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- Muchas gracias -dijo Tae. Hicimos una reverencia a la dependiente y cogimos rumbo a la salida tomados de las manos.

-¿Crees que le guste? -dijo refiriéndose al peluche de Bob esponja que acabábamos de comprar. En realidad era de su parte para Eun-Sang, consideró llevarle un obsequio antes que nada. Me preguntó qué podría ser y yo le di la brillante idea.

- ¡Por supuesto!. Es Bob Esponja, se morirá de emoción, créeme. -dije riendo mientras Tae me abría la puerta del copiloto, en un instante entré, la cerró nuevamente, en unos segundos se sentó en el asiento del conductor y puso la bolsa de compras en el asiento trasero.

Cruzamos miradas y sonreímos como dos tontos, incluso estando dentro nos tomamos de las manos.

Juro que lloraría al despertar si esto fuera un sueño.

-Me siento como un adolescente tonto y enamorado con mariposas en el estómago -confesó con los brazos en el volante y apretó el freno en el semáforo. Momento que aprovechó para mirarme como yo a él.

Se notaba demasiado como nos habíamos extrañado. Hasta me siento completa, lo que a la vez me hace sentirme estúpida pero lo que importa es que estoy feliz.

Cuando eramos jóvenes, bueno... más jóvenes. No crean que fue como ahora, para nada. Taehyung no era muy afectuoso ni hablador y yo menos, entre los dos había conexión, si, pero no mucha confianza, en ocaciones faltaba el diálogo y nos distanciabamos.

Hasta que un día todo dio un radical cambio. Nos hablábamos mucho más, conversábamos sobre nosotros, que nos gustaba que no, uno que otro beso, éramos muy jóvenes, recuerdo perfectamente como se me revolvía el estómago cuando estaba cerca y me ponía nerviosa inmediatamente. Al principio pensé que era difícil, y que no podía, no comía pensando en él, casi no conseguía concentrarme para estudiar. Incluso si me llamaba por teléfono el corazón se me aceleraba y los nervios se apoderaban de mí, y luego escuchar su hermosa voz varonil, imaginaba su rostro al decirme cada cosa queriendo no volverme loca ya que hasta en mis pensamientos, la preciosidad con la que contaba era insuperable.

En ocaciones pensé "¿Cómo es que yo le gusto a Kim Taehyung". Él provenía de una de las familias más adineradas del país. Incluso el mismo colegio pertenecía a la compañía de su padre que si no me equivoco es la que el dirige ahora ya que el nombre de la escuela-secundaria o más bien "preparatoria", era "Empire" , cualquiera que contara con todo aquello fácilmente podría convertirse en un fuckboy, mas el nunca fue así, todavía teniendo a media escuela detrás.

Nos conocimos cuando entré a primer año. Un día mi jugo se derramó sobre él ,manchando su chaqueta y su camisa. Más que avergonzada y como la típica nerd que era, le pedí disculpas a lo que el sonrió cálidamente diciéndome un "Tranquila, no es nada".

Supe que pasaría algo entre nosotros desde que vamos volteamos a vernos cuando nos íbamos. Juro que nunca me gustó tanto alguien así de la nada.

Después hubieron otros accidentales encuentros. Todo tuvo su comienzo cuando fui a mi primera fiesta. Mi amiga me convenció. Yo accedí sin saber, llevándome una decepción al llegar. Sin embargo me quedé. Aburrida si que fue, todos parecían como locos, bajaban el alcohol por su garganta como refresco y fumaban cigarrillos con cocaína. Pasado un tiempo con los amigos de mi amiga, quienes no conocía ,salí al jardín de la enorme casa en donde se ejecutaba la fiesta. Me senté en el césped cerca de la piscina esperando a que dieran las doce, cuando mi hermano vendría a recogerme.

Sorpresivamente Taehyung se acercó a mí, él corazón se me puso a mil, ya que el era el único chico a parte de mi hermano con el cual había tenido una platica lejos de lo referente al estudio.

Luego de salidas poco a poco el amor surgió más natural y conviviendo más tiempo juntos fue normal hablarnos besarnos, acariciarnos, y esas cosas de novios.

Hasta el día de hoy.

(...)

-¿Mamá? -ladeó la cabeza- ¡Omma! -gritó para luego venir dando saltitos y corriendo hasta llegar hasta mí.

-Mi vida!- la cargué y seguidamente deposité un beso en su mejilla izquierda.

-¡Dijiste que no tardarías y viniste de día! -hizo un puchero.

-Perdona cariño, tuve que hacer algunas cosas pero ya estoy aquí. ¿Un abrazo? -no tardó en rodear mi cuello con sus bracitos.

Pasados unos pocos segundos me la aparté para hablarle de frente haciendo que me prestara atención

-Escucha-dije peinando su cabello hacia atrás recientemente notando que tenía una trenza que claramente debió haberle echo Lisa, que por cierto raramente no había aparecido.

-Tenemos visita, es alguien muy especial para mí, y me gustaría que fueras amable con él ¿puedes?.

Claro, si es tu amigo es mi amigo- asiente.

Aún no se de donde sacó tanta capacidad para socializar. Sin duda Eun-Sang independientemente de niños o adultos es la persona más amable que conozco, y no es un planteamiento que digo por que sea mi hija, sino porque a simple vista lo notas, a pesar de que es una completa berrinchuda, su corazón es inmenso.

La dejé de pie en el suelo y luego abrí un poco la puerta. Tae ya sabía lo que tenía que hacer así que de una pasó con la bolsa de compras detrás de su espalda.

Eun-Sang, se quedó callada pero siempre demostrando buenas energías. La miré a ella primero y luego a Tae, quien al instante se quedó petrificado analizándola con la mirada como si quisiera medir al azar el tamaño de las facciones de su cara, que era prácticamente él en una versión femenina y pequeña.

Me miró y sonrió levemente para luego agacharse quedando frente con frente a Eun-Sang.

-Oh! -le señaló con su dedo índice denotando una o con sus labios- ¡Yo te vi!... Antes cuando mi mami fue por mí al hospital - lo miró curiosa- ¿verdad?- levantó la cabeza para verme a mí pero fueron cuestiones de segundos para que regresara los ojos a Tae.

-Uh. ¿Te acuerdas de mí? -pregunta él, si no es porque lo conozco no sabría que eso lo había puesto contento. Nuestra pequeña asintió con su peculiar y dulce sonrisa- Bueno... yo soy Tae, ¿y tú?

-Me llamo Park Eun-Sang, pero dime Eun-Sang. Cuando mi mamá se enoja conmigo me dice mi nombre completo -comenta riendo y yo ruedo los ojos divertida.

- ¡Oye!, eso es porque te portas mal, traviesa!

- ¿En serio?

- ¿Qué es eso? -trató de mirar de mirar lo que Tae llevaba detrás.

-Oh!, ¿Esto?, tuyo, toma -lo puso enfrente suyo.

- ¿De verdad? -Tae mueve la cabeza asintiendo y pone la bolsa en el suelo para sacar la caja que había dentro.

El peluche estaba envuelto en diferentes capas de nailon con una cinta de amarre en la punta por lo que Eun-San aún no sabía de qué se trataba

- Wow, parece grande! ¿que es?

- Un peluche, ¿te gustan? -le preguntó mientras deshacía el amarre algo complejo evitando que ella pasara trabajo al hacerlo.

-Woo, nadie me había regalado un peluche!, solo mi mamá -entreabrió los labios anonadada y ansiosa por saber que era, cuando por fin la ultima capa de nailon cayó.

- Ya está, mira -dijo Tae.

Eun chilló de felicidad precisamente como lo había imaginado en mi cabeza. Tae sonreía orgulloso escuchándola decir "¡Bob esponja, Bob esponja!"

Lisa salió en pleno pánico por la puerta pero al vernos se quedó absolutamente atónita, del asombro dejó caer lo que llevaba en su mano esparciendose todo por el suelo- U-ustedes...-nos señaló con su índice algo confundida. De repente pareció entrar en razón y miró al suelo horrorizada- ¡No no no no por favor no, ¿Qué voy a hacer?,¡Pasé dos horas haciendo esto para nada!

-¿Qué pasó? -dije, Tae y Eun-Sang ya se encontraban mirando a Lisa, ya que el estruendo que provocaron los granos al caer al suelo se escuchó por todo el lugar.

-Nada, descuida, solo pensé que le había ocurrido algo a Eun-Sang, por eso tardaba tanto con las tijeras -sonrió mirándola como queriendo regañarla con los ojos.

-Ups. -se encogió de hombros. Estoy segura que todas esas expresiones las ha ido tomando de los animados- ¡Lisi, mira, es Bob esponja!, ¿No es genial?

-Oh!, que peluche tan precioso.

- ¿Te gusta, cariño? -pregunto acariciando su pelo.

- SÍ SÍ SÍ, me gusta mucho! -dijo feliz.

- Dale las gracias a Tae -le ordeno, ella de inmediato le dio un abrazo.

(...)

- Creo que ya había escuchado tu nombre antes -dijo Eun-Sang sentada al lado de Tae.

-¿En serio?

-Tae, Taeyang, Taet -se trabó y bufó algo molesta

- ¡Si lo escuché!, ...pero era más largo -hizo un puchero- Oh ¿Tae-Hyung?, ¡Sí, ese!, ¿Te llamas TaeHyung? -se miraron a los ojos, Tae me miró a mí y yo me encogí de hombros.

-Si, ese es mi nombre, ¿Por qué?, ¿Cómo lo supiste?

- Ah, entonces tú... -sonrió como si hubiera encontrado el significado de algo, luego posó sus ojitos en mí- Woo, ¿Eres el novio de mi Omma? -Tae se rió y frunció el entrecejo pasando su lengua por toda la extensión de sus labios.

No vuelvo a decir otra cosa frente a Eun-Sang. Resulta que mientras pienso que juega ,escucha todo lo que hablamos Lisa y yo! Ush! Creo que me puse pálida.

-No, Tae es mi amigo-lo negué de inmediato.

Mientras tanto Lisa ponía una bandeja con galletas y té sobre la mesita de centro y se sentaba en uno de los sillones a acompañar la platica de tres.

Eun-Sang nos miró a ambos detenidamente unos pocos segundos en los que él aguantaba como podía la risa. Parecía una mini-pólica en medio de una importante investigación buscando quien de los dos parecía más fácil de interrogar. Obviamente mi expresión era más convincente, Tae estaba recíprocamente diferente, ya que cuando Eun-Sang detuvo los ojos en él, estalló en una contagiosa carcajada.

- ¡No me mientan! -se quejó como si fuera a iniciar un berrinche.

-Venga, no lo somos ,princesa. Solo amigos -aseguró Tae tomando calma.

- ¿Solo amigos? -indagó dudosa y ambos asentimos tratando de parecer realistas.

- Sí Eun, solo amigos! -los aires de ironía de Lisa fueron tan notables que quise tragarmerla con la mirada. Le gusta verme sufrir. Tan mala.

(...)

- ¿Te veo mañana? -me preguntó. Asentí con la cabeza sonriendo levemente, estaba a punto de irse.

Lo vi dar un suspiro y darse media vuelta. Creí que se iría pero agarrándome desprevenida se giro en dirección a mi y en una zancada me dio un corto y a la vez tierno beso en los labios.

Una voz dentro de mí pedía que lo hiciera y como si realmente existiera una especie de telepatía entre los dos, lo hizo.

Al separarnos me puse de puntillas yo y lo besé de vuelta. Porque si, Tae no era tan tonto como para haberse ido, por lo que a penas juntamos nuestros labios ,ubicó sus manos en mi cintura atrayendome a el tratando de dejar el más pequeño espacio entre nosotros. Claramente todo ocurría afuera, si estuviéramos dentro ya hubiéramos sido pillados.

Por un momento me olvidé de todo pero pronto fui yo quien se separó.

-Tengo que ir donde Rachel -dijo, yo asentí de una vez alejándome de él- pero te llamo luego ¿vale?

-vale. Te amo ¿si?. No te apresures en terminar con Rachel. Hazlo cuando te sientas listo.

-No te preocupes, yo sé manejarlo. Déjamelo a mí -dicho esto último regresé a estar tras la puerta y asomando solo mi cabeza agité mi mano de un lado a otro. Él camino de espaldas al ascensor dibujando un corazón con sus manos pronunciando un "te amo" que a duras penas entendí por como se movieron sus labios.

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