Capítulo 08

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Abre la boca y Jennie le observa con ojos vidriosos, llenos de excitación. Lisa está sentada sobre sus piernas, esperando por la corrida de la castaña, quien está sobre el sillón, bombeando rápido con su mano.

Lisa saca su lengua, lamiendo la cabeza del miembro de Jennie, gime grueso, cerrando sus ojos. La rubia quita las manos de la otra, reemplazándolas por las de ella. Las mueve de arriba hacia abajo, lento. Aprieta la base y succiona la punta, Jennie pone los ojos en blanco y la respiración se le corta. Lisa trabaja con lengua, alrededor suyo, ella siente lo caliente que es ahí dentro. Saborea su presemen, pronto se correrá y no puede estar más ansiosa.

Cuando baja la mirada, Lisa le está viendo a través de sus pestañas, no sabe como puede ser tan tierna, pura y al mismo tiempo obsena. Siente que va a morir cuando toca el fondo de la garganta de la menor, quien se ahoga un poco pero no para con su trabajo.

Grita desde lo más profundo de su pecho, corriéndose en la garganta de Lisa. Cierra los ojos o sus lágrimas saldrán. La extranjera traga poco a poco y siente que es alzada. Jennie la pone sobre sus caderas. Arrastra su pantalón hasta abajo junto con las bragas.

Suspira pesado al momento de sentir la caliente mano de Jennie tocándola.

—Jennie, Jennie, Jennie —jadea sin aire.

Una mano está trabajando el su intimidad y la otra en sus pechos, antes de meter un dedo en Lisa, hizo que lo lamiera hasta que estuviera muy húmedo para entrar en ella.

—Necesito más —ruega, mordiendo el cuello de Kim.

Une sus labios en un beso desordenado, atrapa su labio inferior entre sus dientes. Se corre cuando tuvo 3 dedos de Jen dentro de ella y los montó como si fuera su pene. Cae sobre el duro y sudado pecho de la castaña, solloza un poco entrecortada. Se había sentido muy bien.

—Mierda. Deberías ser celosa más a menudo.

—Mmm, lo pensaré —acomoda su cuerpo más cerca.

[...]

Al día siguiente, un cosquilleo en la nariz la despierta. Sus orbes se abren a la mitad, observa a la chica de ojos felinos dormida sobre su hombro. Su cabello es lo que pica. La aleja suave y le arrulla un poco.

La mira dormir, es preciosa. Tiene todo lo que a Lisa le gusta. Pasa una mano por sus pómulos y mandíbula, totalmente marcada. Lisa piensa que incluso puede medir el ángulo de ésta.

— ¿No crees que es raro que me veas dormir?

—No. A menos que quiera asesinarte o sea una pervertida.

—Mmm, lo de asesina no, pero pervertida... —Lisa golpea su hombro, riendo. Jennie pega sus cuerpos, mucho. Besa su mejilla repetidas veces, trazando un camino a su mandíbula—. No sabías que tenías alta capacidad chupando.

—Tengo experiencia, ¿sabes?

—Carajo, Lisa. No hagas que me imagine a ti chupándosela a mi mamá. Es raro —se estremece.

—¡Hey! A mi me gustaba, ¿si? Respetame —ambas ríen.

La puerta de la habitación es tocada, casi les da un infarto. Pero recuerdan que la señora del servicio venía hoy y se calman un poco.

—Señorita Kim, lamento interrumpir su sueño o lo que sea que esté haciendo, pero su hermano y el pequeño Jeongin están en la sala.

—¡Gracias por avisar, Carla!

Oye los pasos de la mujer alejarse. Se visten y asean rápido para poder bajar. La rubia está nerviosa, solo ha visto a Taehyung por fotografías. Sabe que es guapo y bastante alto a comparación de Jennie. Un ladrido se oye abajo y las dos se alertan.

—¡Mamá, mira lo que el tío Tae me regaló por mi cumpleaños!

Jeongin tiene en la mano una correa roja, sujeta al cuello de un Husky cachorro blanco. Está sentado, alerta, cuidando al niño en todo momento.

—Es muy bonito. ¿Tu madre te dejará tenerlo en casa?

Él mira a su mamá con los ojos abiertos, no había pensando en eso. De todos modos tendría que aceptarlo, ni modo que lo dejaran en la calle abandonado. No le toma mucha importancia y sube a su habitación para mostrarle sus juguetes al perro.

Kim Taehyung sale de la cocina, con un vaso de agua en la mano. Es alto, delgado —pero también musculoso— y su cabello es color negro. Intimida a Lisa un poco, con sus ojos, inspeccionándola de arriba-abajo.

—Un gusto, Taehyung.

—L-Lisa —dice de vuelta, alzando la mano en modo de saludo.

—Mamá (Anna) me dijo que estabas viendo a alguien, no pensé que fuera serio.... y ella. Pero no importa.

—¿Cuando llegaste?

El muchacho se deja caer sobre el sillón, cuidando que el agua no salpique.

—Anoche, me quedé con mamá (Anna). Se ve triste pero no dijo porque, según ella, está bien. ¿Tú sabes que puede ser?

Lisa miró a Jennie con los ojos abiertos. ¿Y si ya estaba enterada de todo?

—Después te platico.

—Ah, por cierto. El parto de Rosé se adelantó, pasé por Jeongin al hospital ya que no contestabas tu celular. Adoptamos un cachorro, ¿no es hermoso?

—Si, bastante.

—¡Señorita Lisa! —Jeongin gritó desde su habitación, la rubia de disculpó con ellos y subió para ver que necesitaba el niño.

Cuando estuvo fuera de la visión del pelinegro, se paró rápido y tomó a Jennie por el brazo, fuerte.

—¿Me puedes decir por qué mierda la ex-amante de mamá está aquí? —su cara se torna seria.

—¿Tú sabías?

—Su celular nunca tuvo contraseña, revisé y tenía cientos de fotos de ella. No ha cambiado mucho, sólo que ahora luce menos infantil. Mamá siempre confió en Jisoo, por eso nunca se tomó la molestia de revisarle el teléfono, decía que era de mala educación.

—¿Por qué nunca dijiste nada? ¿Por qué nunca le dijiste a mamá algo?

Jennie se suelta bruscamente del agarre de Taehyung.

—¿Y arruinar nuestra familia? ¿Estás loca?

—Más arruinada no podía estar, Tae. Además, Lisa es buena, ahora está en un problema grande por culpa de mamá y-

—¡Y que lo resuelva sola! ¿Cuántos años tiene, cinco? Es bastante mayor para apoyarse sola.

—No es tan fácil.

—¿Fácil, cómo meterse con una mujer casada, con hijos?

Si no fuera porque Jennie es una persona decente, le hubiera soltado una bofetada y quizás, una que otra patada.

—Nada es como tú crees —su voz sonó seria y lastimada. Está decepcionada de que su hermano apoye a la bastarda mentirosa de su madre.

—No, Jen. Nada es como tú crees. Sólo quiere sacar provecho de ti, de tú dinero. ¿Qué te puede ofrecer ella? ¡Nada! ¡Abre los putos ojos!

—¿Puedes irte? Como tú dices, creo que ya soy mayor para resolver mis problemas, puedo sola. Gracias por estar de parte de mamá.

—No estoy de parte de nadie. Sólo quiero ayudarte.

—Ayudarías más si te callaras.

El rostro de Taehyung se torna rojo furioso. Niega la cabeza, sus ojos están entrecerrados. Toma su abrigo y sale de ahí, cerrando fuerte la puerta.

—¿Estás bien? —Lisa está sentada en el primer escalón, con el perro de Jeongin a su lado.

—Dios, me asustaste. Sí y-

—Tranquila, escuché todo. Si quieres terminar esto está bien, lo entenderé. Ella tiene razón, soy mayor, además Wooyoung es mi hijo.

—No, nunca. No le hagas caso a Taehyung, debe estar celoso con todo eso de mi mamá y tú.

—Entiendo. Yo igual odiaría al amante de mi madre o padre.

—Hablando de eso... ¿Dónde está tu papá? Nunca hablas de él.

Con la yema de sus dedos, acaricia el pelaje del cachorro dormido.

—Jeongin está viendo Netflix.

—No te pregunté que hace mi hijo, Lili.

—Está en la cárcel, ¿okay? No me gusta hablar de eso porque es muy estúpido. Fue justo e injusto a la vez.

—¿Hizo algo grave? —toma asiento a un lado de Lisa, tomando al cachorro para después ponerlo sobre su regazo.

—Papá nunca haría algo para herir a alguien, jamás. Fue una noche que a mamá se le acabó el medicamento y a mi todavía no me pagaban entonces él... él intentó robar una farmacia. Pero la policía lo atrapó dos cuadras antes de llegar a casa.

—¿Cuánto tiempo le dieron?

—Diez años. Se supone que hay una ley o algo, no sé mucho, que dice que si el robo se justifica podría reducir los años. Desgraciadamente nosotros éramos pobres y sus derechos no valían tanto por eso.

—¿Pronto saldrá? ¿Quieres ir a verlo? Es demasiado injusto eso.

—No te preocupes, lo último que supe de él es que pronto lo dejarán salir por buen comportamiento, creo. Hace meses que no le veo, lo extraño un poco.

—Si quieres podemos a visitarlo.

—Gracias, yo te diré.

—Okay. Ahora desayuna, tenemos que ir a tu consulta con el nutriólogo.

Lisa bufa y va a la cocina. Carla preparó huevos, tocino, pan tostado, jugo de naranja y leche de fresas, para Jeongin porque sabe que la ama. Minutos después entra Jennie con su pequeño riendo del perro que había rodado un poco por las escaleras. Por suerte no estaba lastimado. La coreana sirvió el desayuno para ella y su hijo, con un vaso grande de leche. Jeongin cuenta su mañana con el tío Tae, que fueron a adoptar un perro, básicamente fue todo.

—Señorita Lisa —el niño habla, cortando un poco de pan con sus deditos.

—Dime sólo Lisa, ¿si?

Él asiente, su boca está llena de comida.

—¿Donde está Woo? Quiero que vea a mi nuevo perrito.

—Bueno... él se fue de paseo con su otra mamá, sí, eso —contesta repentinamente, Jennie.

Lisa la mira con cara de: ¿En serio, no tenías nada mejor?, niega y toma aire.

—Claro, cariño. Está con su otra mami, pero ya pronto volverá, ¿si? Y podrás jugar con él y el cachorro.

—Okay. ¿Creen que él quiera ser el otro papi de mi perrito? Yo soy el papá número uno, el podría ser el dos.

Jennie se atraganta con el huevo, siente que se le pega a la garganta, cuando ya no está tosiendo, ríe abiertamente, palmeando la espalda de su hijo.

—Eres muy chistoso Jeongin —se limpia la lágrima imaginaria. Su hijo le mira serio—. Pero claro, Wooyoung estará encantado con ayudarte en la crianza del cachorro.

Terminan de comer y ponen los platos sucios en el fredagero. Lavan sus dientes y están listos para salir.

—¿Donde se quedará mi perrito? —abraza al can, este se pega a su dueño y llora un poco.

—Lo dejaremos con Carla. Vendremos pronto.

—¡Yo no me quiero ir, pero nos separan! —dramatiza—. ¡Volveré por ti Woo-Lorito-número dos!

—No seas exagerado, hijo. Además no puedes ponerle el nombre de Wooyoung al perro. Es un poco grosero.

—Me recuerda a él. Es chiquito y bonito. Tiene ojos grandes como Wooyoung, ¿puede volver ya? —abraza las piernas de su madre, con un puchero en los labios.

—Pronto, Jeongin. Sólo tenemos que esperar —Lisa acaricia su cabeza.

Usan ropa cómoda y fresca para el día, pronto será primavera y por eso hay un poco de calor. Los rayos del sol comienzan a quemar un poco más en ésta época, también transmitiendo más luz que siempre. Es agradable sentir ese ligero quemazón sobre la piel después de sentir el frío colándose por sus huesos.

Llegan al hospital y esperan un poco, Jeongin parece inquieto y dice que es por su nuevo hermanito, quiere conocerlo y espera hacerlo pronto. Jennie le promete que tal vez más tarde lo llevará a ver como anda todo por ahí.

El doctor fue bastante amable, mucho para el gusto de Kim. Tomó la medida de la cintura de Lisa por detrás de su espalda, la castaña gruñó audiblemente. Pesó a la menor y tomó su altura. Le recetó una dieta rica en proteínas, vitaminas e incluso grasas.
Necesitaba subir de peso. Su masa corporal no es normal para alguien de 24 años.

Pasan al supermercado para comprar todo lo necesario que les serviría en la semana para preparar los alimentos de Lisa, agregando a la lista unos cuantos botes de helados, pedidos por Jeongin. Cuando vuelve al auto de Jen, ella y Jeongin ríen porque la extranjera se golpeó la cabeza con la puerta de la cajuela.

—¡Cuando ustedes se lastimen me reiré en sus caras terriblemente y disfrutaré su dolor! —se queja, sobando la parte trasera de su cabeza. Se sienta en la cajuela abierta.

Jennie rueda los ojos, se acerca a Lisa y besa donde se golpeó.

—¿Mejor? —pregunta. Ella niega divertida.

Besa los labios de la otra y ríen un poco.

—¡Ew! —Jeongin saca la lengua.

Antes de que rieran, el teléfono de Lisa suena. El identificador de llamadas dice Jisoo. Sus nervios se activan pero no contesta. Luego piensa que puede ser importante, por lo de Wooyoung y esas cosas.

—¿Si? —contesta la llamada, nerviosa.

—Te quiero en tu casa en 20. Tenemos que hablar. Sólo tú.

Jisoo cuelga, dejándola muy confundida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro