Capítulo 18💋

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Yoongi observaba al atractivo rubio completamente silencioso sentado frente a él, jugando con una deliciosa comida que sabía que era totalmente del gusto del menor en vez de estar disfrutándola como había esperado que hiciera.

Desde el mismo momento en que había recogido a Jimin fuera de su trabajo, se percató de que el estado de ánimo de este no era usual, el chico no se encontraba enojado, pero sí estaba demasiado silencioso y un aire casi deprimido le rodeaba, no era el hombre que había estado conociendo las últimas semanas.

Y sabiendo que la noche anterior el menor había ido a la casa de sus padres a cenar con ellos, podía adivinar fácilmente a qué se debía su deprimente estado de humor.

En el momento en que Jimin le había dicho que pensaba ir solo porque su madre se lo estaba pidiendo, Yoongi había sabido que era una mala idea y que terminaría de aquella forma, porque era imposible que alguien como Park Seung-woo cambiara de opinión tan fácilmente en cosa de días, pero como esa era una decisión que él debía de tomar y enfrentar, solo lo había apoyado.

Pero, la verdad era que ya le estaba molestando el silencio de Jimin. Gracias a las otras salidas que había tenido con el menor, podía decir que era una persona alegre y que gustaba de hablar siempre teniendo algo interesante a compartir a su parecer sí recordaba la revelación que le había hecho antes de que su almuerzo fuera interrumpido por un mensaje de su madre.

Si era sincero, la noche anterior había esperado que Jimin le llamara a sí fuera a mitad de la noche para que le contara como le había ido, para que se quejara y desahogara respecto a sus estúpidos padres, pero nunca llamó.

Es más, si no fuera porque Taehyung le llamó y le advirtió que había encontrado algo raro a Jimin durante su almuerzo, él no tendría ni idea de que algo le estaba molestando, y el que su supuesto esposo no le contara nada le estaba molestado un poco.

Cuando otro suspiro escapó entre esos rellenos labios, Min decidió ponerle un alto a toda la situación.

Si iba a ayudar a Jimin, este tenía que contarle todo lo que le molestaba para que eso sucediera.

—Otro suspiro que dejes escapar y te quedaras sin oxígeno para tus pulmones —indicó limpiando sus labios.

Jimin observó el plato con deliciosa carne servido frente a él, pero lo único que hizo fue jugar con ella empujando los trocitos de cerdo y arroz.

—Deja de jugar con la comida y come algo —ordenó.

—Lo siento, pero no tengo mucho apetito —pronunció finalmente, rindiéndose y empujando ligeramente el plato con comida sin tocar.

—Taehyung me dijo que tampoco comiste algo mientras almorzabas con él —reprochó.

Jimin torció ligeramente sus labios y colocó una de sus manos sobre su estómago.

—No tengo mucho apetito, tal parece que lo poco que comí en la casa de mis padres me sentó mal —comentó—. Pero siempre que ceno con ellos ocurre, por lo que no me preocupa mucho —descartó con un bufido.

—Por supuesto que te vas a enfermar si comes con esa clase de persona a tu alrededor, no es como mi increíble compañía —resopló y apoyó un codo sobre la mesa—. Dime, ¿qué estupidez fue lo que te dijeron ahora? —preguntó directamente.

—Lo mismo de siempre, en realidad —se encogió de hombros—. En un principio mi madre habló diciendo que estaban dispuestos a perdonarme si pedía perdón y limpiaba la imagen de mi padre diciendo que ya había aceptado mi lado maricón y mi matrimonio contigo —expresó con disgusto.

—Oh, empezaron bien desde el principio, ¿no? —dijo con ironía.

—Sin dejarme responder, mi padre comenzó a hacer planes —pronunció y observo la mesa—. Pero de todas las cosas que me dijo, lo que más me molestó es que intentara aprovecharse de todo tu poder e influencias usándome a mí de por medio —explicó—. Me dio tanta rabia y tristeza entender que para ellos, sin importar la situación solo sigo siendo una herramienta —negó triste.

—Lo siento —pronunció Yoongi sinceramente, cruzando una mano por la mesa para colocarla sobre la de Jimin.

—Está bien, supongo que esto es algo que necesitaba escuchar para mantenerme firme con mi decisión respecto a desligarme de todo lo que les involucra a ellos —suspiró—. Sabía que ellos no cambiarían de la noche a la mañana, ¿sabes? Pero al menos esperaba que lo consideraran. De mi madre nunca espero nada, pero algo de apoyo esta vez hubiera sido bueno —murmuró.

—Las personas que son egoístas nunca cambian —indicó con un tono suave—. Pero me siento orgulloso de ti —anunció.

—¿Orgulloso de mí? —preguntó alzando su mirada para observarle con el ceño fruncido.

—Sí.

—¿Pero por qué? —inclinó ligeramente su cabeza.

—Porque a pesar de todo lo que te dijeron tus padres, te mantuviste firme respecto a tu decisión y te negaste a sus demandas —explicó apretando ligeramente su mano antes de soltarla—. No caíste nuevamente y decidiste seguir adelante, saliste de tu zona de confort en vez de volver a caer en ella y déjame decirte que eso es algo que pocas personas logran —sonrió.

—¿Es así? —preguntó finalmente mostrándole una pequeña sonrisa de labios.

—Por supuesto —asintió—. Lo digo yo, Min Yoongi, tienes que creerme porque nunca me he equivocado.

—Cierto, la confianza y arrogancia es parte de tu esencia —se burló y tomó su vaso de agua.

—Llámalo como quieras, solo es la verdad después de todo —expresó con tal arrogancia que finalmente le sacó una ligera carcajada a Jimin, iluminando todo su rostro con dicha acción.

—Gracias —pronunció observándole con una sonrisa de ojos—. Necesitaba hablarlo con alguien.

—No tienes que dudar, si algo así vuelve a ocurrir o algo te afecta solo tienes que llamarme —ordenó—. Sin importar lo que esté haciendo, siempre tendré tiempo para mis amigos, en especial si es uno con el cual me casé.

Jimin resopló una ligera risa—. Por supuesto, soy tu amigo, pero ser tu esposo tiene prioridad —asintió.

—Todo lo que digo es verdad —pronunció con tono serio—. Prometí que te ayudaría, por lo que necesito saber si tus padres te vuelven a molestar y más aún si esto te termina afectando —indicó.

Dejando toda broma y juego, Jimin le observó fijamente.

—¿Lo dices en serio?

—Por supuesto —asintió con firmeza—. Tal vez tenga pocos amigos, Jimin, pero los pocos que tengo los atesoro exactamente por lo que son, un tesoro.

—Y yo soy uno de tus amigos...

—Así lo pienso —asintió y Jimin sonrió.

—Gracias, hyung —pronunció y algo dentro de Yoongi se removió con aquellas palabras.

—Tienes que comer algo —indicó aclarando ligeramente su garganta.

Jimin observó su plato intacto y arrugó ligeramente su nariz.

—Realmente no tengo mucho apetito —dijo apartando un poco más el plato.

—¿Es por la comida? ¿Quieres que pida otra cosa para ti? —propuso.

—No. En serio, gracias, pero tengo todavía esos nudos en mi estómago que no me dejan comer nada —explicó y tomó un sorbo de agua—. Con esto estaré bien.

Yoongi frunció el ceño.

—No has comido nada en todo el día, eso no te hace bien —indicó y se enderezó empujando el plato frente a él—. Solo come un poco, unos bocados para que tu estómago tenga algo más que agua.

Observando el plato con carne, arroz y otros acompañantes, su estómago se volvió a apretar.

—¿Solo unos bocados? —preguntó observando al mayor.

—Sí —asintió.

No muy seguro, pero dispuesto a hacerlo por Yoongi, Jimin volvió a coger el servicio y tomó algo de comida.

Cuando el primer bocado estuvo en su boca, no se sintió bien, pero Yoongi sonreía satisfecho, por lo que se esforzó un poco más, pero se detuvo en la cuarta cucharada cuando unas náuseas horribles le invadieron.

Con expresión llena de horror, dejó caer el servicio en la mesa y alzó su mano para cubrir su boca.

—Lo siento —exclamó parándose abruptamente, saliendo de la habitación privada del restaurante para dirigirse a los baños.

Jimin apenas y si alcanzó a entrar a un cubículo individual antes de agacharse e inclinarse sobre el inodoro.

Fue desagradable sentir como lo poco que su estómago había aguantado estaba nuevamente afuera. Y cuando ya no quedó nada, las arcadas no arrojaron más que saliva.

Cerrando sus ojos, Jimin tomó un profundo respiro tratando de controlar sus náuseas, torciendo sus labios ante su dolor de estómago.

Cuando su garganta no se contrajo queriendo botar lo inexistente de su estómago, tiró de la cadena y cogió algo de papel higiénico para limpiar sus labios.

Levantándose lentamente, bajó la tapa del baño y se sentó sobre este cuando sus rodillas se sintieron un poco temblorosas.

Joder, Yoongi tenía razón, era patético.

Su malestar no era algo que había ocurrido de imprevisto, no. En el pasado, siempre que había tenido una cena con sus padres, que generalmente ocurría dos veces en el mes, terminaba de aquella forma.

Con los nervios de punta, estresado, triste y con su estómago lleno de nudos ante la preocupación y presión de querer estar a la altura de todo lo que su padre planeaba por él.

Y aunque la cena del día anterior había sido completamente diferente, su reacción al parecer no.

Cuando estuvo seguro de que podía mantenerse firmemente de pie otra vez, se levantó, abrió la puerta y se detuvo unos minutos al contemplar a Yoongi esperándole en la entrada del baño.

—Lo siento por eso, no quise molestarte o avergonzarte de esa forma —expresó un poco avergonzado, dirigiéndose al lavamanos donde dio el agua y enjuagó su boca lo mejor que pudo para quitar ese extraño amargor.

—Olvídate de lo que piensan los demás —espetó con el ceño fruncido—. Estás enfermo.

—Estoy bien —aseguró observándole a través del espejo—. Es algo que siempre ocurre cuando ceno con mis padres.

—No me gusta —anunció—. Debemos de ver a un médico.

—Estoy bien, sé lo que tengo, es solo una gastroenteritis aguda por el estrés —se encogió de hombros intentando quitarle importancia—. ¿Vamos? Los chicos nos deben de estar esperando —le recordó.

Sin decir nada más, Yoongi asintió y ambos salieron del baño y pronto del restaurante.

Cuando estuvieron en el auto, Jimin comenzó a fruncir el ceño al percatarse de que no iban en la dirección que esperaba.

—¿No se supone que íbamos al bar con Taehyung y Jungkook? —preguntó observándolo.

—Vamos a mi departamento donde Namjoon nos espera para revisarte —anunció.

Jimin se quejó—. Pero si estoy bien, ya te dije que sé lo que tengo.

—No me sirve el diagnóstico que te das a ti mismo, no eres doctor —chasqueó su lengua.

—Pero este es el diagnóstico que mi médico me dio —argumentó.

—Tampoco me sirve porque no lo conozco y no sé si realmente es un buen médico —defendió.

—Entonces, ¿sin importar lo que diga molestarás a tu amigo para que te diga lo que yo ya sé? —preguntó alzando una ceja.

—Básicamente, sí —asintió sin mostrar culpa alguna.

—Eres imposible —resopló.

—Te dije que tu rostro se veía horrible al recogerte para cenar, y ahora estás más pálido que un muerto —argumentó—. Si no quieres que te lleve directamente al hospital será mejor molestar solo a Namjoon.

—Bien, pero no te quejes cuando él solo te confirme lo que yo ya te dije —advirtió observando por la ventana.

—No lo haré, porque al menos me lo estará diciendo una persona en la que confío y no un don nadie que no conozco —aseguró.

Y por más que Jimin intentó luchar con la pequeña sonrisa que amenazaba con salir de sus labios, no pudo.

Era realmente agradable que alguien se preocupara por él, y solo temía un poco, el hecho de acostumbrarse a ello.

¿Qué haría después de los cinco meses cuando estuviera sin la presencia de Yoongi a su lado?

Sí, sabía que tal vez ambos pudieran seguir siendo amigos, pero... ¿Yoongi actuaría igual de preocupado que en ese momento?

"No pienses en ello, Jimin. Solo disfruta lo que tienes de momento" se dijo a sí mismo.

Cuando llegaron al departamento de Yoongi, Jimin definitivamente no se sorprendió ante la cantidad de seguridad que este poseía desde el mismo momento en que un auto entraba en el estacionamiento hasta para entrar en el edificio.

—Esto es para todas las personas que viven aquí o específicamente para ti —preguntó curioso mientras se bajaba del auto.

—En teoría vendría siendo para todas las personas que viven aquí, pero el edificio es mío y con Jungkook diseñamos la seguridad completa para que me dejara un momento en paz y volviera a su casa con su pareja por la noche —explicó.

—Me lo imaginaba —asintió observando como las puertas de vidrio se abrían ante ellos después de que Yoongi pasará una tarjeta llave—. Y por supuesto que uno de estos ascensores debe de ser especialmente para tu uso, ¿no?

—Correcto —asintió subiéndose al de la derecha junto a Jimin, marcando uno de los únicos dos botones existentes y colocando una clave.

—¿Y eso es? —preguntó apoyándose en la pared reluciente de este.

—La clave para subir a mi piso —respondió—. Te la diré después y te la aprenderás de memoria, esta también se cambia cada mes —le observó—. Ahora pareces un fantasma —arrugó su nariz.

—En realidad tu piel es más pálida que la mía —indicó.

—Pero no parezco un enfermo —destacó.

—Sutil —resopló negando suavemente.

Cuando las dobles puertas doradas se abrieron, ambos hombres salieron y Jimin contempló sin asombro el departamento que era prácticamente el doble que el suyo, un lugar digno de estar en una revista con colores como el azul, negro y blanco predominando en todo el lugar.

—¿Realmente vives aquí? —preguntó mientras se cambiaba por las zapatillas de interiores.

—La mayoría del tiempo, sí —asintió—. Tengo otras propiedades, pero esta me es la más conveniente. ¿Por qué?

—Todo se ve muy de revista —comentó observando a su alrededor mientras seguía a Min a la sala de estar.

—Le encargué la decoración a alguien capacitado —respondió señalando un juego de cuatro sofás frente a una gran TV pantalla plana.

Jimin apenas y si alcanzó a tomar asiento en el cómodo sofá azul marino cuando las puertas del ascensor se abrieron nuevamente y Namjoon apareció junto a otro hombre que no reconoció.

El desconocido solo parecía ser unos centímetros más bajo que Namjoon, con su cabello castaño claro y unos bonitos ojos verde oliva.

—Ya estoy aquí, Yoongi, ¿qué le sucedió a Jimin? ¿Es muy grave? ¿Por qué no lo llevaste al hospital? —exclamó acercándose apresuradamente, deteniéndose cuando le observó sentado.

—Hola —saludó moviendo su mano.

—Me dijiste qué era de vida o muerte —pronunció observando a Yoongi.

—Solo mira lo pálido que está, eso es de vida o muerte —argumentó como si nada.

—Le dije que solo es una gastroenteritis, pero no lo quiso creer porque no confía en los diagnósticos que me dieron otros médicos —explicó Jimin—. Lamento si te interrumpió en alguna cita o algo.

—No, está bien —suspiro acercándose—. Debí de haberme imaginado esto tratándose de Yoongi —resopló tomando asiento a su lado, colocando su maletín en el suelo frente a él—. ¿Te importa? —preguntó sacando su estetoscopio, a lo que Jimin negó suavemente.

—Si soy sincero, hasta yo me preocupé con su llamada, por eso te seguí —habló el otro hombre acercándose también.

—Mentiras, solo querías conocer a mi esposo —acusó Yoongi.

—Cierto. Hola, soy Kim SeokJin, pero puedes decirme simplemente Jin o Hyung, como te sientas más cómodo —se presentó con una cálida sonrisa en dirección a Jimin.

—Yo soy Park Jimin, pero supongo que eso ya lo sabes —respondió.

—Min Jimin —le corrigió Yoongi y luego observó a su otro amigo—. Ciertamente, no recuerdo haberte nombrado al llamar a Namjoon, pero mejor, así tendremos el diagnóstico de dos médicos excelentes —asintió satisfecho.

—Eh, yo soy un médico obstetra —le recordó Jin alzando su mano.

—Sigues siendo médico.

—Pero me especialicé en otro campo —argumentó cruzando sus brazos.

—Sigues teniendo conocimientos médicos.

—Será mejor que lo dejes Jinnie, cuando Yoongi se pone en ese modo es difícil hacerle cambiar de opinión —resopló Namjoon.

—Sí, creo que puedo apoyar eso —sonrió Jimin con burla.

—Niño, ni siquiera has visto lo mejor de mi así que no apoyes —indicó Yoongi.

—Es una gastroenteritis aguda —anunció Namjoon luego de revisarle y hacerle las preguntas correspondientes.

—Te lo dije —canturreo Jimin.

—Tu turno —ordenó Yoongi señalando a SeokJin, ignorando las palabras de su esposo.

Ambos médicos se observaron antes de intercambiar de lugares, donde Jin hizo exactamente lo mismo que Namjoon, realizando las mismas preguntas para finalmente, dar el mismo resultado para tranquilidad y desgracia de Yoongi.

—Siento las molestias y el haber interrumpido por nada —pronunció Jimin despidiéndose del par de médicos, siguiéndolos al ascensor.

—No hay problema, pero de igual forma deberías de verte esa gastroenteritis —indicó Namjoon.

—O simplemente dejar de cenar con tus padres —murmuró SeokJin y su amigo lo empujó levemente—. ¿Qué? Es la verdad.

—Está bien, no creo que me vuelvan a llamar de todas formas —sonrió con un aire triste que no puso ocultar.

Despidiéndose, Jimin observó a Yoongi cuando quedaron nuevamente a solas.

—¿Feliz?

—No particularmente —respondió—. Ve a sentarte, pediré algo de comida según lo que explicó Namjoon —ordenó sacando su teléfono.

—Por cierto, ¿ellos dos están saliendo? —preguntó curioso, volviendo a la sala de estar.

—No. SeokJin está comprometido con la hermana de Namjoon, ellos solo son amigos —respondió sin mucho interés, concentrado en la pantalla de su celular.

Torciendo sus labios, Jimin tomó asiento algo pensativo. Había estado seguro de haber apreciado algo de química entre esos dos, pero ¿qué sabía él si recién los estaba conociendo?




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Espero que hayan tenido un buen fin de semana mis copitos <3

PD: Aun estoy flipando con la presentación de los chicos en las Vegas y a la vez triste porque no ganaron 😕

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