09; EL HUEVO DE DRAGÓN

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

1x09

EL HUEVO DE DRAGÓN

Después de dejar los libros en la habitación de Laenor Cerys se preparó mentalmente para la reunión de emergencia que Otto Hightower había convocado. No le hacía gracia tener que perder su tiempo en algo que seguramente no era importante cuando podía estar entrenando con Laenor o volando con Dhagara y Drakon, pero sabía que su padre no la dejaría vivir si faltaba a una reunión ahora que se estaba "enderezando". Cuando llegó a la sala su padre y Rhaenyra aún no estaban presentes, pero no le tomó mucho importancia, en cambio le dio más importancia a los cuidadores de los dragones presentes. Uno de ellos tenía a Drakon en el brazo y apenas la vio llegar extendió el mismo para regresarle su dragón.

Drakon, ven a mi—le agradeció al cuidador con un asentimiento y siguió su camino a la mesa.

Los miembros del consejo observaron cómo el pequeño dragón rugía y seguía el comando de su madre sin dudar. La bestia voló hasta la princesa y se colocó en su hombro dejando salir un sonido que casi sonaba a una exclamación de felicidad. Poco después el rey y su mano derecha ingresaron en la sala, con Viserys sonriendo a su hija en cuanto notó al dragón en su hombro.

Ocurrió durante la oscuridad de la noche, mis señores, en la hora del murciélago—estaba relatando uno de los cuidadores cuando Rhaenyra ingresó en la sala—. El ladrón eludió nuestra persecución.

¿Cómo es posible que robaran un huevo frente a más de cincuenta entrenadores de dragones?—Viserys se notaba claramente molesto por la situación.

¿Identificaron al ladrón?—Cerys juntó sus manos sobre la mesa mirando con dureza a los hombres.

Fue el príncipe Daemon el culpable, majestades—Cerys apretó sus manos.

Las acciones de Daemon estaban comenzando a molestarle, no era porque se hubiese ido dejándola atrás, sino porque estaba dejando en mal a su padre y ella no podía tolerarlo.

—¿Daemon?—el rey preguntó como si no se lo creyera aún.

—El príncipe dejó una misiva que me parece lo explica—comentó Otto.

El maester junto a Cerys abrió el papel para leer y la princesa tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no arrebatarle el papel y leerlo ella misma.

—Es el placer de Daemon Targaryen, el príncipe de Dragonstone y legítimo heredero del trono de hierro—Cerys puso los ojos en blanco—, anunciar que tomará a una segunda esposa según tradición de la antigua Valyria.

Viserys y Rhaenyra miraron a Cerys en busca de una reacción, pero lo único que encontraron fue un rostro serio y sin emociones, pero los dos sabían que por dentro la princesa estaba hirviendo de ira. En lo único en lo que fallaban era en dar con el motivo de su ira, Viserys pensaba que era por Daemon tomando una segunda esposa, y Rhaenyra sabía con certeza que era por Daemon nombrándose heredero al trono.

—Será nombrada lady Mysaria de Dragonstone—una falta de respeto muy grande a ojos de Cerys—. Su majestad está embarazada y tendrá un huevo de dragón en la cuna del bebé, como es la costumbre de la casa Targaryen. El príncipe lo invita a su boda, majestad.

—Cortaré su mano por atreverse a escribir eso—los ojos de Cerys fueron hasta su padre—. Llamarse a sí mismo legítimo heredero al trono...es una falta de respeto.

—Cerys...—el rey extendió su mano buscando la de su hija, pero Drakon no le permitió lograr su cometido. Apenas sintió la cercanía un rugido se escuchó y la bestia descendió del hombro de la princesa hasta su brazo poniéndose en posición de ataque.

—¿Quién es Lady Mysaria?—preguntó lord Corlys.

—Una de sus putas—respondió Otto con la mirada puesta en el dragón que ahora descansaba en manos de Cerys—. Esto no es más que una sedición.

—Mi hermano desea provocarme—admitió el rey—, contestarle es darle lo que quiere—eso último lo dijo mirando a su hija mayor.

—El reino está observando, majestad—le recordó Lord Corlys.

—¿Qué esperan que haga? ¿Qué lo envíe a la muralla?—Viserys miró a su hija una vez más esperando a que dijera algo, pero ella ni lo miró. —Tal vez podría poner su cabeza en una lanza.

—No es mala idea—Cerys contestó acariciando la cabeza de Drakon.

—Daemon ha tomado Dragonstone, se ha rodeado de un ejército de Capas Doradas y ahora ha robado un arma peligrosa.

¿Qué huevo se llevó Daemon?—murmuró Rhaenyra llamando la atención de todos—¿Qué huevo se llevó Daemon?—repitió con más fuerza.

El cuidador bajo la mirada poniendo los nervios de los tres Targaryens de puntas, esa mirada no podía significar nada bueno.

El huevo era de Dreamfyre, princesa—las hermanas se miraron—. El mismo huevo que ustedes escogieron para la cuna del príncipe Baelon.

—Reúne un destacamento, Otto—el rey ordenó.

Olvida la mano, quiero su cabeza—Cerys se levantó estrellando sus manos contra la mesa—. ¿Cómo se atreve?—sus ojos estaban llenos de lágrimas que no estaba dispuesta a derramar. —No puedes dejar que esto se quede así.

—Iré a Dragonstone y arrastraré a Daemon ante la justicia yo mismo—fue la respuesta de Viserys ante la petición de su hija.

Tanto padre como hija se movieron para abandonar la sala, pero fueron detenidos por la voz de Otto.

—Lo siento, majestad, pero no puedo permitirlo—el hombre dio una mirada rápida a Cerys—. Es peligroso, Daemon no tiene límites. Déjeme ir a Dragonstone.

Con una sola mirada a su padre Cerys sintió que estallaría de ira, pero la única que pareció notarlo fue Rhaenyra que no dudo en tomar a su hermana del brazo para sacarla del lugar antes de que cometiera una atrocidad en contra de Otto Hightower. Drakon sintiendo la molestia de su madre rugió hacia la sala que estaban abandonando llamando la atención de los presentes que solo pudieron ver las espaldas de las princesas abandonando el salón.

Iré por el huevo, si nuestro padre quiere seguir ocultándose tras Otto Hightower, yo no lo haré—la mayor se soltó del agarre de su hermana—. No me sigas—ordenó alejándose por el pasillo.

Todas las personas que se cruzaron con Cerys en su camino se movieron dejando que pasará, la princesa se dirigió a su habitación donde cambió su vestido por la ropa que utilizaba para montar dragón. En cuanto estuvo lista se aseguró de colgar sus dagas a sus costados y salió por la puerta secreta en la pared cerca de su cama. Sabía que estaba mal desobedecer a su padre, pero si él no haría algo para detener a Daemon ella tendría que dar el primer paso. Salir del castillo fue fácil, llegar al pozo de dragones fue un poco más difícil con Drakon rehusándose a ocultar su presencia, el dragón quería volar junto a su madre, pero era peligroso. Si alguien los reconocía su pequeña escapada acabaría con ellos separados por el resto de sus vidas.

Cuando llegaron al pozo de dragones se encontraron a Dhagara durmiendo en el patio, habían pocos cuidadores a su alrededor lo que facilitó su ingreso. Tristemente, Drakon aún no entendía lo que era ir de incógnito por lo que apenas notó a la dragona durmiendo dejó salir un rugido y antes que Cerys pudiera detenerlo él ya había salido volando en dirección de su progenitora dejando a la princesa cerca de la entrada. Viéndose descubierta no tuvo más opción que quitarse la capa que estaba utilizando para ocultarse dejando ver su rostro.

Dhagara, ven a mí—exclamó la princesa moviéndose antes de que alguien quisiera detenerla.

La dragona reaccionó al llamado levantándose de su lugar de descanso, en ese momento los cuidadores avanzaron intentando detenerla, pero Dhagara rugió en advertencia. Cerys corrió hasta la dragona que se agachó dejando que ella se trepara en su lomo.

Vuela, Dhagara, ¡Vuela!—gritó la princesa tomando las cuerdas de la montura con fuerza.

Dhagara no lo pensó dos veces y se elevó en el aire siguiendo la orden de su jinete, Drakon también acató la orden siguiéndolas de cerca.

Cuando estuvieron cerca de Dragonstone Dhagara dejó salir varios rugidos dejando saber su llegada, tanto Daemon como Otto Hightower y los que les acompañaban miraron hacia el horizonte en busca del dragón que se aproximaba, pero aún así todos se sorprendieron cuando este emergió de entre las nubes. Dhagara, enorme como era sobrevoló el puente permitiendo que Cerys viera con claridad a las personas bajo ellas, Caraxes también estaba ahí y dejó salir varios sonidos de reconocimiento cuando la dragona pasó frente a él. El enorme dragón púrpura aterrizó en el puente detrás del séquito del rey dejando que todos vieran a Cerys que tenía una expresión llena de determinación en el rostro.

Gracias, preciosa—le susurró a Dhagara cuando descendió de su lomo, Drakon acomodándose sobre su hombro como siempre.

La princesa avanzó con la cabeza en alto entre los caballeros de la guardia real que se movieron para dejarle el camino libre, el único que no se movió fue la mano del rey que en su lugar prefirió cuestionar su presencia en el lugar.

—¿Qué hace aquí princesa?

—Estoy haciendo lo que mi padre no pudo hacer—Cerys ni volteo a mirarlo y continuó su camino.

—Princesa...—llamó el hombre.

—No comiences conmigo, Otto—Cerys detuvo sus pasos sin dejar de mirar a Daemon—, Dhagara te haría su cena antes de que pienses en enviarme a un lugar seguro.

Daemon observó a su sobrina con expectación, lo primero que había notado era el dragón en su hombro y luego el cambio evidente de actitud que había tenido.

Mi padre nombró a Rhaenyra princesa de Dragonstone—la princesa se dirigió a su tío—, estás ocupando su castillo.

Hasta donde recuerdo el título es tuyo, por derecho de nacimiento—Daemon tuvo que inclinar su cabeza hacia abajo cuando Cerys llegó hasta él.

Ahora te importa el derecho de nacimiento—Cerys junto sus manos en su espalda—, pensé que tu eras el heredero.

Tu y yo somos los herederos, sobrina—aclaró el peliblanco.

Hiciste enojar a tu rey—la peliblanca decidió cambiar el tema.

No veo por qué—Daemon hizo una pausa estudiando a su sobrina—. Este es un día de celebración, voy a casarme.

Cerys miró más allá de su tío a la mujer vestida de blanco y luego regresó la mirada él.

Ya tienes una esposa—le recalcó ella con dureza—. Si no vas a honrar tu promesa, por lo menos respeta el trato que hiciste con mi padre.

La realidad de su tío teniendo una segunda esposa cayó sobre Cerys en ese momento. Si bien Daemon no había sido muy honesto en cuanto a cumplir la promesa que le había hecho años atrás, se había mantenido firme en su trato con el rey, él se casaba y respetaba su matrimonio, y en cambio Cerys sería libre de casarse cuando ella lo desee.

Sabes mejor que nadie que yo no escogí ese matrimonio—sus miradas se encontraron—, conoces mis sentimientos.

Tus sentimientos no significan nada para mi—la respuesta había sido un tanto cruel, pero ella no retrocedió—, así como los míos no significan nada para ti.

Tus sentimientos significan todo para mi, sobrina—las manos de Daemon picaban por tocar a la peliblanca, tal como lo hubiese hecho de estar solo ellos dos.

No lo parece—ella apartó la mirada—, pero eso no importa ahora—la princesa volvió a levantar la cabeza dándole una mirada desafiante a su tío. —No tenías que llevarte el huevo de mi hermano, tu hijo bastardo no lo merece.

Daemon observó a su sobrina y casi sintió que estaba mirando a otra persona, ya no había rastro alguno de la dulce joven que disfrutaba pasando sus tardes volando a su lado. En su lugar, ahora había una joven a la que no le importa soltar palabras tan crueles en contra de quién alguna dijo amar, y aunque no quisiera admitirlo eso lo lastimaba porque las sonrisas y las miradas llenas de falsa hostilidad habían cambiado por miradas frías y llenas verdadera hostilidad.

Mi hijo no será un bastardo—defendió el príncipe—. Rhaenyra y tú tuvieron un huevo en sus cunas, solo quiero lo mismo para mi hijo.

La mujer vestida de blanco, la supuesta Lady Mysaria, abandonó el lugar en ese momento, pero ninguno de los dos le dio mucha importancia.

—Acabemos con esto, tío—Cerys llevó una mano a la daga blanca colgando en su cinturón—. Padre te desheredo, nombró a Rhaenyra su heredera y el título cambiará cuando cumpla mi promesa—de un movimiento la daga fue desenvainada y presentada a Daemon—. Si deseas recuperar tu lugar como heredero tendrás que matarnos y sabes que antes de llegar a ella tendrás que pasar sobre mi.

El peliblanco llevó su mirada de su sobrina a la daga y de regresó a ella, sabía perfectamente lo que Cerys estaba intentando decirle. Hazlo con la misma daga que me obsequiaste. Y si no estuvieran en una situación tan tensa Daemon incluso se hubiera reído, pero sabía que su sobrina estaba hablando en serio, podía verlo claramente en sus ojos. Como si estuviese tratando de advertirle algo el dragón en el hombro de la princesa se movió dejando salir un sonido de desagrado.

Sin decir nada Daemon dio un paso atrás y después otro hasta que finalmente se dio vuelta alejándose de su sobrina, pero antes de alejarse por completo el príncipe se giró brevemente lanzando el huevo hacia la peliblanca que lo atrapó dejando caer la daga en el proceso. Cerys bajo la mirada al huevo en sus brazos y su estómago dio un vuelco al verlo por primera vez desde la muerte de su madre y hermano. Con un suspiro cansado se agacho para recoger su daga antes de darse la vuelta y caminar hacia Otto Hightower y la guardia real. Al verla acercarse los hombres se hicieron a un lado dejando que llegará a los cuidadores de dragones a los que entregó el huevo. La daga blanca regresó a su lugar en su cinturón y ella volteo su cabeza para mirar a Otto sobre su hombro, el hombre estaba claramente disgustado por lo que acababa de suceder, pero a ella poco le importaba.

Con pasos firmes y la cabeza en alto la princesa caminó entre los caballeros hasta su dragón que apenas la vio acercarse se acomodo para dejarla subir. Drakon se elevó en el cielo en ese momento y Cerys dio una mirada al castillo antes de ordenarle a Dhagara que volara. La conversación que había tenido con Daemon repitiéndose en su cabeza una y otra vez a medida que se alejaba de Dragonstone.

■■■■

NOTA:

Tenía este capitulo casi listo desde hace días, pero no lo pude terminar por ciertas cosas. Disculpen la tardanza.

¿Qué les pareció el capitulo? Tomen notas de las cosas dichas en el enfrentamiento entre Cerys y Daemon, muy pronto ciertas cosas de esa conversación van a regresar.

Ahorita tengo que hacer tarea, pero si no estoy muy cansada cuando termino comenzaré el siguiente capitulo para subirlo mañana o más tarde.

Gracias por leer, no se olviden de comentar, Lu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro