamente pero el pokemon agua le comenzó a protestar dejándola sin palabras.

—A Piplup no le importa, igual quiere seguir contigo Mai— le dijo Meguru que había visto todo con una sonrisa.

—¿Enserio? ¿Igual quieres estar conmigo?— le preguntó al pokemon pingüino, este solo asintió con sus grandes ojos brillosos— ¡eso me hace tan feliz!— musitó ella entre lágrimas de felicidad— yo siempre te cuidare Piplup, nunca dejaré de estar a tu lado, gracias por querer estar conmigo— abrazó de vuelta a su nuevo amigo.

Ese día se convirtió uno de los favoritos de Mai, supo demostrar sus sentimientos y pudo conseguir dos amigos. No podía creer que una vez en su vida estuviera muy feliz, aquello que había añorado de niña ahora lo estaba sintiendo junto a Bachira y Piplup.

Una nueva aventura nacía para ella junto a sus amigos, y esta vez sí que lo iba a disfrutar.



La idea nació debido a esto:

(Espero se pueda ver xd)

Una risa con la suerte que tiene Mai, lo bueno es que ya conoce a Meguru y todo lo malo que le sucedía ya no lo tendrá.
Ya tenía tiempo pensando en este Os y ahora se los comparto, espero que les haya gustado 💕.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro