32; EL FUTURO DEL REINO

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EL FUTURO DEL REINO

Un cuervo había llegado a King's Landing desde Driftmark con la noticia que muchos habían estado esperando, Lady Laena había dado a luz. El primero en recibir la noticia fue Laenor que no se contuvo y le contó a todos, ese mismo día el heredero de Driftmark partió sobre el lomo de Seasmoke deseando conocer a sus sobrinas. Al día siguiente la familia real se trasladó por barco acompañados de la guardia real y un séquito de dragones que haría a cualquiera temblar de miedo. En total llevaban nueve dragones en el aire y tres más a bordo del barco, sin contar los dos huevos de dragón de Aemond y Lucerys. La familia se había dividido en dos, el rey y su esposa viajaban en un barco con sus hijos, mientras que las princesas viajaban con su familia en otro, esto para evitar discusiones o malos momentos durante el viaje.

Les tomó dos días llegar a Driftmark y cuando llegaron fueron recibidos por Lord Corlys y la princesa Rhaenys Targaryen que no dudaron en bañar a sus nietos con cariño. Acción que hizo sentir celoso al rey, no iba a negarlo, no le gustaba escuchar a sus nietos llamar abuelo a otra persona, pero al mismo tiempo le gustaba saber que sus nietos tenían un lugar donde refugiarse cuando lo necesiten. Como era de esperarse, Cerys, Daemon y Rhaenyra fueron los primeros en conocer a las gemelas de Laena. Baela y Rhaena se ganaron el corazón de sus tíos con solo respirar. Y de igual forma Laena conoció a su segundo sobrino, Lucerys Velaryon. Después de estar media hora con los niños Daemon, Laenor y Ciro dejaron a las mujeres para que pudieran hablar.

—¿Cómo te trata la vida de casada?—Rhaenyra se sentó en el sofá frente a Laena.

—Mejor de lo que esperaba—Laena suspiro—, el próximo año viajaremos a Pentos.

—Debes disfrutar mientras solo tengas dos hijas—le aconsejó Cerys meciendo a Baela—, cuando tengas más no podrás hacer mucho sin verte rodeada de niños demandando atención.

Rhaenyra y Laena se rieron pensando en los seis hijos que Cerys y Daemon habían tenido.

—Tu y Daemon no descansaron—Laena miró a su prima con una sonrisa divertida—, muchos dirían que están tratando de crear un ejército para conquistar el resto del mundo.

—Con la cantidad de dragones que tienen ese no sería un pensamiento equívoco—apoyo Rhaenyra.

—Estoy segura que los miembros de la corte piensan de esa forma—la princesa heredera se sentó junto a su hermana—, padre ya me comentó sobre la preocupación de los lores.

—Un solo dragón te da poder, tener cuatro te da más poder de lo que cualquiera podría soñar—Laena llevó sus ojos al fuego—. Tienes cuatro dragones, de los más grandes en existencia, nadie puede darte pelea.

—Y no olvidemos que tu esposo tiene un dragón que sería capaz de quemar los siete reinos por ti—añadió Rhaenyra—, y todos tus hijos tienen dragones. Aiyana incluso reclamó un dragón salvaje.

Cerys miró a la bebé que tenía en sus brazos y sonrió, ella y Daemon habían hablado sobre el futuro de sus hijos en más de una ocasión y ver a Baela solo aseguraba ese futuro del que habían hablado. Viserys heredaría el trono y se casaría con Baela cuando tuvieran la edad correcta, Aiyana se casaría con Aegon y sería parte de la corte, y Rhaella y Jaehaerys se casarían para seguir con la tradición de la casa Targaryen. Aún no habían discutido sobre el futuro de Haelyn y Alyssa, pero Daemon ya había comentado sobre su interés de casar a Alyssa con Lucerys solo para que sea la siguiente señora del Valle y mofarse de la casa Royce. Cerys había puesto los ojos en blanco y no volvió a tocar el tema.

—Mi padre estuvo preguntando sobre el compromiso—comentó Laena—, quiere saber si realmente vamos a comprometer a nuestros hijos.

—Daemon quiere mantener a Lord Corlys de nuestro lado y a mi me gustaría que nuestros hijos se sienten en el trono juntos—confesó Cerys—. Pensamos hacerlo oficial durante la celebración del primer año de vida de Rhaena y Baela, si está bien contigo.

—Claro que si, Ciro estará encantado de saber que nuestra princesa tendrá un buen partido.

