sesenta y cinco

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— ¿Es una broma? —preguntaba Seokjin con el entrecejo fruncido y sus ojos llenos de rabia.

—No lo es. No sucedió nada, per-...

—Pero podría haber sucedido ¿Por qué no me lo dijiste antes?.

Seokjin estaba realmente cabreado al saber todas las veces que Bogum se me había insinuado. Hasta había notado como el apetito se le había ido y dejaba su desayuno a medias.

El maldito se había aprovechado cuando me había visto sumido en cierta depresión. Y con el puesto nuevo cedido, habían venido momentos incómodos para mi.

—Nunca pasó más allá de palabras o algún roce —exclamaba con suavidad.

Uno de los dos debía de mantener la calma o terminaríamos en una pelea.

—Claramente sigue creyendo que puede liarse contigo —soltaba sus cubiertos sin intenciones de seguir comiendo.

—Oye, lo tengo controlado

—Espero y vayas a renunciar, porque no te va a devolver tu puesto y seguirá intentando a ver si follas con él —por dios estaba lleno de rabia.

Era una locura, no podía simplemente tirar todo a la basura.

—No puedo renunciar. Perdería todo por lo que he trabajado

— ¿Y que piensas hacer? —me preguntaba mirándome fijo.

Su entrecejo seguía fruncido al igual que sus labios. Mierda, quizás hubiera sido mejor no contarle.

—Yo planeo llegar a un trato —exclamaba con seguridad.

— ¿Que tipo de trato? —me seguía escudriñando con esos ojos de águila.

—Si me devuelve mi puesto, no le diré a nadie sobre sus insinuaciones, roces y mensajes que aún tengo guardado

— ¡¿Te manda mensajes?! —Seokjin golpeaba la isla con las palmas de sus manos.

—Oye, relájate. Lo hacía, ya no más

—Debes salir de esa mierda de lugar. No te devolverá el puesto

—Cabe cierta probabilidad. Pensará con su polla, pero su estatus laboral le importa bastante —mencionaba calmandolo.

— ¿Y si no funciona? —preguntaba dejando salir todo el aire de sus pulmones.

—Tiene y tengo dos opciones —exclamaba fregando mis ojos—. Me devuelve mi puesto y me salgo con la mía o lo pierdo todo. Pero sin renunciar. Deberá de echarme, deberá pagarme todos los años que me rompí el culo en esa empresa.

Ahora yo suspiraba, realmente no quería perder mi trabajo.

—Bueno, tendrás una buena suma de dinero

—Amo mi trabajo, Jin —exclamaba.

—Lo sé, bebé —ponía su mano sobre la mía, haciendo presión—. Hace mucho no me decías solo Jin —exclamaba con un puchero.

—No lo perderé, el imbécil accederá —respondía firme.

Él asentía sin añadir nada más.

Sentía mucha rabia e impotencia por lo que Taehyung me había contado, pero no iba a arruinar este momento juntos, finalmente. Él sabía que quería golpear al idiota de su jefe, pero no seguiría dándole vueltas al tema porque arruinaría el momento y él terminaría enfurecido si yo no bajaba.

— ¿Quieres interiorizarme más en lo que tu jefe te dijo? —preguntaba luego de varias horas de estar a los arrumacos y besos.

—Te contaré mientras comienzo con el almuerzo ¿Te parece? —preguntaba.

Él asentía y a duras penas nos levantamos de mi cama.

— ¿Que me vas a cocinar? —preguntaba sentándose en la isla.

—Carne al horno con patatas y una salsa agridulce que me dejó mi madre de receta —me tenía fe, podría hacerla.

Aparte necesitaba poner mi atención en otra cosa y no verle los ojitos de cachorro.

—Bien, me encanta. ¿Te ayudo en algo?

—Sirve vino —ordenaba, depositando un casto besos en sus labios.

Él obedecía al pie de la letra y yo pensaba en mis palabras ¿Que le diría?, ni yo sabía qué demonios podía llegar a pedirme mi jefe.

—Bien, ya empecé a consumir alcohol —agregaba—. Cuéntame lo que sea que sepas hasta ahora.

Suspiraba y le regalaba una dulce sonrisa antes de comenzar con la carne.

—Hace semanas atrás mi jefe Chanyeol me llamó a su oficina —comenzaba a relatarle con nerviosismo—. Comenzó a halagar mi trabajo y mi esfuerzo, como usualmente lo hace. Él asentía y continuaba bebiendo y yo había imitado su acción para humedecer mis labios—. Por un momento creí que me mandaría a Nueva York de nuevo —suspiraba—. Pero al contrario me dijo tantas palabras confusas y alentadoras

— ¿Qué te dijo? —abría esos ojitos de cachorro tan hermosos.

—Se ve que se traen un gran proyecto entre manos

—Eso es genial, es increíble cómo crecieron los últimos meses

—Si, también estoy sorprendido

—Parte del crédito es tuyo —exclamaba.

Le regalaba una dulce sonrisa abultando mis labios para pedir un beso que él correspondía al instante.

—Bien, lo siguiente fue algo realmente confuso —admitía, frunciendo mi ceño—. Me dijo que me necesitaría, que contaba conmigo y esperaba que no lo decepcionara

—Eso es genial —respondía intentando dibujar una sonrisa.

—Ni tanto. Me dijo que si en su momento yo no obraba como él quería, que pensara en otro trabajo, porque es muy probable que ya no vaya a necesitarme —mierda.

Qué bien se sentía decir aquello, aunque doliera y me diera cierta brisa de inseguridad laboral. Técnicamente mi jefe me había pintado un futuro brillante, pero si yo no hacía la elección correcta me quedaría en la calle.

Taehyung quedaba tan sorprendido como yo.

— ¿Es una broma? —preguntaba sorprendido.

—No —mencionaba con una extraña carcajada—. No sé qué se trae entre manos. Pero lo que fuera espera contar conmigo y que no vaya a decepcionarlo

—Quizás te pida que vuelvas a Nueva York —exclamaba abatido.

—No lo creo, ya estamos asentados con aquella colaboración. No me necesitan en Nueva York

— ¿Pero otro viaje de negocios, puede pasar, cierto? —preguntaba en puchero.

—No lo sé. Pero si así fuera yo-...

—Debes ir —se apresuraba a responder.

Sentía cierto alivio al saber que me respaldaría en el trabajo.

—El viaje a Nueva York fue muy largo ¿Que pasaría con nosotros? —preguntaba mientras llevaba la carne al horno.

Al instante lo ponía a punto para que comenzará a cocinarse y sentía sus brazos en mi cintura. Rápidamente me giraba para tener ese rostro perfecto cerca del mío.

—Si así fuera. Te esperaré —decía tranquilo—. Ya te lo dije. Si algo así pasa y tienes que irte por tres meses o un poco más. Yo sabré esperar —ahora reía divertido—. Por dios, Seokjin te esperé inconcientemente ¿Cuanto más sabiendo que ahora soy tu novio?.

Sonreía dejando un beso en su nariz, me había dado tanta calma, demasiada.

—Te amo —susurraba para luego besarlo sin apuro y saboreandolo.

Alguien tan hermoso como él merecía ser tratando con lentitud, suavidad y dulzura. Y joder, a mí me encantaba tomarme mi tiempo con él.

—Te amo más. Y tú madre tiene razón —decía ahora soltando mi boca, pero dejando suaves mordidas—. Trabajaste duro por esto, y parte de tu trabajo es viajar. Yo entenderé.

Él hablaba con dificultad porque ahora era yo quien besaba su mentón y dejaba besos y chupones suaves hasta abrirme paso a su cuello.

—Podrias venir conmigo —exclamaba dejando besos en esa zona.

—Como vacaciones, podría ser —respondía suavemente.

Una sonrisa se dibujaba en mi rostro, esto estaba bajo control y yo podía respirar en paz.

—Comimos demasiado —exclamaba sobando mi panza.

La famosa carne asada con la salsa agridulce de su madre le había salido exquisita.

— ¿Helado? —preguntaba.

Asentía, porque por más que no pudiera moverme no podía decir que no al helado. Estábamos pasando un buen día juntos, habíamos dejado muchas cosas en claro. Había sido bastante estúpido no hablar con él sobre temas laborales. Temas que influian mucho en la vida de ambos.

Repentinamente el celular de Seokjin pertubaba la paz y estropeaba el momento del postre.

— ¿Quién es? —preguntaba curioso—. ¿Tu madre llegó bien? —me percataba rápidamente.

—Si, ellas llegaron bien. Ya me habían avisado —respondía viendo el contacto que aparecía en su teléfono—. Es mi jefe

— ¿Un sábado? —preguntaba.

Abría sus ojos claramente sorprendido, y atendía sin perdida de tiempo.

— ¿Señor Chanyeol? —exclamaba.

Mi jefe jamás, jamás me había llamado un sábado. Esto debía de ser muy bueno o muy malo.

—Seokjin, disculpa que interrumpa tu sábado

— ¿Sucedió algo?

—Tengo entendido que pediste una semana ¿Cierto?

—Si, señor. Lo hice —exclamaba.

—Perfecto. Solo quería pedir si mañana podías venir antes del mediodía. Tengo que hablar contigo

— ¿Hay algún problema con que me tome una semana? —Taehyung comenzaba a hacer un puchero.

—No, no. La gran noticia de la que te hablé, mañana será la junta. No puedo moverla y tienes que estar.  Será antes del mediodía ¿Podrás retrasar tu viaje, si es que vas a algún lado? Eres miembro importante en la reunión.

Bueno, eso no sería problema. De todas formas iríamos a la casa de los padres de Taehyung en mi auto.

—No será problema. ¿Qué horario con exactitud? —preguntaba.

Taehyung tenía la boca llena de helado de chocolate con chispas.

—A las diez, por favor. Será a primera hora

—Ahí estaré —confirmaba. Me había ganado una mirada ceñuda por parte de Tae.

—Nos vemos mañana, jóven Kim.

Cortaba la llamada y comenzaba a atacar el helado muy sumido en los sabores que bailaban en mi paladar. Estaba tan concentrado en eso que no había notado a Taehyung, quién me miraba con sus cejas en alto.

— ¿Me dirás qué diablos fue eso? —preguntaba ansioso.

— ¡Oh! —exclamaba limpiando mi boca—. Mañana saldremos al mediodía. La famosa junta importante será mañana

— ¿La gran noticia? —preguntaba.

—Así parece. No había consultado cara a cara con él sobre esta semana, asi que me pidió que fuera —me encogía de hombros—. Es a las diez y no puede moverla para otro dia solo por mi

—Entiendo, claro —exclamaba—. Le avisaré a mis padres que llegaremos un poco más tarde

—Lo siento —exclamaba sincero.

—No lo sientas. Me quedé con mucha curiosidad, no me quiero imaginar tú —decía con una dulce sonrisa cuadrada.

—Woah... —ahora la ansiedad me carcomía.

—Relajate, será bueno.

Ahora él me daba comfort con su mano sobre la mía.

—Espero que sea algo bueno —exclamaba.

—Lo será, y te deseo la mejor suerte del mundo —decía levantando su puño.

—Tú eres lo mejor de mi mundo —mencionaba sin pensarlo.

Esa frase lo había tomado por sorpresa, al igual que a mi. Solo había salido de mis labios sin advertencias.

—Eso fue hermoso y tan cursi —respondía entre risas dulces.

—Lo siento —mencionaba avergonzado.

—Cierra la boca y bésame —me ordenaba tomando mi remera en su puño para acercarme a él.

Al día siguiente teníamos las maletas preparadas. Me había levantado temprano para asistir a la reunión de camisa y pantalón de vestir.

—Apenas termine, vendré por ti y vamos directo ¿Si? —exclamaba despidiéndome con cortos y repetitivos besos.

—Avísame y estaré abajo con las maletas —exclamaba  tomando mi rostro y dándome un beso más profundo.

Su lengua se adentraba a mi boca sin permiso y había restregado su cuerpo al mío. No me estaba ayudando. Me ponía a mil sentir el calor de su cuerpo y este pegado a mi.

—Me cuesta irme así —mencionaba entre sus labios.

—Ya. Ve y suerte —exclamaba una última vez.

Sin más perdida de tiempo, salía de mi apartamento, subiendo a mi auto y yendo directo  a la oficina. La ansiedad me estaba carcomiendo por dentro.

Una vez en la sala de juntas, podría decirse que éramos una sopa de los empleados más jóvenes—pero con experiencia—y algunos antiguos e importantes. Todos reunidos en aquella sala y había notado como la mayoría parecía saber de qué iba la cosa, pero yo solo miraba la hora rogando que la reunión no fuera tan larga para no llegar tan tarde a la casa de la familia de Taehyung.

Finalmente luego de unos minutos, mi jefe Chanyeol se hacía presente.

—Un gusto. Realmente un gusto verlos a todos aquí —decía feliz y ansioso.

Su secretaria estaba junto a él sosteniendo una pila de papeles importantes.

—Kim, gracias por haber venido pese a que pediste días —exclamaba y un compañero palmeaba mi hombro.

Era muy raro que me tomara días libres, era muy devoto al trabajo y me agradaba.

—Bien, comenzaré porque será un día largo para ustedes y para mí —tomaba el pequeño control del proyector de diapositivas—. Ustedes y yo tuvimos una reunión mucho tiempo atrás que quizás algunos recuerden y otros no.

Muchos asentían y otros estaban prestando atención, yo estaba en babea.

— ¿Recuerdan cuando Orlando solo era un sueño? ¿Solo era el "Proyecto Orlando"?.

«Oh, mierda»

Mi jefe seguía sonriendo y continuaba—. Hace mucho no he vuelto a decir nada acerca de esto y es más, se había presentado la pequeña colaboración en Nueva York, donde aquí el jóven Kim nos representó más que bien —decía señalandome haciendo que todos los ojos voltearan hacia mi.

«Incómodo, pero satisfactorio»

Asentía sonriendo y él continuaba sin ánimos de cerrar su boca—. Es mi placer informales que finalmente el Proyecto Orlando, es una realidad.

Todos en la junta comenzaban a aplaudir, realmente felices al respecto, incluyéndome. Aunque no tan feliz como hubiera sido en otro momento de mi vida. El proyecto Orlando, mierda. Lo había olvidado por completo, realmente lo había hecho.

Joder, había salido de aquella junta con mis manos sudorosas y mi pulso acelerado.

«¿Que le diré a Tae? Joder, joder. Esto no lo esperaba»

Aunque por otra parte intentaba calmarme, él había dicho que me respaldaría y me daba calma, pero joder. El Proyecto Orlando era mi sueño. Un sueño laboral personal que había propuesto llevarlo a cabo y hacerlo realidad—si llegaba a suceder—y estaba ocurriendo.

Solo que todo estaba pasando al mismo tiempo. Mi sueño laboral y mi vida amorosa personal. Era todo tan abrumador, pero debía de confiar en lo que tenía con Taehyung. Debía de confiar en él, en nosotros.

Solo es un paso más hacia el futuro, uno bueno. Si, uno bueno.


Aló BEIBIS. Actualización, corto capítulo, pero como les había dicho, estamos en la recta final, quizás queden tres o cuatro capítulos más.

¿Que piensan que será el proyecto Orlando? Igual hermoso ver a Taehyung respaldando a Jin, y ¿Creen que Taehyung tendrá éxito con Bogum?....

En fin. Sepan disculpar si esto no fue interesante.

Pd; este edit lo tengo hace como un mes atrás, finalmente encaja con el capítulo cargado.

Con amor niñita Nany 💜

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