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AEGON

Todos en King's Landing estaban de fiesta. Bueno, todos menos Aegon. Esa mañana, como todas las mañanas en el último año, Aegon se había levantado con energía de sobra. El niño de ocho años esperaba pacientemente sentado en el borde de su cama a que las doncellas llegaran a bañarlo y vestirlo para dar inicio a su día, pero cuando las puertas por fin se abrieron no vio a las doncellas, vio a su madre. Su madre vestida de verde con una mirada dura y el cuerpo tenso, Aegon sintió miedo cuando los ojos de la reina se pusieron sobre él.

—¿Madre?

—Otro bastardo—Alicent se acercó a su hijo tomándolo por los hombros—, Rhaenyra dio a luz a otro bastardo—Aegon se encogió en su lugar—. Dejarás de entrenar con Laenor Velaryon, desde hoy vas a entrenar con sir Criston.

Los ojos de Aegon se abrieron con sorpresa y en un momento de pánico comenzó a sacudirse tratando de librarse del agarre de su madre.

—¡No quiero!—lágrimas comenzaron a mojar las mejillas del niño—¡No quiero!

Alicent no pudo sostenerlo por mucho tiempo y apenas sus manos dejaron el cuerpo de su hijo este salió corriendo mientras gritaba que no quería. El pequeño príncipe corrió por los pasillos sin ver por donde iba, su vista estaba nublada por las lágrimas y las palabras que su madre le había dicho cuando se enteraron que su hermana mayor estaba embarazada de su segundo hijo. Laenor te dejará a un lado cuando nazca su hijo, tienes que dejar de seguirlo a todos lados como un cachorro perdido. Pero Aegon no podía aceptarlo, no cuando su primo era el único que le daba toda la atención que él necesitaba, pero ahora con el nacimiento de su segundo sobrino no podía evitar que la duda creciera en su interior.

—¿A dónde vas con tanta prisa?—manos se aferraron a sus hombros deteniendo su huida.— Nuestro entrenamiento no es hasta dentro de unas horas.

Aegon parpadeo un par de veces enfocando su vista en la persona que lo había detenido. Laenor Velaryon lo estaba mirando con preocupación y el niño no pudo evitar romper en llanto una vez más. El heredero de Driftmark no dudó en rodearlo con sus brazos tratando de calmarlo.

—No me dejes—pidió Aegon aferrándose con fuerza a él—. Por favor, papá.

Laenor se tensó. ¿Aegon acababa de llamarlo papá?

—No te voy a dejar, Aegon—su voz sonó temblorosa cuando habló—. Lo prometo.

Así los encontraron la reina y Criston Cole, abrazados en medio del pasillo con Aegon llorando desconsoladamente. Al notar la presencia de su madre el niño intentó volver a correr, pero Laenor se lo impidió levantándolo del suelo.

—Me encargaré de que el príncipe tome su baño, majestad.

Alicent no pudo protestar, sobre todo cuando el rey apareció por el pasillo. Y así, Aegon se pudo sentir más tranquilo. Dejó que Laenor lo bañara y lo vistiera con una sonrisa en su rostro hablando de lo emocionado que estaba por enseñarle a su hermano menor todo lo que había aprendido en su entrenamiento. Después de arreglarse el dúo de primos fue a visitar al recién nacido Lucerys Velaryon, el hijo del rey estaba nervioso por ver a su hermana mayor, a pesar de tener una relación medianamente buena con Cerys, su relación con Rhaenyra era tensa y casi nunca hablaban.

Cuando conoció a Lucerys no pudo evitar pensar en las palabras de su madre, otro bastardo, pero no dijo nada, simplemente miró al niño sin decir una sola palabra. Su mirada pasó del niño a su hermana y se encontró con los ojos violetas mirándolo, como si esperara que dijera algo, pero en lugar de eso Aegon tomó la mano de Laenor dejándole saber que ya quería irse. Jacaerys también estaba en la habitación jugando en el suelo con una doncella, también estaba Harwin Strong, pero Aegon los ignoró, no quería recordar las palabras de su madre. Fue sacado de la habitación por Laenor que lo llevó hasta la biblioteca donde recibía sus clases prometiendo llevarlo a volar en Seasmoke más tarde.

Tristemente la llegada de Cerys y su familia le hizo romper la promesa, la princesa heredera llegó cerca de la hora del almuerzo con su esposo y sus hijos. La familia había estado en Driftmark visitando a una muy embarazada Laena Velaryon por lo que habían llegado tarde para el comienzo de los torneos en nombre del segundo hijo de Rhaenyra. Aegon vio a su hermano entre sus sobrinos, como se había vuelto costumbre para Aemond, el niño vestía los colores de la casa Targaryen y tenía una sonrisa enorme en el rostro, aunque se veía algo tímido.

—Aegon—sus ojos subieron hasta su hermana mayor—, has crecido mucho, hermano.

—A veces es difícil verlo con lo mucho que ha crecido—antes de que él pudiera decir algo su madre ya había respondido por él—. El rey los espera en el salón para comer.

En el salón ya estaba el rey acompañado de la familia Velaryon-Targaryen, y como siempre Cerys saludó a su hermana y su primo antes de besar la mejilla de su padre. Helaena también estaba ahí y la niña le regaló su mejor sonrisa a su hermana mayor, e incluso saludó a Daemon. Aegon no entendía cómo su hermana podía negarse a estar cerca de otras personas, él incluido, pero se acercaba a Daemon como si nada. Él le tenía miedo a Daemon.

—Escuché que el huevo de Jacaerys eclosionó—comentó Cerys.

—Eclosionó el día que nos llegó tu carta avisando del nacimiento de Egarion—le respondió Rhaenyra con una sonrisa—, parece que Jacaerys y Alyssa podrán emprender el vuelo juntos.

La mirada de Aegon fue hasta su hermano, Aemond se había sentado junto a la reina y en sus brazos cargaba un huevo de dragón al que abrazó mientras escuchaba la conversación.

El almuerzo fue tranquilo, los que más hablaron fueron los hijos de la princesa heredera que hablaban con el rey sobre todo lo que había sucedido en el tiempo que no se veían. Una vez se dio por finalizado el almuerzo los niños fueron llevados al jardín para que se entretuvieran mientras los adultos hacían se ocupaban en otras cosas. Varias doncellas y guardias habían sido ocupados con la protección de los niños ya que eran demasiados como para solo dejar que una persona los cuidara. Helaena se entretuvo de inmediato con Haelyn, Jaehaerys y Rhaella ignorando al resto de los niños.

—Aegon—Viserys llegó a su lado con una sonrisa—, ¿Quieres jugar con nosotros?

Detrás de Viserys estaban Aiyana y Aemond, los dos mirando expectantes a su respuesta.

—¿Si?

A pesar de su tono de duda Viserys tomó su mano arrastrándolo con él. El resto de la tarde la pasaron corriendo de un lado a otro, incluso Helaena se unió a ellos. Hubo un momento en el que lograron escaparse de los guardias y las doncellas, y es que eran ocho niños contra unas cuatro doncellas y cinco guardias. Cada uno tomó una dirección diferente corriendo como si un asesino los estuviera siguiendo. Aegon había huido con Rhaella, la niña estaba riendo mientras corrían por el pasillo de la fortaleza y él se contagió de su felicidad. Aunque cuando giraron hacia la derecha se vieron obligados a frenar de golpe causando que cayeran al suelo, frente a ellos estaban Laenor y Cerys.

—¿Qué creen que están haciendo?—El entrecejo de Cerys se frunció.

—¡Corre más rápido!—una voz gritó detrás de ellos.

—¡Corre!—Rhaella gritó poniéndose de pie.

Aegon la siguió y ambos se unieron a Haelyn y Jaehaerys que pasaron corriendo junto a ellos. Cerys y Laenor se miraron por unos segundos debatiéndose entre ir por los niños o seguir su camino, al final decidieron seguir con su camino, después lidiarán con el desastre que causaran.

La huida llegó a su fin cerca del pozo de dragones, los ocho niños tenían el rostro rojo, pero estaban felices de haber logrado escapar con éxito. Aunque realmente no sabían por qué habían escapado.

—¿Tengo que preguntar?

Los ocho se sobresaltaron al escuchar la voz de alguien más y cuando se giraron sintieron el terror correr por sus venas. Daemon Targaryen estaba de pie a unos pasos de ellos con los brazos cruzados.

—Solo queríamos venir a ver los dragones—mintió Rhaella—. ¿Estamos en problemas?

—Claro que sí, jovencita—la mirada de Daemon pasó por los ocho—. Los seis están castigados, vayan a sus habitaciones.

Aegon vio como los seis, su hermano menor incluido, comenzaban a protestar por el castigo.

—Pero papá—Aemond se quejó.

Apenas las palabras dejaron su boca todos se quedaron en silencio, Aemond se tapó la boca con una mano y sus ojos pasaron de su Helaena a Aegon, la primera lo miraba con una sonrisa y el segundo lo miraba sorprendido. Era la primera vez que lo escuchaba llamar a Daemon papá, pero no podía culparlo, su padre era un padre ausente y ambos habían tomado a otras personas para ocupar ese lugar que siempre estuvo vacío.

—¡Aquí están!—exclamó Cerys llegando junto a ellos.

—¿Por qué parece que alguien se murió?—Laenor miró a los niños deteniendo su mirada en Aegon.

—Papá, ¿Podemos ir a volar en Seasmoke?—Aegon se giró para mirar a Laenor.

Jadeos de sorpresa se escucharon a su alrededor, pero el niño los ignoró. Laenor por su parte miró a su prima que lo estaba mirando con curiosidad.

—Tu madre te está buscando—le avisó, pero tomó su mano comenzando a caminar hacia el pozo—, pero creo que podemos ir por una vuelta.

—Papá, ¿También podemos ir?—Haelyn miró a su papá.

—No, están castigados—Cerys comenzó a empujarlos de regresó a la fortaleza—. No van a volar en dragón hasta que su tía Laena tenga a su hijo.

Mientras sus sobrinos eran llevados a cumplir con su castigo Aegon disfrutaba de volar con su papá. La risa del niño llenaba a Laenor de felicidad y le hacía preguntarse por qué el rey no se molestaba en pasar tiempo con sus hijos. Él podía ver la lucha que Aegon tenía consigo mismo, sus ganas de relacionarse con su familia siempre eran calladas por las palabras llenas de veneno de su madre, la únicas veces en las que el niño podía olvidar todo eso era cuando lo llevaba a volar con Seasmoke. A pesar de las constantes protestas de la reina sobre su hijo volando sobre un dragón, Laenor se atrevía a pasar por su autoridad como reina y madre solo para escuchar la risa de Aegon.

Lo único que podía esperar para el futuro era que el cariño que le tenía al niño fuese suficiente para callar las palabras de su madre y su abuelo.

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NOTA:

Un capitulo para que vayan viendo la relación de Aegon y Laenor. Laenor, te amo mucho, nunca te mueras.

En el anterior pregunte por fancasts para Daeron, alguien dijo que Tom Felton (en su era de Draco) y creo que lo voy a usar a él, a no ser que encuentre a alguien más.

También, cambie la fecha de nacimiento de las gemelas (Baela y Rhaena), se supone que son un año menor que Lucerys, pero en esta historia tendrán la misma edad.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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