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Cuando su cabeza se despegó de la almohada, Lauren se sintió mareada.

Parpadeó adaptando su vista ante la oscuridad que acechaba la habitación, nitídamente notó unos pocos rayos de luna.

Pero había un detalle; uno bueno y otro malo. Muy malo.

La buena noticia era que no se sentía tan mal como para querer suicidarse... La mala, era que no recordaba como había llegado a la habitación de Ginny... Y si ponía mucha mayor atención, ni siquiera estaba en la alcoba de la pelirroja menor.

Intentó levantarse, pero se enrolló entre las sábanas y terminó cayendo estrepitosamente.

Le dolieron los ovarios.

Maldijo en silencio.

Escuchó como alguien se acercaba, pero mientras intentaba desprenderse de la molesta sábana, unos pies descalzos cubrieron su campo de visión; quiso gritar que estaba bien y que quería salir de allí, pero su voz se estancó en cuanto lo vio: notó que llevaba una única prenda de vestir que consistía en un pantalón de chandal que caía en las caderas varoniles y formadas de Charlie, el hermano mayor de su mejor amigo.

Se sonrojó al notar como su pecho voluminoso y musculoso se hallaba expuesto.

-Lo s-siento -tartamudeó-. No quise despertarte. Solo quería levantarme.

Los ojos entrecerrados de Charlie se clavaron en ella, la miró con los ojos bañados en sueño y los músculos de sus brazos se contrajeron cuando la ayudó a ponerse de pie.

-Está bien -dijo Charlie, un poco menos tenso-. No quise asustarte. No podía llevarte a la habitación de Ginny porque estabas muy mareada y caíste rendida en mi cama.

Lauren hizo una mueca cuando recordó como se había bebido una jarra completa de vino de saúce.

-Hoy me declaro alérgica al vino -se quejó-. No sabía que era tan malo. Por Merlín, si hubiera sabido que pasaría todo esto, hubiera lanzado la jarra en la cara de George y Fred.

Charlie le regaló una sonrisa perezosa, como si supiera algo que ella no sabía.

Lo miró con atención.

-¿Qué pasó con exactitud? -preguntó con escepticismo- ¿Hice algún desastre?

Charlie negó con los cabellos rizados rebotando en su frente. Se veía muy bien con el cabello largo y enmarañado por el sueño.

-Nada de eso -le aseguró con calma, tratando de no alterarla y que nadie fuera de la habitación los escuchara-. Recibí ayuda de los gemelos para sacarte del jardín. Te dimos una pócima para la borrachera, pero sus efectos fueron tan eficaces que caíste dormida en cuanto tocaste la primer superficie.

Lauren lo miró con culpa y una mueca de disgusto.

-Siento haber sido una carga -Sus mejillas estallaron en un fuerte color carmesí y Charlie la miró con los ojos clavados en su rostro. Estaba recibiendo más atención de la que esperaba y se sintió cohibida por unos cuantos segundos-. Muchas gracias por todo, Charlie, jamás olvidaré esto. Te prometo que no lo volveré a hacer cuando estés presente; así no tendrás que cargar conmigo.

Charlie arqueó una de sus perfectas cejas y pudo notar, pese a los pocos rayos de luna que se reflejaban por la única ventana de la habitación, que el mayor tenía una mirada penetrante. Era del tipo de mirada que haría temblar hasta la chica más segura de todo Reino Unido.

-No ha sido molestia -Y se sentó en su cama, sus músculos se flexionaron y Lauren hizo un esfuerzo sobrehumano para no mirar hacia abajo. ¿A caso no notaba que era una adolescente hormonal?-. No me molesta ayudarte cuando lo necesites, Lauren -Su nombre en sus labios sonó como si fuera el más bello de los poemas, casi como si lo delineara con su lengua-. Sin embargo, debo pedirte que tengas más cuidado; si mi madre se hubiera enterado hubiera enloquecido.

Se sintió avergonzada. No porque Charlie la hubiera regañado o pensando que era una niña caprichosa como muchos solían pensar, si no porque lo más seguro es que había estropeado la primera impresión ante los hermanos mayores de Ron.

Igual, hace mucho tiempo había dejado de sentir la verdadera vergüenza.

Lauren suspiró agotada, notando que en realidad estaba muy cansada y solo deseaba ir a su cama destinada en la habitación de Ginny.

Súbitamente, se tensó cuando reparó en algo que no había notado hasta ese momento.

Parpadeó varias veces para tratar de alejar el asombro que iba creciendo en su pecho.

-¿Dormí en tu cama? -preguntó con los ojos abiertos de par en par.

Charlie la miró de reojo, pero no se inmutó.

Notó un rubor frío que se extendió por las mejillas del mayor, pero decidió ignorarlo para no llenar la habitación con mayor tensión. Ya era suficiente con la que corría en el pequeño espacio.

«Para alguien que debe haber dormido con un sinfín de mujeres, no debe resultar un problema dormir con una niña de colegio», pensó para tratar de sentirse mejor.

Lauren se convenció así misma.

Charlie suspiró cansado. Se sintió apenada de no dejarlo descansar un poco antes de que tuvieran que marchar a los Mundiales de quidditch, pero debía saber si lo que había preguntado era verdad.

-Cuando caíste dormida, no sabía si dormir en el piso o llevarte con las chicas -le explicó revolviéndose el cabello en un gesto distraído que captó su atención. Charlie pareció pensar un poco antes de decir lo siguiente-. No parecía ser que despertarías pronto, así que no creí que fuera malo dormir aún lado de ti. En la mañana pensaba salir antes de que despertaras, así no sería tan incómodo... Siento si te hice sentir fuera de lugar, nunca te tocaría sin tu consentimiento -masculló con los dientes apretados.

Lauren parpadeó.

«¿Sin mi consentimiento?»

Lanzó esos pensamientos aún lado, tenía cosas más importantes en las que pensar.

-No hay problema -afirmó-. No me molesta. Nuevamente, discúlpame.

Sorprendentemente, observó como la rojez en las mejillas de Charlie se disipaba poco a poco y una sonrisa se deslizaba por sus regordetes labios.

Apartó la mirada.

-No me molesta tener que hacerlo otra vez.

Lauren sintió que su corazón palpitaba con fuerza.

Charlie Weasley era demasiado tierno para su extrovertida alma.

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Pregunta del día:

¿Ya vieron a nuestro nuevo Viktor Krum en el Cast? 7u7

Atte.

Nix Snow.