36; LOS HERMANOS MAYORES

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LOS HERMANOS MAYORES

Laena Velaryon llegó a Dragonstone una semana después que sus padres, la única hija de los Velaryon-Targaryen llegó como un amortiguador al cambio de rutina del castillo. Después de tener a los abuelos sobreprotectores cuidando de los niños por una semana, tener que volver a la rutina de siempre de un momento a otro sonaba como una pesadilla para Cerys que agradeció la llegada de su prima. Daemon fue quien la recibió con sus siete hijos, todos presentables y con sonrisas en el rostro, las hijas de Laena no tardaron mucho en unirse a la pandilla y los nueve fueron a corretear por el castillo.

—Escuché sobre el atentado contra los niños—Laena miró a su tío—, incluso por carta pude notar la preocupación de mi madre.

—No sabemos si realmente querían atacarlos a ellos, podrían haber estado intentando matar a Cerys—aclaró él llevando inconscientemente su mano izquierda a la empuñadura de Dark Sister—. Nunca podremos saber a quién estaban buscando.

—Fue bueno que los dragones estuvieran ahí—asintió ella.

—Laena—Cerys apareció por el pasillo con una sonrisa—, ¿Cómo has estado? ¿Cómo están las niñas? ¿Y Stormfyre?

—Prima—Laena la abrazó sonriendo—, estoy más que bien, las niñas igual y Stormfyre está cada vez más grande.

—No sabes cuanto me alegra escuchar eso, Drakon estará feliz de reunirse con su hermano.

—Seguro que sí.

Los tres se movieron a uno de los salones del castillo para poder hablar a gusto. Mientras los adultos se ponían al día, los niños habían salido del castillo acompañados de sir Erryk, Haizea y otros guardias. Las risas se podían escuchar hasta el interior del castillo revelando la ubicación de los príncipes, como Rhaena y Baela tenían apenas dos años los mayores optaron por jugar lo menos brusco posible, lo que menos querían era lastimar a sus primas. Viserys, sobre todo, se tomó muy en serio su trabajo de proteger a la que era su prometida y Baela disfruto de cada atención sintiéndose feliz de tener la atención de alguien.

—Estoy cansada—Haelyn se sentó en el suelo—, ¿Podemos pedir dulces?—Sus ojos fueron hasta Haizea.

—Lo siento, mi princesa, pero el almuerzo será servido dentro de poco—su cuidadora le acarició el cabello y ella hizo un puchero en respuesta.

—Quisiera que Helaena estuviera aquí—Aemond se sentó junto a Haelyn.

—¿Por qué no viene la tía Helaena?—Aiyana se acercó a sus hermanos. —También podría venir Daeron.

—¿Y Aegon?—todos se giraron para mirar a Viserys—¿Qué?

—Aegon no es bienvenido—Rhaella le dio una mala mirada a su hermano—, es malo.

—No es malo—le discutió el mayor—, solo...

—Si es malo.

Los demás miraban de Rhaella a Viserys y viceversa sin ganas de meterse en la discusión, sobre todo Aemond que tuvo que morder el interior de su mejilla para no decir nada. Él sabía muy bien que su hermano no era realmente malo, pero también entendía por qué Rhaella lo pensaba.

—No es malo, Rhaella—Viserys frunció el entrecejo—. No deberías discutirle a tu hermano mayor.

—Niños, no se peleen—Haizea puso una mano en el hombro de Rhaella—. Cada uno tiene una opinión diferente y eso está bien, no deben discutir por eso.

—Iré con Hellfyre, ya no quiero estar contigo—la niña miró mal a su hermano—. Jaehaerys, ven.

El niño miró a su hermana-prometida y luego a su hermano mayor que con una sola mirada le dijo que no se moviera de donde estaba. ¿Hacer feliz a su hermana o hacer feliz a su hermano? ¿Cuál de los dos le causaba más miedo si se molestaba?

Definitivamente Rhaella.

Aún dudando tomó la mano que su hermana había extendido en su dirección y dejó que lo llevará hacia el lugar de descanso de sus dragones, cuando giró la cabeza para ver a su hermano se encontró con su mirada de vas a pagarlo, traidor. Sin duda más tarde tendría que dormir con sus padres.

—Bueno, eso fue dramático—Aiyana miró a sus hermanos irse—. ¿Rhaena, quieres ir a ver los dragones?

Rhaena chillo de felicidad cuando su prima la cargo y comenzó a caminar siguiendo a sus otros primos.

—Traidora—le gritó Viserys.

—Te amo, hermano—le gritó ella de regreso.

Alyssa parpadeo y se giró para mirar a Aemond con una mirada seria, el niño se asustó por un segundo.

—La dragona no es verde—le dijo—, es roja.

—¿Qué?

La niña se acercó a su hermano mayor y tomó su mano.

—No te preocupes, hermano, yo estaré de tu lado siempre—Viserys le sonrió a su hermana y besó su frente.

Haelyn miró todo con una expresión de disgusto en el rostro, siempre se peleaba con otros niños cuando le decían que sus hermanos eran raros, pero cada día se daba cuenta que si lo eran. Baela arrugó la nariz viendo como su hermana se iba y levantó la mirada para ver a Viserys que no dudó en cargarla.

—Creo que ya deberíamos regresar al castillo—le dijo a Haizea que asintió—. Haelyn, Aemond.

Ante el llamado los dos se pusieron de pie para seguir al mayor. Alyssa se quedó más atrás para caminar con Haizea, aunque más bien iba saltando junto a su cuidadora mientras le contaba lo que había aprendido sobre dragones esa mañana. Por otro lado, Rhaella y Jaehaerys se encontraban sentados con sus dragones, Aiyana y Rhaena también estaban ahí, pero ellas estaban más alejadas de ellos. Jaehaerys estaba recostado en Baexar acariciandolo, sus ojos puestos en Rhaella que aún seguía murmurando sobre cómo Viserys prefería a Aegon antes que a sus propios hermanos. Una mentira, pero estaba molesta así que él no quiso contradecirla.

—Rhaella—llamó en un susurro apenas audible.

—¿Mmh?—su hermana lo miró dejando de lado su molestia.

—Aún no hemos hablado sobre eso—las mejillas del príncipe se pintaron de rojo y Rhaella no pudo contener la risa—, ¡No te rías!

—No te preocupes, hermano—ella le regaló una sonrisa tranquilizadora—, todo va a estar bien. No tenemos que preocuparnos por eso por un par de años más.

—Te prometo que siempre te haré feliz—Jaehaerys se enderezó.

—Ya lo sé, bobo—ella puso los ojos en blanco—. Por lo menos me casaré contigo y no con un lord que quiere sentirse rey del mundo por casarse con una Targaryen.

Dando por terminada la conversación Rhaella se levantó sacudiendo la falda de su vestido, su hermano siguió su acción y se despidió de Baexar prometiendo regresar al día siguiente. Los dos, ahora en compañía de su hermana mayor y su prima, regresaron al castillo para tomar el almuerzo con el resto de su familia.

Cuando llegaron al comedor ya todos estaban ahí esperándolos, Aiyana fue quien se disculpó con sus padres regresando a Rhaena a brazos de su madre. El almuerzo fue pacífico, ninguno de los niños mencionó la discusión de sus hermanos, todos fingiendo que no había pasado nada. Pero Cerys y Daemon si notaron las miradas que se daban Viserys y Rhaella, como si se estuvieran retando. Ambos estaban seguros que si Laena no estuviese con ellos ya estarían intentando detener una discusión entre sus hijos. Pero la discusión si llegó.

Después del almuerzo Laena se retiró con sus hijas para descansar y entonces el infierno se abrió en medio del comedor. Rhaella siempre había sido de paciencia corta, prefiriendo irse directamente a los insultos y los golpes, muy parecida a su padre. Pero Viserys era más paciente y solo usaba la violencia como último recurso, muy parecido a su abuelo. Sin embargo, en ese momento parecía una copia exacta de su padre. Sus ojos estaban oscuros y sus manos se estrellaron contra la mesa cuando se puso de pie, incluso Cerys se sobresaltó por el repentino ataque de ira de su hijo.

—No le das miedo a nadie—Rhaella también se puso de pie—, no importa que seas el mayor.

—Estás siendo una niña caprichosa.

Daemon tuvo que levantarse al ver que Rhaella estaba a nada de lanzarse contra su hermano.

—Es suficiente—ambos niños se sentaron de inmediato recordando que estaban con sus padres—, ¿Qué les pasa?

Ninguno habló y cada vez que Daemon o Cerys los miraban ellos apartaban la mirada. La princesa suspiró cansada, estaba segura que moriría antes de poder llegar al trono de hierro.

—Los dos, vayan a sus habitaciones, no saldrán hasta que quieran hacer las paces—sentenció ella.

—Pero—los dos se levantaron para protestar.

—Ya escucharon a su madre—Daemon les dio una de sus miradas que intimidan a la gente y los dos bajaron la cabeza—, vayan.

Aiyana se encogió en su asiento intentando evitar la mirada de su padre. A falta de Viserys ella era la que estaba a cargo de sus hermanos, la responsable, pero en ese momento quería desaparecer.

—Ustedes, vayan a prepararse para su entrenamiento.

Los niños no dudaron en salir huyendo del comedor y Cerys se rio al verlos correr hacia la puerta. Daemon se volvió a sentar y miró a su esposa.

—¿Ahora por qué crees que se pelearon?

—Seguramente por algo sin importancia—se inclinó para dejar un beso en la mejilla de su esposo—, la última vez fue porque Viserys dejó que Haelyn se comiera el último pastel de limón.

Daemon soltó una carcajada al recordar aquel incidente. Sus hijos tendían a pelear por cualquier cosa, sobre todo Rhaella y Viserys que eran polos totalmente opuestos. Ambos se quedaron un rato más en el comedor disfrutando del silencio y la compañía del otro. Cerys llevó la copa de vino a su boca y no pudo evitar pensar en los años de su adolescencia cuando se negaba a casarse y tener hijos, sin duda los dioses le habían jugado una broma al bendecirla con siete hermosos niños. Daemon, por su parte, no podía estar más feliz con su vida, puede que le faltase la adrenalina de estar en el campo de batalla, pero no cambiaría su vida por nada.

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NOTA:

Se vienen dos puntos importantes para la historia, Daeron siendo enviado a Oldtown y tanto él como Aegon y Helaena reclamando a sus dragones. Estos eventos los voy a adelantar porque en la serie las fechas se las pasaron por donde no les pega el sol y bueno, es un desastre.

Solo nos quedan dos capitulos para el nacimiento de Joff, ¿Están nerviosos? Yo si, lo admito. Tengo demasiadas ideas en mi cabeza y ando cambiando el futuro de la trama a cada rato, pero no se preocupen, todos llevan al mismo final.

Por cierto, tengo ganas de escribir otra historia de hotd, pero esta vez sería un fix-it del team verde. Es que de verdad, la Alicent de la serie si me da pena, se dejo manipular por Otto y quisiera hacer una historia donde tiene alguien que la apoye de verdad. Aún tengo que pulir algunos detalles así que les estaré avisando que onda con esa idea.

Espero les haya gustado, gracias por leer, Lu.

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