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Sabes a lo que me refiero
Olvídate de él

¿Qué no lo entiendes?
Simplemente odio a tu novio.

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No hacía falta decir que el partido fue un éxito.

Jisoo se esforzó al doble bien sabiendo que Park estaría allí para ella. Ver a la menor apoyándola desde las gradas le brindaba una satisfacción que era simplemente indescriptible, la hacía sentir más segura de si misma.

Kim 1 — Park 729283.

—Jisoo-ssi, ¡Estuviste genial!— Exclamó sonriente Rosé, llegando a su lado una vez que el juego finalizó.

Ella todavía se encontraba recuperándose e inhalando grandes bocanadas de aire, la adrenalina comenzaba a desvanecerse y el golpe de realidad que recibió su cuerpo reveló un poco su cansancio.

—¿En serio? —Preguntó, sonriendo con agradecimiento luego de recibir entre sus manos una botella de agua fresca que trajo Rosé para ella.

—Sí, mucho. —Admitió la rubia. —Si soy sincera, no podía despegar los ojos de ti, eres increíble.

—Dime, ¿Chanyeol es así de genial? —Cuestionó, terminando de tragar un sorbo de agua. Limpió su barbilla con el dorso de su mano, dirigiendo su oscura y profunda mirada a la contraria.

Rosé parpadeó un par de veces confundida, con un leve rubor en el rostro.

—¿A qué te refieres? —Titubeó, frunciendo muy levemente su ceño en señal de duda.

—Sabes a lo que me refiero. —Avanzó hacia ella y esta retrocedió un par de pasos antes de toparse con una de las paredes del estrecho lugar en el que se encontraban, dejándola contra el cuerpo de la más baja. Rosé la observó por un par de segundos que parecieron una eternidad. —Olvídate de él.

—P..Pero... —La rubia no pudo formular ni una palabra luego de que la pelinegra tomara su mentón entre sus largos dedos y levantara un poco su rostro. Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar ante el beso que fue depositado en sus labios.

La sensación cálida de Jisoo la envolvió tanto al punto de hacerla sentir mareada.

—Me gustas mucho, Rosé. —Murmuró, a pocos centímetros del rostro de la más alta. Mirándola a los ojos, finalmente se atrevió a decir las palabras que tanto había anhelado sacar a la luz. —Y si te soy sincera, no sabes cuanto odio a tu novio.

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