sesenta y ocho

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La mejor semana que podría haberme tomado, nos habíamos relajado ambos, Seokjin y yo. Mis padres habían quedado encantados con mi novio y había recuperado a mi hermano menor.

Pero ahora caía en la realidad otra vez, tenía un trabajo por el cual luchar. La entrevista con el abogado había sido buena y habíamos dado muchas vueltas sobre si hablar ambos con Bogum o solo el idiota y yo.
Así que habíamos acordado primero que sería mejor hablar como hombres cara a cara, si eso no funcionaba, sería de forma legal.

Que maldito manojo de nervios me sentía.

- ¿Entonces su respuesta es un si? -preguntaba mi jefe Chanyeol.

-Si, Orlando es mi sueño -exclamaba.

-Y eres pieza importante -de forma delicada me acercaba el contrato-. Es bueno ver qué elegiste correctamente. Tiene un gran futuro, jóven Kim. No podría imaginar alguien más en su lugar.

Regalaba una última sonrisa a mi jefe, y me disponía a leer cuidadosamente el contrato. Aunque ya lo había hecho en la junta. Solo que aquí sería mi paso final, después de esto ya no podía darle más vueltas al tema y mucho menos echarme atrás.

- ¿Otra vez tú? -exclamaba Bogum al verme, haciéndose el desentendido y con falso tono de exasperación.

- ¿Tienes un minuto?

- ¿Entregaste el listado de hoy por correo? -tiraba.

-Lo hice -respondía.

Me sonreía con esa asquerosa sonrisa que de sensual no tenía nada.

-Cierra la puerta entonces, bonito -, «Mantén la calma»

Cerrando la misma me acercaba a su escritorio y me indicaba que podía sentarme.

- ¿Qué necesitas de mi? -el bastardo no dejaría de usar aquel tono libidinoso.

-Hablar seriamente

-Taehyung, es un maldito puesto. Ya deja de ser tan estúpido. Por dios -exclamaba al instante.

-No es simplemente un maldito puesto si está afectado mi salud. Hablé más de una vez contigo sobre cambiarlo -mantenía mi tono neutro.

-Eres bueno como director, bebé -exclamaba.

Si Seokjin llegará a escuchar como me había llamado, estamparia su maldito rostro contra la superficie de su escritorio. Y yo no estaba muy lejos de reaccionar de la misma forma.

-Soy mejor en mi antiguo puesto, lo sabes.

Suspiraba de forma sonora-. Ya lo decidí, corazón. Te quedas como director, ahora mueve ese precioso culo fuera de mi oficina. Me encantaría seguir viendo tu rostro precioso de bebé, pero tengo trabajo que hacer.

Me relajaba tronando mi cuello, me apoyaba sobre su escritorio decidido a quedarme y hablar.

- ¿A la directiva general le gusta que te dirijas de esa forma asquerosamente informal hacia tus empleados? -preguntaba haciendo que quitará la vista de su computador.

Otra sonrisa ladina-. Cariño, ninguno es tan especial como tú. Eres el único con trato especial de mi parte -su mano se posaba encima de la mía.

-Tengo un trato para ti -mencionaba sin quitar mi mano de debajo de la suya. Estaba luchando con todas mis fuerzas porque su tacto me resultaba asqueroso.

Relamiendo sus labios preguntaba-. ¿Qué tipo de trato?.

El Imbécil había usado su voz-aparentemente-seductora una vez más.

-Mi puesto por mi silencio -rápidamente quitaba su mano de encima de la mía.

- ¿De que silencio hablas? -se hacía el desentendido.

-Tus putas insinuaciones y tus descarados toqueteos, Bogum. De eso hablo -exclamaba de forma más dura, pero decidida.

Él reía, pero de nervios y miraba hacia fuera. Podía ver como su frente comenzaba a sudar.

- ¿Qué mierda quieres, Kim?

-Mi puesto

-No -bastardo-. Y si no te agrada mi decisión, renuncia.

Su tono era irónico y burlón ¿Realmente creía que renunciaría así de la nada?.

-No voy a renunciar siendo que me rompí el culo desde que entré aquí

-No pienso echarte, ni darte tu puesto anterior ¿Qué opciones tienes? -estaba seguro de si mismo-. Aparte, la directiva no creerá ni una puta palabra de un empleado que últimamente venía fallando en su puesto. Todo por tu maldito capricho de hacer las cosas para la mierda, solo te joderías a ti mismo con ellos y no tienes ninguna prueba en contra de mi. Nadie te creería.

Mis venas iban a explotar de la rabia, no era la primera vez que alguien renunciaba por culpa de este maldito mal nacido. Pero por alguna razón, nunca nadie decía nada.

-Tengo pruebas, tengo tus mensajes acosadores. Tengo un vídeo de hace dos semanas cuando entraste a mi oficina ofrenciendome follar por mi viejo puesto y tengo un testigo que saldría a mi favor.

Ahora Bogum volvía a sudar la gota gorda.

-Tú-...pedazo de mierda -repetía.

-Mi puesto y me importa una mierda si sigues pretendiendo ser el jefe del año

-No eres el único con abogados

-Entonces tendrás que echarme y pagarme cada maldito centavo y más -me paraba decidido-. Porque mi silencio, te saldrá caro.

La ira e impotencia desbordaba de sus ojos negros.

-Dos opciones, Bogum -repetía-. Y una es muy simple, mi puesto y sigues siendo una mierda o me echas pagándome lo que me corresponde y más. Porque no pienso renunciar y si me echas juro que destruiré tu maldita carrera y la ridícula careta del jefe perfecto.

La presión que mi cuerpo estaba soportando era demasiada, la cabeza me dolía y el corazón palpitaba a mil por hora. Era una situación de mierda y decisiva.

La comida estaba lista, las velas eran las encargadas de alumbrar la sala de mi apartamento. Taehyung llegaría en unos momentos, no me había dicho absolutamente nada sobre la reunión con el imbécil de Bogum. Pero estaba tranquilo, cualquiera haya sido su repuesta, podíamos solucionarlo.

El timbre sonaba y mi corazón martillaba como loco, me había dirigido corriendo a abrir la puerta y encontraba a Taehyung forzando una sonrisa para mí.

-Bebé... -me abrazaba suave y se apartaba al instante.

-Huele increíble -decía dejando su chaqueta a un lado-. Muero de hambre y muero de ganas de oir las buenas nuevas de tu parte

- ¿Estás bien? -preguntaba acunando su rostro en mis manos.

-Esta noche no se trata de mi -respondía-. Y estoy bien -me guiñaba un ojo y me robaba un dulce beso.

Me guiaba a seguir con la noche como lo había planeado, con el correr del tiempo se iba relajando. Aunque no soltaba la copa de vino.

-Bien, sueltalo amor -me decía a la hora del postre.

Tomando valor me levantaba en busca de la copia de mi contrato y se la entregaba, él sonreía de oreja a oreja.

-Si hay algo que no entiendes, te lo explico. Solo léelo -exclamaba con unos nervios horribles.

Él asentía y comenzaba a leer tomándose su tiempo. La lectura iba con caras chistosas de su parte y algún que otro "Increíble, ahora entiendo".

Luego pasaba a la segunda hoja y ahí comenzaba a sudar frío. Su rostro había cambiado totalmente y no me daba buena espina. Su sonrisa se había desvanecido y junto con eso sentía que mi corazón iba a estallar en mi pecho.

«No me veas así»

Soltaba el contrato viéndome con el entrecejo fruncido y sus labios en una línea recta. De un trago finalizaba su copa de vino y se ponía de pie sin decir ni una palabra. Ni una y me estaba muriendo.

Había comenzado a caminar de un lado a otro y yo no podía articular palabra alguna. Solo lo veía ir y venir. Unos segundos más y notaba como el ambiente se volvía pesado.

-Ta-...

- ¿Te vas? -preguntaba.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, y no lograba entender, o quizás si, pero me estaba costando ver un final feliz ante su reacción.

-El Proyecto Orlando no es un viaje de ida y vuelta -mencionaba con un nudo en la garganta.

- ¡¿Y por qué mierda no me lo dijiste desde un maldito inicio?!

-Tae, dijiste que me apoyarias. Me rompí el culo por esto

- ¡Supuse que era un maldito viaje de negocio, no mudarte a Estados Unidos para comenzar una vida de cero allí!.

Se alejaba lleno de ira y yo sentía que me faltaba el aire.

-Bebé-...

- ¡Bebé mis pelotas, Seokjin!

-No me hables así -pedía dulcemente.

- ¿Dónde mierda encajaba yo en todo esto? ¡¿Eh?!

-Conmigo -atinaba a murmurar con mis ojos llenos de lágrimas.

- ¡Mi vida está aquí! ¿O creías que tiraría todo a la mierda por seguirte?

-No esperaba que hicieras eso -exclamaba ceñudo.

- ¿Y que esperabas? Por dios, no me imaginabas contigo

-Te imagino conmigo en todo momento -respondía intentando tomarlo de los hombros.

- ¡No me toques! Eres un maldito egoísta

-No los soy. Aspiraba a todo esto antes de saber que aparecerías en mi vida. Luego lo olvidé y ahora la oportunidad se hizo presente. No puedo desaprovecharla

-Tienes razón -decía tomando su chaqueta.

- ¿A dónde vas? suelta eso -le quitaba la prenda arrojándola lejos con mis ojos acuosos.

-Me voy Seokjin, salgo de tu maldita vida. ¡Eso hago!

-Puedes calmarte, podemos hacer esto

- ¡No soy tu maldita sombra, Seokjin! -gritaba con su voz grave.

-Jamás supuse que lo fueras -añadía. Él negaba con ojos de loco, estaba totalmente ido.

-Vete a la mierda

-Ven conmigo, podrias pedir una recomendación de tu empresa

- ¡No tengo más empleo! -gritaba en mi rostro-. Lo perdí, lo perdí todo.

Mierda.

Creía que era la noche perfecta para hacerle saber de la noticia, pero si había sido egoísta de mi parte creer que él podría tomarse bien el salir de aquel lugar. Estaba equivocado.

-Pero ¿Que hay del trato?

-Me darán lo que me corresponde -exclamaba y una lágrima descendía por su mejilla.

-Entonces con más razón pued-...

-Con más razón nada. ¿No me escuchas cuando te hablo?. Toda mi vida está en Corea, no puedo simplemente irme y ¿Sabes que es lo peor? que quería arruinar al hijo de perra, pero al ser el hijo de uno de los directivos más importantes terminaría perdiendo todo y arruinaría a más inocentes que tambien quedarían en la calle.

Joder, todo se estaba desmoronando y no sabía qué hacer, ni que decir para salvarnos.

-Estoy aquí para ti -respondía.

-Una semana más. Estás aquí ¡Una semana mas! -volvía a tomar su chaqueta-. Realmente te deseo lo mejor en Orlando, es una increíble oportunidad para tí. No me ofende que hayas elegido el trabajo por encima de mi.

Se iba a toda velocidad para llegar a la puerta, pero lo detenía antes con lágrimas en mis ojos.

-No fue así, no lo veas de esa forma. Creí que estarías feliz por mi, creí que sería algo increíble para ambos

- ¿Sabes que admiro de ti? -enarcaba una ceja-. Te importa todo tan poco y vas por lo que quieres. No importa si haces mierda a alguien en el camino. Sigues por aquello que te propusiste

-No es eso lo que hago

-Eso es lo que hiciste conmigo. Tenías tu vida planeada fuera de Corea desde un principio y me parece perfecto. Yo tengo mi vida planeada aquí

-Tae -rogaba enmarañando la tela de su camisa y rogando a todos los dioses que no saliera por esa puerta

Él miraba mis manos unos segundos, pero de manera brusca se soltaba de mi agarre y añadía-. Buena vida, Seokjin.

-Taehyung -otro manotazo y salía azotando la puerta de mi apartamento.

Se había ido todo a la mierda, y yo había sido un idiota. Él tenía razón, su vida estaba aquí. Él no vendría conmigo y lo entendía, pero tampoco podía quedarme si claramente, no habia muchas razones para hacerlo.

Yo no sería el mismo si volvía a tirar otra oportunidad a la basura, perdería gran parte de mi por quedarme estancado aquí y con el tiempo culparía a Taehyung y me culparía a mi mismo. Eso no seria sano.

Y ésta relación definitivamente no era suficiente para que Taehyung se arriesgará. Todo indicaba que estábamos destinados a fracasar desde un inicio y nunca lo vimos venir.


3/3.

Estoy lista para dejar ir este fanfic 😭
Quedarán dos capítulos más, creo, depende como me deje llevar a la hora de escribir.
Pero quiero trabajar en un último detalle.

Y se habrá terminado, espero que sea para este fin de semana y luego consolarme con sus bellos comentarios.

Les amuuh.

Con amor niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro