Capítulo 19💋

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Como usualmente hacía, Min Yoongi se encontraba revisando las noticias y cada blog en la internet que sabía que tenían un especial interés en él.

No es que fuera tan ególatra como para querer saber los halagos que los demás se desesperaban por expresarle, no, todo se trataba de negocios y estar al pendiente de aquellos blogs y sus comentarios significaba mantener una buena imagen.

Porque, así como había personas que solo hablaban maravillas de él, también se encontraban los envidiosos que no expresaban más que mierda aburrida, nada novedoso y aunque no significaban una especial amenaza para él, de igual forma prefería estar atento.

Estar siempre un paso adelante de los problemas era su forma de vivir.

—¿Sabías que no hace mucho se creó un grupo de fans especialmente para Jimin? —preguntó Jungkook sentado en los sofás de su oficina.

—¿Mhm? ¿Y por qué? —preguntó no muy interesado.

—Porque es tu esposo —respondió obvio—. Y tienes que admitir, que desde que se dio ese cambio de imagen que se ha vuelto mucho más atractivo para muchas personas —expresó.

—¿Lo encuentras un hombre atractivo?

—Por supuesto —asintió sin dudar—. Es, ¿cómo decirlo? ¿Sensual? ¿Una belleza innata? Hay algo en su rostro y personalidad que te atrae —explicó.

Dejando de observar su computador, Yoongi lo miró.

—¿Estás viendo a mi esposo con otros ojos? —acusó con sus ojos entrecerrados—. ¿Debo de tener una conversación con tu pareja?

Jungkook resopló—. Por favor, ¿quién crees que me dijo esto primero?

No muy seguro aún, Min volvió a observar la pantalla de su notebook.

—¿Cómo se llama el grupo? —cuestionó.

—El adonis de Min Jimin —contestó—. ¿Qué? —preguntó cuando su jefe le observó—. Yo no nombro los grupos, ellos mismos lo hacen —se encogió de hombros.

—Algunas personas necesitan tener más creatividad en la vida —chasqueó su lengua, negando con su cabeza mientras sus dedos se movían sobre las teclas.

Varios grupos y noticias salieron en el navegador, pero hubo uno que llamó más la atención de Yoongi y le hizo pinchar en el link, enviándolo a un blog de una acosadora que tenía miles y miles fotografías de su pareja.

Las imágenes comenzaban desde su boda en Jeju, y le seguía hasta Seúl. Había algunas fotografías de los dos juntos en sus citas, pero la mayoría se trataba de un solo enfoque en Jimin en su vida diaria, ya sea entrando a su casa, paseando, de compras, entrando o saliendo del trabajo, etc.

—Su-ji ha vuelto al ataque también —anunció Jungkook con sus labios torcidos en una mueca—. Ella decidió seguir con el juego y apoyar su supuesta historia de amor, pero en una entrevista que tuvo recientemente sobre ser modelo embajadora de Gucci, reveló su sincera preocupación por el matrimonio de su primo al no estar viviendo juntos aún —explicó revisando en la tablet su información—. Como hay fotografías que apoyan eso, algunos también están empezando a cuestionarse al respecto y no dudo que el senador Park intente usar esto a su favor —expresó.

—¿Cómo es posible que se vea como todo un modelo a pesar de estar corriendo en una tratadora y su camiseta esté empapada en sudor? —cuestionó con el ceño fruncido profundamente.

—¿Qué? —parpadeó el peliazul.

—¿Sabes si me veré yo igual de bien? ¿Qué digo? Por supuesto que sí e incluso mejor —resopló actualizando la página.

—¿Te acabo de decir que Su-ji está moviéndose y solo te preocupa que Jimin se vea mejor que tú ejercitándose? —preguntó incrédulo—. ¿Qué sucede? —cuestionó levantándose y acercándose cuando algo en la expresión de su jefe cambió.

—Quiero saber por qué hay fotografías recientes de Jimin en el gimnasio —cuestionó—. ¿Dónde está su sombra y por qué no está impidiendo esto?

—¿Cómo sabes que son recientes? —preguntó tomando el notebook, revisando la publicación—. Podrían ser de antes y simplemente las está subiendo ahora —indicó.

—Porque hablé con él esta mañana y me dijo que iría al gimnasio hoy —contestó—. Y sí miras bien, te darás cuenta de que la secuencia de fotos que ha subido hoy es del mismo día, tiene la misma ropa.

—¿Lo han estado siguiendo desde que salió de su casa? —frunció el ceño—. Esto no es bueno, solo refuerza las supuestas palabras de preocupación de Su-ji —expresó descontento.

—No me interesa Su-ji en este momento —espetó retrocediendo y levantándose de su silla—. ¿Cómo es posible que el guardaespaldas no se haya dado cuenta?

—Tal vez sí lo hizo, pero no hay mucho que pueda hacer con una sasaeng —indicó.

—Si no se puede encargar de una simple acosadora, entonces no lo quiero trabajando para mí —indicó saliendo de su oficina.

—Sé que esto está mal, ¿pero desde cuándo te preocupa tanto? —indagó el menor, siguiéndolo.

—Desde que Jimin es mi esposo y también lo considero uno de mis amigos. Además, ambos sabemos lo que ocurre con los acosadores, nunca termina bien —le recordó subiendo al ascensor.

—No está solo, se encuentra con su sombra —le recordó.

—Una que no puede hacer bien su trabajo si no impidió que algo como esto sucediera —chasqueó su lengua—. Llama a mi chofer, que espere abajo y averigua en qué gimnasio está Jimin-ah —ordenó.

—Por supuesto —asintió sacando su teléfono móvil—. ¿Qué hago con lo que habías planeado para hoy? —preguntó.

—Es sábado, ¿quién trabaja los sábados? —espetó.

—Eh, tú —le recordó—. Es uno de los pocos días que decidiste venir presencialmente a la empresa y recordarles que tú eres el dueño de todo —indicó.

—Entonces es hora de que comience a acomodar mi agenda por un mejor horario —indicó simplemente.

—Por supuesto, Hyung —bufó rodando sus ojos.

Jimin le bajó la velocidad a la trotadora hasta que estuvo caminando y pronto se quedó quieto con su respiración agitada. Tomando el borde de la toalla pequeña que descansaba en su cuello, la alzó pasándola por su frente, quitando un poco el sudor.

Bajándose, cogió su botella y bebió toda el agua que le quedaba en este.

Sintiendo que los pelos de su nuca se erizaban, observó a su alrededor y se encontró simplemente con otras personas ejercitando y algunos entrenadores junto a los empleados del gimnasio trabajando, nada inusual.

Y aunque no parecía que nadie le estuviera prestando especial atención, Jimin no podía evitar sentir que alguien lo estaba mirando fijamente.

A diferencia de otras veces que había sentido lo mismo cada vez que salía en sus citas con Yoongi, la de ese momento se sentía... Diferente, más pesada, intensa.

Quitándose la toalla de su cuello, Jimin pasó una mano por su cabello, peinándolo hacia atrás cuando este estorbo en su campo de visión.

Un escalofrío recorrió esta vez toda su columna y apenas y si pudo fingir que nada estaba ocurriendo.

Decidiendo terminar con su serie de ejercicio en ese momento, se dirigió a los casilleros donde había guardado sus cosas y cogió su bolso antes de dirigirse al baño.

Necesitaba quitarse todo ese sudor del cuerpo antes de salir de ahí y preguntarle a Yoongi respecto a esa extraña sensación.

Tal vez era una exageración, pero hace días que había estado sintiendo esa sensación de ser observado.

Entrando a los cambiadores, dejó su bolso sobre la banca y comenzó a quitarse la ropa cuando otro escalofrío recorrió esta vez todo su cuerpo. Mirando a su alrededor, encontró el lugar vacío a excepción de... Una pequeña mujer escondida detrás de unos muebles llenos con toallas blancas mullidas.

—Este es el cambiador de hombres —indicó volviendo a tomar su camiseta que había dejado sobre la banca, actuando como si nada estuviera mal.

La mujer en vez de disculparse o inventar una excusa, simplemente le observó en silencio.

—¿Estás bien? —preguntó colocándose su camiseta.

—No, por favor no lo hagas, te ves mucho mejor sin ella —expresó mordiendo su labio inferior—. ¿Puedo bañarme contigo y restregar tu espalda? Prometo hacer un buen trabajo.

Si, Jimin definitivamente podía aguantar el sudor en su cuerpo hasta llegar a su casa.

—Dulce oferta de tu parte, pero él ya tiene una persona para hacer eso y ese soy yo —anunció Yoongi, entrando en los cambiadores con un elegante traje seguido de su jefe de seguridad.

—¿Cómo le haces para siempre llegar en el momento oportuno? —preguntó curioso.

—Solo sé cuándo mi esposo me necesita —le sonrió acercándose y besando castamente sus labios—. Apestas, cariño.

—Bueno, eso ocurre generalmente cuando uno se ejercita —bufó divertido.

—Tu sonrisa es tan bonita —suspiro encantada la mujer.

—Ella ya me está dando miedo —murmuró Jimin observando a la chica.

—Salgamos de aquí —ordenó Min tomando el bolso del menor, colgándolo sobre su hombro para después coger la mano de Jimin, sacándolo de ahí.

—Uh... Nos está siguiendo —pronunció observando sobre su hombro mientras cruzaban el gimnasio.

—Deja de mirarla, Jungkook se encargará de ella —aseguró acercándose al mesón de recepción donde estaba una empleada—. Buenas tardes, quiero dar de baja la membrecía y suscripción de mi esposo, Min Jimin —anunció con una encantadora sonrisa.

Jimin frunció ligeramente el ceño mientras la empleada inmediatamente comenzaba a trabajar en el pedido de Yoongi.

—Estoy bien aquí —indicó.

—Una acosadora pudo entrar perfectamente aquí y seguirte hasta los cambiadores de hombres, no lo estás —respondió simplemente.

—Porque ocurra una vez no significa que lo hará siempre —protestó débilmente.

Nunca había pasado por su mente que pudiera tener una acosadora.

—Recién estás entrando en este mundo oscuro, niño, créeme cuando digo lo que es mejor para ti.

Soltando un suspiro, Jimin observó a su alrededor y se acercó un poco más a su supuesto esposo cuando percibió que algunas personas les observaban.

—Solo di que quieres lo mejor para mí y que no deseas que nadie más que tú aprecie mi cuerpo, cariño —indicó con una adorable sonrisa.

—Por supuesto, has visto a través de mí cómo siempre —le sonrió desordenando su cabello—. Sabes que apoyo tu independencia y que quieras tener tu propio espacio, por eso sigues teniendo tu casa a pesar de que vives conmigo en mi departamento, pero hay algunas cosas que simplemente no permitiré y una de esas es descuidar tu propia seguridad. No te expondré a peligro solamente para que demuestres a otros, en especial a tu familia, que estás conmigo porque me amas y no por mi dinero e influencias —acarició su mejilla con ternura bien actuada que hasta Jimin pensó que era real.

Tan real, que ciertas y molestas mariposas revolotearon en su estómago, lo que por supuesto no significaba nada bueno.

—Listo señor Min, su esposo ya fue dado de baja, pero no se le podrá hacer un reembolso del adelanto que ya había pagado por los siguientes dos meses —explicó la empleada.

—No hay problema, dinero es lo que menos nos falta. Gracias por su ayuda —expresó antes salir del gimnasio con Jimin a su lado.

Subiéndose a la elegante limusina que esperaba enfrente, Jimin le observó cuando se sentó a su lado.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó observándolo con el ceño fruncido.

—La seguridad de ese lugar no es buena si permitieron a esa mujer entrar con cámaras y todo —indicó tomando la tablet que descansaba a su lado, buscando el blog y mostrándoselo.

—Pero no me iba a pasar nada malo, se suponía que había un guardia cerca ¿no? —preguntó tragando al comprobar que cada vez que se había sentido observado, aquella mujer le había estado tomando una foto.

—No es una buena sombra si permitió en primer lugar que esto ocurriera —chasqueó su lengua y observó a Jungkook cuando este finalmente se subió al automóvil, tomando asiento frente a ellos antes de que se pusiera en marcha.

—Jimin tendrá un nuevo guardia pronto y el tema de la chica a acosadora ya se está viendo correctamente —anunció tomando la tablet de la mano del rubio—. Algunas de las personas que se encontraban en el gimnasio grabaron y tomaron fotografías de ustedes dos y ya la están subiendo a la internet, las movilizaré en todos los lugares para contrarrestar la falsa preocupación de Su-ji respecto a su relación en caída.

—Ahora entiendo lo cursi que fuiste antes —asintió Jimin solo un poco decepcionado, pero era mejor saber la verdad que ir haciéndose falsas ilusiones a algo que no existía entre ellos—. Es bueno tener un jefe de seguridad multiusos, ni siquiera sabía que Su-ji ya se estaba moviendo.

—Solo por eso lo mantengo conmigo —asintió Yoongi.

—¿Realmente crees que esto será suficiente como para descartar lo que sea que inventó mi prima? —preguntó inseguro.

—Lo será —anunció Jungkook—. Yoongi dijo lo justo y necesario, es creíble y con lo que sucedió en el gimnasio con tu acosadora, todos se lo creerán —aseguró con su atención en la tablet.

—¿Pero era necesario sacar mi membrecía de ahí? Era un buen lugar y cerca de mi casa —protestó.

—Desde este momento irás al mismo gimnasio que yo, Jungkook arreglará eso junto al transporte si es lo que te molesta —indicó—. ¿Tienes algo que hacer ahora?

—Uh, no —parpadeó solo un poco confundido al cambio de tema.

—Perfecto, iremos a tu casa y luego saldremos a otra cita para restregarle en la cara a Su-ji lo perfecta que es nuestra relación —decidió.

—Mi estómago sigue algo sensible como para ir a un restaurante carísimo —le recordó.

—Por eso iremos a un parque de diversiones —anunció logrando que Jungkook le observara.

—¿En serio? —exclamó Jimin con la sorpresa iluminando todo su rostro, animándolo—. Nunca he podido ir a uno.

—Lo sé, por eso vamos —asintió como si nada.

—Pero tú...

—Te daré más trabajo, lo sé —interrumpió a su amigo—. Pero ese es tu trabajo, para eso te pago una buena suma —le recordó observando a su jefe de seguridad con intensidad.

—Bien, organizaré al equipo de seguridad que los cuidará en su cita —aceptó sacando su teléfono celular.

—Gracias —pronunció Jimin, dejando su mano sobre la de Yoongi.

—Uhm —respondió simplemente Min, observando la mano del menor con su anillo decorando su dedo—. Somos amigos —anunció y se giró para observar por la ventana.

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