Capítulo 6: Declaraciones de amor.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

♠️♠️♠️

En la mañana, Lauren despertó con un leve mareo que muy pronto se disipó mientras se movía.

La poción parecía haber funcionado bien.

—¿Te sientes bien? —preguntó una extrañada Hermione cada vez que la veía tropezar con casi cualquier cosa. Estaba demasiado torpe.

Se encogió de hombros restándole importancia. Si se concentraba bien, tal vez la listilla de su mejor amiga ignoraría su aspecto meditabundo.

—No lo sé. Igual, solo tengo hambre —le restó importancia, pero la de cabello alborotado la miró con suspicacia, así que suspiró—. Ayer tuve mi primera borrachera, ¿feliz?

Hermione se puso colorada y Lauren empezó a preocuparse.

—¡Pero en que estabas pensando! —le exclamó rabiosa.

—¡No grites!

—¡Como no voy a gritar, niña inconsciente!

—¡Te escuchará Charlie!

—¿Y qué tiene que ver Charlie en todo esto? —preguntó minutos después de que su enojo se bajara un poco, pero a pesar de ello, su ceño permaneció profundamente fruncido.

Hizo una mueca.

—Desperté en su cama.

—¡Que hiciste que! —exclamó pálida— ¡Te dije que no hicieras esas cosas hasta que te sintieras lista! ¡Y tú vas y lo haces con el hermano de Ron! ¡Eres incorregible, Lauren Cecillie Potter!

—¡HERMIONE, CÁLLATE!

Rápidamente le explicó la situación, todo demasiado rápido antes de que Ginny terminara de cambiarse en el baño que estaba al otro lado del pasillo. No deseaba dar la impresión de ser una amiga roba hermanos.

—¡Pero que noche! —exclamó Hermione en medio de un susurro, casi aliviada de que Charlie la hubiera mantenido viva y no hubiera pasado nada malo— Igual te lo merecías, ¡no debiste aceptar nada de Fred y George! Siempre he sabido que tienen malas ideas, esto no hace más que comprobar mi teoría de que...

Lauren suspiró mientras se ponía su camiseta negra. Era su favorita, pero al verse con mayor atención en el espejo que tenía Ginny aún lado de su cama, parecía que le quedaba más ajustada de lo normal.

—No me quedaron ganas de seguir experimentando, Mione —dijo Lauren entredientes—. Fue algo sumamente desagradable.

—¿Qué fue desagradable?

Lauren notó a Ginny en la puerta, traía unos vaqueros café, una camiseta verde lima y los ojos adormilados.

No se dejó intimidar por su presencia.

—El día en que Fred y George lanzaron los sapos en el salón de pociones. Debiste ver a Snape, ¡estaba furioso! Las mazmorras de por sí son desagradables...

Ginny pareció tragarse la mentira, pero Hermione la miró de reojo mientras guardaba sus cosas en su baúl, como diciéndole con la mirada que aquella conversación aún no había terminado.

Solo deseaba llegar al mundial de Quidditch y poder tomarse unas cuantas fotos con sus amigos y hermano, ¿era mucho pedir?

(…)

Habían caminado por horas sin descanso, habían trepado la montaña oscura que estaba al otro lado del pequeño pueblito de Ottery St. Catchpole. La trepada fue difícil, pero Lauren supuso que no terminó tan cansada como los demás por sus entrenamientos (a escondidas) que había tenido tiempo de hacer en sus vacaciones de verano. Lamentablemente, aquello no la eximió de quedarse atrapada en las madrigueras de algunos conejos (de hecho, se tomó el tiempo de tomar uno y meterlo en su mochila), pero, afortunadamente, estaban por llegar al lugar donde el señor Weasley les había explicado que estaba el traslador.

Antes de irse de la Madriguera, Lauren había tenido la esperanza de toparse con Charlie, pero la señora Weasley les había dicho que se irían mucho más tarde en aparición.

Hermione pudo ver su cara decepcionada, así que la miró con ojos juzgativos. Era como si le dijera: «quédate quieta, niña hormonal».

Mientras buscaban el traslador, Lauren se topó con un gusano muy peludo que pareció observarla con ojos curiosos.

Tuvo una idea. Tomó al gusano con un palo y se lo enseñó a Hermione, quien la miró con ojos desagradables.

—No entiendo como puedes agarrar esas cosas sin sentir asco —le dijo con irritación—. Aleja esa cosa de mí, Lauren.

—¡Pero Hermione, está muy bonito! Mira —agarró el gusano con sus dedos y Ginny se rió cuando se lo acercó al rostro— ¡No te va hacer nada!

—¡Deja de hacer eso! ¡Aléjate!

—¡No hasta que le dez un besito!

—¡Lauren, no!

—¡Solo uno!

Lauren se rió muy fuerte cuando Hermione se escondió detrás del señor Weasley, quien las miraba divertido y muy alegre.

—Miedosa —se burló.

—Eres una cerda —le respondió con los ojos muy abiertos.

Lauren se rió muy fuerte, tanto que atrajo la atención de personas ajenas del grupo Weasley-Granger-Potter.

—¡Aquí, Arthur! Aquí, hijo, ya los tenemos.

Lauren miró con ojos curiosos como al otro lado de la colina de hallaban dos siluetas desconocidas. Se preguntó quienes eran. No se le hacían familiares por la distancia, pero tampoco podía afirmar que no los conocía.

—¡Amos! —exclamó un sonriente señor Weasley mientras se dirigía hacia el hombre que había gritado. Naturalmente, todos los siguieron con paso rápido.

Amos llevaba una bota sucia y enmohecida por el tiempo. La menor se preguntó porque alguien conservaría algo tan sucio y viejo.

—Éste es Amos Diggory —anunció el señor Weasley—. Trabaja para el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Y creo que ya conocéis a su hijo Cedric.

Cedric Diggory, ahora sí que sabía quien era. El chico era un tejón a toda regla, había escuchado muchas cosas de él en los baños de niñas, y había escuchado en su sala común que era un buscador muy bueno. El año pasado lo había visto en los partidos y le parecía alguien muy amable. Además, los rumores eran ciertos, era muy guapo y tenía unos diecisiete años.

—Hola —saludó Cedric, mirándolos a todos.

Lauren notó que su mirada se topó con la suya y ha cambio le sonrió amistosamente. Le regresó la sonrisa, un tanto más cortés que amable.

Fred y George no devolvieron el saludo, aún se sentían molestos por la perdida en el último juego de Quidditch.

—¿Ha sido muy larga la caminata, Arthur? —preguntó Amos.

—No demasiado —respondió el señor Weasley—. Vivimos justo al otro lado de ese pueblo. ¿Y vosotros?

—Cinco galeones a que Cedric se acerca a Lauren —murmuró Fred a George, y como estaba justo al lado de los gemelos, logró escucharlos. La de cabello rojizo los miró con extrañeza y ambos hermanos lo notaron—. ¿No has escuchado los rumores, pequeñaja?

—Sí, en las salas comunes de Ravenclaw y Hufflepuff hablan de como Cedric está perdidamente enamorado la niña que vivió —le dijo George con una sonrisa traviesa, seguro de que acababa de arruinarle la conquista al tejón. Nada los complacía más que fastidiar los intentos de ligue de aquel chico—. Y de como terminó con su novia Cho Chang en las vacaciones de verano para poder conquistarte.

Lauren los miró con incredulidad.

—¿Están de broma? —les preguntó en un murmullo mientras los mayores seguían hablando entre sí, Hermione les echó una mirada llena de curiosidad y perspicacia. Los gemelos estaban en su lista negra— Eso es absurdo. Muy, muy, muy absurdo.

—No nos creas —dijo Fred—. Pero ahora mismo, Cedric se está acercando.

—¿Qué? —abrió los ojos muy asustada— ¿Cómo se supone qué...?

—Hola Lauren.

La menor lo miró con los ojos muy abiertos, sorprendida de que sí se hubiera acercado. No lo esperaba.

—Ah, hola Cedric —respondió el saludo en un balbuceo.

Se aclaró la garganta para no sonar tan sorprendida.

El chico le sonrió con ternura y Lauren parpadeó varias veces, sin entender su mirada llena de adoración que jamás había visto en un chico.

—¿Qué tal las vacaciones?

—Uh, bien —murmuró—. Muy bien, en realidad.

Cedric no se rindió, y en lo profundo de su mente, Lauren reconoció que no parecía vacilar ante su desconcierto.

—Me alegra escucharlo —le sonrió con alegría—. Yo también tuve un buen verano. ¿Sabes? Tuve tiempo de pensar y creo que tal vez, tu y yo podríamos...

—¡Por las barbas de Merlín! —exclamó Amos Diggory, interrumpiendo lo que iba a decir su hijo y abriendo mucho los ojos. Parecía un betabel—. ¿Harry? ¿Harry Potter? —y luego miró a Lauren, quien se removió incómoda bajo su escrutinio— ¿Lauren Potter? ¿La chica de la que tanto habla mi hijo?

Lauren abrió los ojos como platos y escuchó las risas ahogadas de los gemelos, quienes se pasaban galeones entre sí. Cedric no estaba mejor que Lauren; se había puesto tan rojo como un tomate y parecía gravemente avergonzado.

El tejón de encogió ante las miradas que todos le echaron.

—Papá, para —lo regañó todo rojo. Ni siquiera podía mirar a Lauren, quien estaba toda sonrojada hasta las orejas.

Harry miró a Cedric con ojos acusadores, como si creyera que él era una mala influencia para su hermana. Ron pareció sorprendido y Hermione junto con Ginny soltaron risitas bajas.

—¿Estás con Cedric, Lauren? —preguntó Ron.

Se sonrojó aún más, y aunque quiso decir que no, nada salió de su boca.

El señor Weasley pareció divertido por la situación.

—Ced me ha hablado de ustedes, por supuesto —dijo Amos Diggory, enviándole un guiño a su hijo, quien no sabía donde meterse por la vergüenza—. Nos ha contado lo del partido contra su equipo, el año pasado... Se lo dije, le dije: Esto se lo contarás a tus nietos... Les contarás... ¡que venciste a Harry Potter!

»¡Y como olvidar su emoción sobre ti, Lauren! Estoy seguro de que ambos hacen una pareja excepcional. Muy bonito.

—Lauren y yo no somos nada, papá —Cedric se removió incómodo. Aún mantenía sus mejillas rojizas, pero no tanto como antes—. Te lo dije.

Amos pareció levemente decepcionado.

—¡Ah! Pero eso puede cambiar, ¿no es así, Lauren? ¿Verdad que sí?

Finalmente, Lauren se recuperó de su estado de sorpresa y logró juntar el coraje para sonreír divertida; como siempre que algo le parecía gracioso.

—Por supuesto, señor Diggory —afirmó con una sonrisa, echándole una mirada a Cedric, que se sorprendió y se sonrojó aún más por sus palabras—. Estamos pensando en volvernos pareja en muy poco tiempo.

—Así se habla —Amos pareció satisfecho—. Deberías tomar un poco de valor, Cedric. Lauren parece muy segura de lo que quiere. Deberías seguir su ejemplo.

Quería reírse, pero se contuvo de hacerlo. No quería hacer sentir aún peor al Diggory, no se lo perdonaría.

—Ya debe de ser casi la hora —se apresuró a decir el señor Weasley, salvándolos de un silencio incómodo, volviendo a sacar el reloj—. ¿Sabes si esperamos a alguien más, Amos?

Lauren miró a Cedric con ojos tiernos cuando vio como sus mejillas seguían rojas, pero ya nadie les ponía atención. Le tocó el hombro, asegurándose de tener una expresión comprensiva.

Cedric la miró avergonzando.

—No te avergüences —le dijo con una sonrisa tierna—. Eres muy guapo para sentirte avergonzado.

Cedric se sorprendió por sus palabras.

Se pelincó y le dió un beso en la mejilla. Al alejarse, vio como tomó un color más intenso en esa área, pero él se las arregló para sonreírle.

—Lo siento —murmuró Cedric—. No quería que te enteraras de mi... afecto, de esta manera. No fue la mejor forma. Me disculpo.

Parecía decepcionado, pero Lauren estaba sorprendida por sus modales, no por su decepción.

—No te preocupes —Hizo un ademán de manos—. Nunca me han gustado las declaraciones de amor tradicionales. Me gusta lo diferente.

Ambos se sonrieron, comenzando con algo muy hermoso que probablemente no duraría por mucho tiempo.

♠️♠️♠️

Atte.

Nix Snow.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro