cincuenta y tres

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Me despertaba con un Seokjin apretando mi cintura y con su nariz en mi nuca, estaba completamente dormido. No estaba seguro como era y se sentía el cielo, pero éste era el mío.
Me daba media vuelta para verlo despertar, pero se veía que había sido un poco brusco porque él se despertaba por mi culpa.

—Buenos días —mencionaba sonriendo.

—Buenos días —decía ronco, sus ojitos estaban pegados todavía y apenas si se había desperezado—. Qué raro que no saltaras a la otra punta de la cama para pretender haber dormido lejos de mi

—Esta vez eras tú el que me estaba apretando —respondía.

Él sonreía, me abrazaba más fuerte y escondía su rostro en el hueco de mi cuello, yo aprovechaba a acariciar su espalda porque se encontraba sin remera.

—No te detengas —decía haciendo que su aliento golpeara contra mi piel.

—De acuerdo.

Esto se sentía bien. Se sentía más que bien para ser honestos, pero aún no le había dado una respuesta.

—Oye —exclamaba saliendo de su escondite—. ¿Sabes que hace mucho no hacemos?

— ¿Follar? —preguntaba con una sonrisa.

—Muy divertido —decía con cierta burla —. Correr, me haría bien para ir tomando más fuerza y olvidarme del dolor.

Bueno, eso tenía sentido, aparte ambos amabamos salir a correr al aire libre de vez en mes.

—Si, de acuerdo —coincidía.

—Pero tendrás que prestarme ropa

—Oye, viniste muy ligero ¿Siquiera era tu plan quedarte anoche o no? —cuestionaba fingiendo molestia.

—No lo sé, fui impulsivo y solo compré para comer porque sabía que iba a tener hambre lo que pasaría luego me tenía sin cuidado

—Mi tinia sin cuidadi —repetía burlón, levantándome de la cama y robándole carcajadas.

Notaba como él lo hacía con más dificultad y me insultaba mentalmente por no haberlo ayudado. Así que corría para darle un tirón final y sentarlo.

—Tranquilo, puedo solo —se levantaba y comenzaba a estirarse con cierta dificultad y mueca de dolor.

Joder, se veía espectacular con todo su torso al desnudo y sus brazos largos elevados para desperezarse, me tenía babeando.

—Hyung... —mencionaba apenas audible, él miraba mi rostro y sonreía divertido dirigiéndose hacia mí.

Me tomaba de la cintura y yo alzaba mis manos para tomar su rostro y recibir el beso.

Había sido un beso corto, pero lleno de chupetones y mordidas suaves.

—Hyung... —mencionaba de nuevo entre sus labios.

—Solo dilo —ordenaba pegado a mi boca.

—Quiero que me folles —bajaba a su cuello y comenzaba a dejar besos indefensos en él.

—Si, yo también quiero que me folles —repetía ronco.

Me detenía a mitad de camino entre su clavícula y hombro recalculando lo que había dicho.

— ¿Qu-qué? —preguntaba sin enderezarme a ver su rostro y él aprovechaba a morder mi lóbulo ya que estaba muy accesible debido a mi posición.

—Un día de estos... —susurraba en él—, me vas a llevar a la cama y vas a tener que satisfacerme porque sé que lo quieres igual que yo. O más.

Se alejaba y se iba directo al baño dejándome excitado y sorprendido, Seokjin no se rendiría tan fácil y me había dado a entender que lo pediría hasta que lo hiciera.

No se trataba de que no quisiera, y claramente, ya no tenía ese miedo de que me dejará. Aunque igual cabía la mínima posibilidad de que pudiera no gustarle por más que quisiera experimentar.

—Ay, es mucha información para estas horas de la mañana —exclamaba para mí mismo despeinandome aún más, baje a preparar el desayuno, no sin antes buscar ropa deportiva y dejarle una muda a Seokjin.

Una vez listo bajaba para encontrarme a Taehyung preparando algo para desayunar.

—Deja eso —ordenaba—. Llevemos agua, luego de correr desayunamos algo  por ahí ¿Quieres?.

Había dudado, pero terminaba accediendo.

Luego de mucho tiempo volvíamos a nuestra plaza donde solíamos correr, obviamente había gente haciéndolo ya , Seokjin estacionaba el auto y luego ambos elongabamos para comenzar.

— ¿Iremos subiendo la velocidad o solo trotaremos? —preguntaba por si acaso, ya que no sabía que tan molesto podía llegar a sentirse.

—Solo trotar —respondía.

Así lo hacíamos, pero mientras tanto conversábamos.

— ¿Ya pensaste que podemos regalarle a Seon Hyung? —preguntaba.

— ¿Como pareja o tú le darás algo por tu parte? —repreguntaba.

—Hyung...

— ¿Qué? —reía divertido—. ¿Recuerdas las botas de leñador que él adora, pero que nunca se compró por ser tan distraído?

— ¡Oh, ese sería un excelente regalo! —respondía feliz.

—Si, bueno —exclamaba—, ese será mi regalo, piensa el tuyo propio —reía de manera sonora y se ganaba un puchero de mi parte.

—Tú solo estás presionandome con tus insinuaciones —respondía con cierto aegyo en mi voz.

—Aww, Taehyung-ssi —respondía claramente encantado—. Hace mucho no usas tú aegyo conmigo —volvía a mirar al frente—. No me juegues sucio, ya encontrarás algo para Seon Hyung.

Me reía ante sus palabras, ahora tenía que pensar en algún regalo para nuestro amigo porque Seokjin no compartiría el suyo a menos que yo declarará con mi boca que éramos una pareja oficial.

—Bas-basta, ya... No ag-aguanto más —exclamaba como podía, pidiéndole a Taehyung que se detuviera.

— ¿Como está tu costilla?

—En su lugar —respondía bromeando, pero él arrugaba el entrecejo preocupado—. Molesta un poco

—De acuerdo, volvamos a casa —tomaba mi brazo y lo pasaba por su nuca para cargarme.

—No, no —exclamaba al ver la confitería a la que solíamos ir luego de correr cuando éramos simplemente amigos—. Vayamos a Betty's.

Él miraba el lugar a la distancia y tenía una mirada en su rostro que me había costado entender—. ¿No te sientes adolorido? —preguntaba volviendo a mi.

—Tengo más hambre que dolor —respondía y empujaba su nuca para obligarlo a caminar en dirección al lugar—. Vamos.

Antes de llegar me quitaba el brazo y palmeaba mi espalda. Lo había extraño e innecesario, pero no había dicho nada. Una vez dentro nos habían dado una mesa y habíamos pedido un brunch debido a la hora.
Taehyung estaba serio frente a mi mirando alrededor, parecía un perro al que si llegaban a acariciar sería capaz de largar un tarascón.

— ¿Te encuentras bien? —preguntaba, su actitud había dado un giro de ciento ochenta grados.

—Seguro, si —respondía algo cortante.

Había estirado mi mano para tomar su mentón y volver a preguntar lo mismo, pero él se alejaba instantáneamente con una actitud algo a la defensiva.

—Tae...

— ¿Qué haces? —preguntaba y miraba alrededor.

—Solo iba a to-...

—Su orden —eramos interrumpidos por la mesera que traía lo nuestro.

—Muchas gracias —exclamaba.

Sin muchas ganas de molestarlo comenzabamos a devorar lo que habíamos ordenado y como para relajar el extraño ambiente había decidido preguntar si ya había pensado en algo para Seon.

— ¿Pudiste pensar en que le regalarás a Seon? —él me miraba confundido, no sabía el por qué de su actitud.

— ¿Eh?...

Lo había sorprendido mirando alrededor como un loco que estaba viendo fantasmas acechandolo o algo así. Parecía loco y algo paranoico.

— ¿Si pensaste en que regalarle o puedo ayudarte, si quieres?

—Ah, ya se me ocurrirá algo —respondía desinteresado.

La verdad era que no me molestaba si quería compartir el regalo conmigo, era algo muy de pareja y me encantaba la idea, pero aún no lo éramos. No teníamos que serlo para compartir el regalo de todas formas, solo me había gustado jugar con eso, pero Taehyung no parecía divertirse.
Tomaba mi teléfono y de mi asiento me había movido a su lado para mostrarle algo que a Seon realmente podría gustarle.

—Mira, podrías...

— ¿Qué haces? —preguntaba casi alejándose por mi cercanía.

—Te quiero mostrar lo que puedes regalarle a Seon —respondía. Su actitud me estaba exasperando—. Oye ¿Qué te sucede? —ponía el móvil en la mesa para mirarlo directo a los ojos y tomarlo de la nuca—. ¿Dije o hice algo para molestarte?.

Se removía y quitaba mi mano—. No, nada. Porque no vuelves a tu lugar, la gente nos está mirando raro.

Y esa respuesta me había caído como un balde de agua fría, habia intentado—realmente habia intentado—no sentirme malhumorado al respecto u ofendido, pero me estaba costando mucho pretender no sentirme verdaderamente herido.

— ¿Me estás evitando porque crees que la gente no está mirando mal?

—No lo creo, es así —respondía sin sostenerme la mirada.

—Taehyung —tomaba su rostro para obligarlo a mirarme—. No estamos haciendo nada que llamé la atención de nadie ¿Cuántas veces vinimos aquí como amigos a hacer prácticamente lo que estamos haciendo ahora?.

Nuevamente se safaba de mi agarre—. De acuerdo, yo iré al otro lado —intentaba ponerse en pie, pero lo tomaba de la muñeca para evitar que se levantara y lo devolvía a su lugar.

—Basta —exclamaba—. ¿En serio me estás haciendo esto? —preguntaba con cierto dolor en mi voz.

—Tú no sabes lo que es lidiar con la mirada de las personas homofóbicas —respondía viéndome finalmente.

— ¿Desde cuándo te afecta eso?.

Jamás le había importado y por dios, era estúpido que dijera eso cuando no estábamos haciendo nada para llamar la atención.

—Siempre me importó —mentía intentando mantener su mentón en alto.

—No, siempre te importó una mierda —replicaba serio.

Ya me había puesto de malhumor, mi estado lo había incomodado y de repente lo sentía pequeño a mi lado con sus manos entre sus piernas y estas moviéndose de los nervios.

—Hyung... —decía en puchero.

No podía aguantarlo, no tenia tampoco ganas de resistirme. Así que me giraba a verlo y le daba ese beso que me estaba quemando interiormente.
Había tomado su rostro entre mis manos y lo besaba sin más, toda mi atención estaba en su lengua que apenas si se movía con timidez.

Ninguno había cerrado sus ojos, lo estaba observando y era entonces que me detenía en seco cuando notaba el pánico en sus ojos café.
Me alejaba soltandolo con suavidad y volvía a mi lugar, sintiéndome patético.

«Me siento una mierda»

Su beso había hermoso, pero mi corazón palpitaba como cuando era adolescente y no quería que nadie supiera sobre mi sexualidad. Es verdad, después de grande me importaba un comino lo que pensaran, si ellos se asqueaban problema suyo, yo seguiría con mis asuntos si así lo quería y la situación se presentaba.

Total yo me los follaba, yo me besaba con extraños en público, yo era quien hacía lo que el resto se restringía de manera hetero u homo.
Yo era el que estaba pasando de boca en boca y de cuerpo en cuerpo, si probablemente era insalubre, y muchas veces hasta me daba asco a mi mismo ser así. No se trataba de no cuidarme en el acto sexual, lo hacia siempre. Pero igual, no dejaban de ser extraños diferentes cada semana.

Quizá me importaba una mierda sus miradas porque sabía que estaba haciendo mal, pero esta vez era todo lo contrario. La persona a mi lado era importante para mí, era el indicado.

Lo amaba.

Amaba al hombre que me acompañaba y me había molestado tanto que me mirarán de esa forma porque no estaba haciendo nada malo, no con él.
Todo era perfecto, pero esos ojos juzgaban como si yo estuviera haciendo todo mal y esta vez no era así.
Debería no importarme, pero me afectaba y estaba arruinando el momento.

—Quiero salir de aquí —pedía casi en un susurro.

Seokjin asentía y pedía la cuenta, luego de pagar salíamos de aquel lugar con algunos ojos encima de nosotros. En el auto el aire era pesado, Seokjin tenía sus rasgos enseriados y me sentía como la misma mierda .

—Lo lamento —soltaba una vez arrancado en el auto.

—No te preocupes —intentaba dibujar una sonrisa en su rostro.

No había dicho más nada, pero le debía una explicación y lo haría, se la daría.

Necesitaba tomar mis cosas e irme a casa, necesitaba una ducha y pasar el resto del sábado en cama. No me sentía con ganas de estar en lo de Tae. Una vez en la puerta él bajaba primero, yo lo había dudado, pero al notar que él se giraba a mitad de camino y exclamaba un—: ¿Hyung?

—Voy —no lo pensaba y solo bajaba para seguirlo.

—Seokjin —exclamaba una vez dentro.

—No tienes que explicar nada, fue mi error —salía de enfrente de él para ir por mi chaqueta—. Iré a casa, aparte debo pasar por la farmacia por mis pastillas —exclamaba.

Aún con una punzada de mierda en mi pecho, besaba su mejilla y estaba listo para salir de ahí.

—No, no, espera —se ponía frente a mi para detenerme—. Déjame explicarte

—Tae, lo entiendo —respondía.

—No puedes entender si no sabes cómo realmente me sentí —replicaba.

—Esta bien, como sea —intentaba liberarme de su agarre.

—No, no te dejaré ir —tomaba mi rostro entre sus manos—. Lo lamento, déjame recompensartelo

—No es necesario —respondía.

— ¿Cena conmigo ésta noche? yo elegiré el lugar —me tiraba desesperado al notar que no frenaría mi camino a la salida.

— ¿Cenar contigo?  —lo miraba incrédulo—. No puedes ni siquiera verme a los ojos en público ahora, Taehyung —«Seokjin, no te alteres, no le grites» —Tae, solo quiero ir a casa y dormir todo el día —me diaponia a seguir mi camino a la puerta.

—No es lo que crees

— ¿No? —respondía algo furioso y agotado—. Siempre te importó una mierda que te vean y ahora que estás conmigo ¿Te avergüenzas? Eso es... Genial, en serio —respondía ya cansado.

—No me avergüenzo, no fue eso lo que sentí, Hyung —se paraba en la puerta dispuesto a obstruir mi paso—. Cena conmigo, te lo explicaré y te daré mi respuesta, esta noche.

Suspiraa y lo miraba confundido, él me había regalado esos ojitos de cachorro tan propios de él.

«¿Como negarme?»

Dejaba caer mi cabeza al mismo tiempo que dejaba escapar un suspiro cansino y sonoro.

— ¿A qué hora? —preguntaba sin verlo.

—A las ocho —respondía con un tono más alegre—. Te explicaré todo.

Asentía acariciando su nuca y él se colgaba de mi en un abrazo. No sabía que esperar, pero le daría la oportunidad de explicarse.


Taejin descarado posando similares, amé este edit y este capítulo. Probablemente quieran golpear a Tae, que le esperará en esa cena a Seokjin?

Cumplí.

Con amor, Niñita Nany 💜

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