Mientras ellas hablaban de propuestas de matrimonios y los rumores que corrían por los siete reinos, sus esposos entretenían a los niños con un enfrentamiento amistoso en la playa. Los ocho niños estaban viendo maravillados el enfrentamiento, sobre todo al lord de Snowoods porque para ellos era nuevo ver las técnicas de pelea del norte. Sobre ellos los dragones volaban libremente, en ocasiones persiguiéndose en un juego inocente de carreras. Aunque desde el punto de vista de los que estaban en la playa eran más los dragones jóvenes molestando a los más viejos.

Cuando el enfrentamiento hubo terminado los niños los rodearon haciendo miles de preguntas que no pudieron responder. Después de descansar un par de minutos decidieron llevar a los niños en un paseo por la playa, todo iba de maravilla hasta que los gritos de los niños rompieron la paz. Aiyana y Aegon caminaban juntos hablando de cualquier cosa que vieran, los dos entendían que iban a casarse algún día y por eso intentaban llevarse bien, pero no todo siempre salía como ellos esperaban. La reina no estaba de acuerdo con el compromiso y siempre se quejaba de eso con su hijo mayor, las cosas solo habían empeorado cuando se enteró que Aiyana había reclamado a Caníbal. La había llamado una salvaje más veces de las que Aegon podía recordar cuando se enteró.

—¿Quieres conocer a Caníbal?—Aiyana lo miró con sus ojos brillando de emoción.

—No creo que sea buena idea—Aegon apartó la mirada—, mamá dijo que Caníbal era un dragón salvaje.

—Era un dragón salvaje—lo corrigió ella de inmediato—, ya no lo es.

La mayoría del tiempo, añadió mentalmente la princesa.

—No...

—¿Por qué nunca quieres pasar tiempo con nosotros?—la peliblanca detuvo sus pasos. —Cuando estamos en King's Landing siempre nos evitas y solo podemos hablar contigo cuando alguien más nos obliga a estar juntos.

Aegon miró detrás de ella en busca de ayuda, pero los demás estaban entretenidos corriendo por la playa o jugando en la arena.

—Mi madre...

—Tu mamá esto, tu mamá lo otro—Aiyana se cruzó de brazos—. ¿No piensas por ti mismo? ¿Eres alguien sin cerebro?

—¡No sabes lo que dices!—Aegon frunció el entrecejo sintiéndose molesto. —Mi madre solo quiere lo mejor para mi, no deberías meterte.

—Tu madre quiere alejarte de nosotros—le discutió ella agarrándolo del brazo cuando él intentó irse—, eres nuestro tío y queremos que seas nuestro amigo.

—Yo no quiero ser amigo de ustedes—tiró de su brazo con brusquedad haciendo que Aiyana tropezara.

—¡Estas mintiendo!—Aiyana gritó llamando la atención de todos, sus manos buscaron el brazo de Aegon una vez más y lo miró con tristeza. —No digas eso.

—No quiero ser amigo de...—el peliblanco hizo una pausa.

—Dilo—lo retó ella cambiando la tristeza por la ira que comenzaba a crecer en su interior, podía reconocer con facilidad cuando alguien estaba por soltar un insulto.

—No quiero ser amigo de una salvaje.

Aegon volvió a tirar de su brazo y Aiyana perdió el balance cayendo al suelo, detrás de ellos se escucharon jadeos de sorpresa y la voz de Daemon, pero no le prestaron atención. La peliblanca agarró un puñado de arena y lo aventó hacia su tío que apenas pudo cubrirse los ojos a tiempo, un grito se escapó de la garganta de la princesa que se lanzó contra Aegon tirandolos a los dos al suelo. En ese momento Daemon y Laenor llegaron hasta ellos con intenciones de separarlos, pero el rugido de un dragón los hizo detenerse. En la cima de la colina que rodeaba la playa estaba Caníbal, sus ojos verdes fijos en su jinete revolcándose por el suelo con Aegon, tanto Daemon como Laenor pudieron distinguir el fuego en los ojos del dragón.

—¡Aiyana!—Daemon se movió cuando el enorme dragón comenzó a descender—¡Aiyana!

El suelo se estremeció bajo el peso de Caníbal que le rugió a Daemon obligándolo a detenerse. Aiyana por fin soltó el cabello de Aegon y miró hacia su dragón que se acercaba a ellos con claras intenciones de acabar con quien la había hecho enojar.

—¡Aegon, sal de ahí!—Laenor llamó por el niño.

El hijo del rey no lo pensó dos veces y se puso de pie corriendo hacia Laenor, pero Caníbal lo siguió abriendo su boca con intenciones de quemarlo vivo.

—¡Caníbal, no!—Aiyana gritó corriendo hacia su dragón—¡No lo hagas!

Laenor empujó a Aegon detrás de él apenas lo tuvo cerca buscando protegerlo de la ira del dragón. Daemon por su parte se movió hasta el resto de sus hijos y los empujó hacia el mar, si algo salía mal por lo menos no iban a morir quemados.

—¡Caníbal!

Aiyana alcanzó al dragón y se puso frente a él deteniendo su avance, el dragón gruñó en protesta, pero se movió cubriéndola con una de sus alas rugiendo a Aegon y Laenor. La peliblanca se giró para mirar a sus tío desde donde estaba bajo el ala de Caníbal, pero solo se encontró con Laenor protegiendo a Aegon y su corazón dolió recordando las palabras crueles del que era su prometido. El dragón negro no necesito una orden para inclinarse y dejar que su jinete trepara a su lomo, y Aiyana no se negó a ello.

—¡Vuela!

Todos vieron como el dragón se elevaba en el aire perdiéndose entre las nubes. Aegon se aferró a Laenor con lágrimas cayendo por su rostro. La culpa y el miedo mezclados en su interior haciéndolo caer al abismo.

El regreso a High Tide fue silencioso, Aegon iba en brazos de Laenor con el rostro oculto en su hombro. Daemon y Ciro iban detrás de ellos guiando a los niños en silencio, la tensión se podía sentir con cada paso que daban, pero ninguno quería decir algo que desate la ira del otro. Cuando llegaron al castillo se reunieron en el salón de los nueve con Lord Corlys, la princesa Rhaenys, el rey y la reina, Rhaenyra y Cerys.

—¿Qué sucedió?—preguntó Cerys viendo como Alicent se acercaba a Laenor para revisar a Aegon. —Dicen que Caníbal se salió de control, ¿Dónde está Aiyana?

—Hubo un inconveniente—Daemon se acercó a su esposa—, nada grave.

—¿Nada grave?—Alicent apartó la mirada de Aegon para mirar a Daemon. —Mira el estado en el que está mi hijo.

—No estaría en ese estado si no hubiese sido grosero con mi hermana—reclamó Rhaella con el rostro rojo del enojo.

—¿A qué te refieres, Rhaella?—el rey miró a su nieta.

—Parece que Aegon y Aiyana tuvieron una discusión—Laenor se movió ocultando a los niños de la vista de Alicent—, no sabemos muy bien qué sucedió, pero al parecer ella se molestó y Caníbal pudo sentirlo a través del vínculo.

—Por los dioses—Cerys pasó una mano por su rostro.

—Caníbal nunca había tenido un jinete, tener un vínculo con alguien es nuevo para él—habló la princesa Rhaenys—. Los vínculos de un dragón con su jinete no son un juego, él debió pensar que Aegon era una amenaza.

—Es la primera vez que pasa—Daemon pasó una mano por la espalda de su esposa—, Aiyana debió estar muy molesta como para que él reaccionará de esa forma.

—Lo siento—murmuró Aegon—, yo...no quise hacerla enojar.

—No tienes que disculparte—Alicent tomó la mano de su hijo—, mi hijo pudo haber muerto.

—¡Fue su culpa!—gritó Rhaella—¡Él...!

Viserys se movió cubriendo la boca de su hermana con su mano dándole una mirada de disculpa a los presentes.

—¿Qué fue lo que le dijiste cómo para que ella se molestara?—el rey miró a su hijo.

—Yo...yo...—Aegon miró a Laenor en busca de ayuda.

—Aegon aún está asustado, quizás deberíamos dejarlo descansar—propuso el heredero de Driftmark.

Sus padres lo miraron con sospecha, pero no dijeron nada. Rhaenyra, sabiendo muy bien el por qué de su intromisión, solo suspiro y decidió llevarse a los niños para que no escucharán la discusión que estaba por desatarse en el salón. Cuando Aiyana regresó le dieron la noticia de que ya no tendría que casarse con Aegon, pero ella no le dijo a sus padres sobre la discusión que tuvo con su tío, ni siquiera le dijo a sus hermanos. Ese día la brecha entre los dos lados de la familia creció dejando a los niños en medio, una vez más.

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NOTA:

Mañana no voy a poder actualizar así que disfruten de la doble actualización.

El rompimiento del compromiso de Aegon y Aiyana es un punto importante para la historia, pensé en hacerlo más adelante, pero creo que es mejor ahora y después se darán cuenta del por qué.

Una pregunta, hasta ahora ¿Cuál es su niño favorito? El mío es Viserys, bien calmado en medio del caos que causan sus hermanos.

Alyssa, Daeron y Jacaerys se unirán a la pandilla en el siguiente capitulo así que prepárense para los más chiquitos del grupo.

Espero les haya gustado, gracias por leer, Lu.

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