☪ ✙CAPÍTULO 25✙ ☪

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—¿Qué? —preguntó Taehyung cuando se bajó de su auto y Jungkook se le quedó simplemente observando en silencio.

Pero cómo no hacerlo cuando la ropa que estaba utilizando el detective Kim era tan... Atractiva, sexy.

Los jeans negros que estaba usando prácticamente parecían estar pintados alrededor de sus piernas, delineando ese pequeño y tentador trasero. Su camisa manga corta era café claro con manchas negras similar a un leopardo un poco suelta. Tenía un corte en V que daba una vista de su cuello y clavículas, en el cual dejaba ver una simple cadena.

Su cabello estaba algo humedecido, como si apenas se lo hubiera secado luego de salir del baño provocándole un tono más oscuro y sexy como el infierno.

—Se supone que vamos a trabajar —espetó obligándose a sí mismo a apartar la mirada.

Lo cual le dio la oportunidad a Taehyung de admirar el perfecto cuerpo trabajado del detective Jeon, con sus jeans negros junto a su camiseta estrecha del mismo color, y su chaqueta de cuero delgada la cual estaba arremangada por los codos.

Rudo y sexy.

—Exacto, ¿no se supone que esta ropa es la que se usa en un bar? —pronunció con tranquilidad.

Jungkook chasqueó sus labios—. Para los que busquen follar en el callejón o en el baño tal vez —murmuró entre dientes antes de comenzar a caminar, alejándose.

Parpadeando torpemente con sorpresa, Taehyung comenzó a caminar a su lado sintiéndose feliz y satisfecho por haber logrado obtener una reacción de Jungkook, aunque fuera solo por el tipo de ropa que estaba usando.

Sacudió ligeramente su cabeza, intentando concentrarse. Ellos no iban a pasear al sector rojo solo para divertirse, ellos iban a investigar y conseguir una muestra de aquella droga.

Los análisis del médico forense sobre la nueva víctima, Lee Kyuhyun, había mostrado unos resultados que había inquietado a todos.

Internamente, todo el departamento estaba en un caos controlado mientras veían que medidas podían tomar y lo que deberían de hacer al respecto.

Pero en lo que era para el exterior, en noticias para los civiles, mostraban tranquilidad y mentira entre dientes, prometiendo que no era nada grave con falsas promesas.

Al menos, muchas más personas estaban metiendo sus manos en el asunto. Ya no era solo el sargento Heechul y el jefe en médico forense Baekhyun, estaba también el departamento anti drogas y más se estaban sumando, dando comienzo a una investigación.

Todos se estaban uniendo en un frente sigiloso para intentar averiguar y acabar con la peligrosa droga que se estaba creando.

Baekhyun había advertido que pronto comenzarían a haber cambios en las víctimas mientras jugaban con la droga hasta adquirir el equilibrio perfecto, y efectivamente acertó.

Eso fue lo que demostró este chico Kyuhyun, quien no había muerto inmediatamente luego de consumirla, pero si había tenido problemas agresivos y actuaba casi... Salvaje, sin racionalizar.

—Mantente cerca, lejos del baño y de cualquier salida de emergencia, si ves a alguien extraño avísame —ordenó el detective Jeon cuando se acercaron a la calle principal donde estaban los clubes y bares de todo tipo.

La calle repentinamente estaba iluminada con diversos colores haciendo anuncio a sus respectivos negocios, intentando llamar la atención de las personas.

—¿Qué hay con el casino? —preguntó Taehyung.

—Dejémoslo fuera de esto —respondió con simpleza antes de escoger el bar con más personas en el exterior.

Haciendo un poco de fila, ambos esperaron su turno antes de entrar al local. Inmediatamente el calor del interior al estar lleno de cuerpos les envolvió, y muy ligeramente el olor a sudor y alcohol.

Los cuerpos se aprisionaban entre sí tanto fuera de la pista de baile como dentro de esta, la barra estaba llena de extremo a extremo y la música alta se escuchaba perfectamente en aquel gran espacio.

—Qué mierda —exclamó sobresaltado, apegándose inmediatamente a la espalda de Jungkook.

—¿Qué sucede? —pregunto inmediatamente su compañero, inclinándose cerca para que pudiera escucharlo.

—Nada, solo alguien manoseando mi trasero —respondió con una mueca de desagrado.

Había pasado tanto tiempo desde que ingresó a un bar que hasta se le había olvidado que el manoseo sin consentimiento era completamente normal, al menos en los lugares similares como el sector rojo.

—Te dije sobre esa ropa —refunfuño Jungkook, observando furioso alrededor antes de empujar el cuerpo ligeramente más delgado de Taehyung frente a él, impidiendo así que más manos traviesas lo tocaran.

—Vamos a la pista de baile —anunció el detective Kim, comenzando a tirar de la mano de Jungkook mientras caminaba.

Empujando algunos cuerpos, se detuvo en la pista de baile y giro para enfrentar a Jungkook, contemplando su expresión tensa y seria.

No parecía que se estaba divirtiendo, era más como una expresión de que iba directo a un funeral.

—Vamos bebé, sonríe un poco —pidió haciéndolo él mismo mientras se apegaba a él para comenzar a bailar.

Cuando Jungkook se quedó quieto, simplemente observándolo, se acercó a su oído.

—Muévete, baila, así podremos observar alrededor sin parecer demasiado sospechoso —ordenó.

Lentamente, el detective Jeon obedeció, colocando sus manos en la cintura de su compañero mientras bailaba, impidiendo así que nadie más se le acercara.

Ver a otras personas observar con lujuria a Taehyung le estaba molestando, aún más porque este no parecía consciente de ello.

Cuando aquellas manos se deslizaron por sus hombros y aquel rostro de perfectas facciones se acercó a su cuello, su cuerpo se estremeció al sentir el cálido aliento de Taehyung sobre su piel, y cierta parte entre sus piernas comenzaba a reaccionar aunque no quisiera ante el contacto del otro.

—Detrás de ti, cerca de la pared, un hombre con chaqueta de cuero sin nada abajo está repartiendo dulces —susurró.

—Voy al baño —anunció Jungkook dejando de bailar.

—¡Te espero! —asintió Taehyung dándole la espalda, inmediatamente un hombre se acercó a él intentando ocupar su lugar.

—Acompáñame, así compras cervezas —anunció apoderándose de su muñeca y jalando de esta mientras comenzaba a caminar entre los cuerpos.

—¡Mis amigos! —exclamó una conocida voz, y pronto, un cuerpo saltó sobre ellos dos, intentando rodearles por los hombros, lo cual se le dificultó debido a su altura.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Taehyung con una fingida sonrisa mientras le daba una mirada dudosa a su compañero.

—Salí a divertirme, qué más —rió Jimin, comenzando a jalar de ellos hacia la barra—. Cómprenme una cerveza —pidió.

—Pídela —asintió Jungkook hacia su compañero.

Viendo a Taehyung intentando llamar la atención del barman, el joven pelinegro colocó sus manos en los hombros del detective Jeon y tomó un pequeño salto.

Rodeando su cintura con sus piernas y con sus manos firmes en sus hombros, acercó su rostro hacia su cuello para comenzar a repartir besos.

Y no eran simples besos de una ligera presión, no. Jimin realmente lo estaba besando, succionando su piel y mordiéndola.

Y a pesar de lo excitante que se veía... No era como precisamente él se sentía luego de haberlo deseado tanto.

—No hay del nuevo dulce esta noche, ni parece que habrá más durante una semana —susurró entre mordida.

Antes de que Jungkook pudiera preguntar al respecto, el delgado hombre hermoso se bajó con una adorable sonrisa y luego se dirigió a Taehyung, quien no le observaba muy feliz.

—Gracias amor —pronunció alzando su mano derecha para agarrarle de la nuca y bajarle, arrastrándolo a un beso apasionado con lengua y dientes.

Cuando se separó a penas unos centímetros, Minnie sonreía jadeante mientras Taehyung le observaba desconcertado.

—Me dijeron que al lado del club BDSM podrían quedar algo de los dulces nuevos —susurró arrastrando sus labios a lo largo de la mandíbula—. No te exaltes amorcito, los quiero a los dos por igual —le cerró un ojo, finalmente separándose.

Tomando su cerveza, se alejó perdiéndose entre la gente.

—Eso fue... Uhm... —Kim pronunció confundido, siguiendo con los ojos al pelinegro.

Cuando unas manos se apoderaron de su rostro, observó a Jungkook y gimió abriendo su boca cuando este le beso todo posesivo y apasionado.

—Vamos a casa cariño, parece que Minnie no nos quiere acompañar esta noche —expresó separándose, y el contrario asintió bobamente, siguiéndolo fuera del bar.

—¿Qué fue lo que te dijo? —preguntó el detective Kim una vez estuvieron afuera.

—No hay dulce nuevo hasta la próxima semana —respondió rodeando su cintura con un brazo mientras se dirigían al auto—. ¿Y a ti?

—Que podría haber algo al lado del club BDSM —respondió.

—Entonces vamos a darle una vuelta antes de irnos —anunció cambiando de dirección.

Ninguno mencionó el beso entre los dos, o el comportamiento de Jimin para entregar la formación, demasiado perdidos en sus propios sentimientos internos.

Dentro de un taxi, Jimin cabeceaba levemente con el sueño invadiendo su sistema mientras el conductor seguía hablando y hablando de cosas que al joven pelinegro no podría importarle menos.

"¿Te gustó ser mi niñera anoche?" preguntó en su mente.

"Casi consumes cocaína" dijo con molestia y preocupación.

"Pero no lo hice" bostezó.

"No, en cambio bailaste, coqueteaste y tomaste durante toda la noche. Se supone que me ibas a ayudar a investigar sobre lo que me ocurrió" le recordó enojado.

"Que disfrute mientras trabajo no es nada malo" bufó y le sonrió al conductor cuando este le observó a través del espejo retrovisor antes de seguir hablando sobre sí mismo.

"Mi hermano estará furioso, desapareciste todo el día y toda la noche. No contestaste ninguna de sus llamadas, ni le informaste de lo que estabas haciendo" advirtió.

"Nah, ni cuanta se habrá dado" dijo desinteresado. "Cuando me fui estaba bastante entretenido jugando con una de sus mascotas"

"¿Estás celoso?" preguntó Hoseok curioso.

Jimin rió sin poder evitarlo.

"Que buen chiste Hobi" dijo una vez dejó de reír.

—¿Joven? Ya hemos llegado —pronunció el conductor.

—Oh, si —Jimin dijo observando a través de la ventana.

Enderezándose, se movió con movimientos torpes y lentos antes de que finalmente pudiera sacar algo de dinero para cancelar.

Bajándose del auto, Jimin observó como el taxi se alejaba antes de volver su atención a la mansión.

No fue necesario anunciar su llegada a través del comunicador, el portón comenzó a deslizarse hacia el lado permitiéndole entrar.

Bostezando, comenzó a caminar hacia la casa, arrastrando un poco los pies a su paso.

—Bonito auto —dijo después de dar un silbido cuando contempló un convertible rojo estacionado frente a la casa.

"Es de un amigo de mi hermano" reconoció Hoseok.

—Pues tiene buen gusto —anuncio subiendo los peldaños bajo el porche delantero.

Sacando las manos de su chaqueta, llevó una hacia la manilla de la puerta y su cuerpo se fue inevitablemente hacia adelante cuando esta fue abierta.

Apenas logrado no caer, soltó una risa divertida antes de enderezarse y contemplar a los dos amantes de Min Yoongi observándole con arrogancia y desagrado.

Bueno, uno más que el otro.

—Ya no eres necesario aquí —anunció Jeonghan—. O bienvenido.

—Solo sube a tu habitación y no pienses en molestar al amo Min —dijo HyuJin.

—Mejor aún, sal de aquí, piérdete y no vuelvas —espetó el otro hombre—. Nosotros podemos satisfacer muy bien las necesidades de nuestro amo —aseguró mostrando con orgullo las marcas en su cuerpo.

—Si, si, si —dijo desinteresado—. Toma, guárdalo —pidió empujando su chaqueta hacia Jeonghan.

—¿Eso es vómito? —preguntó la mujer pelirosa, arrugando su nariz con disgusto ante el hedor.

Jimin observó su pecho y rió al encontrar una mancha en su camiseta.

—No, es whisky... Creo —volvió a reír mientras se la quitaba, revelando su pálida piel marcada por las cuerdas.

Ambos sumisos observaron con sorpresa y envidia el cuerpo delgado de Minnie, en especial Jeonghan.

Ni una sola vez, su amo había querido usar alguna de sus cuerdas en ellos, siempre había usado otros implementos con los cuales sus marcas duraban cosa de horas.

Pero con el molesto chico, las había usado el tiempo suficiente y con la justa fuerza para que aún estuvieran perfectamente marcadas.

—¿Qué sucede mascotitas? —preguntó con una sonrisa y tono llena de burla.

—Hasta que te dignas a aparecer —espeto con oculto enojo Min Yoongi mientras se acercaba a la entrada—. Apestas —exclamó con desagrado, deteniéndose frente a él.

—Uy, lo siento su majestad, no tenía dónde bañarme antes de volver —se mofó haciendo una exagerada reverencia un poco tambaleante.

—Tu ropa —exigió saber contemplando el desnudo torso del pálido joven.

—Apesta —contestó encogiéndose de hombros.

—¿Se puede saber en dónde estabas? —cuestionó, sus ojos recorriendo su cuerpo en busca de alguna herida.

Pero lo único que encontró además de las marcas que él mismo había dejado, eran pequeños hematomas decorando el cuello y parte de sus clavículas, eran unos nuevos descansando sobre los viejos.

—¿Tuviste sexo? —gruño furioso, agarrándole del mentón con brusquedad mientras movía su cabeza, contemplando mejor los chupetones en la piel.

—Pff, ojalá —resopló Minnie—. Solo fui a trabajar.

—Como una puta —se burló Jeonghan.

—Fuera de aquí —espeto Min.

—Con gusto —respondió Jimin saliendo de su agarre.

—Tú no —gruño sin poder controlar su furia mientras lo volvía a retener apoderándose de su muñeca—. Ustedes dos —dijo observando a los otros dos sumisos.

Sorprendidos por la orden, ambos se quedaron en sus lugares simplemente observando a Yoongi.

—Ahora —ordenó alzando un poco su voz.

Inmediatamente ambos sumisos reaccionaron y se alejaron apresuradamente, dejándolos solos.

—Uy, controle su temperamento señor Min —se burló Minnie sin poder contenerse.

—Tú —espeto empujándolo contra la puerta, acercándose para presionar ambos cuerpos juntos—. ¿Con quién follaste? —exigió saber, sintiendo como su autocontrol se deslizaba entre sus manos con cada segundo que pasaba.

—Lamentablemente, con nadie —suspiró con pesar.

—Apestas a sudor, alcohol y sexo —indicó con dureza.

—Lo cual es normal luego de haber pasado toda la noche entre bares —se encogió de hombros.

—¿Y qué mierda hacías en los bares? —exigió saber.

—Eh... ¿Trabajando? —respondió frunciendo el ceño—. ¿Por qué tan enojado?

"Te dije que iba a estar enojado" canturreo Hoseok. "Aunque es la primera vez que lo veo reaccionar así"

—¿Yoongi? —preguntó una tercera voz.

—Ahora no —declaró Min alejándose, dejando de aprisionar a Jimin con su cuerpo se apoderó de su muñeca y lo comenzó a jalar escaleras arriba.

Ignorando totalmente a un curioso Namjoon.

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