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Jeno, con el rostro serio y decidido, se acerca a aquel alto azabache entre los pasillos, minutos antes de que suene la campana escolar.

—Wonbin, necesito hablar contigo seriamente. No quiero que te acerques más a Jaemin —solto de manera directa, siendo completamente serio.

Wonbin frunce el ceño y cruza de brazos. Mira desafiante a Jeno, con una especie de molestia, indignación y tal vez, un poco herido.

—¿Realmente quieres eso? Lo defiendes y ni siquiera sabes qué es lo que en realidad está haciendo.

—Soy su novio, y estoy preocupado por él. No quiero que lo lastimes más. Si te ilusioné antes o te di esperanza de manera inconsciente, lo lamento mucho pero el problema es entre los dos. Na no tiene nada que ver.

Ciertamente sus palabras le dolieron a Wonbin, quien se acerca lentamente a Jeno, con una mirada seria y profunda.

—¿Preocupado? ¿Sabes qué, Jeno? Deberías preocuparte más por saber quién es realmente Jaemin. Crees que es honesto contigo, pero en realidad te está mintiendo.

Jeno se ve confundido por las palabras de Wonbin. —¿De qué hablas? Jaemin es una buena persona, nunca haría algo así.

—Claro, eso es lo que tú crees pero, ¿sabías que Jaemin todavía está enamorado de Sooyoung? Sigue viéndola a escondidas, a pesar de tener una relación contigo. Te está usando, Jeno, y es hora de que te des cuenta de su verdadera cara.

Jeno por unos segundos se siente pasmado. Pero no está dispuesto a creer aquellas palabras sin pruebas. Jaemin es incapaz de mentirle. Lo ve en sus ojos que le ama, en su comportamiento que ya no ama a Sooyoung.

En efecto, como dijeron Haechan y Chenle, Wonbin buscará todas las maneras posibles de separarlo.

—No te puedo creer. No voy a dejar de confiar en él solo por tus palabras.

Wonbin se acerca aún más a Jeno, mirándolo con desprecio y cierto dolor. —Soy mucho mejor que él, lo sabes.

Lee retrocede —El amor no es amar al mejor, si es por eso que me amas, te estás engañando a ti mismo —arrojó con honestidad, logrando herir al azabache —Lo lamento, pero deja esto por favor.

De manera abrupta, Wonbin se gira sobre sus talones y se va, dejando a Jeno sumergido en sus pensamientos. Se siente confundido y herido por las palabras de Wonbin, y ciertamente culpable.

La rivalidad de Jaemin con él fue completamente su culpa.















—Examen sorpresa —fue lo primero que dijo el docente una vez dejó sus cosas encima del escritorio y ante ello, el bullicio del salón no se hizo esperar —Quédense en sus asientos a menos que quieran salirse del salón —ante el silencio, empieza a rebuscar entre su maletín la carpeta con las hojas de exámenes para los alumnos.

—¡Es injusto! —exclamó Jaemin levantándose de su asiento en contra de su profesor de química. —No puede hacernos esto, se supone que el examen era para la próxima semana.

—Si pero para estas fechas deberían de haber estudiado algo, ¿O no Joven Na?

Solo alcanzó a estudiar lo más básico junto a Jeno debido a que han estado ocupados con otras tareas.

—Pero el conocimiento que tendremos hoy no será el mismo del de la semana que viene.

—Que mal, debe esforzarse más.

—Aquí nadie está preparado —insistió. Luego se dirigió hacia sus compañeros —Quien este preparado para el examen que levante la mano —solo unos pocos lo hicieron, al menos unos cinco de treinta. Y Jeno obviamente como fiel cerebrito si lo está pero en apoyo a su novio se quedó quieto. —Ve, nadie está preparado.

—¿Desde cuándo son los jóvenes quienes deciden cuando hacer las evaluaciones? Siéntese y haga silencio, Na.

Está estudiando mucho estos últimos días, antes era con el fin de poder asistir al concierto de EXO pero ahora, ahora... ¡Necesita ir a la misma universidad de Jeno!

—No puedo —negó sin titubear y sacando todo de su interior, desengloza un perfecto diálogo dramático —Estamos en un país primer mundista, el cual sigue la democracia, por ende, esta institución académica pública merece seguir las reglas de la República de Corea del Sur. Somos jóvenes estudiantes que luchan y estudian por el futuro, con una presión estudiantil grande por los excesivos estudios. Piensa que no sucederá nada por mandarnos este examen sorpresa pero aunque no lo crea, afectara nuestras notas académicas bajando nuestro desempeño logrando así, que no entremos a la Universidad de nuestros sueños junto a nuestros queridos compañeros de clases, ocasionando que, nos quedemos solos y no podamos estudiar lo que deseamos. Y todo esto hará que se reafirme y refuercen las creencias que tienen los extranjeros de nosotros, un país con potencial pero lleno de jóvenes depresivos e infelices.

Al culminar, pudo tomar una gran bocanada de aire. Había sacado y exprimido cada parte de su mente para formar un diálogo improvisado que tienen todos los puntos claves para no obtener un "no" de profesor.

El docente lo mira por varios segundos con el ceño fruncido.

—Si dejó el examen para la semana que viene lo haré más difícil.

—Con que cumpla su labor de docente explicando en esta y la próxima clase, lo haremos bien —esbozo una inocente sonrisa.

El mayor soltó una pequeña risa —Es muy insistente. ¿Todos están de acuerdo con Na?

La mayoría asintió.

Jaemin se sintió satisfecho y se sentó.

Jeno a su lado le pellizco tiernamente la nariz. Alguien que grite por sus derechos, ese es definitivamente el Joven Na.
















—Me contaron que andabas de héroe en el salón —arrojó Mark mientras tiene sentado a su lado a su lindo novio rubio, quien se encuentra apoyando su cabecita en su hombro.

—Si, gracias a Jaemin nos salvamos del examen —afirmó Chenle. Suelta un bostezo mientras se estira, demostrando estar algo adormecido.

—Si, realmente no quería hacer ese examen —sonrió Renjun —Aunque tuve miedo de que te mandara a dirección.

—Nah... será estricto pero no es malo —espetó con relajo. La verdad, en ese momento si tuvo miedo de que lo hiciera. Al menos demostró no ser solo un buen profesor, también un buen ser humano.

Jeno llegó hacia ellos junto a Jisung con bolsas de snacks y chucherías.

Sentados en una mesa redonda de piedra al aire libre. Jeno se acomodó al lado de su novio y Jisung lo hizo al lado del pelimenta, quien sonrió de manera inconsciente al verlo.

—¿Trajiste los Doritos picantes que te pedí? —Jaemin cuestiona mientras a su vez le arrebata la bolsa y al ver que en efecto lo trajo, lo tomo de inmediato.

—Claro, me lo pediste —asiente el ahora peli azul con simpleza.

—Los deseos son órdenes, su alteza —Renjun suelta con sarcasmo y broma mientras les quita la bolsa y toma todos sus chocolates favoritos.

—¡Oye, te lo estás quedando todo! —Haechan forcejea con el.

—Te pasa por lento.

—¡Suelta, yo quiero ese!

—Yo te lo compraré después, Haechan —le dice Mark intentando relajar al rubio.

Jaemin se ríe ante la escena. Luego sus ojos se desvían a cierto chino, el cual comiendo de una bolsa de papas fritas, parece estar coqueteando y riendo junto a su tímido primo.

—Ya déjalo que lo vas a traumar —los interrumpió recibiendo una mirada asesina de Zhong.

—¿Qué te pasa? ¿Cual es tu problema?

—Solo digo, te lo vas a violar con la mirada —se encogió de hombros como si fuese inocente aún cuando lo atacó con una broma.

—Si solo supieras —masculló con orgullo.

Sus palabras desconcertaron a Na, quien los miró perplejo. —¿De que hablas? ¿Ya hicieron algo?

Chenle solo responde con una mirada de altanería. Mientras Park se ruboriza ligeramente.

—Hyung, cuando sea adulto le puedo contar.

—¿¡Qué!?

Haechan suelta una sonora carcajada explosiva, Renjun solo queda un tanto pasmado pero luego ríe ligeramente por la risa de su compañero a su lado.

—Son muy rápidos —Jeno frunció el ceño.

—¿Qué? T-Todavia no hicimos e-eso —Jisung intenta explicarse nervioso, eso no era lo que quería decir.

—Ah... ¿Entonces me vas a decir lo que hicieron? —Jae lo señala con su dedo acusatorio.

—Ahora si tengo curiosidad —Mark comenta confundido.

De repente, suena el teléfono de Na. Mira la pantalla y ve que es una llamada de Sooyoung.

Con un claro gesto de incomodidad que fue notado por sus compañeros, se levantó y se alejó para contestar. Suficientemente lejos para que no lo escuchen.

—¿Qué quieres?

—¿Ahora es que vienes a contestar?

—Ya le dije que no, Noona. No se porqué insiste.

Una vez que empiezas este trabajo, no puedes dejarlo más, Nana —su voz sonó ligeramente maliciosa.

—Ya le dije que no estoy dispuesto a seguir haciéndolo. Lo siento, pero no. ¿Y qué clase de cajas se entregan en la noche? ¿No le parece raro su trabajo? Déjelo y déjame en paz.

—¿Cómo te atreves a hablarme así? Se suponía que harías todo por mi.

—Ya no, ya tengo a alguien más —contestó sin pudor y no pudo evitar ver a Jeno a lo lejos, su linda sonrisa.

Una risa maliciosa sonó del otro lado de la llamada confundiendo lo —Deberías temerme, Na Jaemin. Puedo hacer que te arrepientas.

—No te tengo miedo, Sooyoung-noona. No voy a ayudarte y mucho menos ir contigo a ese concierto. Ya es suficiente. Adiós.


Cuelga el teléfono con determinación, ignorando las palabras furiosas de Sooyoung. Soltando un suspiro cansador, decidió bloquear el contacto de la muchacha para terminar con aquello.

Con cara de pocos amigos, volvió a la mesa.

—¿Todo bien, Minnie? —le pregunta su lindo novio con su tono preocupado y calmado, sobando su espalda con cariño.

—Sí, todo está bien. Bloqueé a Sooyoung-noona —su revelacion dejó perplejo a sus compañeros.

—¿Como?

—¿Por qué?

—¿Te hizo algo? —este es Jeno.

—Es rara, no se. Me alegro de haber cortado ese lazo, por fin.

—Tu madre siempre dijo eso —le recordó Renjun.

—Tenía razón.


















Mañana inicia la venta de las entradas del concierto de EXO, el momento más esperado de todo el año por sus amigos y en especial, por su querido novio.

Jeno decidió romper el cerdito y contó todos sus ahorros, desde hace dos años lleva ahorrando, pensaba comprarse una computadora último modelo para sus trabajos, además de que ya ha hablado con sus padres sobre estudiar ingeniería de software. Es interesante el tema para su persona pero no tiene una computadora, solo una simple laptop vieja.

Pero aquella idea se deshecho ya que quiere darle otra utilidad al dinero. Quiere comprar las entradas para su novio.

Contó con cuidado y esmero, y se alegró al ver que les alcanzará a lo justo.

Jaemin se sorprenderá, incluso tal vez se llegue a molestar pero se pondrá feliz y el también lo hará.

Mira la noche estrellada a través de su ventana y recordó a su novio, quien minutos atrás le había dicho que aún estaba en casa de Renjun y pronto volvería a la suya.

Le escribió.


¿Volviste a casa?






Mientras pierde el tiempo haciendo su tarea, se da cuenta largo rato después que había pasado una hora y no le contesto.

Confundido y preocupado decidió marcarle, pero nadie contesto.

«¿Me estoy preocupando en exceso?»

Decidió esta vez marcar a Renjun, quien al poco tiempo contestó.

Hola, Jen. ¿Cómo estas?

—Bien, bien. ¿Será que Jaemin sigue en tu casa?

Ante su pregunta, la línea quedó en completo silencio por varios segundos.

Él se fue... Hace una hora, ¿Pasó algo?

—Es que no contesta, bueno, tal vez llegó a casa y dejó su celular tirado por algún lado.

Llama a su mamá y avísame.

—Lo haré.


De inmediato colgó y llamó a la madre de su novio.


—Buenas noches, Señora Na.

—Buenas noches, lindo. ¿Cuántas veces he pedido que me dijeras mamá?

—Nana se molestó —rié ligeramente —Lo haré con su permiso.

—Mi niño es tremendo.

—¿Y él ya llego a casa?

—¿Cómo?

—En realidad, no me contesta —reveló con cierta timidez.

¿No está en tu casa?

Su pregunta le pareció extraña —No, ¿Por qué?

Hable con el hace una hora. Estaba de camino a tu casa después de visitar a Renjun —explicó preocupada. —Dijo que iría a verte.

—Nunca vino —arrojó pasmada.

Espera, intentaré llamarlo —ella sin esperar su respuesta, le colgó.

Jeno en cambio desordena su cabellera con frustración. Se levantó y caminó por su habitación para luego sentarse abrumado. ¿Qué está pasando? ¿Sucedió algo grave? ¿Por qué?

De pronto, una llamada de un número desconocido resonó. Lee miró el número con cierta desconfianza y confusión. ¿Por qué? ¿Quién le llamaba? Se sintió ansioso.

Tomó el celular y contestó tembloroso.

—¿Diga?

Jeno, soy yo, Jaemin —la dulce voz de su novio lo descolocó.

—¿Dónde estas? ¿De quién es este número? Estamos preocupados por ti. Le dijiste a tu mamá que vendrías a verme.

—Si, a eso iba —su voz se rompió. En ese momento se dio cuenta de que estaba llorando. —A-A e-eso iba... Q-Quería verte...

—¿Qué pasó? ¿Estas bien? No llores, Minnie. Haré lo que sea para que no llores, por favor.

En cambio, Na tomó una bocanada de aire intentando calmarse. —No le digas a mi mamá pero estoy en la comisaría.

—¿¡Qué!? ¿¡por qué!? ¿Quién te hizo daño? ¿Quién es?

S-Soy yo... —dijo en un sollozo.

—¿Q-Qué hiciste, Jaemin? ¿Por qué?

E-Estoy a-aquí p-por trágicar drogas.

—¿Qué?

Lo siento tanto...













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