cuarenta

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Taehyung estaba haciendo un excelente trabajo, si había algo que no había ignorado en este tiempo era que su boca y su lengua eran traviesas.
Había veces en que me retorcía de los celos en silencio pensando que alguien más lo estaba disfrutando, luego me relajaba pensando que estaba mal celar a mi mejor amigo de esa manera tan extraña y jodidamente sexual.

Pero aquí estábamos, no estaba de más decir que mis sentidos estaban más despiertos al tener los ojos cubiertos. Él relamia, succionaba y masajeaba con su mano, la cual era tan grande que sabia como tomarme con fuerza.

Mierda, mi mejor amigo me estaba dando la mejor mamada del maldito mundo y a eso le añadía sus propios gemidos ahogados y roncos. Él estaba gimiendo de placer por el simple hecho de estar chupándomela, era tan tabú toda esta situación que me volvía loco.

Ya no aguantaba, necesitaba verlo, quería verlo, así que me quitaba la venda.

No podía explicar todas las sensaciones que se habían hecho presentes cuando veía a Taehyung, me sentía aturdido al punto de haber parado los gemidos y soltar su pelo solo un poco. Estaba embelesado alrededor de mi polla, succionando, masajeando, gimiendo, estaba hambriento haciendo su trabajo.

«Jamás me la habían chupado de esa manera, creo»

Su pelo negro estaba revoltoso y un poco sudado, su rostro era tan lascivo y sensual. Joder, su boca era perfecta, me estaba dando la mejor mamada y me encontraba aturdido de placer.

Hasta que en un momento, su salvaje lengua lamía de principio a final mi polla y levantando sus ojos hacíamos contacto visual por primera vez.
Él estaba jadeante y yo igual, sus ojos negros se veían entre asustados y excitados. Se había detenido y sacaba su lengua para limpiarse un poco del líquido preseminal que ya había perdido por estar tan estimulado por su boca y todo la situación.

—Joder —solo eso alcanzaba a mencionar.

Él miraba su mano que aún estaba apretando mi polla y con cierta preocupación iba a soltarla. Pero me apresuraba a tomar su muñeca para detenerlo, para que no se le ocurriera ni por un segundo irse y dejarme tan necesitado.

—Rompiste la única regla, Hyung —decía casi en un hilo de voz.

—Igual que tú —respondía y él se veía confundido—. Te dije que no pararas.

Parte de mi quería salir corriendo porque me sentía avergonzado y la otra quería quedarse porque me sentía completamente extasiado sabiendo que me había observado absorto solo hacía unos momentos.

—Rompiste la única regla, Hyung —mierda mi voz sonaba tan excitada.

—Igual que tú—estaba confundido ante esa respuesta, pero él agregaba—. Te dije que no pararas.

Me había estado viendo, me tenía entre sus piernas haciéndole una mamada y lo único que me habia recalcado era que no parará, listo.

Sonreía de lado victorioso al verlo tan libidinoso y caliente conmigo, casi no podía creerlo.

—Tus deseos son órdenes—mencionaba y volvía al ruedo.

Pero esta vez había sido más descarado, tomaba su polla y lo masturbaba medianamente fuerte y escupía sobre ella para lubricarla con mi saliva.

—Ah, joder... No pares, no pares, no pares —pedía, mientras quitaba los mechones sudados de mi frente.

Luego lo miraba y metía toda su polla en mi boca sin cortar el contacto visual que teníamos.

—Ah, mier-mierda —echaba su cabeza hacía atrás extasiado y se reponía para volver a verme mientras yo seguía chupando y había concentrado mi mirada en su polla erecta, hinchada y esa vena que la decoraba dando la impresión de que iba a explotar en cualquier momento. Tan deliciosa, luego sentía su mano tirar de mi cabello llamando mi atención—. No dejes de verme —ordenaba. Con una sutil relamida le regalaba una sonrisa torcida que él correspondía—. Joder, eres perfecto —había gemido mientras se mordía el labio.

«¿Seokjin Hyung me había dicho eso?»

Comenzaba con mi trabajo nuevamente de manera salvaje y desesperada. Me estaba devorando su polla, y luego él comenzaba a moverse salvaje empujando más dentro de mi boca. Seokjin me estaba follando la boca, no era rudo, pero tampoco delicado y sus gemidos era la melodía perfecta en ese momento.

—Para, para, para —decía doblándose y me empujaba con delicadeza.

— ¿Qué sucede? —preguntaba jadeante y limpiando mi boca.

De repente me tiraba hacia arriba, para darme contra la cama y posicionarse encima de mi. Comenzando a besarme con desesperación.
Sus manos me recorrían hambrientas mientras que yo arañaba su espalda y me aferraba a su cabello para hacer presión entre su boca y la mía.

Que sensación de placer tenerlo encima de mi dándome esa atención que había anhelado por mucho tiempo. Joder, estaba con un SeokJin semi desnudo y desesperado por hundirse en este mundo aparte conmigo.

—Quitate esto —decía agitado dejándome sin remera—. Esto me estorba —añadía tirando de mi pantalón y boxer.

Joder, estaba desesperado y me había dejado desnudo en cuestión de segundos.

—Hyung —suspiraba agitado cuando me veia acostado, apoyado en mis codos y él estaba arrodillado entre mis piernas observandome con detenimiento.

Luego como León que iba dispuesto a cazar a su presa se arrastraba encima de mi con lentitud y tomaba mi polla con su mano.

—Aaah... —no había tocado esa zona con sus manos aún y me sentía tan expuesto y excitado que no podía evitar gemir ante la sensación que me brindaba.

Aplastandome con su peso comenzaba a besarme mientras me masturbaba lento y de manera tortuosa. Yo me había aferrado a su nuca, mi cuerpo era como helado que se derretía al sol con su tacto.

Me estaba devorando y me entregaba esa mirada tan intensa que tenía mientras besaba y mordía mi boca, mi mentón y luego paseaba por mi lóbulo y volvía a empezar.

Estábamos muy duros, y yo estaba muy desesperado, era la primera vez con él, claramente iba a ser el follado, no siempre sucedía y no me dejaba tanto. Pero estaba loco de deseo mientras su piel rozaba la mía.

Debía de admitir que me gustaba dominar, pero él me habia dominado desde el primer momento, y él me había dicho que me follaría duro, cosa que esperaba con desesperación a que sucediera.

—Hyung, jo-joder —mi cuerpo se removía de tantas sensaciones.

—No sé, realmente no sé qué te hicieron en el pasado... —mordía mi labio y me besaba, luego me soltaba y añadía—, pero no saldré corríendo después de follarte y joder que tengo muchas ganas, TaeTae

—También quiero que me folles, Hyung.

Él me había mordido para soltarme de repente y se alejaba para tomar de su mesa de luz un preservativo, mas una botella de lubricante. Me miraba de manera intensa, se sentía dominante y parecía que le gustaba ese papel.

— ¿Cómo te sientes más cómodo?  —preguntaba mientras se colocaba el preservativo y yo lo observaba babeando ante la escena—. Tae, deja de mirar mi polla y dime como estás acostumbrado

—Estoy acostumbrado a dar —exclamaba y sus ojos se habían abierto inevitablemente—. Pero realmente quiero que me folles, me sorprende que estés preparado.

Sonreía con timidez—. Puede ser mi primera vez con un hombre, pero no es la primera vez que hago un culo, Taehyung —y me fulminaba con una mirada tan sensual.

— ¿Me quieres en cuatro? —preguntaba jugueton.

—En realidad me gustaría tenerte de frente —respondía como pidiendo permiso a follarme con mis piernas en alto—. Pero si estás acostumbrado en cuatro, lo haremos así.

Estaba acostumbrado en cuatro cuando sucedía, pero con él. Joder, con él quería tenerlo encima de mi y tener su rostro pegado al mío. Para besarlo si era necesario y estaba seguro que lo sería.

«Que gay emocional eres, Taehyung»

—De acuerdo —asentía y aceptaba  la posición que él quería.

Sonriendo victorioso venía encima de mi con el lubricante en mano para tenerlo cerca, luego comenzaba a besarme de forma lenta y deliciosa. Su mano en mi mejilla iba bajando a mi entrepierna  y comenzaba a masturbarme otra vez , yo cerraba los ojos y me dejaba llevar.

Me resultaba delicioso tocarlo y trabajarll de esa forma, me resultaba exquisito ver su rostro ante la sensación de placer que le brindaba. Joder, Taehyung se veía bien de esta manera, su mirada lasciva, sus labios hinchados por mis mordidas y las suyas propias le daban ese toque revoltoso y sensual.

Me dejaba sin habla lo mucho que me gustaba verlo así, luego de masturbarlo un rato lento y tortuoso, tomaba el lubricante para derramar sobre mis dedos. Mientras los lubricaba él devoraba mi cuello, clavícula y lóbulo.

Me volvía loco y mi erección ya no aguantaba, dolía y necesitaba acelerar el proceso. Levantaba primero una de sus piernas para llevarla a mi hombro, la sensación de una polla en medio de nosotros—aparte de la mía—era tan nuevo, tan tabú. Tan exquisito.

Antes de meter un dedo presionaba mi erección sobre la suya para que el placer más fuerte mientras lo preparaba siguiera siendo en su polla y no se sintiera incómodo, luego de tanto fregarme encima de él, finalmente introducía el primer dedo.

—Joder...

—Tranquilo —susurraba y a medida que me fregaba encima introducía el dedo.

Me inclinaba y comenzaba a besarlo más desesperado para que su atención fuera al resto de su cuerpo y no a la intromisión de mi dedo en el anillo muscular. Él estaba igual de entregado al placer de fragar su cuerpo desnudo y ya sudado al mío y me permitía devorarlo a besos.

Luego de unos segundos de jugueteo, introducía un segundo dedo y podía sentir como sus paredes se contraían atrapandolos.

—Relajate —susurraba en un hilo de voz.

—Lo sé —jadeaba y se relajaba permitiéndome salir apenas y volver a entrar—. Ay, joder sigue así  —continuaba sin perder el ritmo mientras que me iba alineando en su entrada.

Ya le estaba costando seguir besándome cuando solo podía dar sonidos roncos y gemidos de placer. Me alejaba y comenzaba a masturbarlo, tomaba su polla y junto con mis dedos le estaba dando doble atención, mientras él se doblaba y contraía del placer.

—Tienes una mi-mirada malditamente lasciva, aah... —decía con dificultad y levantaba la otra pierna posicionando ambas en mis hombros.

Ya estaba listo y entregado, así que suavemente quitaba mis dedos y me alineaba. Lentamente comenzaba a empujar mi glande haciendo que abriera los ojos mientras añadía—. ¡Hijo de p-...!

Y se mordía para callar el insulto, mientras yo continuaba concentrado, joder. Me lo estaba follando, me lo estaba follando y estaba disfrutando sus caras de placer mezcladas con un poco de dolor. Cuando daba un suave y ultimo empujón.

Había frenado unos segundos para que él pudiera acostumbrarse a la intromisión de mi polla. Comenzaba un lento y suave movimiento y de a poco lo veía acoplarse a mi compás. Mi polla estaba siendo deliciosamente apretada y era una jodida  tortura.

—S-sigue sss... Aah —cuando sentía todas las peredes de su culo contraerse y atrapar mi polla por completo había sido la maldita gloria.

Quería más, así que comenzaba el vaivén dentro de él más intenso, duro y parejo para sentirlo un poquito más. Tomaba sus piernas con firmeza y comenzaba a golpear luego de unos pocos segundos.

—Ah, ah. Hyu- ah... ¡Jjoder!

—Lo sé, estás tan apretado. Me encantas —no podia creer que dijera esa frase a mi mejor amigo.

La habitación comenzaba a llenarse con el sonido de mis muslos golpeando su parte trasera, ambos extasiados y perdidos en el otro.

Joder, Seokjin me estaba haciendo ver las estrellas. Me estaba follando tan bien, realmente sabía cómo hacer el inició placentero y no tortuoso.
El maldito era un experto en culos y me acababa de enterar.

No podía creer el sonido de su piel golpeando con la mía, mi cabeza golpeaba con la almohada, sus brazos tenían mis piernas con firmeza y el proceso era placentero, había dejado de doler segundos después de haber comenzado a embestirme con rudeza.

Hacía un tiempo que nadie me follaba porque simplemente no me nacía entregarme, pero aquí estaba siendo follado por él. Había perdido la batalla desde el inicio, pero estaba seguro que inconcientemente  me había guardado para que él fuera quién me lo hiciera.

—Si, Hy... Seokjin, joder. Hazlo más rudo —suplicaba.

Y él obedecía mientras que soltaba ronquidos y gemidos, estaba muy concentrado follándome duro mientras que yo comenzaba a gritar como un desalmado ante sus embestidas. Ya no me importaba como me veía solo quería gritar del placer que mi Hyung me estaba infringiendo.

— ¡Aaah, joder, aaah...!   —Taehyung estaba gritando del placer, así que soltaba sus piernas me echaba por completo sobre su cuerpo metiéndome aún más en su interior.

Posicionaba mis codos encima de sus hombros y me impulsaba de su cabeza enredando en el proceso mis dedos en su cabello. Lo tenía tan cerca gritando y gimiendo, se mordía el labio intentando ahogar un poco sus gritos.

— ¡Mmm.. Aah! —pero al final fallaba y me encontraba atrapando su labio para morderlo.

—Estoy... Estoy a punt- ... —exclamaba, mientras yo seguía embistiendo a mi mejor amigo.

Él se había aferrado a mi cintura y me arañaba de vez en cuando y con fuerza mientras lo follaba duro. Embelesado por tantas sensaciones me ponía peor verlo como disfrutaba de ser follado.

—Joder, te encanta esto... —exclamaba absorto en sus facciones, en las caras que hacía—. Me encantas ¿Oíste eso?

Continuaba empujando y embistiendolo en busca de mi orgasmo.

— ¿Qu-qué? —preguntaba como si no me hubiera oído.

—Me encan-me encantas. Me gustas, mucho, mu- aaah, joder

—Correte conmigo, dilo de nuevo —lloriqueaba.

— Eres un bastardo —mencionaba ahogando una risa—. Pero, me encan-encantas  ¡Me gustas, me gusta esto! —estaba dando mis últimas embestidas algo erráticas, apoyando mi frente en la suya y podía sentir que llegaba al clímax.

—Te volveré a follar, Kim Taehyung —afirmaba entre dientes y me corría por completo—. Jo-joder, joder.

— ¡Aaah, joder. Hyung! —sus ojos estaban apenas cristalizados y los cerraba con fuerza dejando caer una pequeña lágrima.

Ambos estábamos extasiados y perdidos en aquellos espasmos restantes, me encontraba temblando dejándome llevar por la sensación reciente y descansando mi frente sudada a la suya.

Luego de volver a la realidad, notaba que Taehyung también había acabado, ya que su esencia nos había bañado a ambos.

— ¿Cuándo te corriste? —preguntaba sorprendido.

Él aún estaba asimilando los espasmos de su propio orgasmo.

Tenía los ojos cerrados y con una sonrisa de lado exclamaba—. Cuando dijiste que volverías a follarme.


Ok, no se queden calladas y díganme qué les parecio.

Con amor, Niñita.

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