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Durante aquel día, su celular nunca dejó de sonar. Llamadas tras llamadas incluso en hora de clases.

Estuvo tentado a bloquear a la muchacha hasta que se dió cuenta que se supone que ella le gusta.

En el almuerzo, harto, se excusó con cualquier cosa con sus amigos y se retiró hacia los pasillos del instituto en el lugar menos habitado y transitado.

Sacó su celular y él fue quien la llamó.

No tardó mucho en contestar.

—¿Qué pasa? Estoy en clases —fue lo primero que soltó con poca delicadeza. Es la primera vez en su vida que Sooyoung se comporta tan fastidiosa con el.

La escucha bufar a través de la línea —Solo te necesito una semana, ¿No puedes hacerme este favor? Me regañaron por tu culpa anoche.

—Lo siento, pero me parece que es tu trabajo. ¿Qué tengo yo que ver con eso? Solo te ayudaba.

—¿Y no puedes seguir haciéndolo por poco tiempo más? ¿No dijimos que iríamos al concierto de EXO juntos? —de pronto su voz paso a un tono tan lamentable y lastimero.

—Si pero...

—Pensé que me amabas, que yo era especial para ti...

—Lo eres pero... —bajo el tono de voz sintiendo una extraña opresión en su pecho al pronunciar aquello.

Ya sé, ya sé que no significo nada para ti porque si al menos me amaras una pizca como yo te amo a ti, me ayudarías con los ojos cerrados.

Jaemin no pudo responder.

Y ella colgó.

Un sabor agrio e inexplicable sintió. El revoltijo de su corazón le impide pensar con claridad. Es todo tan complicado y no puede evitar pensar en lo triste que se pondría Jeno si lo habría escuchado.

—¡No puede ser! —vociferó en un susurro con la mandíbula tensa y patea algo imaginario en el suelo con fuerza.

Intentó relajarse tomando bocanadas de aire y al estar más o menos decente, se dirigió devuelta a la cafetería.

Pero quién diría que en su camino terminará chocando sin querer con el peor estudiante que pudo hacerlo. No quiso ni mirarlo y simplemente pasó de largo o eso intentó porque cada vez que se desviaba, el contrario se metía.

—¿Qué es lo que quieres? Déjame de una puta vez en paz, Wonbin —se controló para no gritarle a aquel sujeto.

Desde que inició el año escolar su relación con aquel compañero ha ido de mal en peor. No se llevan bien y desde la pelea de hace dos meses, peor aún. Por su propio bien, Nana lo fue ignorando.

El contrario ríe irónico —Tu fuiste el que chocó conmigo, gran estúpido.

—Okay, bien. Lo siento, mi culpa, ¿Feliz? —dicho esto intentó pasar pero su brazo fue tomado y jalado hacia atrás. Tanta fue la fuerza con la que lo impulso que cayó de trasero contra el suelo. —Ash... ¿¡Pero qué te pasa!? —exclamó furioso.

—Te la tienes merecido, aprende a usar tus malditos ojos, infiel —ante sus últimas palabras esbozo una maliciosa sonrisa.

—¿Qué? ¿Acaso no se te ocurre un mejor insulto, pedazo de mierda? —ríe mientras se va levantando del suelo.

—¿Por qué? Si esa palabra te queda tan bien, ¿No te parece? Hablando con Sooyoung cuando estás en una relación con Jeno.

De manera impulsiva Jaemin se acercó y lo tomó bruscamente del cuello de su camisa.

—No te metas en asuntos que no te conciernen —arrojó entre dientes.

En cambio, Wonbin nunca borró su sonrisa. —No es de mi incumbencia pero no puedo ver como un alma tan noble como Jeno es engañada, no hay que ser injustos, ¿No te parece?

Nana sintió náuseas ante su falsa actuación lastimera. —Metete tu podrida justicia por el culo.

Ahora es Lee quien también lo jala de su camisa. —Si no me sueltas ahora, me encargaré de romperte ese maldito rostro que tienes, debe ser la única razón por la que él aceptó salir contigo.

El pelirosa ríe rabioso —¿Qué "él aceptó salir conmigo"? Para tu información Jeno me besa los pies desde que estoy en kinder así que deja tus malditos celos haber si logras conseguir en tu próxima vida alguien como él.

—Eres una mierda, Na.

Ambos empiezan a forcejear y antes de que pudieran llegar a los golpes, un tercero llegó a la escena.

—¿¡Qué es lo que hacen!? —se aproximó y rápidamente intenta separarlos.

—Hablando del rey de Roma —Wonbin bromea cínico. —Agarra a tu novio, es el sensible aquí.

—¿¡De qué hablas, estúpido!? ¡Tu me provocaste! ¡Debería darte una lección de nuevo haber si dejas de decir tanta mierda! —exclama histérico. El contrario lo soltó y se echó para atrás dejando que Lee se encargue de sostener a la bestia que despertó del pelirosa. —¡Vete a la mierda, preocúpate por tus asuntos!

—Ya, Nana. Cálmate, por favor —Jeno lo toma de los hombros y busca su mirada.

—¡Es que no puedo, el... —sus palabras de perdieron en el aire cuando ve la espalda de Wonbin.

—¿Ves? Ya se fue. No busques otra detención —le pidió con sus brillantes ojitos de cachorro preocupado.

—Es que él... Él... —no pudo, no fue capaz de decir la verdad.

Lo que más odiaba es que Wonbin tenía razón. Es un puto infiel, un mentiroso de mierda que no merece tener a Jeno a su lado.














—Pensé que buscarías espantarlo, no devorarlo —Haechan soltó con picardía.

—¡Yah! —Jaemin le lanzó su almohada sentado en la otra esquina de la cama.

—Tus actitudes han sido ciertamente cuestionables estos días —asumió Renjun mientras se pasea por la habitación.

Chenle se encuentra sentado enfrente de su escritorio dando giros con la silla con su mirada fija en su celular mientras teclea.

—Es que... No sé —se ruborizó al pensar en los últimos eventos, en especial los besos. —Creo que no ha sido tan malo ser... Novios.

Es raro pero cierto.

—¡Es que era obvio desde el principio! Ya parecían novios solo faltaba el título.

Jaemin odió tener que admitir que Haechan, tal vez, posiblemente, tenga razón.

—Debes decidirte, no lastimes a Jeno —Jun le habló con seriedad, mucho más serio que todos en la habitación. —Él realmente te valora, hazlo igualmente.

—Lo sé.

Volvió a sentir la punzada de culpabilidad.

—Chenle, no has dicho nada desde que llegaste —llamó Haechan al distraído chino.

—Si, si. Ya dijeron todo lo que pensaba —respondió sin despegar la vista del celular.

—¿Te estás escribiendo con mi primo? —Jaemin cuestiona perplejo.

—No te sorprendas cuando nos casemos el año que viene —le guiñó un ojo.

—Tu serás mayor de edad, él no. Asaltacunas —dijo Renjun.

—Pedófilo, irás a la cárcel —se burló Haechan.

—Exagerados, ¡solo es un año de diferencia! —se defendió eufórico e indignado.

—¿Jisung de verdad te está respondiendo? —aquello es lo más impactante para Jaemin, quien no puede creer aquel suceso. Jisung es callado, tímido y poco sociable. Odia hablar y juntarse con las personas y más si son tan vivaces y charlatanes como Chenle.

Zhong notó el cierto asombro del pelirosa —Si, ¿Y? —Aunque si es sincero, manda una docena de mensajes para recibir de vuelta una simple palabra.

Jaemin asumió pensativo —Debes gustarle.

Chenle se traga la expresión de sorpresa, solo demostrando un gesto de superioridad. —¿Qué puedo hacer? Soy irresistible —mientras en su interior chilla de emoción.

De pronto, la puerta es abierta mostrando al lindo Jeno sonriendo como siempre.

—Oh, todos están aquí.

—Si, Jaemin no quiso invitarte —dice Haechan malicioso.

El nombrado molesto lo pateo tumbándolo de la cama al suelo.

—¡Auch, mi trasero!

—Por mentiroso —se levantó de la cama y caminó al azabache. —Solo quería pasar una tarde con mis amigos un rato, eso es todo —le explicó a Jeno, quien asintió sin importancia.

—Está bien.

—Bueno, ahora pueden largarse —se dirigió a los tres presentes quienes lo miraron con perplejidad.

—Me ofendería pero ya cuadre verme con Jisung dentro de un rato —se encoge de hombros el chino con desinterés mientras de levanta —Adiós —se despidió cantarín.

—Si le rompes el corazón, te castro —le amenazó Nana.

El menor no le respondió y solo se fue.

—Jisung es muy inocente para él —murmuró.

—Lo es —asintió Renjun y a su lado, Haechan enrollan sus brazos.

—Ya que todos nos excluyen, te invito a mi casa.

—Pronto me excluiras cuando te llame Mark pero ya que, vamos.

Y así, ambos se fueron dejando a la pareja sola.

—No era necesario que los echarás... —Jeno se notó culpable —Si es por mi, puedo irme.

—Oh, no. Claro que no —negó. Lo tomó de los hombros y lo sentó sobre su silla corrediza. —Que bueno que viniste hoy porque adelantaremos lo de mañana.

—¿La tarea?

Jaemin lo mira horrorizado y negó. Se dirige a una gaveta y saca una bolsa que deja encima de su desordenado escritorio.

—Hoy haré magia con tu pelo.

Jeno al ver el contenido se asusta. —¿Me vas a teñir el cabello?

—Si, ¡De azul! ¿No te parece fantástico?

—Eso... Eso... ¿Puedo no hacerlo? —cuestionó temeroso.

Na coloca cada mano a cada lado de la parte superior del asiento rodeando a su novio teniendo justamente su rostro enfrente del suyo y con la poca distancia que los separa susurro con seriedad —Tienes que hacerlo.

—¿Por qué?

—¡Es obvio! Estoy dando todo de mi con los estudios para poder estudiar en tu misma Universidad así que ahora tu tienes que dar todo de ti para amarme y acompañarme en mis locuras —soltó como si fuese lo más normal. Dejó de apoyarse de la silla y se alejó.

Pero de pronto, Jeno lo jalo de la muñeca bruscamente hacia si, haciendo que Na caiga sentado encima de su regazo y para no dejarlo escapar rodea su delgada cintura con sus brazos.

Robándole un beso húmedo en el cuello asintió. —Está bien.

Jaemin se ruborizo y mira indignado al contrario —Este... Este no es el lindo Jeno que conozco.

Sintió el pecho que roza con su espalda vibrar mientras la melodiosa risa ronca y baja resuena en sus oídos dejándolo pasmado. Sus sentimientos extrañamente alborotados y con Jeno no ayudando para nada ya que aproximó sus labios a su oído y susurró. —¿Y no te gusto más de esta forma?

Su cuestión, puso sus pelos de punta. Rapidamente se zafó de su agarre y se levantó de un tirón.

Ignorando olímpicamente sus palabras se dispuso a sacar todo de la bolsa, los tintes y la brocha.

—V-Vamos a empezar.

Él mismo se pinta el pelo de rosa, aunque siempre recibe ayuda de su mamá ya que llega a ser incómodo y difícil en algunas partes. Pero ahora que le está tiñiendo a alguien más es más fácil.

Jeno disfruta ver a Jaemin feliz.

Y Jaemin disfruta embellecer aún más a su —novio— amigo.

Siempre ha sido así y siempre lo será. Con Lee dispuesto a cumplir los deseos traviesos de Na, sin importar qué tuviese que ver con su propio cuerpo.

Mientras sean felices y disfruten, todo estará bien para él.













El sol se pone lentamente sobre el campo de fútbol mientras los estudiantes terminan sus clases y se preparan para un partido improvisado amistoso entre miembros del equipo y otros que deseen incorporarse. Jaemin, con determinación en sus ojos, se deshace de su saco y corbata dejándolo en manos de Jeno quien lo ve desde las gradas. Y desabotonando los primeros botones de su camisa blanca se dirige al centro del campo.

Cuando el partido estuvo por comenzar vio a Wonbin en el equipo contrario. Maldijo por lo bajo, no quería tener problemas.

El árbitro silba y el partido comienza, no tuvo tiempo de retirarse, solo alcanzó a pensarlo fugazmente.

Ambos equipos luchan por el control del balón, corriendo y pasándose la pelota con velocidad. Jaemin corre vivazmente, cuando logró anotar un gol gritó eufórico y se lo encaro directamente a un resentido Wonbin. Le saca la lengua a aquel azabache quien simplemente lo ignora.

—¡Bien hecho, Na! —Mark lo felicitó a su lado.

En medio de la intensidad del juego, Wonbin con más ferocidad logró tener el balón a sus pies. Cada vez más se acercaba al arco contrario para meter un gol pero Mark intervino queriendo arrebatarle el balón. De manera imprevist, Wonbin con enojo lo empujó  bruscamente y lo tumbó sin cuidado y así metió un gol.

—¡Eso fue una falta! ¡Empujaron a mi amigo y no fue penal! —exclama Na furioso al ver al moreno levantándose con dificultad. Mira al árbitro esperando que le diera la razón.

—No estamos en juegos reales para seguir las reglas exactas, lo dijimos antes —se defendió Wonbin con obviedad.

—¡Mark se dejó caer como estúpido contra el suelo! —apoyó el compañero de aquel alto azabache.

—¡Ni que le hubieran pegado tan fuerte, incluso para el fútbol es válido!

El árbitro duda por un momento ante los diferentes puntos de vista.

—Es cierto, el gol es válido.

Jaemin no está dispuesto a dejarlo pasar tan fácilmente. Él y Wonbin, el culpable de la falta, se enfrentan frente a frente.

—Eres realmente un sucio jugando, no tienes sentimientos ni compasión.

Wonbin, con una sonrisa arrogante en su rostro, se enfrenta a Na.

—El fútbol es un juego físico, Jaemin. Si no puedes lidiar con eso, tal vez deberías quedarte en el arco y dejar que los verdaderos jugadores se diviertan.

La respuesta de Wonbin desata la ira en Jaemin, quien lo empujó —Te haré trizas en el segundo tiempo.

—Eso veremos —dicho esto pasa por su lado chocando bruscamente sus hombros. —Debilucho.

El segundo tiempo inicio y está vez, Na no decidió quedarse parado. Logró llegar al balón el cual se quedó a su potestad, esquivando a algunos ágiles.

Eso hasta que llegó Wonbin y no se detuvo, empuja a Jaemin con fuerza, tratando de desequilibrarlo, pero el pelirosa se mantiene firme aún con el balón a sus pies.

—Eres un estúpido, no lo lograrás.

Na suelta una risa sarcástica —Pareces muy resentido conmigo, ¿Por qué será? ¿Por Jeno?

—¡Callate! —esta vez con sus ambas manos empuja a Na con mucha más brusquedad quien casi cayó.

Al lograr hacerlo a un lado, ágilmente se adueñó del balón aunque fueron por pocos segundos porque el pelirosa, no desistió y usando todas sus fuerzas, lo empuja de manera rústica con el lado lateral de su cuerpo haciendo que Wonbin cayera sin piedad contra el suelo.

La situación entre Jaemin y Wonbin atrae la atención de los demás jugadores, algunos preocupados. El ambiente se llenó de tensión.

Na metió gol.

—¡Es trampa! ¡Mira como lo dejaste! —exclamó uno mientras ayuda a Bin a levantarse del suelo, sus rodillas llenas de rasguños por el césped.

—No es divertido, ¿Verdad? —cuestionó con furia. —¿Ahora es que pueden ver qué está mal?  Son unos malditos tontos oportunistas, no estoy dispuesto a jugar con unos abusivos, ¡Me largo!

La mirada de Wonbin emana rivalidad y determinación, un odio vivaz por el pelirosa.

Jaemin llegó a las gradas y se tiró justo al lado de Jeno quien mira con un brillo orgulloso a su novio.

—Estuviste genial.

—¿Genial qué? ¿De haber dejado que lastimaran a Mark? —bufa con molestia y decepción de si mismo. Tomó una botella de agua y la bebe mientras el sudor cae por todo su rostro, cuello y cuerpo. Una imagen sexy a los ojos del ahora, peli azul.

—Por esta razón me gustas —las palabras dulces de Lee lo desconcertaron —Eres justiciero y leal, lo das todo por tus seres queridos.

—Y-Yo... Eso no es nada —se ruboriza apenado —S-Son mis amigos...

—Aun así, no todos lo hacen, tienes tantas cualidades hermosas que ignoras pero yo las veo, siempre te veo brillar.

Jaemin mira perplejo al peliazul, su corazón late de una manera alborotadora pero por alguna razón, se sintió calido y acogedor, con Jeno se siente querido, tan querido que es suficiente y no necesita a nadie más.

—¡Así se hace, Nana! —Chenle llegó con su voz aguda y chillona, rompiendo inmediatamente el momento personal de los protagonistas.

—Wonbin se la tenía merecido —aseguró Renjun furioso.

—Estuviste bien —aseguro Jisung con más calma.

—¿Y Haechan dónde esta? —cuestionó Na una vez recompuso su cordura.

—Fue a llevar a Mark a la enfermería, tiene varios raspones —contestó Jun.

—Ash ese estúpido de Wonbin, lo odio tanto —vociferó Lele con su mandíbula tensa.

—Él no era así —mencionó Jeno con cierta confusión. Hasta el año pasado aquel muchacho azabache era dulce y amable.

—Es que solo a ti te mostraba su parte buena —arrojó Zhong con obviedad —Pero desde siempre ha odiado y molestado a Jaemin.

—¿Desde siempre? —Lee mira a su novio confundido. Eso no lo sabía —Pensé que era reciente desde este año.

—No lo sé, parece que le molesta que esté contigo —se encogió de hombros.

—Él empeoró este año porque Haechan en una discusión le encaro que ustedes se besaron de niños, desde ese momento se volvió más insoportable. Es obvio, está que muere de celos —explicó Lele —Tu le gustas, Jeno, ¿Eres tan tonto para no darte cuenta?

—Y-Yo... No lo sabía, ¿Cómo... —mira a Na con confusión —¿Lo sabías?

—Lo sospechaba, es obvio.

—Lo siento —se disculpó de inmediato completamente arrepentido —No era mi intención que pasaras tan mal rato por mi culpa.

Jasmin se ruboriza y le resta importancia —No es nada, de verdad. Puedo con una docena de tontos así y más.

—Pero deberían tener cuidado, ahora con su relación conocida, debe estar queriendo arruinarlos por todos los métodos posibles —dijo Renjun precavido, preocupado por sus amigos.

—Estaremos bien —le sonrió con calma Jeno.


«No dejaré que te moleste más» se prometió Lee de corazón.






Nomin best couple🤭💕








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