━ twenty-two: primadonna syndrome

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CHAPTER TWENTY-TWO
PRIMADONNA SYNDROME

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BRIAR TODAVÍA SE SENTÍA impotente, incluso cuando pasaban los días y su hermano parecía estar tomándose el Torneo como un bache, más de lo que se acostumbró. Briar conocía a Livvy, y sabía que no le gustaba ser mirado, especialmente si era algo que realmente no quería hacer. Pero Briar imaginó que uno de sus amigos le había dado palabras de coraje sobre una base diaria, ya que cuanto más pasaban los días, Livvy se echaba hacia atrás por el carisma que le gustaba enterrar.

Livvy, por una razón que Briar no comprendía, era sorprendentemente encantador. Al igual que, cuando Briar hablaba con él en el descanso, tenía a dos de los chicos de Durmstrang saludándolo. Livvy había sonreído hacia Briar y le dijo—Nadie sabe que escondo mi miedo con encanto. Es mejor para seducir a los chicos que llorar.

Una vez dijo que tenía más sentido. Su hermano podía ser carismático cuando quería, pero el cambio repentino de mal humor al Príncipe Maldito Azul era extraño. De hecho, era increíble. Briar tuvo que parpadear un par de veces cuando vio a su hermano el día de después de que el cáliz echara su nombre, y estaba caminando por ahí como una nueva persona.

Pero, al mismo tiempo, Livvy afrontaba el nerviosismo, Briar no. Briar había pasado todas las noches después de clase sentada al lado de una bola de cristal en su dormitorio, con cada artículo que había conseguido para aumentar las habilidades psíquicas. Una piedra lunar, amatista y una esmeralda al lado de la bola de cristal. La canela se quemaba. Si lo hubiera hecho con cualquier otra cosa, la hubiera usado, pero sus opciones eran pequeñas y las otras chicas se enfadaron cuando entraron y encontraron que olía como una tienda de flores a tiempo parcial, traficante de drogas en el otro. Así que, sólo era canela. ¡Estaba anticipando la Navidad!

Sin embargo, Briar podía ver una bola decorada con adornos azules helados. Y, en algunos momentos, un cementerio con una lápida de aspecto inquietante, pero que se podían ver una franja de segundos para luego desaparecer. Así que, los vio, pero no del todo.

En su opinión, el Torneo se tomaba un tiempo para ponerse en marcha. Briar pensó que sería porque quería que el año acabara, cómo rasgar un yeso todo lo rápido que se podía. Se levantaba en cada lección, mirando el reloj constantemente, no porque quisiera que acabara la clase, sino el año.

Briar lo usaba por las visiones, porque podía recordar un momento en que no las tenía, pero ella no estaba acostumbrada a la espera de los acontecimientos.

—Sabes —decía Briar sentándose en uno de los bancos del patio con Cedric—, estoy bastante segura de que la única razón por la que la escuela os ama a ti y Livvy es porque sois agradables a la vista. Estéticamente agradables. Y todos se resiente a Harry, no es justo, pero está pasando.

Cedric sonrió y señaló—Creo que estás saliendo del centro de atención. Teniendo en cuenta lo que sucedió después de que salieran los nombres de Livvy y Harry, y como tu, um, nos vinculas a los tres.

Ella levantó una ceja—¿Vínculos?

—Bueno, no sé lo que somos —dijo Cedric—, pero está bien. No estoy diciendo nada malo.

Briar lo miró por un momento. Dejó escapar un suspiro—En la mejor manera posible, prefiero que seamos solo amigos, más de lo que pienso sobre ello —dijo. Cedric asintió comprensivamente, y los ojos de ella se abrieron—. No es que seas malo besando. Eres maravilloso en eso. Sigue con el buen trabajo.

Cedric se echó a reír—Fuiste una deleite para besar, amiga —dijo. Briar sintió sus mejillas arder—. Está absolutamente bien, sin embargo. Me gusta ser solo amigos. Pero, um, ¿puedo hacerte una pregunta?

—El cuerpo está enterrado a treinta y cinco pasos hacia el este.

Él parpadeó—¿Qué?

—Era broma —respondió ella—, creo que no hay ningún cuerpo enterrado. Hmm —él se rió mientras miraba su expresión. A ella le gustaba tener amigos atractivos. O sólo amigos que fueran más bonitos que su sonrisa. Ella pensaba que todos eran así, de todos modos—. Lo siento. Pregunta.

Cedric bajó la voz un poco y le dijo—Vale, muchas chicas me han estado siguiendo, y estoy seguro de que la mayoría asume que estamos saliendo y que no me has secuestrado —Briar frunció el ceño—. Podríamos pretender estar juntos, hasta que las cosas se calmen, o para que dejen de empeorar.

—Claro —dijo ella—, una cita falsa. No tengo nada más que hacer.

—No tienes que hacerlo si no quieres...

—No, estoy aburrida, te ayudaré —dijo Briar.

Lo primero que pensó después de eso fue, necesito hacer algo para asegurarme de que los gemelos lo sepan tan pronto como sea posible. No estaba muy segura de porque los quería en el bucle tan desesperadamente, pero lo hizo. El pensamiento más razonable era el hecho de que no habían sido consciente de cualquier cosa con Sirius, ni siquiera cuando ella les pidió que la ayudaran, y apenas dijo nada acerca de porque los abandonó todo el año, hasta después.

Era muy afortunada con sus mejores amigos.

Cuando entró en Encantamientos, se reunió con Fred, George y Lee mientras entraban en el aula y caminó a través de la pequeña multitud de Gryffindor y Ravenclaw. Una vez que estuvo allí y estuvieron haciendo el trabajo, dejó que lo supieran. Discretamente. Nadie más tenía que saberlo, o no tendría sentido para ayudar a Cedric, porque todo el mundo se daría cuenta en la cena.

A mitad de Encantamientos, fueron al trabajo práctico. Briar se sentó con Fred mientras que George iba con Lee en el escritorio detrás de ellos. El plan formulado en su cabeza giraba a su alrededor para decírselo a los tres. No era genial, ni emocionante, pero ella quería que fueran conscientes. Ellos no estaban al tanto de Sirius y Lee todavía no lo sabía.

Uf. Ella tenía demasiados secretos.

Al menos su biografía sería interesante.

(Y el musical basado en ello. A ella no le importaba que los muggles no supieran la verdadera historia. A ellos les encantaría la historia. Y la chica que interpreta a Verónica en el futuro musical de Heathers podría ser una maravillosa Briar Lupin.)

Briar se dio la vuelta, empujando la rodilla de Fred para que se diera la vuelta también para escuchar. Ella empezó—Vale, um, sólo quería decir que Cedric y yo...

—Sí —dijo Fred—, sabemos que estáis saliendo. No hace falta ser un genio para saberlo.

Ella frunció el ceño por el tono de su voz—En realidad iba a decir que no —dijo Briar. Ella frunció otra vez. George y Lee sonrieron maliciosamente ante su expresión y la reacción de Fred—. No le gusta que las chicas se arrastren detrás de él... quiero decir, yo no querría a chicos siguiéndome, más que vosotros tres... por lo que fingiré salir con él para que no lo sigan mucho.

—Apuesto a que estás encantada con eso —comentó Fred.

Briar espetó—Me preguntó en el almuerzo, cállate y madura —ella hizo una mueca—. Me parecía que tenías dieciséis años, no séis.

—Woah, oye —George dijo—, no tengo seis.

—Tu no —Briar asintió—, tú tienes dieciséis. Tu hermano no. Dile que madure, por favor. Ha estado actuando como si su tarta de cumpleaños estuviera mohosa.

Lee lanzó un silbido. George sonrió felizmente hacia ella y miró a Fred con la misma cantidad de alegría—¿Has escuchado, Freddie? —le dijo George—. Madura, chico. Estoy destinado a ser el gemelo pequeño —se volvió a Briar—. ¿Ha sido lo suficientemente bueno?

—Buen trabajo, compañero —ella sonrió.

Fred frunció hacia Briar. Briar se dio cuenta y frunció hacia él—Así que realmente no sales con Cedric, ¿verdad? —él dijo. George estaba negando con la cabeza—. ¡Sólo lo estoy comprobando!

—No estoy saliendo con él —dijo Briar. Sus ojos se estrecharon—, estás así por el crush que tienes conmigo...

Él soltó—¡No me gustas!

—¿No es ahora la comprobación de varitas? —Lee preguntó. Las expresiones de Briar se endurecieron, pero asintió—. He oído que Rita Skeeter va a escribir un artículo. ¿Cómo creéis que será de falso, el sesenta por ciento o más?

Briar reflexionó—Alrededor de noventa y nueve, diría yo. El uno por ciento restante será sobre los campeones.

La puerta de clase se abrió de pronto. Briar lamentó al instante su conversación y luego se sintió nerviosa, por lo mismo que sentía el pesar. Y la ironía. Y un mal momento. Y presagio. Maldita sea.

Colin Creevey, uno de los más jóvenes de Gryffindor, entró en la sala y hasta Flitwick. Fred rió y Briar se pegó a su brazo para no escuchar a Colin hablar. Por lo general, sería una ruina si un estudiante mayor se reía de ella.

Flitwick apartó la mirada de Colin y dijo—¡Señorita Lupin! —ella lo miró, y los tres chicos que la rodeaba intercambiaron miradas, diciendo, ¡oooooooooh!—. ¡Venga aquí, por favor, rápido!

Briar hizo su camino hacia la parte delantera de la clase, pero no rápido. Si corría, sería extraño. Si caminaba con mayor rapidez de lo habitual, sería notable y el resto de la clase, sin embargo se daría cuenta de que iba hacia el frente y que Colin Creevey estaba presente.

—Señorita Lupin —dijo Flitwick una vez que estuvo en su escritorio frente a Colin—, quieren que vaya adónde están haciendo la comprobación de varitas y una de las reporteras... ¿dijiste que querían hablar con los hermanos del campeón, señor Creevey?

—Oh, sí —dijo Colin, moviendo la cabeza y sonriendo—, Rita Skeeter. Al parecer está interesada en sus vidas o algo así. No me dijeron mucho, sólo que viniera a por ti y mientras que comprobaban las varitas de los campeones, que pudiera hablar contigo...

Briar murmuró—Me siento jodidamente especial.

Flitwick dijo—¿Qué ha dicho, señorita Lupin?

—Voy a por mi mochila, um —respondió ella.

Briar caminó hacia su escritorio y le sonrió a los tres—Adivinad porqué persona está interesada Rita Skeeter —ella dijo. Lee levantó las cejas—. Tengo que meterme con ella. Esto es una oportunidad única.

—Me daría vergüenza si no lo hicieras —dijo George.

Fred asintió—Métete con ella tanto que puedas ser tan falsa como ella.

Briar le dio golpecitos en la cabeza—Lo haré.

Ella agarró su mochila — la misma mochila rosa que su ídolo Cher Horowitz llevaba — y salió de la sala. Colin estaba caminando junto a ella y abriendo el camino a través de los pasillos. Briar lo miró.

—Tu hermano empezó en septiembre, ¿verdad? —cuestionó ella.

Colin asintió—¡Estábamos todos sorprendidos! —exclamó. Briar envidiaba la forma enérgica que tenía—. Nuestros padres son muggles, ¡no pensábamos que ambos fuésemos magos! Mis padres me han dicho que le eche un ojo. Tu hermano está en el torneo. No sé cómo me sentiría yo si Dennis estuviera.

—Sí, es extraño —explicaba Briar—. Eres el hermano mayor, así que supongo que entiendes cuando tengo que echarle un ojo, pero no puedo hacer eso en toda su extensión si no sé que va a pasar y no puedo interferir durante las pruebas.

—Te entiendo —asintió Colin. Cuanto más hablaba, Briar se preguntaba si al única razón por la que Harry lo encontraba molesto era porque nunca hablaron correctamente. Y, realmente, Colin tenía el mismo corazón que Laurel. Era sólo que Laurel se emocionaba más con las cosas muggles y Colin con las mágicas—, estaría muy preocupado. Espero que estés bien, teniéndolo en cuenta.

—Una se acostumbra a la dolorosa sensación de inutilidad —dijo Briar. Colin miró sin comprender y ella dejó escapar una risa—. Es broma, es broma. No se puede.

Llegaron a la sala, pero antes de que Briar pudiera recibir a su hermano, o su hermano metafórico, o su falso novio, o la niña bonita francesa, o al jugador de quidditch, Rita Skeeter dejó escapar un encantador jadeo.

—¡Briar Lupin en carne y hueso! —dejó escapar. Briar miró a Cedric, quien tenía la mano sobre su boca para ocultar una sonrisa—. Es una pena que tengas que perder las clases, ¡pero sólo quiero tener una conversación contigo!

Ella sonrió brillantemente—Bueno, ya sabe, obviamente, no necesito la escuela —dijo Briar. La expresión en su rostro hizo que Harry mirase a Livvy y Livvy devolviera la sonrisa, consciente del tono de su voz. Sarcasmo encubierto—. Debido a que se supone que las únicas cosas que hacen las chicas bonitas en la vida es casarse, tener hijos y hacer que el marido se vea mejor mientras que él se desmorona. Porque no importa si los hombres tienen arrugas, eso está bien, ¡pero Dios no quiera que las mujeres busquen su edad!

En pocas palabras, Briar miró a su hermano. Junto a él se puso Fleur Delacour, quién se veía muy contenta, dándose cuenta de lo que Briar estaba haciendo.

—¡Cuanta razón, cariño! —exclamó Rita. Briar se detuvo por un momento—. Qué tal si dejamos esto para discutirlo en privado...

—No es cómo si fuera a aparecer en los periódicos de mañana —murmuró Briar. Alguien se rió y Briar miró por encima de su hombro, vio a Fleur sonreír cálidamente.

Rita llevó a Briar a una habitación que pensaba que era un cuarto de escobas, pero decidió no decir nada al respecto. Ella se sentó en el banco frente al que Rita estaba sentada. En realidad, era fácil meterse con Rita, siendo el estereotipo de una hermosa adolescente rubia. Sólo pretende ser Heather Chandler, pensó Briar. Hecho y espolvoreado. Meterse con el sistema, ¡ja-ja-ja!

—¿Te importa si uso una pluma a vuelapluma? —preguntó Rita—. Hace que sea más fácil hablar libremente, ¿sabes?

Briar dirigió otra sonrisa, agradeciendo a los cielos que comprara la pasta de dientes blanqueadora—¡Por supuesto! —dejó escapar Briar. Se rió alegremente—. ¿Por qué hacer el trabajo cuando este individuo puede?

—¡Demasiada razón!—Rita dijo, riendo. Briar se hizo muy consciente de que estaba bromeando, pero Rita no lo sabía. Su risa se calmó—Probando: mi nombre es Rita Skeeter, periodista de El Profeta sobre un artículo del Torneo de los tres magos.

La pluma comenzó a escribir. Briar miró por encima para leer lo que estaba escribiendo, A medida que el torneo afecta tanto a los campeones como a sus seres queridos, era especialmente que fuera entrevistada una chica que no es solamente la hermana adoptiva de Livius Gordon-Isley, sino también la novia de Cedric Diggory.

—Ahora, Briar, cariño —decía Rita. El corazón de Briar se había detenido por un segundo tras leer Livius. Nadie parecía darse cuenta de que Livvy odiaba su nombre completo, no porque fuera un bocado, sino porque no le gustaba estar asociado con las dos mujeres que le dieron nombre a causa de lo que siguieron—, vamos a empezar, ¿de acuerdo?

La pluma seguía garabateando.

     Briar Lupin es una bruja joven y bella, de dieciséis años, y realmente es fácil saber porqué es amada por muchos.

Peter probablemente pensaba lo contrario.

     Ciertamente es más de lo que parece. Para empezar, Briar Lupin es una Vidente, y su abuela no es otro que el propio Barty Crouch. Sin embargo, no dejes que los lazos te engañen. Briar no ha sido un miembro de la familia Crouch después de que su madre, Laurel Crouch, dejara la familia cuando tenía diecisiete años, a vivir un tiempo con su novio, ahora esposo, el hombre lobo Remus Lupin.

—¿Qué se siente al ser hija de una marginada que abandonó a su familia y de un hombre lobo que renunció al único trabajo que ha tenido desde que salió de la escuela?

Briar sonrió dulcemente—Ha hecho los deberes —dijo. Claro, iba a meterse con ella, pero ella no cruzaba la línea con su sarcasmo para decir algo de sus padres. Era demasiado, en su opinión—. No habría sido diferente haber sido criada por dos pura sangre, dos muggles, dos mujeres, dos hombres. Son unos padres maravillosos, estoy agradecida por ello.

—Se rumorea que tus padres eran amigos de James y Lily Potter, los padres del campeón Harry Potter —dijo Rita. Briar levantó las cejas—. ¿Algún comentario?

—Mi padre era el mejor amigo de James Potter desde su primer año de escuela hasta que falleció— dijo Briar. El acto se hubiera caído momentáneamente—. Mi madre y Lily Evans... Potter, quiero decir... se hicieron amigas hacia el final de su sexto año y se hicieron inseparables junto con Marlene McKinnon —sus ojos miraron a Rita—. Y, por cierto, sé que esta entrevista va a ser falsa, pero si intentas que diga algo malo de mis padres, te voy a despellejar viva. O, mejor aún, ¿cómo es que veo escarabajos en su futuro?

Rita palideció. La pluma tachó unas pocas líneas.

     Lupin, cuando se le preguntó acerca de sus padres, mantuvo un labio firme. "No habría sido diferente haber sido criada por dos pura sangre, dos muggles, dos mujeres, dos hombres. Son unos padres maravillosos, estoy agradecida por ello. Mi padre era el mejor amigo de James Potter desde su primer año de escuela hasta que falleció. Mi madre y Lily Evans... Potter, quiero decir... se hicieron amigas hacia el final de su sexto año y se hicieron inseparables junto con Marlene McKinnon."

—Gracias —sonrió Briar.

Rita continuó—¿Algún comentario acerca del Torneo de los tres magos?

—Claro, obviamente, ¡no estoy preocupada! ¡Todos lo harán genial! Lo único que realmente me preocupa es el Baile de Navidad —dijo Briar. Dejó escapar una risa—. Es lo que más deseo. Quiero decir, ¿dónde está la diversión de ser valiente, fuerte y elegante si no llegas a vestir un buen traje?

Con mucha verdad, sin embargo, era por lo que más esperaba. Ella no quería preocuparse de Livvy, Harry o Cedric, y si era sólo un baile, no estaría tan nerviosa. Todavía lo estaría, pero ese tipo de nervios Briar lo manejaba muy bien. La prueba de su excelente manejo de los problemas relacionados con la belleza podían verse en el brillo de su pelo, o el hecho de que todavía tendría que ir un día sintiéndose como una mierda.

     Lupin parecía muy animada por el tema de los vestidos y la belleza, cuando el futuro Baile de Navidad — un evento ligado al Torneo — se mencionó. "¡Oh, ya tengo mi vestido preparado!" ella exclamó. "Uno de mis amigos me habló sobre el. Quiero decir, ¿dónde está la diversión de ser valiente, fuerte y elegante si no llegas a vestir un buen traje?"

—Bien, cariño, vamos a tener que estar en contacto —dijo Rita. Briar sonrió—. ¡Pero creo que eso es todo! ¿Algo que quieras agregar?

—Creo que eso es todo —dijo Briar. Ella asintió con orgullo—, ¿necesita una foto? Estoy excepcionalmente genial hoy, si ese es el caso. Siempre me veo excepcionalmente bien, porque sería una barbaridad para una chica verse poco atractiva para los hombres, porque el propósito de una chica en la vida es casarse y ser una buena esposa. Pero, ya sabes, me veo bien por si necesitas una foto.

Rita sonrió. Chasqueó los dedos y se fue a la otra habitación para conseguir al cámara. Briar sonrió y la cámara brilló. El hombre de la cámara salió del armario. A medida que Rita se ponía de pie junto a la puerta, se volvió hacia Briar—Ha sido encantador conocerte, ¡absolutamente maravilloso! —ella dijo. Briar sonrió—. ¡Me aseguraré de mantenerme al día con la propia primadonna de Hogwarts!

A oír primadonna utilizado en un tono de cortesía, la sonrisa de Briar creció. Ahora pretendería gustar de Cedric en torno a las chicas que estaban enamoradas de él, en lugar de verse como si a ella le gustaba otra persona.

Fácil.

Probablemente.

Ojalá.

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